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Biografía[editar]

Orígenes y juventud[editar]

Sila procedía de una familia noble en progresiva decadencia, cuyos representantes llevaban mucho tiempo ausentes de los más altos cargos de la República. El primer representante conocido de esta rama de la familia patricia de la gens Cornelia fue el dictador en torno a 334 a. C. Publio Cornelio Rufino, pero no se sabe nada de él de forma fiable.[1][2]​ El padre del tatarabuelo de Sila, Publio Cornelio Rufino, fue cónsul en 290 y 277 a. C., y dictador —presumiblemente rei gerundae causa[! 1]​— en un año indeterminado entre 291 y 285 a. C.[1]​ Sin embargo, pronto fue expulsado del Senado por violar las leyes suntuarias, debido al descubrimiento de un censor de un número superior de vajillas de plata en su casa al permitido para un hombre de su estatus.[3][4]​ El tatarabuelo de Lucio, Publio Cornelio Sila, ocupó el cargo de sacerdote de Júpiter (flamen Dialis), además de ser el primer mencionado con el cognomen Sulla.[1]​ El bisabuelo y el abuelo, ambos llamados «Publio», fueron pretores en 212 y 186 a. C. respectivamente,[5]​ y el último de estos fue gobernador de Sicilia.[6]

Respecto a su padre, Lucio Cornelio Sila, lo único que se tiene constancia es que estuvo casado dos veces.[5]​ Lo más probable es que no fuera el primer hijo de la familia, ya que se le dio el nombre de «Lucio»,[6]​ en lugar del de «Publio» transmitido a través de los hijos mayores. Existe la suposición, no confirmada, de que el padre de Sila fue pretor y recibió entonces la provincia de Asia para administrarla,[7]​ donde pudo conocer al rey póntico Mitrídates VI.[8]​ El futuro dictador tenía un hermano, Servio, y una hermana, Cornelia. Su madre murió cuando él era aún un niño y fue criado por su madrastra.[4]​ Cuando se preparaba para recibir la toga viril, es decir, a los 14 años, su padre murió sin dejarle testamento.[5][! 2]

Árbol genealógico de Sila
 
 
Publio Cornelio Rufino
dictador en 334/333 a. C.
 
 
 
 
 
 
 
 
Publio Cornelio Rufino
cónsul en 290, 277; dictador en c. 291/285 a. C.
 
 
 
 
 
 
 
 
Publio Cornelio Sila
flamen Dialis
 
 
 
 
 
 
 
 
Publio Cornelio Sila
pretor en 212 a. C.
 
 
 
 
 
 
 
 
Publio Cornelio Sila
pretor en 186 a. C.
 
 
 
 
 
 
? (madrastra de Sila)
 
Lucio Cornelio Sila
 
? (madre de Sila)
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Lucio Cornelio Sila
 
Servio Cornelio Sila
 
Cornelia Sila

Sila creció en un entorno empobrecido. De hecho, más tarde, cuando se convirtió en cónsul, a menudo se le reprochaba que cambiara su modesto estilo de vida[4][! 3]​ Quizás la pobreza de su familia mencionada en las fuentes fuera sólo relativa: en comparación con otras familias que adquirieron enormes riquezas durante numerosas guerras, Sila, quien no había ocupado una alta magistratura, no tuvo la oportunidad de enriquecerse mediante botines militares y extorsiones en las provincias.[7][9]​ Sin embargo, no tener casa propia a finales del siglo II era prueba de extrema pobreza para un hombre de su origen.[10]​ Además, la falta de dinero le impidió emprender una carrera militar, como hicieron muchos otros jóvenes nobles.[11][! 4]​ La fortuna de Sila durante su juventud se estima en unos ciento cincuenta mil sestercios, aunque probablemente tuvo que pagar las deudas de su padre.[9]​ Sin embargo, Sila recibió una buena educación. En particular, dominaba la lengua griega y conocía bien su literatura,[12]​ pero no intentó iniciar su carrera con discursos judiciales o políticos, ocupaciones muy populares en la época.[9]

