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La ADF es una herramienta política de empoderamiento feminista, formada por un conjunto de claves psicológicas y físicas de defensa personal cuya finalidad es realizar un proceso de reflexión, de autoconocimiento y de empoderamiento de las mujeres para que sean conscientes de sus derechos y puedan pasar a la acción si consideran que sufren o pueden sufrir agresiones machistas psicológicas y/o físicas (insultos, vejaciones, violaciones, asesinatos), por el hecho de ser mujeres. Se nutre con el bagaje de la Teoría Feminista y la Teoría de Género para analizar y explicar cómo la socialización en un sistema patriarcal sitúa a las mujeres en una situación social de subordinación y, así, poder comprender las dificultades que tienen las mujeres para posicionarse como sujetos de derecho con derechos y, por extensión, con derecho a la legítima defensa. El propósito final de la ADF no es únicamente que las mujeres aprendan a defenderse, sino caminar hacia una realidad posible donde la violencia contra las mujeres sea un recuerdo de lo que nunca debió de suceder y una garantía de responsabilidad ética de no repetición.[1]

Historia[editar]

En distintos momentos históricos se colectivizó la práctica, el discurso y el uso del instrumento de la autodefensa, como herramienta política para conquistar derechos (de ciudadanía, políticos) y para hacer frente a las violencias contra las mujeres y a los sistemas patriarcales que se posicionan del lado de los agresores y desprotegen a las víctimas/supervivientes.[2][3]

En Francia, en la Revolución francesa, Théroigne de Méricourt, después de participar en la toma de la Bastilla, preparaba y adiestraba a mujeres en el arte de la autodefensa.[4][5]

En el Reino Unido, ante la creciente represión contra los movimientos sufragistas, se crearon las Sufragitsu, que eran guardaespaldas o amazonas, encargadas de proteger al resto de militantes frente a las fuerzas del orden. Edith Garrud[6]​ entrenó a las sufragistas para que pudieran defenderse de la policía, con Bartitsu arte marcial desarrollado por su marido.[7][8]​ Garrud formó a un grupo de cerca de 30 mujeres que pasaron a formar parte de la guardia personal de Emilie Pankhurst.[9]​La líder del movimiento sufragista Sylvia Pankhurst en 1913 animaba a las sufragistas a aprender jiu-jitsu, arte marcial conocido por la policía.[10][11]​ Varias publicaciones muestran imágenes de la época donde aparecen sufragistas defendiéndose usando artes marciales”.[12]

En Alemania, en los años 1920 y 1930, época todavía no existía el debate entorno a la violencia en la esfera privada, las militantes socialistas y comunistas se formaban en autodefensa para poder defenderse de la violencia fascista.[13]

En Estados Unidos en 1966, después de formarse en artes marciales, Helen Groom[14]​ comenzó a formar en autodefensa a mujeres adaptando las artes marciales a situaciones concretas que las mujeres de edades diversas podrían encontrarse. Groom consideraba que el 70% de la autodefensa es psicológica y sus formaciones consistían en acompañar a las mujeres a recuperar su autoestima, respetar su cuerpo y su espacio, y reconocer su derecho a protegerse y a defenderse a sí mismas. En 1975 Groom y Joan Koerper fundaron el Women's Self-Defense Council (WSDC) para formar a nuevas instructoras y poder ampliar las formaciones. En 1980 se formó la National Women's Self-Defense Council (NWSDC) para ampliar el alcance de la actividad de la organización.[15]

En Canadá en los años 60, se desarrolló el Fem Do Chi, en Quebec por Lucie Dextras[16]​ al comprobar la ineficacia de las técnicas clásicas de artes marciales en el caso de las violencias específicas a las mujeres; y también el Wen-Do, por Anne y Ned Paige, un matrimonio de Toronto que practicaba artes marciales.[17][18]

En Holanda, en los años 80, miles de mujeres de diversos países se reunieron en diversos encuentros para formarse en autodefensa física y psicológica.[19]

