Usuario:AriadnaSánchez1/Mirada femenina
La mirada femenina (del inglés female gaze) es un término de la teoría feminista del cine que representa la perspectiva de las protagonistas, directoras y la audiencia femenina, pero más allá del género, la problemática reside en la necesidad de representar a las mujeres como sujetos con agentividad. Es una respuesta al término propuesto por la teórica feminista de cine Laura Mulvey "mirada masculina" del inglés male gaze), que representa no sólo la mirada de un espectador masculino heterosexual sino también la mirada del personaje masculino y del creador masculino de la película. Actualmente, el término mirada femenina se ha utilizado para referir a la perspectiva que una cineasta (guionista/directora/productora) trae a una película y cómo difiere de una vista masculina del tema. La mirada femenina no busca prohibir el sexo, deseos y fantasías sino mostrar que estos pueden existir sin la objetificación. Pone a hombres, mujeres y todes al mismo nivel.
Historia[editar]
Mulvey discute aspectos del voyeurismo y del fetichismo de la mirada masculina en su artículo, "Placer Visual y Cine Narrativo". Ella parte de la película de 1954 dirigida por Alfred Hitchcock, La ventana indiscreta, aplica términos de la teoría del psicoanálisis propuesta por Sigmund Freud para discutir los ángulos de la cámara, las decisiones narrativas, y apoyos de la película, y a su vez se centra en el concepto de la mirada masculina. Desde lo que Jeffries, el protagonista de Ventana indiscreta, mira a través de su cámara hasta los ángulos de la cámara en la discusión con su novia, se acentúa la mirada masculina con cada movimiento en el artículo de Mulvey. El artículo de Mulvey se centró en el concepto de "escopofilia", o un placer en mirar y colocó a las mujeres como espectáculos para ser cosificados y vistos, incapaces de devolver una mirada y descartando a las mujeres en el cine como representaciones adecuadas de los seres humanos.[1]
Implementación teórica[editar]
La mirada femenina contempla tres perspectivas
- La filmación individual
- Los personajes dentro de la película
- El espectador
Estas tres perspectivas también se pueden encontrar en la mirada masculina de Mulvey, pero se centran más bien en las mujeres. Los puntos de vista se ampliaron a la par de la diversidad en géneros cinematográficos. El cine femenino fue un género que se centró en las protagonistas femeninas, mostró a la mujer como una narradora diegética de la historia en lugar mostrarla como un espectáculo. Películas como Rebecca y Stella Dallas son ejemplos de dichos filmes en los cuales la narrativa tradicional se cuenta a través de la protagonista. Este género cinematográfico ha evolucionado en las "chick flicks" de hoy en día tales como 27 Bodas y El diablo viste a la moda. Estas películas pretenden representar los deseos de las protagonistas y, por lo tanto, representar también los deseos de las espectadoras.[1]
Zoe Dirse explora la mirada femenina a través del género documental, analizando aspectos del placer y de la identificación del espectador. Ella analiza la mirada femenina en los puntos de producción y recepción. Ella observa que si la cineasta es mujer y el tema también es femenino, el objeto de la película adquiere un papel diferente. Dirse sostiene que tener una directora de fotografía permite que las mujeres sean vistas como realmente son y no como el espectáculo voyeurista que la mirada masculina hace que sean. Mientras rodaba en El Cairo , Dirse estaba en medio de una multitud y se dio cuenta que los hombres a su alrededor la observaban. Al principio parecían tener curiosidad, y Dirse se preguntó si era debido a su género o al hecho de que tenía una cámara. No pasó mucho tiempo antes de que comenzaran a empujarla para pasar a su lado y ella sintió una sensación del peligro que en su opinión compartían otras mujeres del Cairo. Esto se ve representado en su película, Fabricante de sombras. Ella dijo que su género permitió que fuera una observadora discreta —a diferencia de un hombre— para filmar el canto de los gitanos.[2]
