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Historia bancaria de América Latina[editar]

La historia bancaria de América Latina es un campo de estudio en expansión dentro de la historia económica. La historia de los bancos públicos y privados constituye un terreno de investigación más rico y variado en Latinoamérica[1]​.

Los primeros bancos después de la independencia[editar]

A partir de las guerras de independencia (1810-1824) en muchos países de América Latina se promovieron buen número de proyectos bancarios, lo cual reflejaba el deseo de acompañar la liberalización política con propuestas de modernización financiera. No obstante, el nacimiento y desarrollo de los bancos en América Latina fue bastante lento a lo largo del siglo XIX en comparación con las economías más avanzadas de la Europa occidental o de los Estados Unidos[2]​. Si se revisan los cambios en los sistemas monetarios y crediticios desde las independencias se observa que los mercados crediticios coloniales sufrieron algunos cambios importantes, pero sin que se produjera una profunda transformación, la cual solamente vendría más tarde con la creación de un amplio número de bancos comerciales e hipotecarios, de nuevos marcos institucionales y normativas financieras y mercantiles, así como el uso de novedosos instrumentos monetarios, de crédito y de inversión.  

Perú[editar]

En el Perú, en el mismo momento que se proclamó la independencia el gobierno de San Martin gestó la creación del Banco Auxiliar de Papel Moneda (en 1822). El modelo proyectado de sistema fiduciario aspiró a emular a los sistemas financieros y de crédito europeos[2]​. El Consulado de comerciantes de Lima prometió hacer inversiones para la compra de acciones del nuevo banco, pero esta intención se frustró cuando se confirmó que el gobierno no haría los aportes de capital prometidos para la nueva entidad. Así, sin fondos suficientes para operar como un banco comercial, la nueva institución quedó reducida a una simple oficina fiscal que desapareció en diciembre de 1823.  

Chile[editar]

En Chile, el primer proyecto bancario fue formulado por el secretario del Tribunal del Consulado, Anselmo De la Cruz en fecha tan temprano como el 11 de enero de 1811, pero no pudo concretarse.

Brasil[editar]

En Brasil, al momento de la independencia (1822), no hubo necesidad de formular propuestas de creación de bancos, pues ya se había creado una novel institución, el Banco do Brasil, establecido en Río de Janeiro en 1808 cuando el monarca y todo el gobierno de la Corte real portuguesa se trasladaron de Lisboa al puerto carioca a consecuencia de la invasión de Portugal por los ejércitos napoleónicos. Este temprano banco oficial adquirió carácter nacional después de la declaración independencia en 1822, aunque luego se vio obligado a cerrar sus puertas en 1829. De hecho, no sería hasta 1851 que se fundara un nuevo y más poderoso banco de gobierno.[3]

Argentina[editar]

En Argentina el primer banco comercial partió de la fundación del Banco de Descuentos de Buenos Aires,[1]​ fundado en 1822 por un consorcio de prósperos comerciantes porteños y británicos, apenas una década después de alcanzada la independencia. El proyecto tuvo sus orígenes en 1821, cuando el ministro de Gobierno, Bernardino Rivadavia y el ministro de Hacienda, Manuel José García, propusieron crear un banco emisor.  El Banco de Buenos Aires operó entre 1822 y 1825 como un banco comercial pero también como banco para el gobierno. Recibió buena parte de los depósitos procedentes del primer préstamo externo argentino, el famoso empréstito Baring de 1824. Con cuantiosas reserves metálicas, la nueva entidad pudo emitir papel moneda convertible con éxito durante cuatro años, y contribuyó a un breve pero importante auge mercantil en la ciudad de Buenos Aires y su hinterland. El dinero del empréstito inglés debía ser empleado para financiar trabajos portuarios en Buenos Aires, pero, en la práctica, fue dedicado en su mayor parte a cubrir gastos de la guerra naval con Brasil entre 1826 y 1828. Como en el caso de Banco do Brasil, la guerra provocaría la quiebra del Banco de Buenos Aires y en 1826 fue nacionalizado y rebautizado como Banco Nacional, con derecho a continuar emitiendo billetes, pero ya no convertibles.[4]

México[editar]

