Usuario:AnselmiJuan/ZonaPrueba

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Gracias por contestar en mi página de usuario, y además gracias por haberlo hecho tan rápidamente.
Respecto del tamaño de la letra puede que tengas razón. Gracias por advertirme sobre este detalle.
Respecto de la inclusión de esas dos imágenes, no estoy tan seguro que sea un añadido completamente arbitrario, pues en este sentido no innové. Precisamente, reparé que por el tipo de artículo no corresponde que tenga plantilla-ficha de apertura, pero me pareció pobre la apertura con un texto extenso, sin un toque de color y sin una ilustración que muchas veces es más explicativa que mil palabras, pues con un golpe de vista se logra tener una cierta idea de lo que se está tratando. Recurrí entonces a las entradas hermanas para con humildad observar qué se había hecho en ellas en este sentido, y en la entrada en francés encontré esto (como podrás comprobar, allí precisamente se acompaña la apertura con dos imágenes, exactamente las dos que luego agregué al artículo en español, en el mismo orden, con el mismo tamaño, casi con el mismo texto de pie de imagen, y con tamaño de letra normal (no pequeño).
En otros idiomas y para las correspondientes entradas hermanas de Alquimia, en varios casos (aunque no en todos pero sí en una mayoría) también se ha optado por esta solución, a veces presentando exactamente esas dos imágenes que a mí se me ocurrió agregar, y esos casos son los siguientes:
  • Alkimiezh (la apertura se inicia con las mismas imágenes)
  • Alhemija (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alquímia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchimia (la apertura se inicia con las mismas imágenes)
  • Alchymie (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alcemi (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchemie (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Αλχημεία (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchemy (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkemio (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkeemia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkimia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • از ویکی‌پدیا، دانشنامهٔ آزاد (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkemia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchimie (la apertura se inicia con las mismas imágenes)
  • Algemy (la apertura se inicia con las mismas imágenes)
  • Ailceimic (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alquimia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • אלכימיה (la apertura se inicia con las mismas imágenes, y además es artículo destacado)
  • Alkemija (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Ալքիմիա (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchimia (la apertura se inicia con las mismas imágenes, y además es artículo destacado)
  • 錬金術 (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • ალქიმია (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • 연금술 (la apertura se inicia con las mismas imágenes)
  • Alchemia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchemija (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alķīmija (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Алхемија (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchemie (la apertura se inicia con las mismas imágenes, y además es artículo destacado)
  • Alkymi (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkymi (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alquimia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchemia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alquimia (la apertura se inicia con otras imágenes, y además es artículo destacado pero no por unanimidad —caso dudoso analizado más abajo—)
  • Alchimie (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Алхимия (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkemija (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alchýmia (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkimija (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Алхемија (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkemi (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • การเล่นแร่แปรธาตุ (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Alkimiya (la apertura se inicia con otras imágenes, y además es artículo destacado)
  • การเล่นแร่แปรธาตุ (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Simya (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Алхімія (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • Giả kim thuật (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • ალქიმია (la apertura se inicia con otras imágenes)
  • 炼金术 (la apertura se inicia con otras imágenes)
En conclusión y resumiendo, y en base al estudio realizado, lo que observo es que:
  • La mayoría de las entradas hermanas en otros idiomas del artículo "Alquimia" que aquí se analiza, usan imágenes, y además las usan en la apertura del artículo, sin perjuicio de usarlas también en el cuerpo del artículo.
  • Los casos en los que no hay imágenes en esas entradas hermanas, son idiomas marginales, generalmente poco desarrollados.
  • Los idiomas importantes, digamos los que están en los diez primeros lugares en cuanto a número de artículos, todos usan imágenes, y las usan también en la apertura, a excepción del español en su estado actual, que sólo usa imágenes en el cuerpo del artículo.
  • Los artículos destacados entre esas entradas hermanas, todos ellos usan imágenes en la apertura, y tres de ellos de un total de cinco usan las mismas imágenes que las que en el día de hoy allí se habían insertado, y que fueron revertidas; o sea, entre los cinco artículos destacados, solamente los de español (es) y tágalo (tl) no las usan.
  • Respecto de la entrada hermana en portugués (pt), o sea respecto a Alquimia, pareciera haber un error o una incongruencia en cuanto a su posible declaración de artículo destacado, ya que esa circunstancia parece afirmarse solamente en idioma tágalo y no en todas las otras entradas hermanas, constatar en Alkimiya. De todas maneras, en lo personal no he hecho la corrección, pues ello me llevaría a modificar un artículo destacado que no está en mi idioma de preferencia, retirando de allí la indicación-plantilla "Link FA|pt". Sería bueno advertir de esto en los niveles que correspondan, para hacer los controles del caso y subsanar este inconveniente.
  • El recién citado error o incongruencia en realidad también se replica en otras entradas hermanas, por ejemplo en Alchimie donde creo habría que retirar la indicación-plantilla "Legătură AC|pt".
  • El tipo de incongruencias que viene de señalarse en realidad no se limita sólo a lo indicado, puesto que por ejemplo el artículo Algemy no señala ninguno de los artículos destacados, y ni siquiera el de español, aspecto que nuestra comunidad hispana probablemente debería subsanar o al menor notificar la irregularidad. En otros artículos hermanos se indica la entrada en inglés como destacada, asunto que aparentemente no es el caso. Estas situaciones anómalas no son muchas, pero existen.
En base a lo expuesto, estimo debe haber alguna razón que aún no acierto a comprender, para que se prefiera, como excepción, no tener imágenes en la apertura en el caso del artículo en español "Alquimia".
Gracias anticipadamente por aclararme esta cuestión, ya que a pesar de que tengo una antigüedad de tres años escasos en Wikipedia, el primer año y medio trabajé muy poco, así que aún me encuentro en la etapa de aprendizaje y práctica.


Zona de prueba del usuario AnselmiJuan (Juan Carlos Anselmi Elissalde)



Título artículo: Jack el Destripador (entrada destacada, no meterse)[editar]

Gabriel Antonio Pombo

Bibliografía (en inglés)[editar]

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  • Begg, Paul (2004). The Jack, The Ripper A-Z. Londres. ISBN 978-0-7472-5522-2
  • Begg, Paul (2003). Jack the Ripper: The Definitive History. Londres: Pearson Education. ISBN 0-582-50631-X
  • Begg, Paul (2006). Jack the Ripper: The Facts. Anova Books. ISBN 1-86105-687-7
  • Canter, David (1994). Criminal Shadows: Inside the Mind of the Serial Killer. Londres: HarperCollins. ISBN 0002552159
  • Chapman, Pauline (1984). Madame Tussaud's Chamber of Horrors: two hundred years of crime. Londres: Constable. ISBN 0094656207
  • Cook, Andrew (2009). Jack the Ripper. Stroud, Gloucestershire: Amberley Publishing. ISBN 978-1-84868-327-3
  • Cullen, Tom (1965), Autumn of Terror: Jack the Ripper, his crimes and times, Londres: The Bodley Head. ISBN 3540640096
  • Curtis, Lewis Perry (2001). Jack The Ripper & The London Press. Yale University Press. ISBN 0-300-08872-8
  • Dew, Walter (1938). I Caught Crippen. Londres: Blackie and Son
  • Eddleston, John J. (2002). Jack the Ripper: An Encyclopedia. Londres: Metro Books. ISBN 1-84358-046-2
  • Evans, Stewart P.; Rumbelow, Donald (2006). Jack the Ripper: Scotland Yard Investigates. Stroud, Gloucestershire: Sutton Publishing. ISBN 0-7509-4228-2
  • Evans, Stewart P.; Skinner, Keith (2000). The Ultimate Jack the Ripper Sourcebook: An Illustrated Encyclopedia. Londres: Constable and Robinson. ISBN 1-84119-225-2
  • Evans, Stewart P.; Skinner, Keith (2001). Jack the Ripper: Letters from Hell. Stroud, Gloucestershire: Sutton Publishing. ISBN 0-7509-2549-3
  • Evans, Stuart.; Connell, Nicholas (2009). The Man Who Hunted Jack the Ripper. Amberley Publishing. ISBN 1-902791-05-3
  • Fido, Martin (1993). The Crimes, Detection and Death of Jack the Ripper. Nueva York: Barnes and Noble. ISBN ISBN 978-1-56619-537-9
  • Gordon, R. Michael (2002). The Thames Torso Murders of Victorian London, Jefferson, Carolina del Norte: McFarland & Company, ISBN 978-0-7864-1348-5
  • Gordon, R. Michael (2003). The American Murders of Jack the Ripper. Greenwood Publishing. ISBN 9780275981556.
  • Marriott, Trevor (2005). Jack the Ripper: The 21st Century Investigation. Londres: John Blake. ISBN 1-84454-103-7
  • Meikle, Denis (2002). Jack the Ripper: The Murders and the Movies. Richmond, Surrey: Reynolds and Hearn Ltd. ISBN 1-903111-32-3
  • Ramsland, Katherine M. (2006) Inside the minds of serial killers: why they kill, Greenwood Publishing Group, ISBN 978-0-275-99099-2
  • Rivett, Miriam; Whitehead, Mark (2006). Jack the Ripper. Harpenden, Hertfordshire: Pocket Essentials. ISBN 978-1-904048-69-5
  • Rumbelow, Donald (2004). The Complete Jack the Ripper. Fully Revised and Updated. Penguin Books. ISBN 978-0-14-017395-6
  • Sugden, Philip (2002). The Complete History of Jack the Ripper. Carroll & Graf Publishers. ISBN 0-7867-0276-1
  • Werner, Alex (editor) (2008). Jack the Ripper and the East End. Londres: Chatto & Windus. ISBN 978-0-7011-8247-2
  • Whitehead, Mark; Rivett, Miriam (2006). Jack the Ripper. Harpenden, Hertfordshire: Pocket Essentials. ISBN 9781904048695
  • Whiteway, Ken (2004). A Guide to the Literature of Jack the Ripper, 29 edición, Canadian Law Library Review.
  • Woods, Paul; Baddeley, Gavin (2009). Saucy Jack: The Elusive Ripper. Hersham, Surrey: Ian Allan Publishing. ISBN 978-0-7110-3410-5