Paula Marantz Cohen discute la mirada femenina en el género de los chick flicks, con especial énfasis en la vestimenta que usan las mujeres. El espectáculo prevalece sobre la trama en películas como La Picara Puritana. El guardarropa de Irene Dunne se considera un aspecto central de la película. Los diversos vestidos que Dunn usa son extravagantes pero no están sexualizados. Aunque la ropa se puede considerar como cómica, ayudan a la independencia y la feminidad de Dunn. Cohen observa que en la película Experta en bodas, Jennifer Lopez está completamente vestida a lo largo de toda la película. La ropa, al igual que en La pícara puritana, se considera cómica, sin embargo llama la atención del espectador sin sexualizar a la actriz. Cohen también analiza la relación entre las protagonistas femeninas de estas películas y sus coprotagonistas masculinos Ella afirma que estas películas representan verdaderamente lo que las mujeres desean, que ellas resaltan de manera positiva y tienen un compañero que amplifica esa exaltación. [3]
Uso contemporáneo[editar]
La crítica ha centrado su atención en la presencia de la mirada femenina en el cine y la televisión, en obras como El cuento de la criada I Love Dick, Fleabag, y La Bruja de Amor.[4][5]
El controversial drama lésbico La vida de Adèle recibió muchas críticas por el dominio de la mirada masculina y la falta de mirada femenina, e incluso algunos críticos la llamaron una "mirada patriarcal".[6][7][8][9] El autor del libro en el que se basó la película fue uno de los críticos más duros, diciendo: "Me parece que esto era lo que faltaba en el set: lesbianas." [10]
La cineasta April Mullen ha dicho," Las mujeres tienen esta vulnerabilidad y conexión con una profundidad de las emociones que puedo ver y sentir en ciertos momentos de la verdad en las películas que creamos. Para mí, la mirada femenina es transparencia —el velo entre la audiencia y el cineasta es delgado y eso permite que la gente adentre más."[11][12][13]
En el Festival Internacional de Cine de Toronto 2016, Joey Soloway, en su discurso de apertura, exploró la definición de la mirada femenina en la creación cinematográfica.[14] Específicamente, Soloway esbozó tres conceptos, imitando la triangulación original de Laura Mulvey de la mirada masculina (espectador, cineasta y actores). Sin embargo, la concepción de Soloway de la mirada femenina va más allá de una mera inversión de la mirada masculina de Mulvey, en cambio, imagina las formas en que la mirada femenina en el cine puede proporcionar una visión de la experiencia femenina vivida.[14] Su concepto incluye "la cámara del sentimiento" (o "cuerpos sobre equipos" donde las emociones se priorizan sobre la acción); "la mirad del observado", que muestra a los espectadores cómo se siente ser el objeto de la mirada; y "la devolución de la mirada" (o "te veo viéndome" y "cómo se siente estar aquí en este mundo habiendo sido observados toda nuestra vida").[14]
Críticas[editar]
En “Aún no existe tal cosa: Cuestionando la mirada femenina en la televisión“ Caetlin Benson-Allot discute la carencia de la representación de minorías en la mirada femenina.[15] Ella sostiene que aunque la mirada femenina presume gozar de una experiencia universal basada en un género compartido, tiende a ignorar a las minorías y prefiere centrarse en las vidas de las mujeres blancas de la clase media. En el artículo ella se centra específicamente en la pantalla chica que ha recibido mucha atención por representar la mirada femenina. Ahí ella utiliza ejemplos de los programas de televisión I Love Dick, GLOW e Insecure. Ella argumenta que aunque I Love Dick y GLOW introducen personajes de color, lo hacen dándoles papeles secundarios que nunca desestabilizan a la protagonista blanca. Ella arguemente que Insecurepor otro lado, proporciona un modelo para la televisión feminista del futuro. El programa sigue a Issa y su amiga Molly y se enfoca en los impulsos contraproducentes en sus relaciones personales y profesionales. La historia también se centra en el trabajo de Issa con jóvenes en riesgo, lo que ayuda a explorar la dinámica racial de Los Ángeles. Usando comedia antirracista, Insecure desafía el enfoque en el feminismo blanco y la negligencia hacia las mujeres negras.[15]
