Usuario:AlejandraEdithZamudio/Taller

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Fotografía como arte[editar]

Isla Pagoda en la desembocadura del río Min de John Thomson, 1870.
Campo de cebollas de George Davison, 1888.
Atomicus Dalí, fotografía de 1948 de Philippe Halsman, donde explora la idea de la suspensión, representando tres gatos que vuelan, un cubo de agua lanzada y Salvador Dalí en el aire.

La fotografía no fue siempre considerada un arte. Su integración al arte fue un proceso muy discutido que comenzó con los fotógrafos retratistas. El retrato fotográfico tuvo gran acogida como reemplazo del retrato pintado ya que aquel era mucho más barato. De hecho, fotógrafos pioneros como Daguerre, fueron antes pintores o dibujantes. Debido a la popularización creciente del retrato fotográfico en detrimento del pintado, gran cantidad de pintores decidieron convertirse en fotógrafos retratistas para sobrevivir. Este fue el caso de Félix Tournachon, Gustave Le Gray y el segundo de los hermanos Bisson. Incluso Paul Delaroche llego a vaticinar la muerte de la pintura sustituida por la fotografía por el nivel de detalle que ésta permitía. Este fue el primer ingreso de la fotografía al medio artístico. Además estos pintores fueron algunos de los que lucharon por que la fotografía fuera considerada un arte.

Muchos pintores sin embargo apoyaban las críticas de Baudelaire en 1859, para quienes los primeros fotógrafos eran pintores fallidos que escondían su falta de talento en lo mecánico de un medio que dejaba escasas posibilidades a la creatividad. Así la fotografía reproduce con exactitud la naturaleza, lo cual impide la subjetividad e imaginación del artista, algo que se considera fundamental en la producción de una obra que se considere artística.

A mediados del siglo XIX apareció una nueva tendencia artística, el naturalismo. La aparición de esta nueva tendencia, centrada en la objetividad, buscaba imitar la realidad y la naturaleza con un alto grado de perfección y despreciaba la subjetividad. Así, el naturalismo fue la puerta que se abrió para dar a la fotografía una verdadera importancia en el arte ya que al imitar de una forma casi perfecta la realidad, superaba ampliamente a la pintura en este aspecto. Por otra parte, el constante desarrollo de la fotografía en esa época, básicamente con las nuevas técnicas sobre la utilización de la luz del sol, dio origen a fotos con un mayor significado estético, lo que llevó a un nuevo acercamiento de la fotografía hacia el arte.

Más tarde se descubrieron técnicas usando clara de huevo, que hacían posible que la imagen por sí misma se quedara grabada en el papel. Esta técnica se fue perfeccionando gracias a la comprensión del fenómeno químico implicado y a una continua experimentación con materiales alternativos. Pronto fue posible tener una caja con un papel fotosensible oculto de la luz, un cañón con el que enfocarla, y un obturador para hacer pasar la luz el tiempo suficiente para que impresionara la película.

La fotografía como arte, ciencia y experiencia humana fueron evolucionado en paralelo durante este tiempo. En cuanto fue posible hacer de la cámara un dispositivo móvil fácil de manejar apareció la posibilidad de influir en el espectador mediante la posición de la cámara y su enfoque, lo que permitían trasladar la subjetividad del fotógrafo a la fotografía, además de ir construyendo un lenguaje artístico.

En sus principios, para que una obra fotográfica sea considerada obra de arte se han tomado como pilares aquellos considerados por la pintura, incluido el retrato, el paisaje, el desnudo, etc.: la belleza y la verdad.

Según la visión de los movimientos Vanguardistas (Cubismo, Futurimso, Expresionismo, etc), el arte tiene que ver con la experimentación de nuevas formas expresivas, convirtiendo asi a la cámara en un medio artístico. Algunas experimentaciones fueron mediante combinaciones, solarizaciones (Man Ray), retículas, desenfoques, granulados, encuadres, etc.

En Manthattan, Nueva York se abrió la famora Photosecession de Stiegliz que hizo que la fotografía alcanzara estatus de obra de arte e introdujo la vanguardia europea en América, exponiendo obras de Cézanne, Picasso, Matisse entre otros. Luego se sumaron los dadaístas y los surrealistas, quienes tuvieron gran aceptación en América. Para entonces la fotografía era un medio de expresión plástica con valores que radican en el factor mecánico. A Marcel Duchamp se le atribuye la frase “arte es lo que el artista dice que es arte”, como una provocación contra el esteticismo elitista dominante.[1]

De esta manera el fotógrafo artista vuelve a recuperar su sensibilidad, su visión singular. Así artistas como Man Ray mezclaban la fotografía con la pintura, el grabado creando imágenes singulares, collages y fotomontajes. Por otra parte, ya entonces, y aun hasta la actualidad, estas producciones fotográficas son consideradas obras de arte desde el momento en que informan, transforman, revelan, cuestiona, etc.

Ya en las décadas de 1970 y 1980, escritores como Craig Owens, argumentaron que la tarea fundamental del arte era reflexionar sobre como las imágenes crean significado.

