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de Alicia Morel
Género Novela Infantil
Subgénero Fantasía
Título original El fabricante de risas
Editorial Zig-zag, Andrés Bello
País Santiago,Chile
Fecha de publicación 2001

El fabricante de risas es una novela de fantasía infantil y juvenil escrita por Alicia Morel. El libro fue publicado durante el año 2001 por las editoriales Andrés Bello y Zig-Zag.

Argumento[editar]

La historia comienza con los escalofríos de Blu, un integrante de la tribu de la Gente Pequeña, que viven bajo hierbas y matorrales en los húmedos bosques. Su esposa Bla, preocupada y molesta por los quejidos de Blu sobre sus escalofríos, decide ir a ver a Bli, su amigo y el mago del bosque que fabrica sonrisas. Mientras sale de casa dando “pasos de ganso”, para echar a un lado todas sus preocupaciones, se encuentra con Piti, el tordo de las cien melodías. Bla le pide a Piti, que antes de que el se vaya, visite la casa de Blu y Bla y cante una de sus melodías para animar a Blu que se coloca triste cada vez que se acerca el invierno. Piti se niega diciendo que no le gustan las despedidas y teme que, si Blu se acostumbra a sus melodías, se ponga más triste, por lo que Bla decide retomar su rumbo a la casa de Bli. Al llegar donde el mago, Bla descubre distintos tipos de risas de todos los colores y sonidos, le cuenta a Bli sobre los tiritones que sufre Blu y le pide ayuda. Bli le pregunta por la risa que utilizó el año anterior y busca otra que pueda servirle a su amigo, sin embargo, no encuentra ninguna que le pueda servir de las que había creado, por lo que le pide a Bla que lo espere mientras el busca el último ingrediente para su nueva risa. Bli sale corriendo de su casa, dejando a una Bla sorprendida esperando. Al caer la noche, el fabricante aparece con un frasco lleno de chispas doradas, Bli explica que se trata del sueño de las mariposas y le dice a Bla que le de una cucharadita en la mañana y otra en la noche a Blu para que él se convierta en una crisálida y no despierte hasta la primavera. Bla, horrorizada se niega a darle la infusión a Blu y se marcha molesta de la casa de Bli.

El mago se encoge de hombros y guarda el frasco en su alacena, luego se prepara una comida y se va a dormir. Bla, al llegar a su casa con forma de calabaza, encuentra a Blu debajo de la cama tiritando, ella le pregunta a su marido qué le sucede, él responde preguntándole si trae alguna medicina de la casa de Bli, pero niega contándole sobre la infusión para convertirlo en mariposa. Blu le responde que no le importa convertirse en una mariposa con tal de terminar con sus malestares, pero Bla, convencida de que Bli creará una medicina más adecuada, anima a Blu a volver a la cama e irse a dormir. A la mañana siguiente, Bli despierta por los rayos de sol que le cubren la cara, entonces sobresaltado corre hacia un estante y toma un frasco vacío para atrapar el abanico de luz que se había colado por su ventana. Emocionado por haber encontrado el remedio perfecto, se dirige a la casa de Bla y Blu, despertándolos de su sueño, les entrega el frasco, los tres se ríen felices convencidos de que ahora que el verano siempre estará con ellos, los temblores de Blu se detendrán. A los pocos días, Bla notó que algo le sucedía a Blu, a pesar del aire tibio dentro de su hogar y de los chorros de sol del frasco, Blu gemía apenado porque fuera de su casa había lluvia y oscuridad, por lo que Bla sugirió que entre los dos llevaran el frasco, acarreándolo en un pequeño carretón salieron de su hogar, alumbrando el bosque y sus rincones. Con el pasar de los días Blu descubrió que el bosque no era tan temible y dejó de necesitar del frasco, por lo que un día, Bla y Blu hicieron una fiesta invitando a todos los seres del bosque, desde los que vivían bajo la luz del día hasta los que se refugiaban en la oscuridad de la noche.

Tres semanas después Bli se encuentra recostado en su cama, sin haber salido un solo día de su casa, preocupado porque nadie le iba a pedir risas y con los frascos llenos, suelta un suspiro de aburrimiento sintiendo su inspiración desaparecer, hasta que en su ventana se asoma una asombra. Poco motivado y creyendo que se trataba de un ave, ignora a la sombra hasta que pasa por quinta vez, molesto pregunta quién es, al no recibir respuesta, se vuelve a recostar en su cama hasta que ve a la sombra moverse y ocultarse tras una hoja, por lo que fastidiado dice que ya lo vio y que salga de su escondite. Un muchacho, delgado y perteneciente a la tribu del pueblo de la Gente Pequeña, aparece frente a Bli, el fabricante fascinado por la buena presentación del chico cambia de humor y le pregunta el motivo de su visita. El muchacho le responde que el Duende del Roble le contó que el mago podía darle un trabajo, pero Bli, viendo que nadie ha ido a visitarlo no entiende como podría darle un trabajo, el chico convencido de que hay algo que puede hacer llega a un trato con Bli, convenciendo al mago de que podría conseguirle clientela nueva en el Club de los Gatos Viejos. El fabricante acepta, consiguiendo a Arien como socio de su negocio y le dice que vaya a ver a la bruja Tina.