De todos los proyectos y experimentos bancarios lanzados en México desde la independencia, sólo uno, el Banco de Avío, creado en 1830, puede calificarse como parcialmente exitosa. En realidad, se trataba de una iniciativa sumamente original formulada por Lucas Alamán, intelectual distinguido, empresario minero y político conservador quien, como ministro de Relaciones Exteriores en el gobierno del general Bustamante en 1830, logró que se aprobara su ambiciosa plan para apoyar al despegue de la industria nacional.[5]​  El Banco de Avío contribuyó de manera importante a un primer brote industrial en México en el decenio de 1830, que no tuvo parangón en el resto de América Latina en esta época. No obstante, este temprano banco de fomento mexicano quebró por falta de devolución de sus préstamos, ya que los deudores -que eran empresarios y políticos influyentes- obtuvieron el alargamiento de sus períodos de amortización, una y otra vez. Al final, en el año de 1840, el Banco de Avío cerró sus puertas con lo cual concluyó uno de los experimentos bancarios más singulares de la época.


Despegue de la banca en América Latina entre 1850 y 1873[editar]

El verdadero despegue de la banca en Latinoamérica tuvo lugar a partir de mediados del siglo XIX, fenómeno que confirmamos al constatar  la fundación de casi un centenar de bancos, grandes y chicos en unos seis países entre 1850 y 1873. El nacimiento de los bancos cobró especial fuerza en unas cuantas  ciudades y puertos de Argentina, Brasil, Chile,  Perú y México y Uruguay[6]​. Además la gran mayoría de estas empresas fueron fundados a partir de capitales locales y con el apoyo de diversos gobiernos, lo cual obliga a modificar la tradicional hipótesis sobre el papel pionero de los bancos extranjeros en la región, que no rebasaron el número de  seis entidades en este período pero,  además, fueron relativamente pequeños en comparación con  buen número de las mayores entidades  bancarias nativas. Desde los años sesenta se multiplicaron los bancos comerciales e hipotecarios domésticos, así como de otras empresas financieras como las primeras compañías de seguros y las primitivas bolsas de capitales en cinco o seis países, (con economías especialmente dinámicas), apunta a aspectos importantes del despegue capitalista en la época.

Protagonismo[editar]

        Un  punto especialmente llamativo fue el protagonismo de aquellos bancos que tenían más conexiones con las administraciones públicas. Especialmente reveladores son los casos de Banco do Brasil (1853),  que era punto de apoyo para el gobierno imperial y para la boyante economía del café, así como lo fue el Banco de la Provincia de Buenos Aires (1854),  instrumento clave tanto para el gobierno provincial como para los ganaderos y comerciantes de la región que ya era la más prospera de Argentina. Los enlaces entre banca y política en Argentina y Brasil y Uruguay se acentuaron durante la Guerra del Paraguay (1865-1870), al igual que en el caso, asaz diferente, de Cuba, donde el Banco Español de la Habana se convirtió en el soporte de la administración colonial española durante la Guerra de los Diez Años (1868-1878).[7]

Los bancos nacionales en los años de 1880[editar]

Una segunda gran ola de creación de bancos en América Latina se produjo a partir del decenio de 1880, fenómeno comprobable tanto por el establecimiento de grandes bancos nacionales como de una variada gama de bancos regionales.  Al comenzar la década de los ochenta, el panorama financiero de Latinoamérica no era especialmente alentador. Sin embargo, después de superados los pánicos bancarios, las crisis de deuda y las suspensiones de convertibilidad de los años de 1873-1878[8]​,  la actividad bancaria en las mayores naciones de la región habría de cobrar una inusitada y renovada fuerza, especialmente en los años de 1880-90, salvo en el Perú. En particular, pueden observarse nuevos fenómenos en la organización bancaria en la mayoría de los casos. Uno de los más cambios más significativos fue el creciente peso que fueron adquiriendo una serie de bancos nacionales (algunos públicos y otros privados) con dominio de la emisión dentro de los respectivos sistemas bancarios de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica Cuba, México y Uruguay, a los que podríamos agregar los casos de creación de los bancos nacionales de Bolivia, Haití, Santo Domingo y Costa Rica.  De hecho, es factible argumentar que los años de la década de1880/90 señalan un período clave cuando los promotores de los bancos de go­bierno (con privilegios especiales de emisión) triunfaron. Las mencionadas instituciones llegaron a ocupar una posición dominante dentro de los sistemas bancarios emergentes en varias naciones, si bien estas experiencias no fueron necesariamente duraderas.

Argentina[editar]

En Argentina se fundó el Banco Nacional en 1872 pero fue a quiebra con la crisis financiera de 1890/91.

