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Charles Sanders Peirce (1839-1914)


Peirce en su investigación define que:

"el signo o representamen, es algo que, para alguien, representa o se refiere a algo en algún aspecto o carácter, Se dirige a alguien, esto es, crea en la mente de esa persona un signo equivalente, o, tal vez, un signo mas desarrollado. Este signo creado es lo que Peirce llama el interpretante del primer signo".
C.S. Peirce, 1890

Además, el autor sostiene que el único pensamiento que puede conocerse es el pensamiento de los signos, es decir, que no podemos pensar sin signos.

También, dispone que hay una serie de características que un signo tiene que tener justamente para ser considerado como signo. La primera es que tiene que tener cualidades, es decir, algo material que lo distinga cuando este nos llegue a través de nuestros sentidos; debe tener también un objeto al cuál representar y por último, y como Peirce se base siempre en relaciones tríadicas, debe haber un tercer elemento, en este caso el representamen, que es quien va a hacer en su mente una relación entre el signo y su objeto , esto lo hará basado en sus recuerdos y experiencias de vida. Es decir que no todo interpretante reaccionará ante un signo de la misma manera, sino que, basado en su conocimiento sacará sus conclusiones particulares.

El interpretante[editar]

El interpretante puede asumir diversas formas:

  1. Un signo equivalente de otro sistema semiótico. Por ejemplo el interpretante de la palabra perro puede ser el dibujo de un perro.
  2. El dedo índice apunta a un objeto. Los fonemas P-E-R-R-O nos remiten al objeto y el dedo índice que señala es el interpretante.
  3. Una definición ingenua o científica. La definición de perro.
  4. La traducción del término a otra lengua, la misma definición en otro idioma.
  5. Utilización de un sinónimo.
  6. Una asociación emotiva con un valor fijo. El interpretante de la palabra perro puede ser "fidelidad".

Tipos de interpretantes[editar]

  • Interpretante Inmediato: es pensado como el concepto o significado que comporta todo signo, independientemente del contexto y circunstancias de su enunciación.

"Mi interpretante inmediato es un concepto. Podría describir mi interpretación como parte del efecto del signo que basta para que una persona pueda decir si el signo es o no aplicable a algo que esa persona conozca suficientemente. Mi I.I. está implícito en el hecho de que cada signo debe tener su interpretabilidad peculiar antes de obtener un interprete, el I.I. es una abstracción, una posibilidad".[1]

Por ejemplo: FUEGO, cualquier fuego(Cualidad).

  • Interpretante Dinámico: se trata de un efecto particular que un signo provoca en la mente de un intérprete en una situación concreta de enunciación en un contexto determinado.

"Mi interpretante dinámico en un efecto directo realmente producido por un signo en su interprete, es aquel que es experimentado en cada acto de interpretación y en cada uno de estos es diferente de cualquier otro, es un evento singular y real".[2]

Por ejemplo la palabra fuego gritada ante un incendio puede hacer sentir al interpretante terror, que salga corriendo(Situación).

  • Interpretante Final o Normal: presupone a los otros dos tipos de interpretantes. es el interpretante pensado como un hábito que hace posible la interpretación recurrente y estable de un signo. Por un lado, se trata del hábito que consiste en atribuir a un representamen un objeto, por otra parte, despierta la unanimidad de los eruditos en un campo del conocimiento.

"Mi Interpretante Final sería efecto que el signo produciría sobre cualquier mente sobre la cual las circunstancias permitirían que pudiera ejercer su efecto pleno. Es el único resultado interpretativo al que cada intérprete está destinado a llegar si el signo es suficientemente considerado"[3]​ (Hábito).

Tipos de objeto[editar]

El objeto, es decir, aquello a lo cual representa el representamen puede ser:

  • Inmediato: Este es interior a la semiosis. "Es tal cual el signo mismo lo representa y cuyo ser depende por ello de la representación de él en el signo."[4]
  • Dinámico: Es exterior a la semiosis, a demás de ser más general y mantenerse a lo largo del tiempo. "Es la realidad que de alguna manera contribuye a determinar el signo para su representamen." [4]

División del signo[editar]

Componentes del signo para Pierce

La concepción triádica del signo en Peirce (representamen-objeto-interpretante) tiene como origen la división triádica de las categorías, que son el objeto de reflexión de lo que Peirce denomina como faneroscopía. Este término deriva de fanerón, equivalente a lo que los filósofos ingleses llamaban "ideas", Peirce lo entiende como todo lo que está presente en la mente, del modo o en el sentido que sea, corresponda a algo real o no.

Las divisiones o categorías que postula Peirce son tres modelos de fanerón, tres maneras en la que el fanerón está presente en la mente, o en las palabras. Peirce sostiene que todas las ideas pueden ser pensadas desde tres categorías: la PRIMERIDAD, la SEGUNDIDAD, y la TERCERIDAD.

La primeridad, es la categoría de la generalidad, de la posibilidad, de la cualidad, es el modo de ser de aquello que es tal como es, y sin referencia a ninguna otra cosa. El representamen es parte de la primeridad ya que es una cualidad tomada independientemente de toda realización concreta. Implica considerar desde la mente a esa idea tal como es, tal como existe. El primero debe ser presente e inmediato de modo de no ser segundo de una representación.

La segundidad implica considerar algo tal como es pero en relación a otra cosa. Vincula esta categoría con la idea de existencia. Con los sentidos captamos cualidades de los fenómenos, esas cualidades corresponden a la primeridad. En la segundidad, construimos a partir de esas cualidades, hechos de realidad.

La terceridad es la que hace posible la ley y la regularidad. Con nuestra mente conectamos las cualidades de las cosas en general con lo que percibimos. A partir de esta conexión formamos leyes o razonamientos.

Semiosis infinita[editar]

“Cualquier cosa que determina alguna otra (su interpretante) para que se refiera a un objeto al cual él mismo refiere (su objeto); de la misma manera el interpretante se convierte a su vez en un signo, y así ad infinitum.”[5]

Es decir, que el proceso de la semiosis puede ir “multiplicándose” desde una inicial incluso hasta el infinito. Esto se produce porque el interpretante pasa a ser signo que representa un objeto en una nueva semiosis con un nuevo interpretante. Así se va conformando una cadena en que cada signo es a la vez interpretante del que lo antecede e interpretado por el que lo sigue.

Para aclarar esto voy a dar un ejemplo:

Referencias[editar]

  1. Vitale, Alejandra (2002). «1». El estudio de los signos. Peirce y Saussure. Buenos Aires: Universitaria de Buenos Aires. p. 14. 
  2. Vitale, Alejandra (2002). «1». El estudio de los signos. Peirce y Saussure. Buenos Aires: Universitaria de Buenos Aires. p. 15. 
  3. Vitale, Alejandra (2002). «1». El estudio de los signos. Peirce y Saussure. Buenos Aires: Universitaria de Buenos Aires. p. 16. 
  4. a b Peirce, Charles Sanders (1987). Obra lógico-semántica. Madrid: Taurus. p. 381. 
  5. Peirce, Charles Sanders (1987). Obra lógico-semántica. Madrid: Taurus. p. 274. 

Bibliografía[editar]

  • VITALE, Alejandra (2002). El estudio de los signos. Peirce y Saussure. Universitaria de Buenos Aires: Argentina. 
  • DELEDALLE, Gerard (1996). Leer a Peirce hoy. Gedisa: Barcelona, España. 
  • PEIRCE, Charles Sanders (1987). Obra lógio-semántica. Taurus: Madrid, España.