Bibliografía (en español)[editar]


Título artículo: «Sospechas de la identidad de Jack el Destripador»

Thomas Cutbush *****[editar]

Thomas Cutbush Haynes nació en 1866 en Kennington, localidad relativamente cercana a Whitechapel. Provenía de una respetable familia de clase media. Su infancia fue complicada, puesto que su padre era alcohólico y abandonó el hogar siendo su hijo adolescente. Thomas quedó entonces al cuidado de su madre y de su tía materna, mujeres muy religiosas.

Mostró graves problemas de conducta ya en su primer trabajo, del cual a los pocos días lo expulsaron. En su segundo empleo le fue aún peor, pues tras un arranque de furia empujó por las escaleras a su anciano patrono.

Se presume que contrajo sífilis en el año 1888.

Tres años más tarde resultó aprehendido luego de comprobarse que, como mínimo, fue responsable de agredir a las jóvenes Florence Grace Johnson e Isabella Frazer Anderson en plena vía pública, a quienes tajeó las nalgas con un cuchillo.

A partir del mes de febrero de 1894 el influyente periódico británico The Sun lo acusó públicamente, a través de una serie de artículos, de ser el culpable de los desmanes consumados por Jack el Destripador.

No obstante, no se le instruyeron cargos a raíz de tales crímenes, aunque quedó confinado por “orden de su Majestad” (según la expresión que se usaba por entonces en estos casos) por tiempo indeterminado en el hospital psiquiátrico de Broadmor, al considerárselo peligroso, mentalmente insano e irrecuperable.

Un dato curioso y de interés en esta historia radica en que en el mismo año de 1894, y a modo de respuesta ante las denuncias contra Cutbush propaladas por The Sum, el Inspector de Scotland Yard Sir Melville Leslie Macnaghten redactó un memorándum policial, de circulación interna, donde manifestó su convencimiento de que Thomas no era el múltiple homicida de Whitechapel, sino un simple enajenado más o menos inofensivo.

En lugar de Cutbush, el Inspector Macnaghten consignó en sus notas los nombres de tres personas que estimaba como posibles culpables, aunque los mismos jamás fueron formalmente acusados.

Los sospechosos más firmes, de acuerdo con la opinión de este jerarca de la policía, eran Montague John Druitt, Michael Ostrog, y Aaron Kosminsky. [1]


Mismo artículo

William Bury *****[editar]

William Henry Bury.

William Henry Bury contaba con veintinueve años de edad en 1888, y residía en la localidad inglesa de Bow, donde convivía con su joven cónyuge Ellen Elliot con la cual había contraído enlace en el mes de abril de aquel año.

El matrimonio vivió en el East End de Londres hasta enero de 1889 y luego se mudaron a la ciudad escocesa de Dundee.

El hombre se apersonó a la estación de policía local en la mañana del 10 de febrero de 1889 pretendiendo que su esposa –la cual ejercía la prostitución- se había suicidado. Pero las pruebas forenses se mostraron muy decisivas en su contra y bastaron a fin de esclarecer la situación sin dejar sombra de duda.

La realidad era que el individuo asesinó a su mujer valiéndose de una cuerda con la cual la estranguló. Tras desmayar a su víctima, Bury le asestó feroces puñaladas en la región abdominal y genital causándole el deceso. Culminada su pérfida agresión escondió el cuchillo ensangrentado dentro del hueco de un árbol.

Una notable curiosidad fincó en que sobre la puerta de ingreso del edificio de apartamentos donde moraba el victimario, alguien había trazado con letras de color rojo la advertencia: “Jack el Destripador se oculta detrás de esta puerta”.

A su vez, en la pared adyacente a la escalera que conducía al sótano se leía, estampada con tiza, una segunda frase acusatoria: “Jack el Destripador está en este sótano”.

Otros datos más objetivos incriminaban al sujeto, pues los médicos forenses creyeron percibir marcadas analogías entre las heridas mortales de su esposa y las patéticas incisiones ventrales infligidas a las víctimas del Ripper. En todos los casos, además, las extintas fungían de meretrices, al igual que la desafortunada Ellen.

El tribunal de Dundee lo halló culpable de homicidio especialmente agravado por el vínculo matrimonial, y lo condenó a purgar su culpa aplicándole la pena capital.

El verdugo y criminólogo aficionado James Berry, que no fue quien lo finiquitó, se trasladó desde Inglaterra hasta aquella cárcel de Escocia a fin de dialogar con el penado. Tras la entrevista quedó convencido de que aquel hombre era igualmente culpable de la masacre acontecida en año anterior en los suburbios de Londres, y así lo afirmó públicamente.

En la mañana del 24 de abril de 1989 William Henry Bury fue ejecutado. El día anterior admitió por escrito haber matado a su cónyuge, pero negó cualquier participación en los asesinatos de Jack el Destripador. [2]


Título artículo: Asesinatos de Whitechapel *****[editar]

Hecho el viernes 14 de 2012 - NO VOLVER A HACER --

Mary Jane Kelly *****[editar]

Mary Jane Kelly, apodada “Marie Jeannette”, “Ginger”, o “Fair Emma”, nació en Limerick, Irlanda. A los dieciséis años se casó con el minero John Davies que falleció tras una explosión. El atraso de la compañía de seguros en pagarle la póliza a la viuda la condujo a la prostitución.

La chica viajó a la capital inglesa en 1884, y se supone que ejerció como meretriz de lujo en el West End. Luego viajó a Francia, aunque al poco tiempo retornó a Inglaterra, ahora para residir en el este de Londres, y se fue haciendo adicta al alcohol.

Al sobrevenir los asesinatos de Jack el Destripador, desde el 31 de agosto hasta el doble crimen del 30 de septiembre de 1888, quedó muy asustada, y por precaución dejó su oficio momentáneamente mientras convivía con un trabajador del mercado de Billinsgate llamado Joseph Barnett.[3]

Transcurrió el mes de octubre sin que se sumaran nuevos crímenes, y aún las prostitutas que vivían aterrorizadas imaginaron que la existencia retornaba a su normalidad. Aquellas que habían dejado de frecuentar los lugares en que se contactaban con clientes, o a donde iban a beber una copa y relajarse entre una faena y otra, volvían a atreverse a salir.