Arien le responde que no sabe dónde vive la bruja Tina, por lo que Bli le entrega la dirección. El chico, algo reacio a visitar a la bruja por los rumores sobre que es peligrosa, y con los ánimos que le da Bli, se embarca en el bosque a buscar el Club de los Gatos Viejos y la casa de la bruja. En el camino se encuentra con un roble cubierto por pequeños hongos color naranja, acercándose al árbol para tomar unos dihueñes, una bandada de choroyes se acerca y colgándose de una de las ramas del árbol chillan y picotean los hongos, el chico logar sacar uno de los dihueñes, pero antes de que logre echárselo a la boca, la bandada de aves se lanza sobre él. Arien logra esquivarlos, pero los pájaros caen sobre su carro volcándolo y quebrando uno de los frascos destinados a los gatos, la bandada se va y Arien recoge los pedazos de vidrio para evitar un incendio. Luego se llena los bolsillos con los dihueñes y sigue su camino hacia el Club de los Gatos Viejos, al principio los gatos no parecen interesados, pero demuestran curiosidad por los frascos, por lo que Arien los convence de probar las risas frescas de ratón de campo, consiguiendo nuevos clientes para el fabricante de risas, pero cuando le pregunta a los gatos por el hogar de la bruja Tina, ellos rehúsan darle información huyendo despavoridos. El chico regresando por el áspero camino, se encuentra con Piti, el cual le sugiere que regrese otro día y más temprano para ver a la bruja, por lo que Arien, decide seguir el consejo del tordo y regresa a la casa de Bli, después de una cena, ambos se van a dormir.

Al día siguiente con un ánimo renovado, Arien se dirige a la casa de Cara de Palo (el Duende del Roble), para averiguar si lo ayuda a encontrar el camino hacia la raíz de la patagua, que es donde vive Tina. Para esto, Bli le entrega una botella con sonrisas de azúcar para el amargado duende, el chico viaja a la casa de Cara de Palo y a pesar de la resistencia inicial del duende, una vez que Cara de Palo toma un sorbo de las sonrisas de azúcar acepta ayudar al chico explicándole como llegar a la casa de Tina. Arien, con su segunda tarea completada decide volver a donde el mago y esperan hasta el día siguiente para visitar a la bruja, aún así, el chico sigue sintiendo una cierta incomodidad con la idea de ir hacia la raíz de la patagua. A la mañana siguiente se dirigen al bosque camino a casa de la bruja, donde se encuentran con diversos obstáculos, desde maleza, piedras y raíces que se enredan en las ruedas del carro, también ramas llenas de espinas. Después de muchos atascos y detenciones para desenredar el carro, deciden dejarlo escondido entre unas hojas, toman algunos frascos y continúan su camino, encontrando todo tipo de cosas pequeñas entre la hierba. Ven una silla miniatura, demasiado diminuta para la Gente Pequeña y Bli lo asocia a la silla de un elfo, fabricante y ayudante escuchan risas agudas provenientes de entre las hojas asustando a Arien.

Bli, con su inevitable buen humor solo ríe y sigue acercándose hacia la casa de la bruja, mientras Arien lo sigue de cerca aún asustado por todo lo que acaba de pasar. Tina chillando sale de su casa a recibirlos, Bli le pregunta qué le sucede y Tina le responde que "en mal día que viniste". [1]​ Bli le pregunta cuando es un buen día, a lo que Tina responde que no lo sabe y que mejor que vuelva al día siguiente, por lo que ambos deciden volver a casa. De regreso, intentan encontrar el carro, pero por mucho que buscan no lo encuentran por ninguna parte y terminan atrapados en un laberinto de ramas y hojas, la noche cae y pequeñas luces comienzan a brillar a su alrededor al igual que polillas yendo hacia la luz, los elfos nocturnos los pellizcan y les tiran el pelo, generando quejidos en Arien y molestia en Bli. Intentan encontrar un bosque de maquis para perder a los elfos, pero al no encontrar ninguno y después de un par de zancadillas que afectan la dignidad de Bli, el fabricante decide abrir un frasco con polvillo picante ocasionando que los elfos tosan y estornuden, logrando escapar así de los elfos hacia un claro. Después de la desafortunada experiencia, Bli decide que lo mejor será seguir buscando el carro al día siguiente, ambos vuelven a casa, donde se dan una ducha con agua de rocío para aliviar los porrazos y pinchazos a causa de los elfos. Exhaustos por el día que tuvieron, ambos se acuestan en sus camas durmiéndose al instante.

