Usuario:Jgaray/Energía nuclear

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La generación de energía a partir de la fisión nuclear es extremadamente peligrosa y contaminante. Carece además de futuro, por cuanto el uranio es un recurso no renovable que tiene sus días contados. Aunque la industria nuclear intenta vender a todo el mundo las bondades de su producto, lo cierto es que es probablemente el mayor peligro que ha producido la ciencia humana.

Las centrales nucleares son, junto con las cabezas nucleares, los dispositivos más peligrosos que el hombre haya creado jamás. Su construcción y proliferación es el acto más irresponsable, y de hecho criminal, que haya tenido lugar en este planeta.

A continuación se detallan algunos de los problemas que hacen de la energía nuclear un peligro inaceptable.

Seguridad[editar]

Riesgo de accidentes y terrorismo[editar]

  • Basándose en las estimaciones del Gobierno alemán, usando la probabilidad de daño al núcleo obtenida en los estudios de seguridad de los reactores alemanes de 2.9*10-5 al año, se puede calcular que el riesgo de una fusión de núcleo en un periodo de 40 años es del 16% para Europa y de un 40% a nivel mundial.[1]
Archivo:Cherbnobyl-powerplant-today.jpg
Central de Chernóbil, con el "sarcófago" diseñado para contener el material radiactivo restante del núcleo del reactor accidentado, y construido para una duración de 30 años. Pronto deberá ser renovado.
  • Las consecuencias de un accidente en una central nuclear pueden ser catastróficas. El accidente de Chernóbil ha sido hasta ahora el accidente nuclear más grave de la historia. Los estudios más recientes de las consecuencias del accidente calculan en más de 200.000 el número de víctimas mortales desde 1990 a 2004, sólo en la antigua Unión Soviética.[2][3][4]​ Muchos miles de personas más habrán resultado afectadas de múltiples maneras (enfermedades, ruina económica, depresión, suicidios, alcoholismo...) Lo que es aún peor: muchos descendientes de las personas afectadas presentarán enfermedades de origen genético causadas por el accidente, a causa de los daños producidos en los genes actuales de esas personas, pero que en muchas ocasiones sólo se harán evidentes al cabo de una o más generaciones.
  • Las centrales nucleares pueden ser objetivo de ataques terroristas:
    • David Kyd, portavoz del OIEA, afirmó literalmente en 2001 que "la mayoría de las centrales nucleares fueron construidas en las décadas de 1960 y 1970, y al igual que el World Trade Center, fueron diseñadas para resistir el impacto de los aviones más pequeños habitualmente usados en aquel tiempo. Si se postula el riesgo de un Boeing 747 cargado de combustible, está claro que el diseño no fue concebido para resistir semejante impacto".[5]​ Edwin Lyman, Director Científico del Instituto de Control Nuclear de Washington (EE.UU.) señala que "si un avión comercial se estrellase contra una central nuclear, el reactor no explotaría, pero los sistemas de refrigeración podrían resultar destruidos. En tal caso las varillas de combustible nuclear se sobrecalentarían y producirían una explosión de vapor que podría liberar cantidades letales de radioactividad a la atmósfera".[6]
    • El mismo doctor Lyman, también miembro de la Union of Concerned Scientists, explica que "si un equipo de terroristas bien entrenados consiguiera introducirse por la fuerza en una central nuclear, en cuestión de minutos podría causar suficiente daño para causar la fusión del núcleo e inutilizar la estructura de contención. Semejante ataque tendría consecuencias devastadoras y duraderas en la salud pública, el medio ambiente y la economía".[7]​ David Lochbaum, de la misma organización, añade que "la Comisión Reguladora Atómica (NRC por sus siglas en inglés) exige a las 103 centrales de los EE.UU. que tengan planes de prevención contra el sabotaje de una única persona dentro de la central. Sin embargo, los secuestros [de los aviones del 11-S] fueron obra de entre 3 y 5 terroristas en cada avión, y las regulaciones de la NRC permiten que cientos de personas se encuentren trabajando en centrales nucleares antes de que sus controles de seguridad hayan sido completados".[6]​ Un grupo de terroristas con conocimientos básicos y fáciles de adquirir sobre el funcionamiento de las centrales nucleares puede diseñar un ataque para maximizar las posibilidades de alcanzar una fusión del núcleo y grandes emisiones radiactivas.[8]
Un vagón cargado con residuos radiactivos atravesando la principal estación de Bristol, camino de Sellafield.
  • Existe también el peligro de accidentes (o sabotajes) en otras instalaciones relacionadas con el ciclo del combustible nuclear. Un accidente aéreo (o sabotaje) en la planta de reprocesado de Sellafield podría provocar la emisión de 44 veces más radiactividad que el accidente de Chernóbil, y podría causar dos millones de casos de cáncer.[9]
  • Además de la posibilidad de ataques a instalaciones del ciclo nuclear, existe la posibilidad del desvío de materiales nucleares para la fabricación de armas atómicas con fines terroristas o bombas sucias. A pesar de las medidas de seguridad que se supone que tienen las instalaciones de la industria nuclear, en octubre de 2007, por ejemplo, se produjo un robo de 70 pastillas de uranio enriquecido (listas para ser introducidas en un reactor nuclear) de la fábrica de combustible nuclear de Juzbado (Salamanca), que por fortuna (en esta ocasión) fueron encontradas después fuera del perímetro de seguridad de la fábrica.[10][11]
  • Otro riesgo importante es el transporte por tren de desechos y materiales radiactivos, que suelen atravesar grandes ciudades.[12]
Secretismo[editar]

