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  • Retrato de Felipe IV
    Felipe IV. Juan Téllez.
    Año 1630
    Autor Juan Téllez
    Técnica Óleo sobre lienzo
    Estilo Barroco
    Tamaño 204 cm × 106 cm
    Localización Universidad de Salamanca, Salamanca, EspañaBandera de España España

    Retrato de Felipe IV, Juan Téllez.[editar]

    El retrato de Felipe IV forma parte de un conjunto de retratos pertenecientes a la Galería Real de pinturas de reyes y reinas de España, propiedad de la Universidad de Salamanca. Además de Felipe IV, la serie inicial se conforma de los retratos de su primera mujer, Isabel de Borbón, y sus dos antecesores, junto con sus respectivas cónyuges, continuando esta tradición hasta bien entrado el siglo XX con la inclusión de los monarcas correspondientes. Recién identificada como factura del madrileño Juan Téllez y fechada en 1630, la obra ha sido restaurada en 2013 por las salmantinas Carmen Diego y Carmen Espinel, con motivo de la exposición Loci et Imagines.

    Descripción[editar]

    El retrato de Felipe IV se trata de un óleo sobre lienzo de dimensiones 204 x 126 cm en el que se representa a un joven Felipe IV recién ascendido al trono. El monarca aparece retratado de cuerpo entero y luciendo el Toisón de Oro sobre la botonadura de un traje negro con capa y mangas con un refinado bordado dorado. Se engalana, a su vez, con unos curiosos pompones dorados en las rodillas y los zapatos. Además, destaca la austera golilla almidonada, pudiendo diferenciarse sustancialmente de la extravagante lechuguilla que lucía el anterior monarca, Felipe III.

    La iconografía es escasa pero muy relevante: Sobre un bufete muy simple y cubierto por un tapete de tonalidad rojiza, aparece un sombrero de copa alta y adornado con bordados de hilo de oro y rica pedrería, haciendo alusión al monarca como punto de referencia para la Administración del Estado. El colocar en su mano derecha un papel tiene que ver con la voluntad reformista del monarca y, en lo que respecta a su mano izquierda, se apoya sobre la empuñadura de una espada, haciendo referencia a sus funciones burocráticas como gobernante, protegiendo al reino y defendiéndolo frente a territorios enemigos (aspecto que queda reforzado con la postura de piernas separadas del monarca, lo cual le aporta solidez y contundencia).

    El modelo velazqueño[editar]

    Esta obra responde al tipo de retrato cortesano de aparato tradicional en la pintura española del Siglo de Oro y, especialmente, a la pintura de Corte. Dicha tipología ya comenzó en el S. XVI con Antonio Moro y lo continuaron pintores como Juan Pantoja de la Cruz o Rodrigo de Villandrando, hasta llegar a Velázquez, modelo en el que claramente se inspiró Juan Téllez para realizar esta obra.

    Retrato de Felipe IV, Diego Velázquez.

    Comparando la obra de Juan Téllez con uno de los primeros retratos del monarca que realizó Velázquez, podemos establecer una analogía muy concisa. El cuerpo de Felipe IV, su postura y la iconografía de la obra derivan claramente del modelo velazqueño que se alberga hoy día en The Museum of Modern Art de Nueva York. Por su parte, el jovencísimo rostro del rey parece remitirnos a las diversas copias que se hicieron de la obra del Museo del Prado (entre ellas la que se conserva en el Metropolitan), la cual Velázquez retocó años más tarde por diversos motivos, de tal manera que envejeció las facciones de Felipe.

    Quizá por estar destinado a un espacio público, en la obra de Téllez el rey muestra un mayor colorido, así como algunos detalles que remiten al lujo imperante en la Corte que no aparecen en el modelo de Velázquez, pero realmente el esquema compositivo, la iconografía y, en definitiva, el trasfondo de ambas obras viene a ser casi idéntico. En ellas destacan los colores neutros y la ausencia de elementos de poder; únicamente encontramos una simbología alusiva a los deberes de Felipe IV como monarca, sin aparecer detalles de ostentación. Esto se pone muy en sintonía con la pragmática de febrero de 1623 con la que Felipe IV pretendía diferenciarse del reinado de su antecesor, Felipe III, a través de una serie de medidas antisuntuarias. El alcance simbólico y el mensaje político son bastante reseñables, como vemos tanto en el retrato de Velázquez como en el de Téllez. Se trata, por tanto, de ofrecer una visión de cambio, de paso de una administración corrupta y derrochadora a una más responsable y austera, con una retórica de servicio público.

    Problemas de identificación y atribución[editar]

    Hasta hace relativamente poco, la atribución de esta obra por parte de la historiografía salmantina, así como la de los otros cinco retratos iniciales de la Galería, había pertenecido al pintor salmantino Juan Sánchez de Velasco, al haber sido transcrito el nombre de Juan Téllez por el del primero. No obstante, este error de transcripción ha quedado resuelto al releer la fuente documental, atribuyéndose al madrileño Juan Téllez, prácticamente desconocido para la historiografía.

    También en lo que respecta a la identificación del monarca encontramos un craso error. En el reverso del lienzo, concretamente en el travesaño del bastidor del retrato, aparece identificado como su antecesor, Felipe III, puesto que los tres monarcas que conforman la serie inicial fueron identificados como su predecesor.

    --Saljuca (discusión) 21:52 24 nov 2013 (UTC)Saljuca