A la mañana siguiente, Blu y Bla van a visitarlos despertándolos, Arien despierta primero y va hacia la puerta. Blu, extrañado por ver al chico, pregunta por Bli, Arien responde que Bli aún se encuentra durmiendo, por lo que Blu le pide que le avise que fueron a verlo y que algo estaba sucediendo en el bosque. El fabricante aparece en ese instante y los invita a pasar, les cuenta sobre las desventuras que vivieron el día anterior a lo que ambos se sorprenden, los visitantes se preocupan por el hecho de que el carro está desaparecido y le cuentan a Bli que hace dos días que ningún ave canta cerca de su casa, lo cual era extraño ya que todas las mañanas había un pájaro cantando. Bla también cuenta que la mariposa que iba a visitarla había desaparecido y que estaba preocupada porque creía que le podría haber pasado algo, por lo que Bli concuerda que es muy extraño y después de comer, los cuatro se embarcan al bosque a investigar. Mientras recorrían el bosque encontraron el carro perdido, del cual faltaban algunos frascos y mientras Bli explicaba que contenía uno de ellos, de los árboles brotaron unos ancianos altos y de barba verde, algunos llorando, otros con expresión desganada o dolorosa. El más viejo de ellos se presentó explicando que era el espíritu del Coihue, el árbol más antiguo del bosque y que había perdido su sonrisa, ya que ni las arañas hacían sus redes entre sus huecos, los nidos estaban vacíos y que incluso las flores y hongos que salían en sus raíces se habían extinguido.

Bli, que por primera vez se entristeció explicó que su magia no era tan poderosa pero que iba a investigar que había sucedido, y con un ánimo lúgubre los cuatro volvieron a casa, extrañado por la situación del bosque, el fabricante decide visitar a Tri-li, un habitante del bosque que es mitad elfo y mitad brujo para averiguar si él sabía algo. Arien quiere acompañarlo para Bli niega diciendo que pueden volver a pasar por lo mismo del otro día, y que es mejor que vaya solo, en especial porque Tri-li es misterioso y su nombre debe ser pronunciado en secreto. Por lo que le entrega una serie de tareas al chico y tomando un mapa secreto, un frasco de risa azucarada y otro con polvo picante se va hacia el bosque. Bli, desconfiado de si existen espías en el camino, decide murmurar en forma de oración llamando a Tri-li, un tiempo después escucha una risa cerca del arroyo y se dirige hacia allí con la esperanza de encontrar a Tri-li. Para su suerte Tri-li estaba ahí y de buen humor, por lo que Bli aprovecha la situación para hablar con el elfo, contándole que las aves ya no cantan y que el ánimo en el bosque está disminuyendo, pero Tri-li se niega a ayudar admitiendo que es el causante de que las aves no canten más, justificando que no lo dejan descansar con tanto graznido, gorjeo o pío. Luego, molesto por las palabras de Bli, Tri-li forma un torbellino y desaparece, en ese momento Piti se acerca a Bli explicando que tiene un problema, el mago se sorprende y escucha al tordo, descubriendo que por órdenes de Tri-li, los elfos son los que no permiten que las aves aniden, canten o se acerquen a alguna parte en bandada, lanzándoles todo tipo de cosas para ahuyentarlos. Bli, decide ir a ver a Cara de Palo para recaudar más información y formar un plan, ahí descubre el resto de la historia de Tri-li lo cual lo hace llorar, sorprendiendo al duende, ambos tramando un plan para detener a Tri-li, deciden juntar a todos sus amigos, y a Trumao, el brujo del pantano que hechizó a Tri-li antes de que naciera y a Lilón, reina de las hadas y madre de Tri-li, para sanar la parte de brujo de Tri-li. Bli, con cuidado de que ningún espía lo escuche y se revele el plan, junta a Lilón y Trumao en la casa del Duende del Roble. Trumao, promete romper la maldición siempre y cuando ni Lilón, ni ninguna otra criatura vaya a molestarlo a su pantano, y llegando a un acuerdo, el plan se pone en marcha.

Después de varios inconvenientes y de emboscar a Tri-li, Trumao rompe la maldición y libera al corazón del elfo de su parte de brujo, el cual al ver todo el daño que causó, convence a los otros elfos para que se detengan y reparen todo el daño ocasionado en el bosque, el cual con el tiempo se fue marchitando. Los elfos obedecen y al poco tiempo después el bosque recobra su vida y color, con un Tri-li renovado, él y Lilón recuperan el tiempo perdido pero sin actuar como madre e hijo, pues las hadas no suelen abarcar tales emociones. Cara de Palo, crea un taller para fabricarle ropa a los elfos y los gatos viejos, con ayuda de Arien, reparan su desaliñado club. La historia termina con la espera de que alguna nueva turbulencia suceda en el bosque para contar nuevas aventuras de las tribus de la Gente Pequeña.

  1. Morel, Alicia (2001). El fabricante de risas. Zig-Zag.