Un aspecto de los accidentes nucleares que contribuye a hacerlos más peligrosos es el secretismo con que suelen ser tratados. Centrales nucleares y organismos públicos relacionados con la energía nuclear tienden a ocultar la información referente a este tipo de accidentes.

La catástrofe de Chernóbil no es el único ejemplo:

El 29 de noviembre de 2007, la central nuclear de Ascó sufrió un incidente que se saldó con la emisión deliberada[13]​ de una cantidad indeterminada de material radiactivo al medio ambiente (previa manipulación de los monitores de alerta de radiación e incluyendo la violación de numerosas normas y procedimientos).[13]​ El Consejo de Seguridad Nuclear (al que también se le había ocultado el incidente)[13]​ emitió su primera nota de prensa al respecto el 5 de abril de 2008, y sólo después de que Greenpeace, alertada por una llamada anónima,[14]​ informase a la opinión pública. Este retraso de más de cuatro meses impidió que se alertara a tiempo a la población y que se tomaran medidas de protección y vigilancia requeridas, entre ellas anular la visita de alumnos del colegio de los Maristas de Gerona que se produjo tras el vertido de la radiactividad al medio ambiente. Esta circunstancia, además de constituir una grave negligencia por parte de los titulares de la central, dio lugar a que se expusiera a estos menores a un riesgo radiológico innecesario e indebido.[15]​ Los alcaldes de los pueblos cercanos a la central se enteraron por la prensa, no se dio la prealerta de emergencia ni se avisó a Protección Civil.[14]

La energía nuclear y la guerra[editar]

Un misil Taurus, "ideal para destruir una central nuclear".[16]
Centrales nucleares: objetivo en caso de guerra[editar]

Las centrales nucleares pueden convertirse en objetivos estratégicos en caso de guerra. España adquirió en 2009 varios nuevos misiles de crucero de alcance medio Taurus. Según fuentes del Ejército del Aire, "no sería lógico usarlos para destruir un tanque, pero sí una planta nuclear. Es nuestra arma estratégica."[16]

Proliferación nuclear[editar]

El uso de energía nuclear contribuye a la proliferación de armas nucleares. Israel, India, Corea del Norte y Sudáfrica iniciaron programas "pacíficos" de energía nuclear con reactores para investigación que posteriormente fueron empleados para hacer armas atómicas, y existe la sospecha (apoyada en el hecho de la negativa a una inspección del OIEA) de que el programa de Irán tenga un objetivo similar.