Como señala el artista y escritor Victor Burgin en su artículo de 1977 titulado «Looking at Photographs»: «La fotografía es un lugar de trabajo, un espacio estructurado y estructurante en cuyo interior el lector despliega, y es desplegado por los códigos con los que está familiarizado con el fin de crear sentido».

La fotografía se convierte así en un medio ideal para crear sentido en los más diversos temas. Robert Mapplethorpe, por ejemplo, utilizó la fotografía como medio para abordar temas de identidad sexual, entre otros.

A su vez, como toda obra de artes es inherente a su contexto, la fotografía refleja los distintos  tiempos en que se desarrolla.

En su libro de 1996 El arte moderno en la cultura de lo cotidiano, Thomas Crow admite que las radicales ambiciones de la vanguardia artística nunca se hicieron del todo realidad: «La cultura bajo las condiciones del capitalismo desarrollado muestra los dos momentos

de la negación y la tendencia, últimamente irresistible, a la acomodación». Para Crow, el valor del arte reside en la lucha constante por mantener la identidad independiente, ya que el arte no es para el mercado sino para los públicos, siempre diversos y cambiantes.[2]

En la actualidad, la fotografía artística en sí, tiene un carácter muy subjetivo. Los movimientos artísticos durante las primeras décadas del siglo XX, particularmente el Modernismo y sus ramas derivadas que van desde el impresionismo en la pintura y su consiguiente marcha hacia lo abstracto tuvieron una gran influencia en la fotografía.[3]​ Ya en la actualidad, la fotografía artística pura es casi completamente subjetiva y la manipulación de las imágenes se ha convertido en una herramienta fundamental en su expresión artística; la fotografía de Annie Leibovitz, Helmut Newton y David LaChapelle entre otros, siguen siendo parte de la nueva revolución fotográfica.

El lenguaje artístico fotográfico partió de la herencia de la pintura. Sin embargo, rápidamente amplió su léxico gracias a la facilidad de hacer enfoques extremos (picados, contrapicados, etc.), la captura del movimiento con largos tiempos de obturador y la decisión del momento. La presión sobre el fotógrafo para marcar su subjetividad en la fotografía forjó un lenguaje lleno de sutilezas pero perfectamente comprensible, muy directo para cualquier observador.

La fotografía es un elemento esencial en cualquier cultura, por eso enfocarse en la misma genera un proceso de reflexión artístico para lograr la comunicación visual que se pretende proyectar, considerándola como un aspecto que permite la representación y caracterización de diversos grupos de la sociedad, además de lo anterior, instituye una referencia visual que permite revelar información y generar emociones, para utilizarla como un instrumento de investigación y documentación en cualquier contexto social[4]​.

Hoy la fotografía es practicada por millones de personas en todo el mundo armados con buenas cámaras fotográficas. Actualmente se prefieren las cámaras con una buena óptica y muchas opciones que añadan flexibilidad, frente a las cámaras orientadas al consumidor, donde la óptica y el obturador quedan dirigidos por la electrónica restando al hecho de hacer una foto gran parte de su imprevisibilidad. La aparición de las cámaras digitales, cámaras mixtas con vídeo y la fotografía en entornos de realidad virtual complican, enriqueciendo, el futuro de este arte.

Según Roland Bartes, en “La cámara Lucida”, “Lo que caracteriza a las sociedades llamadas avanzadas es que tales sociedades consumen en la actualidad imágenes ya no, como las de antaño, creencias: son, pues, más liberales, menos fanáticas, pero son también mas “falsas” (menos autenticas)”.[5]



  1. Latorre, Jorge. «Fotografía y Arte: Encuentros y Desencuentros/ Encounters and evades between art and photography». Revista de Comunicación; Vol 11, (Año 2012) (en inglés). Consultado el 27 de abril de 2020. 
  2. Soutter, Lucy. POR QUÉ FOTOGRAFÍA ARTÍSTICA? (Introduction, Spanish edition) (en inglés). Consultado el 27 de abril de 2020. 
  3. Kathrin Peters. «Fotografía como arte». Archivado desde el original el 28 de mayo de 2013. Consultado el 26 de septiembre de 2013. «El modernismo también influye en la fotografía. Del 1900 al 1920 ha sido considerada la etapa de la fotografía artística. Durante este período se manifiestan tres actitudes artísticas: impresionismo, realismo y surrealismo. Y a su vez, dentro de estas tres fluctuan: el pictorialismo, la fotografía pura, fotografía objetiva, nuevo realismo, etc.» 
  4. Reche, Cecilia (2012). «La fotografía como herramienta de comunicación pública de la ciencia: el caso de"“Ciencia en foco, tecnología en foco"». Fundamentos en Humanidades, vol. XIII, núm. 26, pp. 115-128 Universidad Nacional de San Luis, Argentina. Consultado el 25 de noviembre de 2019. 
  5. Vidal, M. Carmen Africa (2003). La magia de lo efímero: representaciones de la mujer en el arte y literatura actuales. Publicacions de la Universitat Jaume I. ISBN 978-84-8021-420-9. Consultado el 27 de abril de 2020.