Usuario:EstherT03/Taller

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Argumentos Nueva Zelanda respecto al caso[editar]

Parte de la argumentación desarrollada por Nueva Zelanda estuvo fundamentada bajo los principios de responsabilidad del Estado, que en este caso, se presentaron argumentos en donde establecía que Francia debió ser responsable debido al primer acuerdo realizado entre ambos países sobre el respetar los puntos en donde tenían que resolver todo problema entre ambos de manera bilateral.

El primer argumento consiste en cómo Nueva Zelanda señala que Francia cometió 6 incumplimientos ante las obligaciones internacionales asumidas en la Cláusula 3 a 7 de su Primer Acuerdo hecho el 9 de julio de 1986. El primero de estos incumplimientos es que Francia no actuó con Buena Fe para hacer uso de su consentimiento para sacar a ambos agentes de Hao. El segundo, está enfocado en que no se pidió el consentimiento de Nueva Zelanda para hacerlo; y tercero, la continua falla que tuvo Francia para llevar de regreso a estos agentes. (Párr. 62).

A profundidad, en cuanto al primer incumplimiento, Nueva Zelanda establece que en esa disposición de Buena Fe no fue cumplida ya que no se siguieron las obligaciones subsidiarias considerando que Francia debió haber dado información completa sobre el saber cuándo obtenerlo, es decir, en qué circunstancias se debía obtener el consentimiento por su parte. En segundo lugar, no debió obstaculizar los esfuerzos que estaba haciendo Nueva Zelanda para verificar la información de esta situación; así como el que no le haya dado la oportunidad a su gobierno para obtener datos y así tomar una decisión clara. (Párr. 63)

Especificando los puntos anteriores, Nueva Zelanda argumentó que nadie informó que el Mayor Mafart tenía problemas de salud, que fue hospitalizado en Hao e incluso que un doctor francés lo revisó en la isla. Además, Nueva Zelanda consideró que estos datos, así como el historial médico, no justificaban la imprevista decisión de trasladar al agente a París sin el tiempo y permisos adecuados, ya que en lugar de tomar un vuelo de 20 horas hacía París, bien se podía atender en Papeete, pero no se dió una explicación exacta sobre esta decisión.

En el caso de la capitana Prieur, Francia no pidió el consentimiento de Buena Fe de Nueva Zelanda para devolverla a París por su embarazo y por la enfermedad terminal de su padre. Nueva Zelanda se encontraba en proceso de examinar su estado de salud para preparar el tratamiento que se le daría por autoridades neozelandesas pero posteriormente se le avisó al gobierno con poco tiempo de anticipación que el padre de la capitana se encontraba grave y que se requería su regreso a Francia. (Párr. 63)

El segundo incumplimiento demandado por Nueva Zelanda consiste en la falta de consentimiento de este Estado sobre el tema de repatriación de ambos agentes. Francia admitió haber realizado este incumplimiento y declaró que desde un inicio sabía que no se contaba con el consentimiento de Nueva Zelanda a pesar de que este consenso mutuo podía permitir la salida de la isla de una manera legal, siempre y cuando hubiera una disposición del consentimiento justificado y de Buena Fe por ambas partes. Basándose en el Primer Acuerdo, Nueva Zelanda determinó que cualquier acto unilateral relativo a la salida de la isla estaba prohibido y que era indispensable contar con el consentimiento para autorizar estos actos que interrumpen la sentencia de los agentes. (Párr. 64)

Por último, el tercer incumplimiento es sobre la falla al no devolver a los agentes, ya que a pesar de las alegaciones de Francia al utilizar la Ley Militar francesa en el caso del Mayor Mafart, Nueva Zelanda señala que tiene la salud suficiente para estar en la War College, por lo que considera que aunque su certificado médico francés señala que no puede asistir a la guerra, no debería ser un impedimento para que esté en Hao debido a que solo se le está pidiendo que asista sin realizar ningún tipo de esfuerzo. Asimismo, Nueva Zelanda establece que en Tahití hay buen equipamiento para mantenerlo bajo supervisión médica. Considerando esto, se menciona que aunque sea parte del esquema militar, se argumenta que, de acuerdo con el artículo 27 de la Convención de Viena, ningún Estado puede invocar el derecho interno para realizar un incumplimiento de sus obligaciones internacionales, por lo que Francia no podía hacer uso de la Ley Militar establecida por su Estado.

En cuanto al caso de la capitana Prieur, Francia estableció que después del fallecimiento de su padre, Francia le dio la licencia de maternidad de acuerdo con el código militar francés, por lo que tenía que dar a luz y no podía salir de Francia con su bebé. Sin embargo, para Nueva Zelanda esto no era justificación ya que en la isla hay muchos niños y no habría por qué preocuparse; además, tanto su esposo como su bebé tienen la oportunidad de acompañarla ya que en el Primer Acuerdo así está establecido. (Párr. 65)