Un arma nuclear puede construirse a partir de:

  • Uranio: una posibilidad al alcance de cualquier país con capacidad de enriquecimiento de esta sustancia. Según Mohamed ElBaradei, Director General del OIEA, "si un país posee instalaciones de enriquecimiento de uranio, en pocos meses podría desarrollar un arma nuclear".[17][18]
  • Plutonio: El Plutonio-239 es el más usado como combustible nuclear y para la producción de armas nucleares. La industria nuclear suele dividir el plutonio según su contenido de Pu-240 (no apto para ninguno de estos dos fines), en grados:
    • súper: 2-3%
    • armamento: <7%
    • combustible: 7-19%
    • reactor: 19% o superior
Una bomba atómica similar a la usada en Nagasaki, construida después de la SGM.

El plutonio de "grado de armamento" fue utilizado en la bomba de Nagasaki en 1945 y en muchas otras bombas nucleares. Por otra parte, el plutonio de "grado de reactor" (tal como habitualmente se produce en todos los reactores para energía nuclear comerciales) contiene hasta un 40% de los isótopos más pesados de plutonio, especialmente Pu-240, debido a que ha permanecido en el reactor por un período de tiempo relativamente largo. Sin embargo la distinción de grados es un tanto arbitraria: los grados de combustible y de reactor son menos apropiados para construir armas nucleares, pero no inservibles para tal propósito (aunque los resultados son menos predecibles). El Ministerio de Energía de EE.UU. (en inglés: U.S. Department of Energy) ha confirmado que en 1962 su país realizó con éxito una prueba atómica con plutonio de grado de reactor.[19]

Gran Bretaña, que también realizó una prueba atómica con plutonio civil en 1953,[20]​ almacena hoy en día (septiembre de 2007) más de 100 toneladas de plutonio (suficiente para fabricar 17.000 bombas atómicas como la que arrasó Nagasaki), producto en su mayor parte del reprocesado de combustible nuclear en la planta de Sellafield (véase la sección siguiente, Medio ambiente y salud). La Real Sociedad de Londres ha denunciado las potenciales consecuencias de un fallo de seguridad o accidente en relación con esta reserva de plutonio, ya que el gobierno británico no dispone de ninguna estrategia para la gestión a largo plazo de la misma.[21][22]

Medio ambiente y salud[editar]

Residuos radioactivos[editar]

Residuos nucleares en el Almacén Centralizado de Residuos Radiactivos en Borsele, (Países Bajos)
  • Hoy por hoy no existe una solución a la generación de residuos nucleares, que permanecen radiactivos durante decenas de miles de años y constituyen el mayor problema de la energía nuclear. Algunos países extraen el plutonio de las barras de combustible en el Centro COGEMA de La Hague (en Francia) o en Sellafield (Reino Unido), que son las únicas plantas de reprocesado existentes en Europa. Ambas plantas vierten cantidades enormes de desechos radiactivos al mar:
    • La planta de Sellafield vierte unos 8 millones de litros de desechos radiactivos cada día en el Mar de Irlanda.[23]​ Este mar presenta uno de los índices de contaminación radiactiva más altos del planeta.[24][25][26]​ Los niveles de contaminación en el área alrededor de Sellafield son equiparables o superiores a los de la zona de exclusión de Chernobyl.[27]​ La leucemia infantil es unas diez veces más frecuente en la zona que en el resto del Reino Unido.[28][29]​ En dos pequeños pueblos del cercano Estrecho de Menai (norte de Gales) se han detectado 43 casos de cáncer infantil, lo que supone 15 veces más que la media británica.[30]
    • El centro de La Hague vierte anualmente cientos de miles de metros cúbicos de desechos radiactivos en el Canal de la Mancha. La contaminación se extiende por el Mar del Norte y se puede medir incluso en el Océano Glacial Ártico. El riesgo de padecer leucemia infantil es en las cercanías del centro tres veces superior a la media de Francia.[31]

Emisiones de radioactividad[editar]

