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Usuario:Caguilerapuq/Taller

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Rosa Yagán (Hoste, fines del siglo XIX - 1983) fue ...

Un libro contiene su relato en primera persona sobre el proceso de transculturación de su pueblo, el más austral de la Tierra, que habitaba entre las orillas del Canal Beagle y el Cabo de Hornos.

La biografía de Rosa, Lakutaia le kipa, se inició en una entrevista de la periodista Patricia Stambuk Mayorga en un hospital de Punta Arenas, cuando se recuperaba de una pulmonía, después de sobrevivir a varias tempestades, navegando en una frágil chalupa por los mares más tormentosos del planeta. La autora, que estableció con ella un profundo lazo de amistad, la define como un puente entre dos mundos: el de su infancia nómade, con los rituales de su pueblo, y un siglo XX con aviones y rayos X. La obra ha sido traducida al inglés, croata y chino.

Rosa pasó por la ceremonia de iniciación, vio las escuelas de hechiceros y aprendió los secretos de la naturaleza. Su historia caló muy hondo, porque la voz del indio estaba ausente de la literatura chilena. Hoy, este libro lleva nueve ediciones y tiene varias traducciones. En la Isla Navarino permanece la comunidad de descendientes, cultivando su identidad y transmitiendo algunas de sus tradiciones. Solo una persona, Cristina Calderón, la última no mestiza, habla el idioma nativo.

Los yaganes educaron a sus hijos con rigor, dominaron su entorno, se explicaron el origen del universo, ordenaron su vida social de un modo singular y demostraron ser capaces de aprender castellano e inglés, mientras los nuevos colonizadores y aún los misioneros no pudieron jamás aprender a hablar fluidamente yagán. Por los años en que Thomas Bridges lograba reunir más de 32.000 vocablos de esta lengua fueguina, la Real Academia Española contaba, en 1869, con 60.000 voces.

Ella cuenta en sus memorias: “Soy la última de la raza de Wollaston. Eran cinco tribus yaganas, cada una de distinta parte, pero dueñas de la misma palabra. Antes que caminara, recorrí con mi madre hasta el Cabo de Hornos, amarrada a su espalda. Ella partía conmigo cerro arriba para hacer campamento y comer unos pájaros que vuelan sobre el mar y contestan dese su nido en la tierra cuando una persona les silba”