Una de estas desesperadas era Mary Jane Kelly, que adeudaba la renta de la habitación que ocupaba y veía recaer sobre sí la sombra del desahucio. Aunque era demasiado joven comparada con las demás víctimas –pues sólo tenía veinticinco años- la irlandesa pelirroja de ojos azules había comenzado a abismarse por una pendiente sin salida. Aquella madrugada varias vecinas y colegas la vieron entrar y salir incansablemente de su pieza llevando allí a candidatos muy diversos.

El último testigo que la avistó en esa velada fue un obrero amigo suyo, George Hutchinson, quien describiría al acompañante que en ese momento iba del brazo con Mary como un sujeto muy elegantemente vestido y “con pinta de extranjero, tal vez un judío”.

Ese domingo 9 de noviembre de 1888 era un día festivo para los londinenses en el cual se celebraba la fiesta del Lord Mayor, distinción que recibe el Alcalde de Londres, York, y otras ciudades importantes del Reino Unido. Pero no todos estaban de espíritu alegre esa mañana.

Mientras oía el paso de la carroza que transportaba al Lord Mayor y los vítores de la muchedumbre, John Mc Carthy –locador de Kelly y dueño de un bazar próximo al edificio de Miller´s Court, donde moraba la joven- refunfuñaba tras revisar sus cuadernos de cuentas. Al puntear con su lápiz repasó la deuda que mantenía la pensionada del número 13. El importe ascendía a una libra y nueve chelines.

Llamó a Thomas Bowyer, su empleado de cobranzas, y le ordenó que fuera a reclamar el pago. A las 10:45 el cobrador llamó a la puerta de aquel cuarto. No hubo respuesta, por lo cual el hombre se dirigió a una ventana lateral que tenía una rotura que permitía introducir la mano para descorrer la cortina.

Cuidando de no lastimarse, apartó la sucia tela y aplicó un ojo a la abertura a fin de escrutar hacia el interior. Lo que vio le hizo proferir un grito de terror, y retiró tan rápido la mano que se raspó el dorso, el cual empezó a sangrar levemente.

El macabro hallazgo que Mr. Bowyer tuvo la desgracia de hacer, resultó uno de los más espantosos y depravados que consignan los anales de la criminología.

Sobre la cama bañada en sangre reposaban maltrechos despojos de la inquilina. Únicamente llevaba puesto un menguado camisón que dejaba ver el atroz estropicio infligido a su organismo. Su estómago lucía abierto en canal y habían seccionado su nariz, sus senos, y sus orejas. Trozos de muslo y fragmentos de piel de su cara yacían junto a su cuerpo descarnado. Los riñones, el hígado, y otros órganos, se esparcían en torno al cadáver y encima de la mesa de luz.

“¡Parecía más la obra de un demonio que la de un hombre!” exclamó John Mc Carthy, al testimoniar en la ulterior encuesta judicial, dejando constancia de la tremenda impresión que le produjo el monstruoso descubrimiento que estremeció aún a los endurecidos policías que concurrieron a la tétrica habitación. [4]



Alice Mc Kenzie *****[editar]

Aparte de los homicidios que la mayoría de los especialistas imputan al desventrador del East End de Londres (las “víctimas canónicas” Mary Ann Nichols, Annie Chapman, Elizabeth Stride, Catherine Eddowes y Mary Jane Kelly), otros crímenes posteriores, también acaecidos en la zona este de la capital inglesa, podrían haber sido de su autoría, aunque el modus operandi y otros aspectos disímiles en su ejecución determinan que, por lo común, no se los incluya en la lista.

En especial, los investigadores aluden a la muerte de Alice Mc Kenzie, prostituta a quien se conocía por el seudónimo de “Pipa de arcilla”, dado que solía portar una pipa de dicho material asida a su cuello mediante un collar, la cual al ser visualizada caída bajo su cuerpo sin vida ayudó a que la identificaran.

Alice resultó victimada el 17 de julio de 1889. El Dr. Thomas Bond –uno de los facultativos que examinaron su cadáver- opinó que su matador era el tan buscado asesino serial. Del hecho de que desde el principio las autoridades temieron que este homicidio pudiese haber sido obra del criminal de Whitechapel, da cuenta la circunstancia de que dicho forense fue llamado para colaborar en este examen precisamente a causa de que había tomado parte en la autopsia de Mary Jane Kelly.

El médico percibió ciertas coincidencias entre las muertes inequívocamente inferidas por el monstruo de Londres, y la forma en que Alice Mc Kenzie fue ultimada.

No obstante, prevaleció la posición de los doctores George Bagster Phillips, Frederick Gordon Brown, y otros galenos, quienes desestimaron cualquier posibilidad de que el fallecimiento de esta mujer constituyese facturación del ya por entonces famoso psicópata. [5]

Título artículo: Comité de Vigilancia de Whitechapel *****[editar]

George Lusk, Presidente del “Comité de Vigilancia de Whitechapel”.

El llamado “Comité de Vigilancia de Whitechapel” (en inglés "Whitechapel Vigilance Committee") representó un grupo no gubernamental conformado por una serie de ciudadanos comunes, quienes de modo voluntario cooperaron con las fuerzas del orden en la infructuosa búsqueda de Jack el Destripador. Este mecanismo de vigilancia fue creado a instancias de comerciantes del East End londinense, preocupados por los efectos nocivos que los crímenes de ese asesino provocaban en la zona. [6]

Antecedentes, modus operandi, y resultados[editar]







Editando sección de «Peter Sutcliffe» Hecho octubre 4 de 2012[editar]

Captura y prisión[editar]

Resulta discutible que Sutcliffe fuera un enajenado inimputable, pues es demasiado patente el grado de organización exhibido en sus crímenes, según opinan muchos analistas que estudiaron este asunto. Mostró suma astucia antes y después de consumar los asesinatos.

Sus violentos ataques iban precedidos de un minucioso estudio del terreno, y sabía cómo escapar luego de haber ejecutado cada acometida. Siempre portaba consigo las armas letales, detalle muy significativo que da cuenta de planificada organización a la hora de llevar a término las fechorías.

Tan cauto demostró ser Sutcliffe, que su aprehensión fue debida tal sólo a la buena suerte que tuvieron las fuerzas del orden.

El 2 de enero de 1981, dos policías del sur de Yorkshire detectaron por casualidad un vehículo sospechosamente mal aparcado a la entrada de una carretera privada. Dentro del rodado estaba el asesino, quien se aprestaba para quitar otra vida en la persona de la meretriz sentada a su lado.

El sargento Bob Ring y el agente Robert Hides se apersonaron al conductor entablando una charla de rutina. Al chequear las placas del automóvil descubrieron que las visibles estaban mal adosadas encima de otras legítimas, señal de que podría tratarse de un automóvil robado.

Antes de ser arrestado, Sutcliffe logró deshacerse de las herramientas con las que pensaba ultimar a la mujer, arrojándolas sobre una pila de hojas.

Una vez que fue conducido a la comisaría, otras pruebas lo incriminarían. Allí podía apreciarse el retrato robot del destripador de Yorkshire. Sus asombrados captores no pudieron dejar de advertir el gran parecido entre esa imagen y el rostro del hombre al cual minutos atrás habían detenido por el muy menor delito de hurto.

No versarían sobre el robo de un coche las preguntas que le formularon los investigadores, sino acerca de su responsabilidad en la autoría de alevosos homicidios.

Sutcliffe cayó en gruesas contradicciones y, tras un maratónico interrogatorio que duró dieciséis horas, terminó confesando plenamente su culpa.

Aunque alegó locura, el primer tribunal que lo juzgó lo halló cuerdo y lo sentenció a cadena perpetua, siendo confinado en el presidio de alta seguridad de Parkhurst desde mayo de 1981.

Sólo permaneció encarcelado allí durante un año y cuatro meses. Los psiquiatras que lo examinaron en la cárcel concluyeron en que se lo debía recluir en un hospital para enfermos mentales.