Torres de refrigeración de la central nuclear de Cofrentes (Valencia, España)
  • En su funcionamiento rutinario, las centrales nucleares emiten material radiactivo al medio ambiente: emisiones gaseosas por la chimenea construida al efecto y emisiones líquidas al mar, al embalse o al río del que dependan para su refrigeración. Varios estudios demuestran que esas emisiones radiactivas son nocivas para la salud:
    • Un estudio del Centro Nacional de Epidemiología (dependiente del Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Sanidad) de 1999 revela que la tasa de mortalidad por mieloma múltiple en las proximidades de la central nuclear de Zorita era entre cuatro y cinco veces más alta de lo normal. Este estudio se publicó en el número de octubre de la revista Cancer Epidemiology, Biomarkers & Prevention.[32]
    • En el estudio del Instituto de Salud Carlos III de 2001 se demuestra también la existencia de una tasa inesperadamente más alta de cáncer de estómago en personas de ambos sexos en el entorno de la central nuclear de Garoña.[33]​ Este incremento, ligado a la proximidad a esta instalación, se produjo en el periodo posterior al inicio de actividad de la central nuclear, tras comparar con la situación anterior a su entrada en funcionamiento.
    • En el mismo estudio se constató que la mortalidad por cáncer de pulmón mostró un mayor incremento en las áreas en el entorno de 30 km alrededor de las centrales de Garoña, Zorita y Vandellós-I en comparación con las tendencias nacionales. La misma situación se dio con respecto al cáncer de riñón en La Haba, zona de minería de uranio. En el estudio se demuestra asimismo que existe un incremento significativo de la mortalidad por leucemia en el entorno de las instalaciones de combustible nuclear.[33]
    • En julio de 2003 fue publicado en la revista Occupational & Environmental Medicine un estudio epidemiológico realizado por científicos de la Universidad de Alcalá de Henares y el Hospital Universitario de Guadalajara en el cual se concluye que el riesgo de sufrir cáncer se incrementa linealmente con la proximidad a la central nuclear de Trillo, y que el riesgo de padecer un tumor es un 71% superior en el entorno más cercano a la central nuclear (en un radio de 10 km alrededor de ésta) que en el área situada entre 10 y 30 km de distancia a la central.[34]
    • Un estudio realizado en 2007 por el Registro Alemán de Cáncer Infantil para la Agencia Federal de Protección Contra la Radiación de Alemania demuestra que el riesgo de padecer cáncer es un 60% más alto para los niños que viven a menos de 5 km de una central nuclear que la media nacional alemana. Teniendo en cuenta solamente los casos de leucemia, el riesgo es un 117% más alto.[35]

Emisiones de CO2 y Efecto invernadero[editar]

  • La industria nuclear asegura que la energía nuclear puede ayudar a cumplir los acuerdos del Protocolo de Kyoto ya que no provoca emisiones de CO2. Sin embargo sí se emite cierta cantidad de CO2 durante el ciclo de obtención de combustible nuclear y durante la construcción y desmantelamiento de las centrales nucleares. Un estudio del Instituto Öko de Alemania muestra que, teniendo en cuenta el ciclo completo de generación de energía (incluyendo la construcción y desmantelamiento de las centrales eléctricas), la energía nuclear emite unos 34 gramos de CO2 por cada kWh de electricidad producido (una central térmica de carbón emite alrededor de 1000 g/kWh; la energía eólica emite alrededor de 20 g/kWh, y la hidroeléctrica alrededor de 33 g/kWh).[36]​ Otros estudios estiman las emisiones de CO2 debidas a la energía nuclear entre 30 y 60 g/kWh.[37][38]
  • Más relevante aún es el hecho de que, a nivel mundial, el CO2 emitido en la producción de energía eléctrica (único caso en que la energía nuclear podría jugar un papel) no es más que el 24% del total anual de emisiones de gases de efecto invernadero de origen humano,[39]​ siendo el transporte el principal productor de estos gases.
    • Para producir un efecto notable en la reducción de emisiones de CO2 se requeriría construir 2000 nuevos reactores de gran tamaño (1000 MW) en todo el mundo.[40]​ En EE.UU. serían necesarios entre 300 y 400 nuevos reactores en los próximos 30 a 50 años, incluyendo los necesarios para reemplazar aquellos que se retiren del servicio durante ese periodo.[41]​ El uranio no es un recurso renovable y esta opción exigiría consumir las reservas mundiales mucho más rápidamente. Las reservas actuales son suficientes para 50 años de producción de energía nuclear al ritmo de consumo actual; si se reemplazase todo el combustible fósil en la producción de energía eléctrica por energía nuclear, las reservas de uranio se agotarían en tres o cuatro años.[42][43]
  • No por nada la energía nuclear está explícitamente excluida del Mecanismo de desarrollo limpio del Protocolo de Kioto. El rechazo por parte de los países del hemisferio sur se debe sobre todo al hecho de que las naciones menos desarrolladas o más vulnerables derivan unos beneficios escasos o nulos en términos de desarrollo del uso de la energía nuclear. A pesar de los deseos de la industria nuclear, este rechazo de la energía nuclear en el Protocolo de Kyoto se ha incluido en los Acuerdos de Marrakesh y ha sido confirmado por los estados ratificantes en la reunión sobre dicho Protocolo en Montreal, en diciembre de 2005.[44]

