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Gleditsia triacanthos, la acacia de tres espinas,​ gleditsia de tres espinas o, en Argentina, acacia negra,​​ es una especie de árbol caducifolio de la familia Fabaceae.

Es un árbol de crecimiento rápido que puede llegar hasta unos 20-30 m de altura en menos de 40 años. Tiene gran capacidad de rebrote por las raíces y es resistente a la poda y a la sequía.

Es, con Robinia pseudoacacia y Sophora japonica, uno de la tres «falsas acacias» plantadas en tantas ciudades del mundo para adornar calles y parques.

Descripción[editar]

Preferencias ecológicas[editar]

Prefiere los suelos húmedos, profundos y bien drenados, así como una exposición soleada, tolera bastante bien la sombra, la contaminación y los suelos alcalinos, secos y compactados. Es bastante tolerante con las podas, que deben realizarse casi sin remedio para formarlo de joven. Soporta bastante bien el trasplante, tiene un crecimiento bastante rápido y una longevidad notable.[1]

Distribución Geográfica[editar]

Natural[editar]

Es originaria del sureste de Estados Unidos, en la cuenca del río Mississippi (Virginia), y habita también el sur de las grandes planicies, Texas y el norte de México.

Introducida[editar]

Es un invasor común de numerosos pastizales pampeanos argentinos, ya que el ganado gusta de sus legumbres y dispersa las semillas no digeribles (endozoocoria). Se concentran en forma de galería en los arroyos, cañadones y bajos. En Uruguay también es plaga y se tomaron medidas oficiales para combatirla.

Fue introducida en Europa desde el este de Norteamérica en el siglo XVII. Se ha adaptado perfectamente al clima de España, y muchos otros países. Se utiliza como alineación y en parques y jardines por su porte elegante. A veces usado también como seto vivo por poseer espinas afiladas de tres puntas de hasta 20 cm de longitud (de ahí el término griego triacanthos) que resultan muy persuasivas, aunque existe una variedad llamada inerme caracterizada por la ausencia de estas espinas. Se ha naturalizado en muchas zonas y crece en jardines de casas abandonadas, cunetas de las carreteras y riberas de algunos ríos.

Hoy en día es cosmopolita. Se cree que se introdujo a la Argentina desde Estados Unidos, a principio del siglo XIX, con la colonización europea, cuando la Región Pampeana era un océano de pasto sin árboles y comenzaba a ser necesario alambrar los campos y construir cercos. Con el paso de los años, se convirtió en una especie invasora muy agresiva en diferentes ecosistemas, desde Buenos Aires hasta Tucumán y de Córdoba a la Mesopotamia.[2]

Invasión Biológica[editar]

En argentina[editar]

Es tan exitosa como leñosa invasora de los diferentes biomas, debido a que está se adaptada para germinar en las condiciones típicas de cada ambiente y posee una gran capacidad de ajustarse a la variabilidad del ambiente y seguir creciendo.[3]

Esto lo comprueba Pedro Tognetti, quien es un docente del Departamento de Métodos Cuantitativos y Sistemas de Información de la FAUBA. Tognetti realizó un estudio, donde analizaron semillas de acacias extraídas de tres lugares diferentes del país (Tucumán, Buenos Aires y Córdoba) y las pusieron a germinar en cámaras. Llegaron a la conclusión de que cada semilla germinaba perfectamente en las condiciones climáticas que correspondían al ambiente de donde fueron extraídas para el estudio. Dándonos a entender que existe una adaptación a las condiciones locales de los diferentes ambientes. [4]

En cuanto a los daños que esta especie causa podemos encontrarnos con su participación en la biodiversidad de arroyos y ríos de la zona pampeana, donde las acacias en alta densidad reducen la luz que llega al arroyo y esto impide que sobrevivan las plantas acuáticas, de las cuales se alimentan microorganismos que sirven de alimento para otros organismos mas grandes. Se ha convertido en una pesadilla para los productores agropecuarios, debido a que avanza rápidamente sobre tierras productivas y sus espinas terminan perjudicando a los productores de las zonas, ya que estas rasgan las lonas de los camiones que pasan por los caminos de tierra. Los costos de erradicarla son muy elevados, además de que se usan herbicidas perjudiciales para el medio ambiente.

Métodos tomados para su control

• Alejar los suficientes metros de los ríos y arroyos al ganado, para reducir el efecto de dispersión y su velocidad de crecimiento.

•También se cree que si se detectan las plántulas cuando son pequeñas y tiernas, se podría usar el pastoreo del ganado como herramienta de control, donde las vacas se comerían las plántulas de la Acacia negra, evitando la dispersión de las semillas.

•De igual manera, se aconseja purgar al ganado previo a su traslado.

Por el momento, la única medida legal tomada en la Argentina, es la ley 10485 que prohíbe en el territorio de la Provincia de Entre Ríos la reproducción y plantación de las especies leñosas exóticas invasoras con fines comerciales, de explotación forestal y de uso paisajístico.[5]

Referencias[editar]

  1. «GLEDITSIA TRIACANTHOS». 
  2. «Descripcion». 
  3. «Miembros del IFEVA». 
  4. «La adaptación local de las semillas y la plasticidad de las plántulas explican la invasión del árbol de Gleditsia triacanthos en los biomas». 
  5. «Ley 10485 – Manejo y Control de la Especie Arbórea (Acacia Negra)».