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Una Nación es una Comunidad en las que sus componentes se reconocen por adelantado en una institucionalidad a la que reconocen como propia y, dentro de la cual, integran sus luchas sociales, sus competencias y mentalidades.
GARCÍA LINERA, Álvaro, “¿Qué es una Nación? en Critica, No.- 3, Septiembre 2001, La Paz, Bolivia, paginas 6 y 7

El tratado de La Virginia[editar]

Durante su gobierno, Flores se rodeó de muchos asesores y militares venezolanos, lo que provocó una reacción nacionalista de las élites ecuatorianas que querían acceder a estos importantes cargos gubernamentales.

Esto desencadenó una guerra civil que comenzó con la llamada Guerra de los Chihuahuas, y culminó en la Revolución Marcista, con núcleo en la ciudad de Guayaquil y movilizada por Vicente Rocafuerte, célebre escritor y diplomático que entonces se encontraba exiliado en la ciudad de Lima. Es así que Flores sería finalmente derrocado el 17 de junio de 1845, cuando capituló desde la hacienda La Virginia.

A los pocos días de la firma del llamado Tratado de La Virginia, que depuso pacíficamente a Flores del poder y garantizaba su estatus militar, la conservación de sus propiedades y una renta de 20.000 pesos de por vida, parte a su acordado exilio europeo, pasando primero por Panamá. El 10 de agosto, el agente estadounidense Delazon Swith informó que mediante un pariente cercano, Flores había sacado por la frontera sur la fabulosa suma de 40.000 dólares en efectivo, joyas, diamantes y cien libras de plata en barras. Debido a ello, la Convención Nacional reunida en Cuenca desconoció el tratado, negándose a reconocer los derechos que en él habían obtenido el general y sus partidarios.

Proyecto[editar]

Juan José Flores, financiado por la corona de España, planificó crear el Reino Unido de Ecuador, Perú y Bolivia.

En 1846, Juan José Flores, quien fue presidente de Ecuador, tras ser derrocado planifico un proyecto para realizar una expedición monárquica, al estar convencido de la ingobernabilidad del Ecuador bajo un sistema republicano, y que sólo una dictadura presidida por el, o una monarquía, podían rescatar al país de la guerra civil por la lucha de poderes en el que se hallaba sumergido. Es así, que Flores, reúne 6000 hombres en Europa para emprender una expedición monárquica, con el objetivo de conquistar Ecuador, e instaurar allí una monarquía presidida por un príncipe europeo, la cual tendría su trono en Quito; y posteriormente expandir el nuevo reino, absorbiendo las repúblicas del Perú y Bolivia para conformar el ''Reino Unido de Ecuador, Perú y Bolivia''.[2][3]

Enterado de la noticia y la decisión del nuevo gobierno ecuatoriano de romper con los términos del Tratado de La Virginia, Flores entra en cólera y organiza desde Europa un plan para recuperar el poder.

Se puso en contacto con su amigo y antiguo compañero en las luchas independentistas, el general irlandés Richard Wright, quien se encontraba en Inglaterra como antiguo embajador ecuatoriano, a quien le encomendó la tarea de reclutar 1.200 hombres, obtener armas suficientes y adquirir tres buques de guerra para proceder a invadir y conquistar Ecuador. También se contactó con José Joaquín de Mora, agente del general Andrés de Santa Cruz en Europa, para que intercediera por la causa ante el ministro Palmerston, que acababa de hacerse cargo por segunda vez de la Oficina británica de Asuntos Exteriores. Santa Cruz en ese entonces se encontraba también en el exilio, tras haber establecido la Confederación Perú-Boliviana[4]​, la cual había sido disuelta en 1839, sin embargo no desistía en su sueño de restaurar su Confederación por cualquier medio.

Flores se fue a Francia, donde trató de conseguir más apoyo para su empresa, proponiendo convertir a Ecuador en una monarquía a cargo de un príncipe europeo, con él mismo como regente. Luego llegó a París, donde estudiaban tres de sus hijos, y fue condecorado por el rey Luis Felipe I con el cordón de la Legión de Honor, que le había sido otorgado desde 1844. Allí solicitó armas y hombres para su audaz empresa de reconquista ecuatoriana, pero fueron oficialmente negados por el Gobierno.

De Francia pasó al Vaticano, donde se entrevistó con el Secretario de los Estados Pontificios y el papa Gregorio XVI, quien le entregó una medalla de oro y le dio su bendición apostólica como si aún se tratase de un Jefe de Estado en funciones. Finalmente, después de recabar las cartas de recomendación necesarias en el Reino de las Dos Sicilias, entregadas por el embajador español Ángel de Saavedra, se dirigió hacia la península ibérica.

Flores llegó a España con su propuesta ante la ex Regente del Reino de España, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, quien había ejercido la regencia de su hija Isabel II entre 1833 y 1840, y continuaba influyendo en el Gobierno después de un breve periodo exiliada de la Corte (1840-1844); por lo que convence al Gabinete de turno, encabezado por Francisco Javier de Istúriz, para acoger los planes del depuesto presidente ecuatoriano. El deseo de la Reina era colocar en tronos de América a los hijos de su segundo matrimonio con el Duque de Riánsares, e incluso se precisa el nombre y la edad del niño con el que se iniciaría el plan: Agustín Muñoz y de Borbón-Dos Sicilias, que entonces contaba con 13 años de edad, estudiaba en la ciudad de Roma y poseía los títulos de duque de Tarancón, conde de San Agustín y vizconde de Rostrollano.