Razones económicas[editar]

  • La energía nuclear es costosísima, y sólo ha sido capaz de sobrevivir gracias a los subsidios públicos. El Consejo Mundial para las Energías Renovables estima que la industria nuclear ha recibido alrededor de 1 billón de dólares (corregidos al valor actual - 2006) de dinero público en todo el mundo, mientras que el conjunto de las energías renovables no ha recibido más que unos 50.000 millones de dólares.[45]​ Afortunadamente, la rentabilidad e interés de las energías renovables están aumentando rápidamente gracias al progreso en el incremento de la eficiencia y reducción de costes.[46]
    • Aunque la industria nuclear afirma que los costes de construcción rondan los 1500 $/kW,[47]​ el Keystone Center estimó en junio de 2007 los costes de construcción para una central nuclear entre 3600 y 4000 $/kW. Cuatro meses más tarde, Moody's los estimó entre 5000 y 6000 $/kW.[48]
    • Los costes de construcción de las centrales nucleares ha sido tradicionalmente mucho más altos de lo estimado. En EE.UU., un estudio de 75 de sus reactores nucleares muestra que sus costes de construcción superaron el 322% de lo presupuestado de media.[49]​ También en la India, el país con la experiencia más reciente en construcción de reactores nucleares, los costes de sus últimas 10 instalaciones han triplicado el presupuesto original.[49]​ Parte del incremento de los costes de construcción se debe al aumento de tiempo necesario para la misma: de los 66 meses de media requeridos a mediados de los 70 se ha pasado en la práctica a una media de 82 meses (casi 7 años) entre los años 2000 y 2005.[49]
    • El coste de desmantelamiento de las centrales nucleares ha demostrado ser mucho más elevado de lo previsto.[50]​ Por ejemplo, el desmantelamiento de la central de Yankee Rowe (Massachusetts, EE.UU.) costó unos 450 millones de dólares, en comparación con los 120 millones previstos inicialmente. En el Reino Unido, la estimación oficial de los costes de desmantelamiento de las centrales nucleares es de 70.000 millones de dólares, mientras que los fondos de la industria nuclear para el desmantelamiento suponen 22.000 millones de dólares (menos de un tercio del coste total).[51]​ Aunque hasta ahora han sido pocas las plantas desmanteladas, en los próximos años muchas alcanzarán el final de sus vidas previstas, y deberán ser desmanteladas.
    • El coste de la gestión de los residuos radiactivos en España (que pagamos todos a través de la tarifa eléctrica), según los cálculos de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos S.A. en su 6º Plan General de Residuos Radiactivos, será de cerca de 13.800 millones de euros. Este cálculo se extiende hasta el año 2070, y no incluye los costes de años posteriores (la radiotoxicidad de los residuos se mantiene durante decenas de miles de años).
  • Según el Secretariado de la Conferencia Internacional de Energías Renovables de 2004, la nuclear es la fuente de energía que menos empleo genera por unidad de energía producida. Menos que cualquier energía renovable.[52]
En el plano económico, la tragedia de Chernóbil ha costado ya a Bielorrusia, Rusia y Ucrania varios cientos de miles de millones de dólares[53]
  • Las plantas de energía nuclear no pueden ser aseguradas sólo por aseguradoras privadas. En 2005, el importe máximo de un seguro para una planta nuclear en EE. UU. era de 300 millones de dólares. Los costes de un posible accidente nuclear grave podrían ser mucho mayores, por lo que se estableció un fondo (llamado fondo Price-Anderson), que es financiado por las propias empresas, que cubriría cualquier exceso de dichos 300 millones de dólares (en 2006 dicho fondo era de 9500 millones de dólares).[54]​ Los costes de un accidente que superasen los activos del fondo Price-Anderson deberían ser cubiertos por el estado. En el caso de España, según un borrador del Anteproyecto de Ley de Responsabilidad Civil por Daños Nucleares,[55]​ las empresas gestoras de centrales nucleares deben establecer una cobertura de responsabilidad civil por valor de 1200 millones de euros, pero las aseguradoras que operan en el país (al igual que en otros) no disponen de capacidad suficiente para prestar la garantía, por lo que la tarifa eléctrica deberá cubrir dicha garantía para los daños no asegurables.[55]
  • Los principales grupos bancarios mundiales ya han dicho que sin el 100% de garantía de los créditos por parte del Estado no harán préstamos para construir nucleares. El Plan de Bush prevé la garantía estatal sobre el 80% del coste de las primeras seis centrales. Pero con el 80% los bancos no tienen bastante: o se garantiza el 100% del crédito, o no se concede.[56]
  • Según la revista de negocios norteamericana Forbes, "el fracaso del programa nuclear de Estados Unidos se considera como el mayor desastre empresarial en la historia de los negocios".[57]
  • El Banco Mundial afirma que "otorgar un préstamo bancario al sector energético requiere una revisión de las políticas, las instituciones y las inversiones del sector. Las centrales nucleares en el sector energético no son económicas; son un enorme despilfarro".[58]