De joven, Sila llevó un estilo de vida disoluto,[10][12]​ por ello es especialmente censurado por su principal biógrafo, el moralista Plutarco.[13]​ Según este, Sila bebía habitualmente en compañía de gente indigna de su posición y, al contrario que la mayoría de los romanos, en la cena «era imposible hablar con él de nada serio», aunque durante el resto del día era extremadamente activo.[13]

Inicio de la carrera civil[editar]

Guerra de Jugurta[editar]

Sila comenzó su servicio algo más tarde que otros senadores, sirviendo como cuestor en 107 bajo las órdenes del cónsul Cayo Mario.[14][15]​ Cayo Mario debía ir a África, donde Roma estaba librando en Numidia la guerra contra el rey Jugurta, empezada en 112 a. C. y reanudada dos años después. Sila, quien supuestamente obtuvo el cargo de cuestor y el mando en la guerra gracias a su matrimonio con una pariente de Cayo Mario, debía acompañar a este último a la contienda.[16]​ También se sugiere que Sila pudo elegir a Mario entre dos generales para unirse, siendo el segundo Lucio Casio Longino, pronto derrotado por los germanos.[16]​ Su primera tarea fue reunir una importante fuerza de caballería auxiliar en Italia y trasladarla al norte de África.[12]​ Sila sólo tardó unos meses en destacar, establecerse como un hombre importante y pronto fue capaz de ganarse el respeto de los soldados por su hábil liderazgo a tan temprana edad, aunque su encanto pudo ser la razón de ello.[17]

Los acontecimientos posteriores hasta el regreso de los generales a Roma se conocen principalmente por autores antiguos que utilizaron las perdidas memorias de Sila,[16]​ cuya posible parcialidad ha llevado a algunos historiadores a tratar los detalles de la guerra con incredulidad.[18]​ Según cuenta Salustio, poco después de la llegada de Sila, Mario envió una delegación al oponente de Jugurta, el rey Boco, a petición de este mismo, lo que daba a entender que quería decir algo importante.[19]​ Junto con Sila, quien recibió el cargo de legado, se dirigió a Boco otro legado de Cayo Mario, el expretor Aulo Manlio —o Manilio—, quien tenía una posición más alta, pero que le dio el derecho a hablar a Sila, quien era mucho más elocuente que él;[19][20][21]​ no se excluye, sin embargo, que ambos hablaran.[16]​ Sila negoció con el objetivo principal de asegurarse la lealtad de Boco a Roma a cambio de una posición como «aliado y amigo del pueblo romano» y posibles concesiones territoriales. Salustio relata la parte final del discurso de Sila de la siguiente manera: «Por último, deja que este pensamiento se hunda en tu corazón, que el pueblo romano nunca ha sido superado en bondad; su destreza en la guerra la conoces por experiencia»,[19]​ lo que utilizó como oportunidad para acercarse al rey.[14]​ Mientras tanto, Jugurta había sobornado a los amigos de Boco, quienes le inclinaron a pensar en poner fin a las negociaciones con los romanos.[19]​ La vida de Sila corrió así peligro, aunque al final Boco accedió a cooperar con Roma y envió una embajada compuesta por sus hombres más dignos de confianza para hacer las paces bajo cualquier condición. Los embajadores, sin embargo, fueron asaltados por bandidos, pero Sila, quien para entonces había sido designado por Mario como propretor (pro praetore),[22][23]​ los recibió amablemente y los ayudó en adelante.[14][22]

