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En Argentina, la música tropical —también conocida como «bailantera», mercado tropical, «movida tropical» o simplemente «la movida»— es una categoría que abarca a un conjunto de géneros musicales de baile asociados en determinado momento a las clases trabajadoras urbanas del país —particularmente la cumbia y el cuarteto—, así como a las prácticas y espacios de sociabilidad surgidos alrededor de estos, fundamentalmente el fenómeno de las «bailantas».[1][2][3]​ La cumbia llegó a Argentina a mediados de los años 1950 como consecuencia de una transformación de la cumbia tradicional colombiana a un estilo comercial que era exportado hacia otros países de Latinoamérica, siendo el Cuarteto Imperial y Los Wawancó los primeros conjuntos que la difundieron en el país sudamericano.[4]​ Hacia fines de los años 1960, dicho género arraigó en los sectores bajos de la población, dando luegar a distintos estilos regionales con el correr de los años, como la cumbia santafesina, la santiagueña y la norteña, entre otros.[5]

Hacia fines de los años 1970, surgieron en Buenos Aires las primeras bailantas, cuyo espacio sonoro era dominado por la cumbia y el cuarteto, conformando lo que años después se conocería como la «movida tropical».[4]​ El término «bailanta», que se había originado en los salones de baile de las clases trabajadores de la provincia de Corrientes, se extendió para referirse tanto a un conjunto de estilos musicales como a los lugares donde se reunían los aficionados a este tipo de música.[3]​ El concepto de «lo tropical» surgió en los años 1980, cuando la cumbia se convirtió en la «estrella» de la música consumida por las clases trabajadoras urbanas en todo el país, acompañada por otros estilos como el chamamé —estilo folclórico del litoral argentino— y el cuarteto, género originario de la ciudad de Córdoba influenciado por pasodoble y la tarantela.[3]

Algunos de los «bailanteros» clásicos que perduraron durante los años 1990 fueron Ricky Maravilla, Pocho "La Pantera", Alcides, Miguel "Conejito" Alejandro, Lía Crucet, Gladys "La Bomba Tucumana", coexistiendo con grupos nuevos como Ráfaga.[3]​ Además, es notable el caso de los cantantes Gilda y Rodrigo, quienes se convirtieron en «figuras de devoción religiosa» de las clases trabajadores tras haber muerto prematuramente en accidentes automovilísticos en 1996 y 2000, respectivamente.[3]

Historia[editar]

Antecedentes entre los años 1950 y 1970[editar]

Origen en los años 1980[editar]

A partir de 1982, la movida tropical se estableció definitivamente en Buenos Aires, el principal centro de difusión de corrientes musicales del país.[3]​ Según Pablo Alabarces y Malvina L. Silba, es «interesante que esta movida tropical ha sido desde entonces sinónimo de cumbia, cuarteto y chamamé y que cualquier mención a "lo tropical" haya sido relegada a un espacio imaginario donde supuestamente se originó la cumbia como práctica musical».[3]​ Los autores describen el origen de esta noción de «lo tropical» en aquella época:

En Buenos Aires, hacia fines de los 70, aparecen las primeras bailantas que compiten con las peñas adonde se cultiva música de proyección folklórica. La cumbia junto al cuarteto cordobés domina el espacio sonoro de dichas bailantas conformando aquello que años después se conocería como la "movida tropical". En la década del 80 y nuevamente por influencia de los mediosde comunicación se va gestando la explosión de la música tropical y de sus centros de difusión. Se inauguran bailantas en la zona norte del conurbano bonaerense, la primera fue Tropitango en 1981, en General Pacheco. En 1987 en el barrio de Once abre sus puertas Fantástico Bailable, el primer local de música tropical en Capital Federal, más tarde aparecerá Metrópolis en la zona de Plaza Italia y Killer en Quilmes (conurbano sur). En el año 1998 las bailantas de Capital y gran Buenos Aires llegaban a ser cerca de 300, por donde circulaban alrededor de medio millón de personas por fin de semana. Al mismo tiempo y ya promediando la década del 80 comienza la cumbia a tenerprogramas de radio propios y una gran difusión en los medios de comunicación.[4]