Dependencia energética[editar]

Los promotores de la energía nuclear suelen afirmar que esta nos puede proporcionar independencia energética. Sin embargo, justamente el abandono de la energía nuclear en España permitiría disminuir significativamente nuestra dependencia energética del exterior, que es del 100% en este sector:

  • La tecnología de las centrales nucleares es de origen 100% extranjero: estadounidense, alemana o francesa;
  • España depende en cerca de un 80% de otros países en la producción de mineral de uranio y un 100% en el enriquecimiento de éste (proceso básico para la posterior fabricación del combustible de las centrales nucleares).[59]

Recurso no renovable[editar]

  • El uranio-235 es un recurso limitado. Según los estudios disponibles (como la última edición del Libro Rojo de la Agencia de la Energía Nuclear de la OCDE) las reservas de uranio-235 fisionable, el combustible de los reactores nucleares, alcanzarán sólo para unas pocas décadas más, aun considerando niveles de consumo como los actuales (hoy en día, cincuenta años después de su nacimiento, la energía nuclear cubre tan sólo el 7% de las necesidades energéticas mundiales, mientras que el petróleo alcanza hasta el 80% en la mayor parte de los casos). La industria nuclear afirma que existen alternativas al U-235:
    • Usar el plutonio que fue elaborado para la fabricación de armamento en los combustibles MOX. El combustible MOX se calienta más y se hace más radiactivo que el combustible nuclear convencional (a base de uranio), produciendo un mayor desgaste de las estructuras de los reactores. Reduce la seguridad del reactor e incrementa el riesgo de accidentes nucleares (accidentes que serían mucho más graves usando MOX). Por si fuera poco, la producción de MOX es muy costosa, y requiere de instalaciones de reprocesado extremadamente contaminantes, como las de Sellafield y La Hague (véase la sección Residuos radioactivos).
    • Usar el U-238 y plutonio en reactores reproductores rápidos (FBR). Sin embargo, a pesar de que el primer reactor nuclear de la Historia fue un FBR, desde su entrada en funcionamiento en 1951 los FBR han demostrado ser un completo fracaso, debido a sus costes, a sus problemas técnicos y a los peligros inherentes a esta tecnología. Trece de ellos han sido cerrados en todo el mundo, y de los 10 que quedan, sólo 5 funcionan de forma regular.[60]
  • Su precio también aumenta rápidamente. En 2006 era ocho veces más caro que en 2001.[61]​ Según el Libro Rojo de la Agencia de la Energía Nuclear de la OCDE, las reservas conocidas y recuperables a un coste inferior a los 80 dólares y a los 130 dólares (por kilogramo de uranio) son de unos 3 y 4 millones de toneladas respectivamente, es decir, menos de la mitad del que se entiende necesario para satisfacer las demandas de la industria nuclear.
    • Hay más uranio en la Naturaleza, pero su coste de extracción sería aún mayor y, lo que es más importante, su obtención será mucho más intensiva en energía fósil, con la consiguiente generación de CO2. Hay estudios que indican que, usando uranio de menas de riqueza inferior a 100 ppm se emite más dióxido de carbono del que se emitiría generando la misma electricidad usando gas natural.[42]