Los embajadores se dirigieron a Roma y recibieron una respuesta que contenía una clara insinuación de que esperaban la entrega de Jugurta por parte de Boco.[24][! 5]​ Este último pidió entonces a Sila que se reuniera con él para discutir los detalles, por lo que partió con un destacamento de soldados, en su mayoría ligeramente armados, y pronto se le unió Volux, hijo de Boco.[25][26]​ Al quinto día de viaje los exploradores informaron de la presencia de un gran ejército númida al mando del propio Jugurta. Entonces Volux le ofreció a Sila huir solo por la noche, pero este se negó rotundamente, alegando que no estaba dispuesto a huir cobardemente de su enemigo. Sin embargo, Sila aceptó marchar por la noche, pero sólo con todo el destacamento.[25][27]​ Para llevar a cabo su plan, Sila ordenó a sus soldados que se fortificaran rápidamente y encendieran grandes hogueras para crear la ilusión de que iban a pasar aquí toda la noche. No obstante, mientras buscaban un nuevo campamento, los soldados de caballería moros informaron de que Jugurta estaba de nuevo frente a ellos, a unos tres kilómetros de distancia.[25][27]​ Muchos en el campamento pensaron que se trataba de una emboscada organizada por Volux e incluso quisieron matarlo, pero Sila sólo le exigió que abandonara el campamento.[25][28]​ Aun así, Volux negó su culpabilidad y ofreció al comandante romano un audaz plan, que consistía en atravesar el campamento de Jugurta con un pequeño destacamento junto a él, sabiendo que su enemigo no atacaría al hijo del rey.[28][25]​ Entonces, ambos consiguieron pasar el campamento de Jugurta y llegar a Boco.

Moneda que representa la escena de la entrega de Jugurta (derecha) a Boco (izquierda) por Sila (centro). Acuñada por Fausto Cornelio Sila.

En la corte de Boco habías personas sobornadas por Jugurta, con quienes se tenía la intención de negociar. Sin embargo, Boco envió en secreto a su leal, Dabar, a Sila para proponerle negociaciones secretas, lo que engañaba al mismo tiempo a los hombres corrompidos por Jugurta. Durante el día, Boco pidió al romano que le diera diez días para pensar, pero ya por la noche se produjeron negociaciones secretas directas entre ambos, con la mediación de Dabar.[29]​ Sila consiguió negociar la paz con Boco, y al día siguiente este envió a un hombre de Jugurta a su corte con una propuesta para entregarle a Sila para, manteniéndolo como rehén, lograr los términos de paz deseados. Tras esto, Jugurta tardó poco tiempo en llegar a Boco. Es cierto, según Salustio, que este último estuvo todo este tiempo deliberando si extraditar a Sila a Jugurta o a este a los romanos,[30]​ pero finalmente se decantó por esta última opción.[31]​ En consecuencia, los hombres de Jugurta fueron masacrados, y él mismo fue capturado por los partidarios de Boco.[31][32]​ Jugurta fue entregado a Sila,[14][31]​ quien lo pusó inmediatamente a disposición de Mario,[16]​ lo que puso fin a la guerra.[33][34]

Pronto, Mario tuvo derecho a celebrar un triunfo, que tuvo lugar el 1 de enero de 104 a. C.,[35]​pero, según Plutarco, en Roma ya se decía que, después de todo, la guerra se había ganado gracias a Sila.[14]​ Aunque merced a las acciones de Sila, Mario reforzó su autoridad en Roma,[16][36]​ su ambición se vio tan comprometida que este episodio inició una larga disputa entre ambos.[37][38]​ Poco después, Boco colocó en Roma estatuas que representaban a la diosa Victoria con trofeos en las manos, y cerca de ellas una escena de Jugurta siendo entregado a Sila, lo que, según Plutarco, estuvo a punto de provocar un enfrentamiento entre los partidarios de ambos.[15][39]​ Más tarde, hacia el año 62 a. C., el hijo de Sila, Fausto, acuñó monedas con esta escena.[15]

Guerra contra las tribus germánicas[editar]

Cuadro Batalla de Vercelas de Giovanni Battista Tiepolo.

El final de la guerra de Jugurta coincidió aproximadamente con la derrota romana frente a cimbrios, teutones y ambrones en la batalla de Arausio el 6 de octubre de 105 a. C., cuando el procónsul Quinto Servilio Cepión se negó a cumplir las órdenes del cónsul Cneo Malio Máximo debido a su baja cuna. Cayo Mario fue elegido cónsul en ausencia para el año 104 a. C. y preparó un ejército para organizar un ofensiva contra los germanos.