Esta referencia «tropical» se forjó durante la década de 1980 en un proceso que supuso la eliminación de una serie de elementos históricos que se remontaban a los años cincuenta (la influencia y circulación de diversos géneros musicales caribeños y ritmos sincopados de origen afroamericano). La cumbia fue sólo una de las melodías «tropicales» originales —otras incluían el mambo, la salsa, el merengue y el chachachá— y su éxito puede atribuirse a la seducción de todo lo caribeño, tropical y afroamericano por una cultura exasperantemente blanca y eurocéntrica asociada al tango (o que creía serlo). En los años 80, «lo tropical» mezcló la cumbia —el único género «objetivamente» tropical— con el chamamé, el folclore del Litoral, y el cuarteto, la versión cordobesa de ritmos mediterráneos y de clima frío que no tenían nada de tropical, como el pasodoble y la tarantela.[3]

Auge comercial en los años 1990[editar]

En los años 1990, las discográficas crearon bandas formadas por músicos con una imagen más cercana a los sectores medios de la población, con el fin de eliminar aquellos rasgos físicos y de vestimenta que los asociara a los sectores bajos y así atraer un nuevo perfil de consumidores.[5]​ Según señala Alejandra Cragnolini: «Con rostros juveniles, sin marcas de cansancio o de tránsito por tareas pesadas, no tan morochos, con cabellos largos y cuidados, y una vestimenta cercana al gusto más hegemónico, desplazaron a los músicos de tez oscura, con rasgos "provincianos", y de habituales vestimentas multicolores».[5]​ Estos grupos estaban en su mayoría conformados por falsos músicos que hacían playback en el escenario, siendo Comanche y Peluche los máximos exponentes de este estilo.[5]

Referencias[editar]

  1. Pérez, Diego M. (2005). «La movida tropical: una mirada desde adentro y desde el análisis musical». Revista Argentina de Musicología (Buenos Aires: Asociación Argentina de Musicología) (5–6): 119-141. ISSN 1666-1060. Consultado el 23 de julio de 2023. 
  2. Tranchini, Elina; Boix, Ornela; Ferreyra, María José; Adamini, Marina; Stefoni, Andrés; Castilla, Martín; Sáez, Mariana (2008). «Pensar la Movida: Significaciones de subalternidad y resistencia en la cultura de la bailanta y la cumbia villera». V Jornadas de Sociología de la UNLP (La Plata: Departamento de Sociología, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Universidad Nacional de La Plata). ISSN 2250-8465. Archivado desde el original el 13 de agosto de 2017. Consultado el 23 de julio de 2023 – via Acta Académica. 
  3. a b c d e f g h Alabarces, Pablo; Silba, Malvina L. (2016). «"Cumbia, Nena". Cumbia Scene, Gender, and Class in Argentina». En Mendívil, Julio; Spencer Espinosa, Christian, eds. Made in Latin America: Studies in Popular Music (en inglés). Routledge. pp. 79-88. ISBN 978-0-415-71573-7. Consultado el 23 de julio de 2023 – via Google Books. 
  4. a b c Massone, Manuel; De Filippis, Mariano (2006). «“Las palmas de todos los negros arriba...” Origen, influencias y análisis musical de la cumbia villera». Revista Latinoamericana De Estudios Del Discurso (Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso (ALED)) 6 (2): 21-44. ISSN 2447-9543. Consultado el 23 de julio de 2023. 
  5. a b c d Cragnolini, Alejandra (2006). «Articulaciones entre violencia social, significante sonoro y subjetividad: la cumbia villera en Buenos Aires». TRANS. Revista Transcultural de Música (Barcelona: Sociedad de Etnomusicología (SIBE)) (10). ISSN 1697-0101. Consultado el 23 de julio de 2023.