Los reactores nucleares del futuro[editar]

Otro argumento usado habitualmente por los promotores de la energía nuclear es que los nuevos reactores (los llamados de IV generación) serán mucho más seguros y solventarán el problema de la escasez del uranio.

En realidad, los conceptos básicos de la "nueva generación" de reactores son conocidos desde hace décadas, son tan viejos como la energía nuclear. Simplemente se quedaron fuera del mercado desde el principio, desplazados por los reactores de agua ligera, debido a que las experiencias conocidas estuvieron plagadas de problemas técnicos y económicos y con grandes lagunas en cuanto a la seguridad. Para resolver estos problemas, tendrán que ser desarrollados materiales, procesos y sistemas de operación significativamente diferentes de los que actualmente están operativos. Y aún así estos diseños deberían poder probar, sin resquicio de dudas, su viabilidad técnica, económica y su seguridad.

Cada uno de los nuevos tipos de reactores tiene grandes variaciones, y relativas ventajas y desventajas con respecto a los otros. En la actualidad, sin embargo, no son más que diseños sobre el papel, y la previsión más optimista de comercialización apunta al año 2045.[62]

Existencia de alternativas[editar]

Embalse del Atazar, en Madrid (España)
Parque eólico de Picu el Gallo en Tineo, Asturias (España)
  • Existe una solución eficaz al cambio climático: un modelo energético sostenible cuyo eje fundamental sean las energías limpias (renovables junto con tecnologías de ahorro y eficiencia). Aplicadas en todos los ámbitos —generación de electricidad, transporte, consumo doméstico...— pueden lograr reducir, de forma efectiva, las emisiones de CO2. Las inversiones dirigidas a promover la eficiencia energética son siete veces más efectivas que las dirigidas a la energía nuclear a la hora de evitar emisiones de CO2.[63]
  • La energía nuclear es prescindible. Los casos de Alemania y Suecia indican que, si hay voluntad política, es posible abandonar la energía nuclear al tiempo que se reduce el aumento de las emisiones de CO2 en cumplimiento de las obligaciones contraídas con el Protocolo de Kyoto.
    • Por el contrario, Francia, un país que ha apostado por la energía nuclear para la generación de electricidad (tiene 59 centrales nucleares, y más del 75% de su electricidad es de origen nuclear) no está cumpliendo con sus compromisos con el Protocolo de Kyoto.[64]​ Está alejándose cada vez más del objetivo acordado (incremento del 0% para el periodo 2008-2012) y ello es debido fundamentalmente al crecimiento de las emisiones de CO2 en el sector transporte, absolutamente dependiente del petróleo (y en el que la energía nuclear no puede aportar nada). La solución a la dependencia a los combustibles fósiles está en otras medidas: el desarrollo del transporte colectivo, la ordenación del territorio, la gestión ecosocial de la movilidad, el uso de los biocombustibles, un aumento de la eficiencia en los motores, o la promoción de la bicicleta.
  • En España, por ejemplo, hay un enorme potencial sin aprovechar en la eficiencia energética y en las energías renovables (según un estudio realizado para Greenpeace por el Instituto de Investigaciones Tecnológicas, en España las renovables podrían cubrir con su máximo desarrollo toda la demanda de energía prevista para el año 2050 y unas 56 veces la demanda de electricidad).[65]​ En España hay un exceso de potencia eléctrica instalada que permitiría hacerlo sin sufrir problemas de suministro.[66]​ España es el segundo país con mayor potencia renovable instalada del mundo: produjo 53.565 GWh (de los cuales 29.978 provinieron de hidroeléctricas) en el año 2004 frente a 63.153 GWh de producción nuclear en el mismo año.