En España, en los años 80, las asambleas de mujeres de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Navarra y el Frente feminista de Zaragoza, conscientes de la necesidad de hacer frente a la violencia contra las mujeres, comenzaron a trabajar con la autodefensa de mujeres. Tras un proceso de aprendizaje con mujeres holandesas y alemanas, comenzaron a elaborar materiales y a realizar talleres para formarse y para formar a futuras formadoras de autodefensa por todo el Estado.[20]​ Con el tiempo, la "autodefensa de mujeres" evolucionó hacia la denominación de "autodefensa feminista", un cambio de nombre que supuso cambio en el análisis, metodología y en la intervención, fruto de décadas de trabajo e investigación.[21][22]

Tras el impulso de la herramienta de autodefensa por parte del movimiento feminista, las instituciones públicas comenzaron a mostrar interés por la herramienta como uno de los instrumentos posibles para prevenir la violencia contra las mujeres. Así, la autodefensa es considerada uno de los instrumentos de prevención para dar respuesta a las obligaciones establecidas en el artículo 12 de la Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica (Convenio de Estambul, 2011).[23][24]​ Desde el año 2005, con la aprobación de la legislación autonómica y estatal en materia de igualdad y la puesta en marcha de servicios y planes en materia de igualdad, distintas administraciones locales y regionales realizan talleres de autodefensa feminista como una de las acciones para empoderar a las mujeres y prevenir la violencia contra las mujeres.

Características[editar]

Una de las principales diferencias entre la defensa personal y la autodefensa feminista es que la autodefensa feminista parte de una visión real sobre cómo surge la violencia en la experiencia de las mujeres. Según Karin Konkle “forma parte de un sistema que otorga unos papeles determinados a unas personas según su género”. Maitena Monroy define la autodefensa feminista como “una herramienta política para el empoderamiento de las mujeres y para la sensibilización, prevención y actuación, no sólo para hacer frente a la violencia sexista sino para hacer frente al sistema patriarcal”.[25]

La autodefensa feminista es una herramienta política de empoderamiento feminista, no solo para aprender técnicas físicas o psicológicas (defensa pesonal). Es política porque ayuda a analizar qué espera de una mujer el sistema patriarcal y, así, poder entender el vínculo afectivo obligatorio, el terror sexual, la indefensión aprendida, los malestares de género que enferman a las mujeres, el síndrome de la impostora, la incapacidad para poner límites o ser tildada de exagerada/loca cuando se ponen límites, etc.[21]

La autodefensa feminista permite a las mujeres tener conciencia de su cuerpo y de que las vulneraciones de sus derechos son estructurales y obedecen a múltiples factores de los que las agresiones sexuales o los asesinatos son su manifestación más extrema y cruel.[26]​ La mayor dificultad de la formación en autodefensa feminista no es la de aprender unas técnicas físicas de autodefensa, sino lograr que las mujeres sean capaces de detectar cuándo se está produciendo violencia contra ellas y que se sientan legitimadas para utilizar técnicas de defensa personal cuando toman conciencia de estar siendo agredidas.[2]​ Entre los temas centrales que aborda la formación en autodefensa feminista se encuentran el sistema sexo-género, el marco teórico de la violencia sexista, el terror sexual, la indefensión aprendida, las expresiones de violencia, el amor romántico, descubrir técnicas de empoderamiento (cognitivas, físicas, emocionales).[2]

Diversos estudios han concluido que hay una creciente evidencia en que la autodefensa feminista puede ser efectiva para prevenir la violencia contra las mujeres.[27][28][29][30]​ Sin embargo, son escasas las referencias a la autodefensa feminista en las políticas para la promoción de la igualdad de género en los países miembros de la Unión Europea en términos de políticas públicas, financiación e investigación.[24]

Corrientes[editar]

Dentro de la disciplina de la autodefensa feminista, existen varias corrientes. Las tres más representativas son: el Fem Do Chi, el Seito Boei y el Wen-Do.[13]