Fue entonces derivado al asilo de Broadmoor, cercano a Londres, donde sigue recluido hasta el presente. El Tribunal Supremo británico rechazó su apelación de solicitud de libertad en el año 2010, confirmando la cadena perpetua impuesta.

Para la integridad física de Sutcliffe, su traslado al hospicio fue muy adecuado, pues en la prisión común su vida corría grave peligro. La más seria de las agresiones –donde estuvo al borde de perder un ojo- la sufrió a manos de dos indignados compañeros de celda, quienes lo apalearon con saña provocándole heridas en su cabeza y su rostro. [7]

Pese a que la opinión generalizada a nivel popular y de prensa apoyó el dictamen pericial de los forenses que declararon a Sutcliffe psicótico inimputable penalmente (razón por la cual terminó siendo derivado a un hospital psiquiátrico), hay autores que dudan que fuera un enajenado total, pues estiman que su conducta era inherente a la de un asesino organizado.

Por definición los asesinos organizados son conscientes de sus actos, no son perturbados mentales y, por lo general, se los considera psíquicamente competentes para conocer y compreder sus actos.[8]

Se destaca que este delincuente portaba encima las armas con las cuales ejecutaba sus agresiones, lo cual se conoce en criminología con el nombre de "kit de asesinato". A su vez, se alega que preparaba con anticipación los ataques y que escogía los lugares más adecuados para escapar luego de sus acometidas. [9]

Otros argumentos que abogan por que podría haber exagerado su perturbación para aliviar su condena, radican en que optaba por atacar a las presas humanas que veía más vulnerables en un momento determinado. Se sabe que hubo mujeres agredidas por esa razón de oportunidad, y no porque encajaran con el perfil de prostitutas que, según proclamó este homicida, eran las únicas personas que deseaba exterminar. Se cita como ejemplo a las víctimas Jayne Mac Donald, empleada de una tienda de ultramarinos, así como Bárbara Leach, estudiante de la Universidad de Bradford.[10]




Editando sección de «Walter Richard Sickert»[editar]

La Teoría del Destripador[editar]

En años recientes, el nombre de Sickert ha estado conectado con Jack el Destripador. Sickert mismo estaba interesado en el crimen y comentó que él se había alojado en el cuarto que utilizó el asesino múltiple, siendo ésta afirmación realizada por su casera la cual sospechaba del huésped anterior. Pintó el cuarto, dándole el título de El cuarto de Jack el Destripador, retratándolo oscuro, empollado, casi en un espacio ininteligible. La pintura está en la galería de arte de la ciudad de Mánchester.

En 1976, Stephen Knight afirmó en su obra Jack the Ripper: The Final Solution, que Sickert había sido forzado a participar como cómplice en los asesinatos del Destripador. Esta información fue proporcionada por un hombre que alegó ser hijo ilegítimo de Sickert. De esto se desarrolló la popular teoría de la conspiración monárquico-masónica. Jean Overton Fuller, en Sickert y los Crímenes del Destripador (1990), clamaba que Sickert era el asesino real en vez de apenas un cómplice. Las opiniones de Knight y Fuller no han sido extensamente aceptadas entre los eruditos del Destripador.

La novela-ensayo de Patricia Cornwell "Retrato de un asesino. Jack el Destripador. Caso cerrado" supone la obra más actual que vuelve a traer a la luz pública la nominación de Walter Sickert a la identidad de Jack el Destripador (hipótesis que se comenta en el apartado siguiente).

Pero la figura de este artista había resultado asociada a las matanzas victorianas en función de propuestas en extremo dudosas ya desde larga data. Rastreando en la implicación del pintor con los homicidios del East End londinense cabría tener presente a las naraciones que el propio esteta hacía circular en reuniones sociales, en las cuales era bien conocido por su histrionismo y por su afán de constituirse en centro de la atención. De tal modo, pretendería que los arrendadores de una casa de huéspedes donde se alojó le contaron que el anterior inquilino de esa habitación había sido un acomplejado estudiante de veterinaria con extraños hábitos, a quien sus padres vinieron a buscar y lo trasladaron a la localidad de Bournemourth, de donde era oriundo, para internarlo en un hospital psiquiátrico. El motivo: ocultar la vergüenza, dado que su insano hijo era el homicida serial de Whitechapel intensamente buscado por la policía de Scotland Yard, y a quien también se conocía bajo el tenebroso alias delictivo de Jack el Destripador.

Como puede apreciarse, el impresionista se introdujo por sí sólo en la trama de aquellos sórdidos crímenes. Pero andando el tiempo otras personas estarían ansiosas de involucrarlo a su pesar. El inicial de estos acusadores lo conformó Mr.Joseph Gorman el cual adujo, sin pruebas convincentes, ser su hijo natural y, asimismo, sostuvo que su madre Alice Margaret Crook (presunta amante de Sickert) devenía hija natural del príncipe Alberto Víctor. El imaginativo Gorman suministraría material a un emprendedor periodista llamado Stephen Knight, quien en el año 1976 publicó un ensayo revolucionario en la historia de aquellos misteriosos asesinatos victorianos titulado "Jack el Destripador. La Solución Definitiva".

En dicha emergencia, por primera vez la imagen del gran pintor impresionista se confunde con el personaje criminal, en tanto se pretende que configuró el tercer participante de una conjura monárquico-masónica para finiquitar a las cinco prostitutas que fueron víctimas de aquel maníaco.

El cargo de primordial ejecutor se le reserva en esta versión al médico imperial Sir. William Withey Gull. Por su parte, Walter Sickert y el cochero John Charles Netley secundarían al funesto facultativo durante sus incursiones nocturnas por los barrios bajos en busca de presas humanas.

La teoría de la conspiración resultó objeto de fuertes críticas y, por ende, el papel allí asignado a Sickert devino muy cuestionado y poco creíble.

Así por ejemplo se expresó con escepticismo: "Stephen Knigth responde diciendo que Walter Sickert era también el Destripador, que acompañó a Gull en sus expediciones asesinas y podría haber matado a alguna de las víctimas... ¿Acaso esto significa que Sickert fuese Jack el Destripador? casi seguramente no. Los artistas y los escritores pueden adquirir una morbosa obsesión por los asesinatos pero nunca se ha sabido de un artista que cometiera un asesinato premeditado..."[11]​.

Comentando la teoría de la conspiración planteada por Stephen Knigth, donde se sugiere a Sickert como el tercer integrante directo del complot para asesinar a las víctimas de Jack el Destripador, se ha apuntado asimismo: "...Walter Sickert interviene en el primer plano de esta trama ya que -a estar a la misma- a él se le había encomendado por cuenta de su amiga la princesa Alejandra, madre de Alberto Víctor, una suerte de educación social del joven de sangre real. La tarea del artista, pues, consistía en hacer conocer al inexperto príncipe la vida mundana de los cabarets, las fiestas y una amplia gama de entretenimientos que abarcaban incursiones por el bajo East End, incluido el sórdido aunque excitante distrito de Whitechapel..." [12]​.

E incluso antes, por el mes de noviembre del año 1970, había salido a la luz pública un artículo periodístico en la edición de la revista The Criminologith suscrito por el anciano médico Dr. Thomas Stowell donde se propone a un homicida de Whitechapel de sangre real o, al menos, de prominente condición social, y en ese relato se encubre el nombre del culpable refiriéndose al mismo como Mr. "S".

En un principio se creyó que bajo ese apodo se escondía la identidad del príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence. Algunos comentaristas consideraron luego que en verdad se trataba de James Kenneth Stephen, amigo intimo y preceptor de hecho del joven aspirante al cetro imperial. Ambos hombres fallecerían al poco tiempo: el príncipe en 1892, y su amigo durante 1890, internado en un hospital aquejado de una enfermedad mental.

Sin embargo, otros autores creyeron advertir en el misterioso Mr "S" de aquella narración a la persona de Walter Richard Sickert, cuyo apellido comienza con dicha consonante.

Así fue como el célebre y extravagante pintor impresionista iría aproximándose a interpretar el rol del sanguinario psicópata cuyas sangrientas hazañas aparentemente lo obsesionaron durante toda su vida.