Enlaces externos[editar]

Símbolo clásico de peligro de radiación ionizante (hoy obsoleto).
Nuevo símbolo de peligro de radiación ionizante (introducido el 15 de febrero de 2007)).

Referencias[editar]

  1. «The probability of a Nuclear Meltdown» (en inglés). AIMPGN. 2006. Consultado el 4 de octubre de 2006.  Parámetro desconocido |último= ignorado (se sugiere |apellido=) (ayuda); Parámetro desconocido |primero= ignorado (se sugiere |nombre=) (ayuda)
  2. Greenpeace (2006) Chernobyl death toll grossly underestimated (inglés)
  3. (en inglés)Pflugbeil y Claussen (2006), Only 50 deaths caused by Chernobyl? Press Release by IPPNW Germany on its new study (¿Sólo 50 muertes causadas por Chernobyl? Nota de prensa de la AIMPGN sobre su estudio) [28 de agosto de 2006]
  4. John William Gofman (1990), Radiation-Induced Cancer from Low-Dose Exposure, chapter 24, Committee For Nuclear Responsibility [13 de septiembre de 2006] (inglés)
  5. «Global atomic agency confesses little can be done to safeguard nuclear plants» (en inglés). Associated Press Wire Story. 2001. Consultado el 6 de noviembre de 2006.  Parámetro desconocido |último= ignorado (se sugiere |apellido=) (ayuda); Parámetro desconocido |primero= ignorado (se sugiere |nombre=) (ayuda)
  6. a b Ed Lyman, Página de opiniones de www.closeindianpoint.org
  7. (en inglés) Testimonio del dr. Lyman ante el Subcomité para el Aire Limpio, el Cambio Climático y la Seguridad Nuclear del Senado de EE.UU.
  8. Dr. Lyman (2004) The Health and Economic Impacts of a Terrorist Attack at the Indian Point Nuclear Plant (en inglés)
  9. P. Brown (2001) Sellafield attack 'could be worse than Chernobyl', The Guardian [5 de diciembre de 2007]
  10. El Mundo (2007), Investigan la aparición de uranio fuera del área de control de una fábrica de Salamanca
  11. El Mundo (2007), Investigan a un vigilante por el robo de pastillas de uranio
  12. Large & Associates, Nuclear Consultants (2006), Risks and hazards of the transportation of spent fuel in the UK (Riesgos y peligros del transporte de combustible gastado en el Reino Unido) [20 de octubre de 2006 (inglés)]
  13. a b c «El CSN y la venda en los ojos». Público.es. 18 de agosto de 2008. Consultado el 19 de agosto de 2008.  Parámetro desconocido |último= ignorado (se sugiere |apellido=) (ayuda); Parámetro desconocido |primero= ignorado (se sugiere |nombre=) (ayuda)
  14. a b «El cúmulo de negligencias en Ascó revela la falta de control en las nucleares». Periódico Diagonal. mayo de 2008. Consultado el 14 de mayo de 2008.  Parámetro desconocido |último= ignorado (se sugiere |apellido=) (ayuda); Parámetro desconocido |primero= ignorado (se sugiere |nombre=) (ayuda)
  15. Greenpeace (15 de abril de 2008). «Ascó expuso a la población a un riesgo radiológico innecesario e indebido al ocultar el escape». Consultado el 16 de abril de 2008. 
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  21. Royal Society (2007), UK’s separated plutonium stockpile poses severe risks warns Royal Society (en inglés)
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