Uruguay[editar]

En Uruguay, el temprano Banco Nacional (1887-1890) muy rápidamente se convirtió en la mayor institución bancaria en esa pequeña economía, pero también se hundió en la crisis financiera de 1890, el cual tuvo un impacto devastador (si bien de corto plazo) en toda la región del Río de la Plata.

Brasil[editar]

En Brasil, el actor financiero privado más importante desde 1853 hasta al menos 1889 fue el Banco de Brasil, si bien luego experimentó un proceso de grandes turbulencias financieras en los años de 1890, hasta desaparecer a fines de siglo y renacer solamente en 1905.

Chile[editar]

En Chile, el Banco Nacional de Chile fue dominante dentro del sistema bancario local hasta los años de 1880 cuando fue superado por el Banco de Valparaíso; y, luego, tras la gue­rra civil de 1891, fue obligado a fusionarse con el Banco de Valparaíso y otra institución para formar el Banco de Chile en 1894, una poderosa institución financiera que ha seguido operando hasta nuestros días.[9]

Colombia[editar]

En el caso de Colombia, la administración encabezada por el presidente Rafael Nuñez impulsó en 1880 la creación del Banco Nacional en Bogotá que cambió el funcionamiento del sistema monetario y bancario colombiano al otorgarle un virtual monopolio de la emisión monetaria a esta institución. El resultado fue que se vieron altamente perjudicados los bancos regionales de Antioquia, muchos de los cuales cerraron sus puertas al poco tiempo, hecho señalado por Mercedes Botero en su ensayo.

Costa Rica[editar]

Algo similar pero diferente ocurrió en el caso del Banco de la Unión de Costa Rica, el cual obtuvo similares privilegios de emisión en 1884, y por ello pudo imponer un dominio bastante fuerte en el incipiente sector bancario de este pequeño país. Dicho banco ejerció un papel fundamental en sus años de formación y consolidación, entre 1877 y 1890, aunque sebe señalarse que no sólo fueron beneficiarios los cafetaleros, la agro industria bananera y el comercio urbano, sino también y, principalmente, el gobierno de Costa Rica, situación que propició numerosas rivalidades con las firmas bancarias menores.

Origen de los primeros bancos centrales (1900-1935)[editar]

En el primer tercio del siglo XX, se experimentó una evolución desigual de la banca en América Latina.

Brasil[editar]

En países como Brasil, los primeros decenios del siglo XX permitieron la consolidación de un sistema bancario complejo en el cual la banca nacional logró desplazar en gran medida a los bancos comerciales extranjeros. Especialmente importante fue la refundación del Banco do Brasil en 1905, que se convirtió de nuevo en el mayor banco del país. Cumplió algunas funciones de banca central, pero no era formalmente ese tipo de entidad. No sería hasta 1965 que se creó formalmente el Banco Central de Brasil.

Argentina[editar]

En el caso Argentina, el Banco de la Nación también ejerció funciones monetarias fundamentales y contribuyó al financiamiento del gobierno nacional, pero no sería hasta 1935 que se creó el Banco Central de la República Argentina. Su primer gerente director fue el famoso economista Raúl Prebisch que ejerció ese cargo hasta 1943. Entretanto, en todos  los países andinos, que contaban con sistemas bancarios más pequeños, los años de 1920 fueron la época de fundación de los primeros bancos centrales, que han pervivido hasta nuestros días y son ejes de sus sistemas financieros. En este período, fue importante el papel del profesor Edwin Kemmerer como asesor de los gobiernos de Perú, Chile, Colombia, Bolivia y Ecuador en la fundación de sus bancos centrales entre 1923 y 1926.[10]​ También debe señalarse la importancia de la fundación del banco central mexicano en 1925, el Banco de México.