Editando sección de «William Withey Gull»[editar]

El Dr. W. Gull y la Teoría de Jack el Destripador[editar]

Realmente cuesta concebir una carrera profesional más distinguida que la de este facultativo. Sin embargo, tales méritos no evitaron que con el correr del tiempo se propalase la versión de que el insigne galeno habría llevado una segunda existencia mucho más tenebrosa, puesto que bajo su tan digna apariencia supuesamente se escondía el peor asesino serial británico de postrimerías del siglo XIX: Jack el Destripador.

La irrupción de Gull a ese papel se debió a la obra del periodista y escritor Stephen Knight publicada en 1976 bajo el título de Jack the Ripper: The Final Solution.

Según esta historia, las cinco meretrices víctimas del Destripador intentaban chantajear a la Corona británica al conocer el casamiento semiclandestino del príncipe Alberto Víctor, duque de Clarence, con una modesta empleada de comercio de nombre Annie Crook quien tuvo una hija del futuro rey.

A tales efectos, se verificaría una conspiración que involucró a prominentes miembros del imperio (en especial, algunos vinculados a la masonería), y al médico oficial de la Casa Real le tocaría cumplir el encargo de exterminar a las chantajistas conjuradas. A efectos de concretar con éxito tan abominable faena, el eminente cirujano contaría con el auxilio prestado por dos cómplices, a saber: el cochero John Netley y el afamado pintor impresionista Walter Richard Sickert.

La obra de Knight resultó muy impactante y mediática, pero recibió el casi unánime rechazo por los estudiosos del caso, debido a su notoria ausencia de pruebas.

Entre las críticas negativas que ha merecido esta conjetura se sostuvo:

La historia de Knight se derrumba a cada paso. Los francmasones no usan la frase 'los judíos' para referirse a Jubela, Jubelo, Jubelum... Knight no explica cómo se enteraron las cinco prostitutas asesinadas del matrimonio del duque de Clarence ni porqué Gull pudo haber decidido que ellas debían ser castigadas como francmasones que han revelado secretos de la masonería...
Consultar:[13]

El Dr Gull era un alto integrante de la masonería (hecho no controvertido), y había sufrido un ataque cardíaco y cerebral meses antes de comenzar los crímenes de Whitechapel.

En cuanto a sus posibles móviles para convertirse en el asesino, comentando el libro de Stephen Knight se ha señalado:

Las dos grandes pasiones en la vida del Dr. Gull eran la monarquía británica y la orden masónica, y quienes lo conocían a fondo sabían que haría todo cuanto fuere preciso en salvaguarda de esas instituciones. Con la ayuda de un cochero de carruajes llamado John Netley, quien otrora se había encargado de trasladar al Príncipe Eddie, pondría manos a la obra en su labor finiquitadota. ¿El móvil de Gull el Destripador? Su creciente insanía producto de un accidente cerebral sufrido el anterior año de 1887, el cual le generaría alucinaciones tan graves como para hacerle creer que al mutilar ritualmente a aquellas que veía como enemigas estaba cumpliendo con su ineludible deber como estricto masón...
Consultar: .[14]

A pesar de que la hipótesis de la conspiración no superó las furibundas críticas lanzadas por los especialistas de aquellos crímenes victorianos, sin embargo dio origen, a muy abundante literatura de ficción ulterior a ese ensayo, en la cual se repetirá básicamente la versión con ligeros agregados y variantes.

From Hell ("Desde el Infierno"), novela gráfica de Alan Moore y Eddie Campbell, también recogió esta teoría conspirativa, y propuso al Dr Gull representando el papel de ejecutor, dando lugar a la taquillera película homónima. El film rodado en el año 2001 fue dirigido por los hermanos Hughes, y contó con las actuaciones protagónicas de Ian Holm actuando en el doble rol del célebre médico y de Jack el Destripador, y de Johnny Depp interpretando a su gran rival, el Inspector Frederick George Abberline.




Editando sección de «Stephen Knight» *****[editar]

Comentario sobre Jack el Destripador: La solución definitiva *****[editar]

Dentro de la producción literaria de Stephen Knight destaca, sin lugar a dudas, el ensayo e investigación que este escritor publicó en el año 1976: Jack the Ripper: The Final Solution ("Jack el Destripador. La Solución Definitiva").

Esa obra sirvió como modelo de inspiración a una numerosa cantidad de libros, así como de películas, entre las que cabe recordar a "Sherlock Holmes contra la hermandad de la muerte" y, muy especialmente, a Asesinato por Decreto, dirigida por Bob Clark en 1978, que narra cómo Sherlock Holmes resuelve el misterio. En 2001 se realizó un remake de dicha película, sustituyendo a la figura de Sherlock Holmes, y fue titulada From Hell ("Desde el Infierno"), bajo dirigido por los hermanos Hughes y contando con las actuaciones protagónicas de Ian Holm en los papeles del Dr William Withey Gull y de Jack el Destripador, de Johnny Deep interpretando al Inspector Frededick Abberline, y de Heather Graham haciendo las veces de Mary Jane Kelly.

Stephen Knight fundamentó su ensayo en una meticulosa, aunque muy discutible, indagatoria. Para ello se sirvió esencialmente de una curiosa historia que le narrase un hombre llamado Joseph Gorman. Este último alegó ser hijo natural del celebrado pintor impresionista Walter Richard Sickert y de Alice Margaret Crook. Pero lo más interesante consistía en que la abuela materna de Joseph Gorman sería, según su versión, nada menos que Annie Elizabeth Crook, presunta esposa (merced a un casamiento semi clandestino) del joven Príncipe Albert Víctor, Duque de Clarence, popularmente conocido por el apodo "Eddie" (malogrado candidato al trono británico que falleciera presuntamente de sífilis a los 28 años en 1892).

Conforme viene de decirse, la historia narrada en "The Final Solution" pretende que: "El Duque de Clarence merodearía por los arrabales del East End londinense, bien lejos de las indiscretas miradas que lo vigilarían si hubiese pretendido divertirse en la lujosa zona del West End. El bohemio y talentoso pintor Walter Richard Sickert, de quien Eddie fingiría ser su hermano menor, oficiaría a modo de baqueano cicerone del joven de sangre real durante esas incursiones. En una de las mismas, por 1884, el muchacho conocería a la juvenil y sensual Annie Elizabeth Crook, una modesta dependienta que a la sazón trabajaba en una confitería emplazada en la calle Cleveland. Los jóvenes se convertirían en una entusiasta pareja de amantes, y a raíz de esa tórrida relación amorosa la chica daría a luz a una hija natural del aspirante a monarca, a la cual se bautizaría con los nombres de Alice Margaret...". [15]

El escándalo provocado por este nacimiento llegaría a oídos de la Corona británica, la cual separaría a la pareja mediante la fuerza, con el resultado de que la joven resultaría internada en un hospital psiquiátrico para que nadie le creyera si insistía en divulgar la historia respecto de su casamiento con el Príncipe y sobre la bebé con derechos al trono. Pero la versión propuesta por Knight soportó numerosas críticas a cargo de expertos.

A modo de ejemplo se señaló: "Nos piden que creamos, ante todo, que Eddie, Duque de Clarence, se convirtió en amigo íntimo de Walter Sickert. No existen pruebas al respecto. Nos piden que creamos que se enamoró tanto de una dependienta que llegó a casarse con ella, aunque como ocurría con todos los demás de la familia real, la Reina Victoria lo aterrorizaba...". [16]

La narración supone, a su vez, que unas prostitutas amigas de Annie se enteraron de su trágica situación y, necesitadas de dinero, tuvieron la mala idea de intentar chantajear a la Casa Real británica, con lo cual sólo lograron que ésta, por mediación del médico imperial Sir. William Gull, las mandara finiquitar de la tan espantosa manera que daría origen a la macabra leyenda de Jack el Destripador.





Título Artículo: Detective (investigador) *****[editar]

Los detectives en la Inglaterra previctoriana y victoriana *****[editar]

Aún cuando parezca extraño, a diferencia de otros países del continente europeo que disponían de policía en exceso, Inglaterra no contó con una fuerza policial estatal hasta bien entrado el siglo XVIII, pese a ser la nación más poderosa del orbe en esa época.

