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Biografía[editar]

Marco Aurelio Claudio Quintilo nació en Iliria. Basado en el informe de Juan Malalas, según el cual al momento de su muerte, tenía 41 años, Udo Hartmann concluye que nació alrededor del 229.[1]​ No existe información confiable sobre sus antepasados o familiares, solo se puede afirmar sin ambigüedades que Quintilo tuvo un hermano llamado Claudio, quien gobernó el Imperio romano en 268-270 y era conocido como Claudio II el Gótico. Sin embargo, según el testimonio Trebelio Polión, el autor de la biografía de Claudio en la colección de biografías imperiales «Historia Augusta», tenían otro hermano llamado Crispo y varias hermanas, uno de los cuales se llamaba Constantina. La hija de Crispo, Claudia, se casó con un hombre llamado Eutropio y dio a luz a un hijo, Constancio, quien fue futuro emperador con el nombre de Constancio I Cloro (reinó durante el 293 al 306).[2]​ Sin embargo, lo más probable es que todos los parientes de Quintilo y Claudio mencionados en la Historia Augusta sean personas ficticias, así como su conexión con la dinastía de Constantino.[3][4]​ El propio Quintilo estaba casado y tenía dos hijos.[5]

En 268, al comienzo del reinado de su hermano, Quintilo supuestamente era el procurador de Cerdeña,[4]​ y en el momento de la muerte de su consanguíneo, dirigió las tropas que defendían el norte de Italia y Roma de las invasiones de las tribus germánicas.[6]​ Las circunstancias de la llegada al poder de Quintilo se explican en las fuentes de diferentes formas. Eutropio escribe que Quintilo fue declarado emperador por las tropas y luego aprobado por el Senado,[7]​ y Jerónimo y Juan Zonaras creen que los senadores contribuyeron a su entronización.[3]​ Además, el historiador Andreas Alföldi planteó la suposición de que las tropas estacionadas en Aquilea proclamaron emperador a Quintilo, y en consecuencia, el Senado se vio obligado a aprobar su elección por respeto a Claudio.[6]​ El apoyo del Senado también se explica por el hecho de que, probablemente, los senadores temían al famoso comandante Aureliano, que luchó contra los godos bajo Claudio y de hecho se situó al frente del ejército del Danubio tras la muerte del emperador, lo que lo convirtió en su probable sucesor. Además, las tropas de Quintilo, aunque numérica y cualitativamente inferiores a las del mando de Aureliano, estaban mucho más cerca de la capital.[8][9]

Evidentemente, las provincias reconocieron a Quintilo como emperador. Las monedas que llevan su nombre no solo se acuñaron en Roma y Mediolano, sino también en Cícico y Sisak. En algunas de estas aparecen imágenes personificadas de las provincias de la Alta y Baja Panonia, probablemente para intentar ganarse el favor de las legiones del Danubio.[10]​ Solo Antioquía ignoró la llegada al poder de Quintilo, ya que la gobernante del Imperio de Palmira, Zenobia, se preparó abiertamente para la secesión del imperio, expandiendo activamente su zona de influencia. Finalmente Egipto se perdió; aprovechando la precaria posición de Quintilo, los palmireños ocuparon Galacia y Capadocia, sin embargo fracasaron en la invasión de Bitinia.[11]​ Además, seguían existiendo amenzadas para el estado romano, como el Imperio galo o los góticos, quienes seguían persistiendo en los Balcanes. Estos últimos, retirándose más allá del Danubio, intentaron saquear Nicópolis del Istro y Anquíalo, pero las tropas locales, al mando de Aureliano, quien fue decisivo, lograron repeler sus ataques,[8]​ y en consecuencia, en honor a esta victoria, se acuñaron monedas con la inscripción VICTORIA AUGUSTI.[12]​ Después de eso, Aureliano fue a Sirmio, donde fue proclamado emperador por las tropas, aunque se desconoce si este evento ocurrió simultáneamente con la ascensión al trono de Quintilo o no.[13]​ Las afirmaciones de Aureliano se basaron en el hecho de que, supuestamente en su lecho de muerte, Claudio II lo nombró su sucesor.[6]

Al enterarse de la proclamación de Aureliano como emperador, Quintilo reunió sus fuerzas en Aquilea con la intención, aparentemente, de enfrentarse a su rival. Sin embargo, este último contaba con una clara ventaja al liderar al ejército del Danubio, el cual estaba más curtido debido a las recientes batallas. Quintilo solo pudo oponerse a esto con el apoyo del Senado. Al parecer, él mismo sintió la precariedad de su puesto. Además, este no gozó del favor de todo el ejército y no tuvo la oportunidad de ir a Roma e involucrar al Senado y al pueblo en la lucha por el poder.[14]​ Finalmente, cuando Aureliano llegó a Aquilea, Quintilo ya estaba muerto.[15]​ A raíz de esto, se realizaron diferentes versiones sobre su muerte: Trebelio Polión, comparando el destino de Quintilo con el destino de Galba y Pertinax, escribe que fue asesinado por sus propios soldados porque «se mostró exigente y estricto con estos».[16]​ Sin embargo, Flavio Vopisco el Siracusano, biógrafo de Aureliano, presenta los acontecimientos de manera diferente: según su historia, al enterarse de los reclamos de Aureliano al trono, el ejército abandonó a Quintilo a pesar de sus advertencias, y en consecuencia, privado de todo apoyo, se suicidó.[17]​ Esta última versión también es apoyada por el historiado bizantino del siglo VII Juan Antioqueno.[3]