Génesis de los bancos de desarrollo en el siglo XX[editar]

Puede argumentarse que fue México el país en que primero se establecieron  bancos de desarrollo, sobre todo entre 1926 y los años de 1940. La razón de estas iniciativas se relacionaba con el hecho de que durante la revolución mexicana de 1910-1920 se produjo el derrumbe del sistema bancario que había sido establecido durante el régimen de Porfirio Díaz (1876-1910). Posteriormente, resultó muy compleja la reconstrucción de la banca en el período postrevolucionario, aunque se pudo establecer el banco central en 1925, mejor conocido como el Banco de México. Casi al mismo tiempo comenzaron a plantearse propuestas para la creación de bancos públicos para impulsar el desarrollo económico, agrícola, industrial y comercial. De allí que se fueron creando una serie de nuevas entidades calificadas como bancos de desarrollo[6]​:

Primeros bancos de desarrollo en México
Banco Nacional de Crédito Agrícola 1926
Banco Nacional Hipotecario, Urbano y de Obras Públicas 1933
Banco de Obras Públicas 1933
Nacional Financiera 1934
Banco Nacional de Crédito Ejidal 1935
Banco de Comercio Exterior 1937


Estas entidades financieras representaron una novedad en la historia bancaria nacional pero también internacional. En algunos otros países latinoamericanos se crearon algunos bancos de desarrollo relativamente similares entre 1935 y 1950, pero también puede sugerirse que los bancos de desarrollo mexicanos sentaron precedentes para lo que luego sería el Banco Mundial (1946) e inclusive el Banco Interamericano de Desarrollo (1959).[6]

Siglo XXI[editar]

Hoy en día todos los países de América Latina cuentan con sistemas bancarios modernos, aunque de tamaños diferentes y características diversas. Constituyen una parte esencial de cada economía ya que son, en verdad,  piezas claves del capitalismo contemporáneo por su papel ubicuo en los mercados, en las empresas y en la vida cotidiana. Debe reconocerse, sin embargo, que la  modernización financiera  en Latinoamérica ha  sido relativamente reciente, pero para entender sus orígenes e historia vale la pena revisar el desarrollo de los sistemas de crédito y el despegue de la banca en la región latinoamericana a lo largo de los siglo XIX y XX.

Enlaces Externos[editar]

Historia bancaria de América Latina y España

Referencias[editar]

  1. a b Marichal, Carlos (2012). «Historia y archivos bancarios de Latinoamérica». Revista de la Historia de la Economía y de la Empresa, Bilbao, Archivo Histórico BBVA, vol. VI, pp. 23-50. 
  2. a b Marichal Salinas, Carlos; Gambi, Thiago; de Haro Romero, Dionisio; Guimaräes, Carlos Gabriel; Márquez Colín, Graciela; Nodari, Gianandrea; Lara Sáez, Hernán Enrique; Regalsky, Andrés M. et al. (28 de diciembre de 2017). Historia bancaria y monetaria de América Latina (siglos XIX y XX). Nuevas perspectivas. doi:10.22429/euc2018.052. Consultado el 23 de septiembre de 2022. 
  3. Gambi, Thiago Fontelas Rosado. O banco da ordem: política e finanças no império brasileiro (1853-66). Universidade de Sao Paulo, Agencia USP de Gestao da Informacao Academica (AGUIA). Consultado el 23 de septiembre de 2022. 
  4. Martí, Gerardo Marcelo (1 de enero de 1995). «El Archivo del Banco de la Provincia de Buenos Aires». América Latina en la Historia Económica 2 (03): 29. ISSN 2007-3496. doi:10.18232/alhe.v2i03.159. Consultado el 23 de septiembre de 2022. 
  5. Potash, Ver Robert (1959). El Banco de Avío de México: el fomento de la industria, 1821-1846. Fondo de Cultura Económica. pp. pp. 100, 15, 133, 138, 167, 176-177. ISBN 9789681624507. 
  6. a b c Marichal, Carlos; Díaz, Daniel; Hoyo, Andrés (2018). Origenes de la Globalización bancaria: Experiencias de España y América Latina. Ediciones Genueve/El Colegio de México. 
  7. Roldán de Montaud, Inés (31 de diciembre de 2002). Los partidos políticos cubanos de la época colonial en la historiografía reciente. Iberoamericana Vervuert. pp. 27-76. Consultado el 23 de septiembre de 2022. 
  8. Marichal, Carlos (2014). Historia mínima de la deuda externa de Latinoamérica, 1820-2010. El Colegio de México. ISBN 978-607-462-770-1. OCLC 911180350. Consultado el 30 de septiembre de 2022. 
  9. Marichal, Carlos; Tedde, Pedro (1994). La formación de los bancos centrales en España y América Latina (siglos XIX y XX), 2 vols.. Banco de España – Colección Estudios de Historia Económica núm. 30. 
  10. Drake, Paul W. (18 de enero de 1989). The Money Doctor in the Andes. Duke University Press. ISBN 978-0-8223-7783-2. Consultado el 23 de septiembre de 2022.