Fem Do Chi[editar]

Fem Do Chi, “la vía de la energía de las mujeres” se desarrolló en Quebec en los años 60 por Lucie Dextras[16]​ al comprobar la ineficacia de las técnicas clásicas de artes marciales en el caso de las violencias específicas a las mujeres, después de la agresión grave sufrida por una mujer cinturón negro de Karate, que no pudo poner resistencia, siendo físicamente capaz de ello. Es un método de autodefensa física, verbal y mental para prevenir situaciones de violencia contra las mujeres con técnicas físicas (provenientes del Jiu-jtsu, el Aikido, el Taichí y el Karate principalmente), así como con técnicas psicológicas (refuerzo de la autoestima para lograr una mayor autonomía).[13]

Seito Boei[editar]

En japonés, seito boei significa “defensa legitima”. Fue desarrollado en Austria por Margit Kafka, médica ginecóloga e Ihor Atamaniuk, quienes practicaban Jiu-Jitsu. Este sistema integra técnicas físicas basadas en el Jiu-Jitsu y el Kung-fu, así como la defensa verbal, la gestión de las emociones y una forma de entrenamiento mental que permite adquirir los buenos reflejos en caso de emergencia. Comenzó a practicarse en 1977. Su propósito era distinguirse de la autodefensa “femenina”, exclusivamente física,[13] lo que explica la elección de la denominación "defensa legitima" para responder a las agresiones reales sobre el colectivo de las mujeres, y no a su rol social. Esta apelación también pretende subrayar que aprender a defenderse tiene legitimidad y no es una expresión de agresividad por las mujeres.[31]

Wen-Do[editar]

Wen-Do, su nombre proviene de women (mujeres en inglés) y do (via-camino en japonés). Fue desarrollado por Anne y Ned Paige, un matrimonio de Toronto que practicaba artes marciales. Este método resultaba más fácil de aprender que las artes marciales clásicas y se focalizaba en las agresiones más frecuentes sufridas por las mujeres. Se difundió por Europa desde finales de los años setenta. Se compone de técnicas físicas simples y eficaces basadas en el Karate y de técnicas psicológicas de autoestima.[32][13]

Referencias[editar]