María Cristina auspicio a Flores con su propia fortuna, mediante un préstamo de un millón y medio de duros que le otorgaron los banqueros Seriola, Carriquí, Salamanca y Buchental. El préstamo estaba fijado a una tasa del siete por ciento de interés anual, pagadero por semestres con la garantía hipotecaria de todas las rentas del Ecuador. Existen documentos que confirman que la suma total que se le asignó al ex presidente ecuatoriano para llevar a cabo la misión fue de 30 millones de reales. Mientras tanto, en Inglaterra e Irlanda, el general Wright había adquirido tres barcos: Neptuno, Monarca y Glenelg; siendo dos de estos buques a vapor transformados en naves de guerra, mientras que el otro estaría destinado al transporte de suministros y las tropas. Además, había logrado reunir hasta entonces dos batallones de cuatrocientos hombres cada uno (de un total planeado de 1.200). Los irlandeses, cuya patria estaba asolada por la hambruna que provocó su salida masiva hacia América, habían sido enganchados con la promesa de tierras e instrumentos de labranza para colonizar las provincias de Napo y Esmeraldas.

El Gobierno español apoyó la expedición de manera secreta, y el Ministro de Guerra animó a los soldados para que se alistaran en ella con incentivos como un bono de cien pesos, promoción del rango, el doble de paga y 16 acres de tierra en Ecuador para los que firmasen un contrato por cinco años, mientras que si los que se enrolaban eran oficiales recibirían 460 acres. En el puerto de Santander se reunió a mil quinientos hombres de tres mil planeados, se autorizó el uso de almacenes y cuarteles militares en Durango, Orduña y Vitoria, y Flores adquirió instrumentos musicales para formar una banda militar con uniformes diseñados por él mismo.

Por otro lado, Gran Bretaña fingió no conocer de los preparativos, mientras que las autoridades irlandesas se opusieron desde un inicio pero no fueron escuchadas.



es por ello que su principal adversario, el presidente chileno Manuel Bulnes se mantenía alerta de las incursiones y planes de Santa Cruz, las cuales informaba al gobierno argentino de Juan Manuel de Rosas.[5][6]

Se recela también con bastante probabilidad que los Generales Flores y Santa Cruz estén unidos en la empresa, y que se trate de resucitar, bajo una forma u otra, tal vez la monárquica, la antigua Confederación Perú - Boliviana.
Carta de Manuel Bulnes (Presidente de Chile) a Juan Manuel de Rosas (Encargado de la Confederación Argentina).
Agustín Muñoz y Borbón, pretendiente al trono de Ecuador, Perú y Bolivia.
María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, Regente del Reino de España, financió el proyecto de Flores.

El proyecto de Flores recibió el apoyo y financiamiento de la Regente del Reino de España, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, por lo que se estableció que el candidato a rey, de este nuevo reino sería Agustín Muñoz y Borbón, hijo de María Cristina, a quien ella, lo hacía llamar por sus títulos oficiales, como ''Príncipe de Ecuador'' y ''Restaurador de la monarquía en Perú y Bolivia''; asimismo existen otros documentos por los cuales se presume que el rey Luis Felipe I de Francia pudo también haber estado involucrado en este proyecto, financiando económicamente, al igual que había hecho María Cristina, para colocar en el trono sudamericano a sus hijos Antonio de Orleans y Luisa Fernanda de Borbón, quienes acababan de contraer matrimonio.[7][8]

  1. García Linera, Álvaro (2001). ¿Qué es una Nación?. La Paz: Crítica. pp. 6-7. 
  2. Álvarez Cuartero, Izaskun (2014). Visiones y Revisiones de la Independencia Americana - Realismo y Pensamiento Conservador: ¿una identificación equivocada?. Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca. p. 226-227. 
  3. Gimeno, Ana (1988). Una tentativa monárquica en América: El caso ecuatoriano. BCE. 
  4. Parkerson, Phillip (2019). Andrés de Santa Cruz y la Confederación Perú-Boliviana, 1835-1839. La Paz: Biblioteca del Bicentenario. p. 19-24. 
  5. Angelis, Pedro (1850). Archivo Americano y espiritu de la prensa del mundo. Buenos Aires: La Independencia. p. 33. 
  6. Barros Van Buren, Mario (1958). Historia diplomática de Chile 1541-1938. Santiago de Chile: Andrés Bello. p. 168-170. 
  7. Anónimo (1906). La Expedición Flores: proyecto de monarquía americana (1846-1847). Guayaquil: Imprenta de El Tiempo. 
  8. Reino Garcés, Pedro (20 de julio de 2014). «En 4 ocasiones Ecuador estuvo a punto de tener una monarquía». Consultado el 10 de julio de 2021.