Sila ejerció, sucesivamente, el cargo de legado en 104 a. C.[15][38]​ y tribuno militar en 103 a. C.[15][38]​de Cayo Mario en esta guerra, pero pronto la relación entre ambos se deterioró. Plutarco cuenta que, al principio de la guerra, Mario, «no teniendo todavía a Sila por hombre que pudiera ser envidiado, siguió valiéndose de él en sus mandos militares».[38]​ En 104, Sila capturó al líder de los tectósages Copilla, lo que provocó el fin de su resistencia, y pronto logró evitar que los marsos entraran en la guerra del lado de los germanos e incluso les inclinó a concluir una alianza con Roma.[! 6][41][42]​. Сулла добился заметных успехов, так что вскоре Марий перестал давать ему поручения, боясь возвышения своего способного офицера[38]​. Однако, в начале 102 года до н. э. Сулла перешёл от Мария к Квинту Лутацию Катулу. Впрочем, существует основанное на сообщениях об отсутствии военных дарований у Катула мнение, что Сулла перешёл к Катулу, надеясь легко возвыситься на фоне бездарного командующего[43]​. Существует также версия, что Сулла как способный офицер мог быть направлен ко второму консулу самим Марием[41]​.

В любом случае, у Катула Сулла, занимая должность легата, быстро вошёл в доверие к нему (не исключено, что это было связано с принадлежностью их обоих к древним и знатным, но со временем угасшим родам[41]​) и вскоре достиг значительных успехов[38]​. Так, Сулла победил альпийских варваров, а затем умело наладил снабжение армии[38]​. Сулла также принял участие в решающей битве при Верцеллах 30 июля 101 года до н. э. и позднее описал её в своих мемуарах[15]​. Сулла находился во время битвы вместе с Катулом и, по уверению биографа Суллы Плутарха, находился в наиболее жарком месте битвы, в то время как Марий увлёкся преследованием германцев[44][45]​. Предполагается, что римским войскам Катула и Суллы, которые Марий расположил в центре, перед битвой не отводилось серьёзной роли, хотя в действительности всё вышло по-другому[44]​. Римляне одержали полную победу в битве и надолго сняли угрозу со стороны германцев. Вскоре, несмотря на разногласия между претендовавшими на решающую роль в победе Катулом и Марием, в Риме был проведён совместный триумф.

Многие достижения Суллы в этой войне иногда считаются преувеличенными из-за того, что описывающая войну традиция в основном восходит к автобиографиям Суллы и Катула[! 7]​, которые, по-видимому, были направлены против Мария[41]​. Например, сообщения более поздних источников интерпретируются как сильные преувеличения: «как пишет Плутарх, [Сулла] покорил „большинство альпийских варваров“. Каких именно, однако, не уточняется. Думается, такая небрежность не случайна — победы легата были не так уж значительны, и излишняя конкретность могла лишь испортить впечатление»[41]​. Кроме того, делается предположение, что солдаты Катула были расположены в тактически малозначимом центре во время битвы при Верцеллах из-за своей слабой подготовки[41]​.

Notas[editar]

  1. Es decir, fue elegido dictador para hacer la guerra.
  2. Sin embargo, el derecho sucesorio romano garantizaba a Sila una parte de la herencia de su padre.
  3. Plutarco cuenta: «Pues no era esto de hombre que permaneciese en una conducta y en unas costumbres rectas y puras, sino de quien hubiese declinado y hubiese sido corrompido por la pasión del lujo y del regalo. Ponían, por tanto, en igual grado de menos valer al que disipaba su caudal y al que no se mantenía en la pobreza paterna». — Sila, 1.
  4. El servicio militar era un requisito previo para acceder a una magistratura.
  5. Cita: «El Senado y el Pueblo de Roma suelen recordar tanto un beneficio como una ofensa. Pero como Boco se arrepiente, perdonan su ofensa; tendrá un tratado de amistad cuando lo haya ganado».
  6. Возможно, марсы — не известное воинственное племя италиков, а одноимённое германское племя.[40]​.
  7. Автобиографии обоих не сохранились.