La directora de fotografía canadiense Zoe Dirse también critica la reproducción de la mirada femenina y la subrepresentación de las mujeres en las áreas técnicas de la realización cinematográfica. Aprovechando su experiencia en el género documental, se centra en la mirada femenina desde el punto de producción.[2] Dirse se centra en la dominación del varón blanco de la clase media en la industria del cine. Las mujeres a menudo quedan fuera de la industria cinematográfica debido a su naturaleza rentable. Esto creó una carencia de mujeres que produjeran para las espectadoras o reprodujeran la mirada femenina. Ella utiliza extractos de películas para explorar la necesidad de que las directoras y el equipo técnico reproduzcan adecuadamente la mirada femenina. Un ejemplo que da es el de la película Amor prohibido, que se centra en las historias de lesbianas que salieron del clóset en los años 50. En él, las directoras feministas lesbianas logran subvertir la mirada masculina en favor de la femenina. Creando una visión en la que los actores no sean objetos del deseo masculino, sino del deseo femenino. Ella sostiene que cuando hay cineastas feministas, la película crea elementos feministas. Y que es crucial que las mujeres tomen el control de su arte para poder reproducir con precisión la mirada femenina.[2]
En Chick Flicks y la mirada femenina heterosexual, Natalie Perfetti-Oates explica cómo la mirada femenina heterosexual puede volverse problemática con el aumento de la objetificación sexual masculina.[16] Esto se debe al uso de negatividad sexual al representar esta mirada. La negatividad sexual se produce cuando los hombres quedan atrapados únicamente como objetos sexuales. Los chick flicks que proyectan a sus protagonistas masculinos únicamente como objetos sexuales para las espectadoras, sirven para revertir la discriminación de género en lugar de crear igualdad de género. Oates explica cómo cada vez más películas de acción y los chick flicks crean la mirada femenina heterosexual mostrando los cuerpos masculinos. En su artículo, Oates utiliza ejemplos de películas como ¿Cómo sobrevivir a mi ex?, Luna Nueva y Magic Mike. En Magic Mike, por ejemplo, Mike sólo se convierte en el interés amoroso después de que deja su trabajo como stripper. Ilustrando así a Mike como un objeto sexual o un interés amoroso, pero no ambos, creando negatividad sexual. Ella afirma que se avanzará hacia la igualdad cuando tanto hombres como mujeres puedan moverse libremente entre la posición de sujeto y objeto; no cuando se objetifica a los hombres de la misma manera en que se ha objetificado a las mujeres.[16]
En su ensayo, Romance y la mirada femenina ocultando la violencia de género en la Saga de Crepúsculo, Jessica Taylor critica la mirada femenina emergente y los modos en que interactúa con el romance para retratar los cuerpos masculinos violentos como deseables. Se centra en la muy popular Saga de Crepúsculo, que describe como aparentemente retrógrada e ingenua en su uso de las convenciones románticas. Para explicar cómo funciona la mirada femenina para crear cuerpos masculinos violentos como algo deseable, ella se apoya en el trabajo de Mulvey y su ensayo “Placer visual y cine narrativo”. Específicamente, se centra en la noción de "escopofilia fetichista" que anteriormente utilizó Mulvey para explicar cómo el cuerpo femenino que induce a la ansiedad se convierte en un fetiche y en una fuente de placer para el espectador masculino, lo que lleva a las espectadoras hacia una mirada hiperdeseada de los cuerpos. de los personajes masculinos, y empuja a la audiencia femenina a desear el cuerpo masculino poderoso y violento en lugar de temerlo. Un ejemplo que ella nos da es la forma en que se manipula el cuerpo de Jacob y Edward al categorizarlos como "muchachos" visualmente deseables. Esto reduce la amenaza que representa la violencia y neutraliza las amenazas potenciales para las espectadoras. Taylor afirma que el uso de una mirada femenina limitada y específica puede volver a codificar los incidentes de violencia de género y el cuerpo masculino violento como reconfortantes y deseables.[17]
Véase también[editar]
[[Categoría:Teoría cinematográfica]] [[Categoría:Arte y feminismo]] [[Categoría:Teoría feminista]]