La custodia de los bienes y las vidas de los ciudadanos de Londres, por ejemplo, se encomendaba a agentes o detectives privados que ejercían su oficio en condiciones harto precarias.

Eran conocidos como los “Carlitos”, porque su existencia databa del antiguo tiempo de los reyes Carlos. Su cargo no era muy codiciado por el inglés medio, y únicamente aceptaban ejercer tal función de vigilancia, ancianos cuya jubilación no alcanzaba para sobrevivir o desocupados carentes de cualquier preparación.

No era de sorprender que frente a los embates de una delincuencia irrefrenable, la ciudadanía clamara por verdadera protección. No obstante, se siguió insistiendo con detectives o agentes particulares, tras leyes promulgadas durante los reinados de Jorge II (1737) y de su sucesor Jorge III (1777), monarcas que ordenaron la creación de una guardia nocturna destinada a patrullar la City de Londres y otras ciudades prominentes de Gran Bretaña, con el objeto de evitar incendios, hurtos, homicidios, violaciones, y desórdenes en general.

Pero esta legislación fracasó, pues los detectives que sustituyeron a los “Carlitos”, aunque eran hombres más jóvenes, duchos, y mejor equipados, en muchos casos también eran corruptos y congeniaban con los bribones. Se generalizó y se tornó habitual por aquél entonces la práctica de la felonía y de los sobornos.

De hecho, los habitantes se veían forzados a acordar con los malhechores, entregándoles dinero para que aquellos accediesen a devolver los bienes y valores que previamente habían hurtado.

A veces, estos detectives impuestos por las leyes de los reyes Jorge intercedían entre el agresor y la víctima logrando un trato medianamente justo, actuando con probidad y eficacia, pero tal conducta no constituía la regla sino la rara excepción.

Ilustrados por estas líneas, los lectores deben entender que el concepto "detective" evolucionó a lo largo del tiempo, variando también de un país a otro y a veces en forma bastante importante (referencias: [Thomson-1937], [Cornwell-2006], [Pombo-2011]).

Bibliografía *****[editar]

  • [Thomson-1937] Sir Basil Thomson - "La historia de Scotland Yard"; Edición de Espasa-Calpe S.A, Madrid, España, 1937, traducción de G. Sans Huélin.
  • [Cornwell-2006] Patricia Cornwell - "Retrato de un asesino, Jack el Destripador: Caso Cerrado"; Ediciones B. S.A, Barcelona, España, 2006, traducción de María Eugenia Ciocchini.
  • [Pombo-2011] Gabriel Pombo - Detectives en la Inglaterra previctoriana y victoriana.




Editando sección de «Robert Anderson (Scotland Yard)» *****[editar]

Sir Robert Anderson y su opinión sobre las “cartas” del Destripador[editar]

Sir Robert declaró que la carta que por el año 1910, al tiempo de publicarse sus memorias, se hallaba en exhibición dentro del Museo de Scotland Yard, no constituía obra del verdadero criminal, sino que fue fabricada por una persona a la cual definió como “un emprendedor periodista londinense”. [17]

Atendiendo a la expectación que suscitaba en la gente la difusión que la prensa otorgaba a esa clase de correspondencia, Anderson era del parecer de que ello producía un efecto muy negativo, pues de esa manera se daba pábulo al fomento y a la propagación de errores.

Esta reflexión indujo al antiguo jerarca policial a manifestar que casi tenía la tentación de revelar la identidad del asesino y del reportero que habría escrito la misiva; pero se excusó de aportar públicamente esos nombres, argumentando que si lo hacía vulneraría las tradiciones éticas de su Departamento de Policía. [18]


Sir Robert Anderson y su supuesta implicación en la “conspiración masónica”[editar]

La denominada “conspiración monárquico masónica” incluye a Sir Robert Anderson entre sus componentes.

De acuerdo con esta formulación, su rango de Segundo Jefe de Scotland Yard en la época de los crímenes del East End londinense, determinó que Anderson actuara a modo de eficaz encubridor junto a su superior, el también masón General Charles Warren, e hiciera (metafóricamente hablando) “la vista gorda”, favoreciendo, a través de la omisión en el cumplimiento de sus deberes, la ejecución del siniestro plan.

Stephen Knigth, primordial propagador de esa teoría, alega que Robert Anderson representó un activo participante en la conjura para finiquitar a las víctimas del Destripador, y que su condición de masón de elevado grado conformaba un hecho notorio e irrefutable. [19]

No obstante, escritores posteriores, adversos a la hipótesis de la conspiración, abogan por que la pertenencia de Sir Robert a la logia masónica no resultó en absoluto confirmada. [20][21]



Editando sección de «Carta «Dear Boss»» *****[editar]

Contenido *****[editar]

La carta está dirigida a un destinatario desconocido, designado con el término « Boss » (en español « jefe »), que bien podría ser el director de la Central News Agency.

Esa misiva está escrita con tinta roja, y tiene varias faltas de ortografía, así como un post scríptum desarrollado verticalmente.

El contenido de esa carta (en el original inglés) es el siguiente:

Traducción de la carta "Dear Boss" al español...
«…Querido Jefe: Constantemente oigo que la policía me ha atrapado pero no me echarán mano todavía. Me he reído cuando parecen tan listos y dicen que están tras la pista correcta. Ese chiste sobre “Mandil de Cuero” me hizo partir de risa. Odio a las putas y no dejaré de destriparlas hasta que me harte. El último fue un trabajo grandioso. No le di tiempo a la señora ni de chillar. ¿Cómo me atraparán ahora? Me encanta mi trabajo y quiero empezar de nuevo si tengo la oportunidad. Ponto oirán hablar de mí y de mis divertidos jueguecitos. Guardé algo de la sustancia roja en una botella de cerveza de jenjibre para escribir, pero se puso tan espesa como la cola y no la pude usar. La tinta roja servirá igual, espero, já, já. En el próximo trabajo le cortaré las orejas a la dama y las enviaré a la policía para divertirme. Guarden esta carta en secreto hasta que haya hecho un poco más de trabajo y después tírenla sin rodeos. Mi cuchillo es tan bonito y afilado que quisiera ponerme a trabajar ahora mismo si tengo la ocasión. Buena suerte. Sinceramente suyo. Jack el Destripador...»
Y en una especie de posdata transversal...
el redactor del comunicado se mofaba:
«…No se molesten si les doy mi nombre profesional. No estaba bastante bien para enviar esto antes de quitarme toda la tinta roja de las manos. Maldita sea. No ha habido suerte todavía, ahora dicen que soy médico, já, já…» [22]
Dear Boss,

I keep on hearing the police have caught me but they wont fix me just yet. I have laughed when they look so clever and talk about being on the right track. That joke about Leather Apron gave me real fits. I am down on whores and I shant quit ripping them till I do get buckled. Grand work the last job was. I gave the lady no time to squeal. How can they catch me now. I love my work and want to start again. You will soon hear of me with my funny little games. I saved some of the proper red stuff in a ginger beer bottle over the last job to write with but it went thick like glue and I cant use it. Red ink is fit enough I hope ha. ha. The next job I do I shall clip the ladys ears off and send to the police officers just for jolly wouldn't you. Keep this letter back till I do a bit more work, then give it out straight. My knife's so nice and sharp I want to get to work right away if I get a chance. Good Luck. Yours truly
Jack the Ripper

Dont mind me giving the trade name.
PS Wasnt good enough to post this before I got all the red ink off my hands curse it No luck yet. They say I'm a doctor now. ha ha[23]

Como ya se dijo, este texto estaba escrito con tinta roja, y, en cuanto a su forma, en el mensaje aparecían patentes americanismos como “boss” (jefe), “fix me” (atraparme) y “shan´t quit” (no abandonaré). El contenido de este recado sería crucial para cimentar y propalar la leyenda, en tanto aportaría ante la opinión general el mote con el cual se había bautizado a la hasta entonces anónima y fantasmagórica figura del delincuente. Ese alias lo haría tristemente célebre en todo el mundo. Así y por primera vez, tomaba estado público el cruel y burlón apodo de “Jack el Destripador”.

Traducción al francés de la carta « Dear Boss » (texto e imagen en el dominio público).