Referencias[editar]

  1. a b c Arthur Keaveney The early years: 138—105 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — p. 5 (en inglés)
  2. «Луций Корнелий Сулла (отец диктатора)» (en ruso). Archivado desde el original el 21 de enero de 2013. Consultado el 2 de julio de 2011. 
  3. Keaveney A. Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — P. 5 (en inglés)
  4. a b c Plutarco. Sila, 1
  5. a b c Keaveney A. The early years: 138—105 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005. — p. 6 (en inglés)
  6. a b François Hinard Семейные хроники // Сулла. — Rostov del Don: Feniks, 1997. — pp. 20-21 (en ruso)
  7. a b François Hinard. Семейные хроники // Сулла. — Rostov del Don: Feniks, 1997. — pp. 21-22 (en ruso)
  8. Madden J. A., Keaveney A. Sulla père and Mithridates // Classical Philology. — Vol. 88, № 2. (abril, 1993). — pp. 138-141 (en inglés)
  9. a b c Korolenkov A., Smykov E. (2007). «Потомок любителя столового серебра». Сулла (en ruso). Moscú: Molodaya gvardiya. p. 430. 
  10. a b Utchenko, S.. Древний Рим. События. Люди. Идеи. — Moscú: «Naúka», 1969. — p. 30 (en ruso)
  11. Keaveney A. The early years: 138—105 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — P. 7 (en inglés)
  12. a b c Salustio. Guerra de Jugurta, 95
  13. a b Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas sul2
  14. a b c d e Plutarco. Sila, 3
  15. a b c d e f Volkmann H. Sulla. 1. // Der Kleine Pauly. — Bd. V. — Stuttgart, 1964-1975. — cols. 416-420 (en alemán)
  16. a b c d e f Korolenkov A., Smykov E. (2007). «Югуртинская война». Сулла (en ruso). Moscú: Molodaya gvardiya. p. 430. 
  17. Keaveney A. The early years: 138—105 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — p. 14 (en inglés)
  18. Korolenkov A.., Smykov E.. Сулла. — Moscú: «Молодая гвардия», 2007. — pp. 68-69 (en ruso)
  19. a b c d Salustio. Guerra de Jugurta, 102
  20. Hinard F. Семейные хроники // Сулла. — Rostov del Don: «Feniks», 1997. — p. 37 (en ruso)
  21. Broughton T. R. S. The Magistrates of the Roman Republic. — Vol. I. — Nueva York: American Philological Association, 1951. — p. 554. (en inglés)
  22. a b Salustio. Guerra de Jugurta, 103
  23. Broughton T. R. S. The Magistrates of the Roman Republic. — Vol. I. — Nueva York: American Philological Association, 1951. — p. 556. (en inglés)
  24. Salustio. Guerra de Jugurta, 104
  25. a b c d e Keaveney A. The early years: 138—105 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — p. 19 (en inglés)
  26. Salustio. Guerra de Jugurta, 105
  27. a b Salustio. Guerra de Jugurta, 106
  28. a b Salustio. Guerra de Jugurta, 107
  29. Salustio. Guerra de Jugurta, 109
  30. Salustio. Guerra de Jugurta, 108
  31. a b c Salustio. Guerra de Jugurta, 113
  32. Keaveney A. The early years: 138—105 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — pp. 20.21 (en inglés)
  33. Lintott A. Political history, 146-95 BC // Cambridge Ancient History. 2nd ed. Vol. IX. — p. 95 (en inglés)
  34. Keaveney A. The long road: 104—89 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — p. 22 (en inglés)
  35. Keaveney A. The early years: 138—105 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — Londres — Nueva York: Routledge, 2005 — p. 22 (en inglés)
  36. Hinard F. Семейные хроники // Сулла. — Rostov del Don: «Feniks», 1997. — p. 49 (en ruso)
  37. Plutarco. Cayo Mario, 10
  38. a b c d e f g Plutarco. Sila, 4
  39. Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; no se ha definido el contenido de las referencias llamadas sul6
  40. {{MRR|1|592}}
  41. a b c d e f Referencia vacía (ayuda) 
  42. Keaveney A. The long road: 104-89 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — London — N. Y.: Routledge, 2005 — P. 25—26
  43. Keaveney A. The long road: 104-89 BC // Sulla, the last republican. 2nd ed. — London — N. Y.: Routledge, 2005 — P. 26
  44. a b Инар Ф. Опыт власти // Сулла. — Ростов-на-Дону: «Феникс»«», 1997. — С. 57
  45. Плутарх. Марий, 26