La duración del reinado de Quintilo también es motivo de controversia. Pseudo-Aurelio Victor escribe sobre varios días.[18]​ Las biografías de Claudio II y Aureliano en la Historia Augusta informan de diecisiete y veinte días.[16][17]​ Eutropio y Juan Zonaras también escriben alrededor de diecisiete días, pero lo más probable es que este sea el número setenta y siete mal leído, citado en el Cronógrafo del 354.[19]​ En cambio, Zósimo habla de varios meses.[20]​ Sea cual sea el periodo del reinado de Quintilo, fue suficiente para que la mayoría de las casas de moneda del imperio tuvieran tiempo para acuñar monedas con su nombre.[3]​ Dietmar Kynast fecha el reinado de Quintilo en septiembre de 270, mientras que Michael Grant se adhiere al período enero-marzo/abril.[21][4]​ Además, después de su muerte, Quintilo no fue divinizado.[4]

El historiador bizantino del siglo VI Juan Malalas describe la apariencia de Quintilo de la siguiente manera:

Era de media estatura, esbelto, de rostro alargado, con una nariz también alargada, piel morena, cabello lacio, con buena vista, y con canas en el pelo y la barba.[22]

Eutropio aprecia mucho a Quintilo, informando en su Breviarium historiae romanae que fue «un hombre de extraordinaria moderación y cortesía, digno de comparación (e incluso preferencia) con Claudio».[7]​ Trebelio Polión se hace eco de él, en cuya obra Quintilo aparece como «un hombre impecable y, a decir verdad, un verdadero hermano de su hermano».[23]​ La razón de estas críticas tan halagadoras es que Quintilo y su hermano disfrutaron de la simpatía del Senado y los historiadores prosenado se opusieron activamente a Galieno.[3][24]

Referencias[editar]

  1. Hartmann y Gerhardt, 2008, s. 307.
  2. Polión, Siglo III, XIII. 2—3.
  3. a b c d e Banchich, 1999.
  4. a b c d Kienast, 1990, art. 233.
  5. Polión, Siglo III, XIII. 9.
  6. a b c Sergeev, 1999, p. 80.
  7. a b Еutropio, 2001, IX. 12.
  8. a b Grant, 1998, p. 209.
  9. Watson, 2004, p. 46-47.
  10. Grant, 1998, p. 209-210.
  11. Sergeev, 1999, p. 131-132.
  12. Henze, 1896, art. 2463.
  13. Watson, 2004, p. 47.
  14. Southern, 2001, p. 110.
  15. Watson, 2004, p. 47—48.
  16. a b Polión, Siglo III, XII. 5.
  17. a b Vopisco, Siglo III, XXXVII. 6.
  18. Victor, 1997, XXXIV. 5.
  19. Grant, 1998, p. 210.
  20. Zósimo, 2010, I. 47.
  21. Grant, 1998, p. 208.
  22. Malalas, 2016, XII. 29.
  23. Polión, Siglo III, XII. 3.
  24. Grant, 1998, p. 211.

Bibliografía[editar]

Fuentes clásicas[editar]

  1. Victor, Pseudo-Aurelio (1997). «Epitome de Caesaribus». Historiadores romanos del siglo IV. (en ruso). Мoscú: ROSSPEN. ISBN 5-86004-072-5. 
  2. Polión, Trebelio (Siglo III). «El divino Claudio». Historia Augusta. Desconocida: Desconocida. 
  3. Vopisco, Flavio (Siglo III). «El divino Aureliano». Historia Augusta. Desconocida: Desconocida. 
  4. Eutropio, Flavio (2001). Epítome de la historia romana (en ruso). San Petersburgo: Aletheia. p. 305. ISBN 5-89329-345-2. 
  5. Zósimo (2010). Nueva Historia (en ruso). Belgorod: Editorial de la Universidad Estatal de Belgorod. p. 344. ISBN 5-00-002755-8. 
  6. Malalas, Juan (2016). Cronografia. Libro. VII-XII (en ruso). Belgorod: Editorial de la Universidad Estatal de Belgorod. p. 100. 

Historiografía[editar]

  1. Henze, W. (1896). «II, 2». Aurelius 84 (en alemán) (Paulys Realencyclopädie der classischen Altertumswissenschaft edición). pp. 2462—2463. 
  2. Grant, М. (1998). Los emperadores romanos: una guía biográfica de los gobernantes de la Roma imperial (en ruso). Мoscú: Terra. p. 400. ISBN 5-300-02314-0. 
  3. Sergeev, I. (1999). Imperio Romano en el siglo III d. C. Problemas de la historia sociopolítica (en ruso). Járkov: Maidan. p. 224. ISBN 966-7077-68-3. 
  4. Kienast, D. (1990). Römische Kaisertabelle. Grundzüge einer römischen Kaiserchronologie (en alemán). Darmstadt: Wissenschaftliche Buchgesellschaft. p. 399. ISBN 9783534132898. 
  5. Southern, P. (2001). The Roman Empire from Severus to Constantine (en inglés). Londres, Nueva York: Routledge. p. 401. ISBN 9780415239431. 
  6. Watson, A. (2004). Aurelian and the Third Century (en inglés). London: Routledge. p. 328. ISBN 9781134908158. 
  7. Potter, D. S. (2004). The Roman Empire at Bay, AD 180—395 (en inglés). London: Routledge. p. 762. ISBN 9780415100588. 
  8. Hartmann, U.; Gerhardt, T. (2008). Die Zeit der Soldatenkaiser: Krise und Transformation des Römischen Reiches im 3. Jahrhundert n. Chr. (235-284) (en alemán). Berlin: Walter de Gruyter. p. 1421. ISBN 9783050088075. 
  9. Banchich, Thomas M. (1999). «Quintillus (270 A.D)» (en inglés). An Online Encyclopedia of Roman Emperors. 
  10. «Monedas de Quintilo». Roman Imperial Coins of Quintillus (en inglés). Wildwinds.