Por una ética del futuro[editar]

El « terremoto » de Martín Heidegger y sus límites[editar]

Fue gracias a la filosofía de Martín Heidegger, y especialmente de la obra El ser y el tiempo, que Jonas abandona las concepciones de Edmund Husserl.[24]

Exprimant le changement dans sa pensée qu'a entraîné Heidegger par l'expression de Referencia vacía (ayuda) ., Jonas souligne toute l'importance et le caractère déterminant du philosophe tirant de l'oubli dans lequel elle était tombée la question de l'être (Pourquoi y a-il de l'étant et non pas plutôt rien ?). Heidegger fait voler en éclat toute conception de la conscience comme essentiellement cognitive en mettant en avant le Referencia vacía (ayuda) ., le Referencia vacía (ayuda) .. Ce qu'abandonne Heidegger, c'est le substantialisme : on n'a pas le sujet et des choses, des substances, mais au contraire des événements, des accomplissements (d'où comme le relève à juste titre Jonas l'emploi d'expressions avec des verbes substantivés, tel « l'être-au-monde », « l'être-vers-la-mort », « l'être-jeté », etc.). Le sujet humain devient le Referencia vacía (ayuda) . (qu'on a traduit un temps par « l'être-là ») : c'est-à-dire que le sujet devient Referencia vacía (ayuda) .. Jonas souligne l'idée chez Heidegger que le Referencia vacía (ayuda) . est Referencia vacía (ayuda) . : autrement dit la finalité de l'homme est mise en exergue, l'idée que l'homme est orienté vers une fin est soulignée. Et cette finalité de la vie humaine met en exergue un point fondamental dans la pensée de Jonas : la précarité. L'être-là est menacé : s'il n'en allait pas toujours de quelque chose pour l'être-là, il périrait. Heidegger a ainsi mis en avant la mortalité de la vie humaine, et en même temps le souci. Souci de soi (plutôt de son propre être) avant tout, mais le souci peut aussi s'orienter vers autrui.

Jonas en vient alors à la critique de son second grand maître : son insistance sur notre mortalité est préférée par Jonas à la conscience pure de Husserl, car notre lien à la nature y apparaît plus nettement : Referencia vacía (ayuda) .. Mais aux yeux de Jonas, Heidegger ne traite pas du corps : le souci dont il s'agit n'est jamais celui par exemple de la nourriture. La mortalité qui apparaît dans la philosophie heidegerrienne est une mortalité « abstraite », puisque le corps n'y est pas lié.

Derrière cette ignorance du corps, Jonas diagnostique plus généralement un Referencia vacía (ayuda) ., hérité du dualisme âme/corps, esprit/matière (que l'on retrouve par exemple chez Descartes) conduisant à interroger uniquement le versant de l'esprit dans l'étude de l'homme. La conséquence en a été une scission de plus en plus marquée entre les deux pôles que sont l'âme et le corps, entre substance pensante et substance étendue, l'étude de la substance étendue étant laissée aux soins des sciences dures. Referencia vacía (ayuda) .. Le point faible de toutes les pensées qui l'ont formé est donc l'inscription dans l'analyse unilatérale de la réalité : la pensée, avec comme exemple paradigmatique la phénoménologie husserlienne. Jonas déplore d'ailleurs le manque d'attention des philosophes envers les sciences physiques (on peut ici souligner le grand intérêt qu'a porté Jonas notamment pour la biologie). Or, c'est pourtant là une évidence, notre être est issu de la matérialité, de la corporéité : pas d'esprit sans corps. Le corps est la fondation du dasein. Il s'agit donc pour Jonas de développer une philosophie de l'unité de l'être, l'unité de la matière et de l'esprit.

Le second aspect de la critique de Heidegger concerne sa conduite regrettable que l'on connaît en 1933. Selon Jonas, cela regarde la philosophie qui non seulement forme le savoir, mais aussi la conduite. Referencia vacía (ayuda) .

===Sobre el fundamento ontológico de una ética del futuro===[editar]

Ese texto está basado en una conferencia pronunciada por primera vez por Hans Jonas en 1985, Es un texto bastante sintético, en donde Jonas explicita el fundamento ontológico de su ética, así como también en qué consiste la misma.

La responsabilité[editar]

La responsabilité découle de notre pouvoir (quelqu'un qui agirait sans avoir le pouvoir d'agir autrement qu'il n'agit n'est pas véritablement responsable de ses actes ; par ailleurs les limites de notre responsabilité sont celles de notre pouvoir) et de notre liberté (comme l'avait déjà défendu Sartre, par exemple dans L'Etre et le néant, ou dans L'existentialisme est un humanisme). L'homme est le seul être qui peut être responsable. Mais quel est l'objet de cette responsabilité : « Ce dont je suis responsable, ce sont naturellement les conséquences de mon agir – dans la mesure où elles affectent un être ». Mais cette responsabilité ne prend sa dimension éthique que si cet être qui est placé sous mon pouvoir et dont je deviens alors responsable a de la valeur. Si l'être sur lequel j'ai un pouvoir a une valeur, alors émane de lui une obligation pour moi de m'en porter responsable. Bref, il s'agit de savoir si l'on peut trouver des valeurs dans l'Etre qui appelleraient alors ma responsabilité. C'est la vulnérabilité, la précarité, la fragilité de l'être sur lequel j'ai un pouvoir qui appelle ma responsabilité. Le paradigme de la responsabilité que Jonas mettait en avant dans le Principe responsabilité était la responsabilité parentale, appelée par le petit souffle du nourrisson, par son extrême précarité (sans les soins des parents, il meurt). C'est donc l'être lui-même, au travers de la précarité, qui m'appelle à être responsable.

Futurologie et connaissance du Bien[editar]

Dès lors, comment fonder ontologiquement la responsabilité ? Deux tâches préliminaires sont nécessaires. Il faut tout d'abord améliorer la connaissance des effets de notre agir technologique sur les générations futures (futurologie) : scientifiquement, mais aussi dans son influence affective sur nos comportements. Il faut ensuite établir une connaissance du Bien, c'est-à-dire de ce qu'on a le droit ou non de faire : qu'est-ce que le Bien humain ? Bref, il faut développer une idée de l'homme que l'homme lui-même doit préserver et dont il doit empêcher toute défiguration, notamment par les technologies (modifications génétiques par exemple). Mais comment accéder à cette idée de ce que l'homme doit être ? N'est-ce pas prétentieux ? Deux sources nous sont offertes pour une telle connaissance : l'histoire (« « l'homme » s'est déjà montré », il a toujours déjà été là : l'homme est pleinement homme depuis qu'il existe, il n'est pas à construire), mais surtout la métaphysique. Seule cette dernière peut véritablement nous dire ce que l'homme doit être, notamment grâce à un fondement ontologique de ce devoir. La question est donc de savoir : pourquoi l'homme doit-il exister, et donc préserver l'existence de l'humanité, mais aussi comment il doit être ?

La thèse jonassienne est que lorsque l'on dit que seul l'homme peut être responsable, cette possibilité est en fait un caractère ontologique de l'homme : cela fait partie de ses propriétés essentielles. « Nous y reconnaissons un critère distinctif et décisif de l'essence humaine dans sa dotation en Etre ». L'essence de l'homme consiste entre autres à pouvoir être responsable. Cette dotation fait la valeur unique de l'homme qui n'est pas seulement un être vivant (telle est la première valeur objective chez Jonas) mais un être vivant capable d'être responsable. Autrement dit, c'est notamment parce que l'homme est un être responsable qu'il DOIT exister. La responsabilité étant une valeur unique, sa possibilité doit être perpétuée : « sa détention oblige à perpétuer sa présence dans le monde ». Cela implique donc de préserver l'existence de l'humanité : il faut se soucier des générations futures au moins du fait qu'ils sont, en tant qu'hommes, capable d'être responsables. Le fond de l'argumentation jonassienne peut donc être exprimé ainsi : il faut se rendre responsable des hommes qui viendront après nous parce qu'ils sont la condition de possibilité de l'existence de la responsabilité, responsabilité qui introduit une valeur, qui constitue un bien supérieur au sein de l'Etre en général. Mais cet argument n'est pas une preuve. Il n'est pas dit que la possibilité d'être responsable constitue un bien et par conséquent dont l'existence est préférable à l'absence, ni par ailleurs qu'il existe des biens en soi, objectifs. Jonas en appelle à l'intuition pour dire que la responsabilité est un bien, mais cette intuition, comme il le reconnaît lui-même, est toujours récusable.

