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Julio Martín Caro[editar]

Julio Martín-Caro Soto (Pamplona, España, 1933 - Madrid, España, 1968) fue un reconocido artista español de la década de los sesenta que se caracteríza por su desarrollo en el expresionismo. Clasificado en la nueva figuración española, supuso una reacción ante el ya agotado informalismo. Se sitúa en la vanguardia de un expresionismo abstracto de carácter neogoyista, entregándose especialmente en los diez últimos años de su vida. Su existencia fue condicionada dolorasmente debido a una vasculopatía generalizada. De familia de comerciantes toreros, mitad castellana y mitad navarra, tuvo una inclinación acusada por la música y la literatura.

Biografía[editar]

El artista Julio Martín-Caro en su taller.

Julio Martín-Caro, en 1953, abandonó sus estudios universitarios para unirse a la Escuela de Bellas Artes de San Fernando (Madrid). Fue alumno de destacados artistas como Manuel Gutiérrez Navas, Pancho Cossío y Carlos Pascual de Lara. Colaboró con Lara en las pinturas murales del Teatro Real y se inspiró en El Greco debido a la admiración que le tenía a su maestro. Durante esos años, visitaba regularmente el Museo del Prado, estudiando a fondo no solo a El Greco, sino también al tenebrista Zurbarán y a Goya, cuya serie negra le impactó profundamente.

En 1959, recibió una beca extraordinaria de la Institución Príncipe de Viana para estudiar pintura al fresco en la Escuela de Bellas Artes de Venecia, dirigida por el célebre muralista Bruno Saetti. Hasta ese momento, la evolución estilística del pintor fue rápida, comenzando con una concepción impresionista de sus temas.

Luego, se sintió atraído por el postimpresionismo, siendo influenciado por Van Gogh en la expresión cromática y por Cézanne en la simplificación de volúmenes y planos. Su enfoque se orientó hacia un cubismo que buscaba la expresividad de las cosas, revelando su intimidad esencial. Durante este período, también se interesó en la pintura directa de Gutiérrez Solana. La relación con Saetti fue crucial, ya que profundizó en las técnicas de pintura mural "a la veneciana", aumentando la expresividad de sus representaciones. Además, el fuerte patetismo de Saetti, que deformaba la figura hasta acercarse al arte abstracto, lo impulsó aún más hacia el expresionismo.

Utilizando sus viajes como fuente de inspiración, exploró extensamente diferentes aspectos, como la pintura renacentista italiana y la obra de Brueghel el Viejo en Viena. Estos viajes también desempeñaron un papel crucial en su reconocimiento internacional, especialmente en Francia, Italia, Venezuela y Estados Unidos. Logró varios galardones y distinciones en certámenes y concursos artísticos tanto en Madrid como en Bayona (Francia) e Italia. Aunque falleció a la temprana edad de 35 años, lideró o contribuyó a más de cincuenta exhibiciones, tanto individuales como colectivas. Además, formó parte de proyectos de decoración mural, incluyendo el monasterio de Poyo (Pontevedra) y el Teatro Real de Madrid.

Las creaciones artísticas de Julio Martín-Caro se hallan en diversas instituciones, como la Biblioteca del Congreso de Washington, el Museo de Arte Moderno de Joannesburgo (Sudáfrica), el Museo de Artes Reina Sofía, el Museo de Navarra, la Colección de Arte Contemporáneo del Ayuntamiento de Pamplona, el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, así como en museos de Chicago, Ohio, San Francisco y Santa Bárbara (EE.UU.). El Museo de Navarra resguarda un valioso conjunto de 294 obras de Julio Martín-Caro, de las cuales 91 se presentan en la exposición inaugurada este viernes. Estas casi 300 piezas fueron adquiridas por el museo a su hermano Enrique en 1993.

Obras[editar]

Red Nude, expresionismo de Julio Martín-Caro

Enmarcadas en el expresionismo, las obras del autor, pese a algunas peculiaridades personales, se pueden enmarcar claramente en dicho estilo con unas características claramente definidas.

Exageración y distorsión de la realidad:

Con el objetivo de comunicar inquietud y vulnerabilidad, las formas y figuras suelen adoptar distorsiones y exageraciones. Así, nos encontramos con retratos irreconocibles y cuerpos deformes. Un ejemplo destacado es «Red Nude» de Julio Martín-Caro, donde el artista representa una figura femenina en una postura angustiosa y retorcida. Mediante colores rojizos y líneas marcadas, se crea una sensación de tensión y dramatismo, enfatizando así la expresión emocional.

Uso anormal del color y método de expresión:

Fiesta rural, Julio Martín-Caro.

Tratando de expresar sentimientos y crear atmósferas el color queda supeditado a las necesidades del autor, no a una representación realista de la escena en cuanto al color. Esto es visible en la siguienta obra del mismo autor, una fiesta popular que parece estar ambientada en un ámbito rural. Esta atmósfera la crea gracias a los tonos oscuros y la semejanza de la imagen a un bosque "bailando".

Representacion neofigurativa de la maternidad

El expresionismo del autor se plasma también en una corriente neo-figurativa, en ella podemos observar la nueva concepción de la figura humana en el arte post-impresionista. Contrasta con el Pop-Art propio de la época, vinculado a la belleza y sensualidad. En este caso encontramos unas figuras deformadas, casi grotescas, que trasladan esa concepción pesimista y doliente del mundo. Como ejemplo encontramos la "Maternidad" de este mismo autor, una figura tan deformada que no podemos definir como masculina o femenina, ni mucho menos extraer el título que da la obra por simple deducción propia.

En las representaciones de figuras humanas encontramos los brochazos instintivos propios del informalismo así como el uso del chorreo en el color, con el fin de transmitir preocupaciones o inquietudes personales.

Payaso de Circo pintado por Julio Martín-Caro Soto


Como característica propia del expresionismo encontramos la angustia existencial, algo que se plasma perfectamente en esta obra del autor. El "Payaso de Circo", un ambiente que presuntamente sería feliz y lleno de humor se torna en un escenario oscuro cuya única luz enfoca al payaso como centro de la obra, destacando la expresión de este pues es una sonrisa que parece vacía y sin alma. Una escena que utiliza un lenguaje desgarrado (colores oscuros y atmósfera tétrica) para implicar al expectador en esa visión pesimista de la realidad que se traslada hasta los lugares antéticos a estas ideas. Destaca el trazo irregular y las formas irracionales del fondo, de carácter más neo-figurativo.


Bibliografía[editar]

1.     Javier Manzanos. «Julio Martín-Caro Soto - PamplonaEsCultura».