  1. Monroy, Maitena (2017). Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, ed. Manual de autodefensa feminista para mujeres. Consultado el 30 de agosto de 2019. 
  2. a b c «EHUTB - MAITENA MONROY». ehutb.ehu.eus. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  3. Baker, Peter C. «The Origins of the Women's Self-Defense Movement». Pacific Standard (en inglés). Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  4. «¡Pelea! Jiu-jitsu, palos, incendios». Agente Provocador. Consultado el 25 de febrero de 2019. 
  5. «Théroigne de Méricourt: La furia olvidada». Cactus. 22 de octubre de 2015. Consultado el 25 de febrero de 2019. 
  6. Seith, Corinna; Kelly, Liz (2003). «Achievements Against the Grain: SelfDefence Training for Women and Girls in Europe». Supported by the European Commission Daphne programme. Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  7. Millán, Víctor (17 de diciembre de 2017). «Cuando las mujeres tuvieron que recurrir al Jiu-Jitsu para poder votar». Hipertextual. Consultado el 25 de febrero de 2019. 
  8. Williams, Rachel (25 de junio de 2012). «Edith Garrud: a public vote for the suffragette who taught martial arts». The Guardian (en inglés británico). ISSN 0261-3077. Consultado el 23 de abril de 2019. 
  9. «Journal of Non-lethalCombat». ejmas.com. Consultado el 23 de abril de 2019. 
  10. Lijtmaer, Lucía. «Agrupacion de mujeres violentas: la olvidada historia de las sufragitsu». eldiario.es. Consultado el 25 de febrero de 2019. 
  11. Wendy L. Rouse (8 de agosto de 2017). «The Origins of the Women’s Self-Defense Movement». From The Square (en inglés estadounidense). Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  12. Ruz, Camila (5 de octubre de 2015). «How the suffragettes fought back using martial arts» (en inglés británico). Consultado el 23 de abril de 2019. 
  13. a b c d e Martín, Claire (2013). Poner lo invisible en relieve. Autodefensa feminista. Una herramienta para la igualdad. Consultado el 23 de abril de 2019. 
  14. Stevens, Helen Groom (1979). The privilege of self-defense: a capsule view of the laws of self-defense (en english). Women's Self-Defense Council National Headquarters. OCLC 40337709. Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  15. SEARLES, PATRICIA; BERGER, RONALD J. (1987-03). «THE FEMINIST SELF-DEFENSE MOVEMENT:». Gender & Society (en inglés estadounidense) 1 (1): 61-84. ISSN 0891-2432. doi:10.1177/089124387001001004. Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  16. a b Fem do chi, self défense pour femmes, consultado el 17 de septiembre de 2019 .
  17. Ottawa Citizen, ed. (13 de marzo de 1984). «Wen-do teaches defence». Google News Archive Search. Consultado el 7 de diciembre de 2018. 
  18. Crudelli, Chris (2008). The Way of the Warrior: Martial Arts and Fighting Styles from Around the World (1st ed.).. London: Dorling Kindersley. p. 314. ISBN 978-0-7566-5185-5. Consultado el 7 de diciembre de 2018. 
  19. «Organizad talleres de Autodefensa Feminista, de D-Generadas - Contra la violación - Feminismo - Activismo en Mujer Palabra». www.mujerpalabra.net. Consultado el 17 de septiembre de 2019. 
  20. «"O no será...": autodefensa feminista». Halabedi. Consultado el 17 de septiembre de 2019. 
  21. a b Monroy, Maitena (5 de septiembre de 2019). «Por qué defendemos la autodefensa feminista». GARA. Consultado el 17 de septiembre de 2019. 
  22. «Gimnasio de mujeres y Autodefensa Feminista, de Concha Arnal - Contra la violación - Activismo en Mujer Palabra». www.mujerpalabra.net. Consultado el 17 de septiembre de 2019. 
  23. Consejo de Europa (2011). «Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica». 
  24. a b Kelly, Liz; Sharp-Jeffs, Nicola (2016). Knowledge and Know-how: The Role of Self-defence in the prevention of Violence against Women. Parlamento Europeo. 
  25. «Autodefensa feminista: antídoto contra el patriarcado». Catalunya Plural. 10 de febrero de 2019. Consultado el 17 de abril de 2019. 
  26. Castejón, María. «La seguridad de las mujeres, el pánico y la autodefensa». eldiario.es. Consultado el 17 de julio de 2019. 
  27. «(PDF) Empowering Self-Defense Training». ResearchGate (en inglés). Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  28. White, Deborah; Rees, Gethin (2014-3). «Self-defense or undermining the self? Exploring the possibilities and limitations of a novel anti-rape technology». Violence Against Women 20 (3): 360-368. ISSN 1552-8448. PMID 24742870. doi:10.1177/1077801214526309. Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  29. Brecklin, Leanne R.; Ullman, Sarah E. (1 de junio de 2005). «Self-Defense or Assertiveness Training and Women’s Responses to Sexual Attacks». Journal of Interpersonal Violence (en inglés) 20 (6): 738-762. ISSN 0886-2605. doi:10.1177/0886260504272894. Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  30. Hollander, Jocelyn A (1 de mayo de 2016). «The importance of self-defense training for sexual violence prevention». Feminism & Psychology (en inglés) 26 (2): 207-226. ISSN 0959-3535. doi:10.1177/0959353516637393. Consultado el 19 de agosto de 2019. 
  31. «Seito Boei - Garance ASBL». www.garance.be. Consultado el 10 de abril de 2019. 
  32. «Wen Do Women’s Herstory». Wen Do Women's Self Defence (en inglés estadounidense). 26 de julio de 2016. Consultado el 7 de diciembre de 2018. 

Enlaces externos[editar]