La futurologie est donc essentielle pour éveiller notre responsabilité (puisque le fondement ontologique est toujours récusable) et amener une conduite responsable dans nos sociétés : elle doit nous inspirer peur (notre descendance pourrait s'arrêter par notre faute)et culpabilité (nous avons un rôle dans cette possible apocalypse rampante). Mais puisque cela ne nous concerne pas directement, le problème de l'efficacité de cette futurologie est posé. À cela Jonas de répondre : « c'est avant tout l'accusation que comporte cet avertissement, montrant ces êtres du futur comme nos victimes, qui nous interdit moralement la distanciation égoïste du sentiment, généralement justifiée par l'éloignement considérable de l'objet ». Un tableau des effets dramatiques possibles de nos technologies, de leur usage massif et répété, doit alors nous être présenté pour nous faire agir de manière responsable. L'homme politique doit utiliser le moteur de la crainte, de la peur pour modifier les comportements collectifs. Il s'agit d'une manière générale de retrouver une maîtrise de notre maîtrise extrême de la nature, cette maîtrise devant être collective.

La nécessité des sacrifices et le problème de la tyrannie[editar]

Mais retrouver, ou plutôt trouver une telle maîtrise suppose de lourds sacrifices : car il s'agit au fond de réduire notre consommation et la production, donc d'abandonner une partie de notre confort (du moins en ce qui nous concerne, nous, nantis, cinquième de la population mondiale). Jonas rajoute à cela la nécessité d'un contrôle des naissances, une politique démographique interventionniste dans le cercle privé. Car notre planète est finie, limitée : elle ne peut tolérer une croissance à l'infini et une consommation énergétique à l'infini. Jonas n'offre pas de solution miracle à tous ces problèmes cruciaux : il offre une réflexion ayant le mérite de les aborder et d'éveiller la responsabilité, et ainsi à une recherche de modalités concrètes pour assurer notre survie générique.

À la fin de cette conférence, Jonas revient sur l'idée qu'il avait développée et qui lui avait valu de nombreuses critiques : le recours à une Referencia vacía (ayuda) . pour assurer la survie de l'espèce humaine. N'est-ce pas contradictoire de vouloir limiter la liberté alors que celle-ci, on l'a vu, est la condition de possibilité de la responsabilité, celle-ci étant ce qu'il s'agit de préserver ? Selon Jonas, qui maintient son opinion, la liberté n'est jamais anéantie : sa possibilité reste inhérente à l'homme. Dès lors, il est, selon lui, possible de la réduire sans que l'essence de l'homme soit menacée, pouvant toujours réapparaître plus tard. Mais surtout, ce scénario serait le pire : le choix entre la disparition de l'homme, et sa non-liberté pour assurer sa survie ; or c'est ce choix ultime qu'il s'agit d'anticiper, d'éviter en développant le plus vite possible notre responsabilité. Jonas n'est donc pas, dans l'idéal, partisan de la tyrannie.

Voir aussi[editar]

Catégorie:Œuvre de philosophie morale Catégorie:Œuvre de philosophie politique










OJO - Otro artículo (última parte).

Writings[editar]

Faber writes the monthly investment newsletter The Gloom Boom & Doom Report. He has also authored several books.

Dr. Faber is a regular contributor to several leading publications around the world, Forbes and "International Wealth" which is a sister publication of the "Financial Times" amongst them.[cita requerida] He also contributes to several websites, such as Financial Intelligence and Asian Bond Portal, to name two. Others include Forbes, Die Welt, Finanzen, Boerse, AME Info, Swiss Radio, Apple Hong Kong and Taiwan, Quamnet, Winners, Wealth and Oriental Daily. These, he writes on a regular basis. He also writes occasionally for the Herald Tribune, Wall Street Journal and Borsa E Finanza.[25]​ Marc Faber's comment on US economy

Dr. Marc Faber concluded his monthly bulletin (June 2008) with the Following:

The federal government is sending each of us a $600 rebate. If we spend that money at Wal-Mart, the money goes to China. If we spend it on gasoline it goes to the Arabs. If we buy a computer/Software it will go to India. If we purchase fruit and vegetables it will go to Mexico, Honduras and Guatemala. If we purchase a good car it will go to Germany. If we purchase useless crap it will go to Taiwan and none of it will help the American economy. The only way to keep that money here at home is to spend it on prostitutes and beer, since these are the only products still produced in US. I've been doing my part .[26]


  1. Pombo, Gabriel; El monstruo de Londres: La leyenda de Jack el Destripador; Montevideo (Uruguay) 2008, págs. 164 a 169, ISBN 978-9974-8051-7-0.
  2. Pombo, Gabriel; Jack el Destripador: La leyenda continúa; Montevideo (Uruguay) 2010, págs. 146 a 153.
  3. Jack el Destripador: Recapitulación y veredicto; Colin Wilson, Robin Odell; págs. 80 y 81.
  4. Gabriel Pombo, Jack el Destripador, la leyenda continúa; págs. 34 a 38.
  5. Gabriel Pombo, El monstruo de Londres: La leyenda de Jack el Destripador; pág. 34.
  6. Gabriel Pombo (2008). «El monstruo de Londres: La leyenda de Jack el Destripador». «p. 45.» 
  7. Gabriel Antonio Pombo (2010). «Historias de asesinos». «pp. 179-180.» 
  8. Robert K. Ressler, Tom Shachtman (2003). «Dentro del monstruo: Un intento de comprender a los asesinos en serie». «Traducción de María Faidella, Alba Editorial, Barcelona (España), p. 20.» 
  9. Gabriel Antonio Pombo (2010), Historias de asesinos, p. 179.
  10. Helen Louise Morrison, Harold Goldberg (2004), Mi vida con los asesinos en serie, p. 170.
  11. Extraído de "Jack el Destripador, Recapitulación y veredicto",Colin Wilson y Robin Odell, editorial Planeta, Barcelona, España, año 1889, pags. 240, 241 y 243.
  12. Extraído de "El monstruo de Londres: La leyenda de Jack el Destripador", Gabriel Antonio Pombo, pag.82, y en la web (*).
  13. Jasper Ridley, "Los masones: La sociedad secreta más poderosa de la Tierra", Ediciones B Argentina S.A, Buenos Aires (Argentina), 2006, pp. 391-392.
  14. Gabriel Antonio Pombo, "El monstruo de Londres: La leyenda de Jack el Destripador" (2008), pag. 151.
  15. Extraído de "El monstruo de Londres, La leyenda de Jack el Destripador" (2008) de Gabriel Antonio Pombo, pags.146-147.
  16. Extraído de "Jack el Destripador: Recapitulación y Veredicto" de Colin Wilson y Robin Odell, Editorial Planeta, Barcelona (España), 1989, pag. 240.
  17. Anderson, Robert; The lighter side of my oficial life; editorial Hodder y Stoughton, Londres (Inglaterra), 1910.
  18. Gabriel Pombo; El monstruo de Londres: La leyenda de Jack el Destripador (2008), p. 31.
  19. Knight, Stephen; Jack the Ripper: The final solution; editorial George Harrap, Londres (Inglaterra), 1976.
  20. Paul Begg; Jack the Ripper: The definitive history; editorial Pearson Education Limited, Londres (Inglaterra), 2006, pp. 362-363.
  21. Gabriel Pombo; Jack el Destripador: La leyenda continúa; Montevideo, Uruguay (2010), p. 303.
  22. Gabriel Pombo, Jack el Destripador: La leyenda continúa (2010), p. 344-345.
  23. Casebook: Jack the Ripper - Artículo sobre las cartas de Jack el Destripador. (en inglés)
  24. Antonio de la Cruz Valles. «El giro hermeneútico de la fenomenología: De Husserl a Heidegger». 
  25. 'Profile at Financial Gurus'
  26. Prostitutes and beer in US