Usuario:Juan Manuel Núñez Lencinas/Taller
Trinchera de la Juventud Peronista fue una publicación clandestina que en 1960 comenzó a editar la Juventud Peronista. Su aparición se dio durante la presidencia de Arturo Frondizi y en plena vigencia del Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado).
La fundadora y también directora de Trinchera, aunque no figuraba su nombre por el mismo carácter clandestino de la revista, fue Beatriz Fortunato, conocida como Bechi, una de las pocas mujeres que llegaron a integrar aquel grupo fundacional de la JP.
Sus primeros números comenzaron a circular a fines de 1960. Para ese entonces, toda la dirigencia de la Juventud Peronista se encontraba descabezada, con algunos de sus líderes exiliados como Gustavo Rearte en Uruguay y Tuly Ferrari en México, y otros encarcelados como Jorge Rulli y Héctor Spina. Beatriz Fortunato integraba el grupo que quedó a cargo de la mesa provisoria de la JP, donde también estaban Brito Lima, Envar El Kadri, Pocho Rearte y Felipe Vallese. La responsabilidad de dirigir Trichera recayó sobre Betriz Fortunato. Sobre la existencia de su publicación, muchos de los dirigentes juveniles del peronismo, se enteraron cuando estaban encarcelados .
“Nosotros nos enteramos estando presos, de que existía Trinchera porque apareció el Teniente Coronel Gomila que era el jefe del Consejo Militar número uno, con un ejemplar en la mano y nos empezó a leer un artículo donde se refería a los militares como “bestias con jinetas” y estaba su nombre en primer término, por supuesto que estaba enojadísimo. Reclamaba saber quién había escrito eso y la verdad es que no teníamos la menor idea. Ahí nos enteramos que existía Trinchera y después supimos que era Bechi la directora” (Jorge Rulli)
La publicación consistía en algunos pocos pliegos que se reproducían en un mimeógrafo y que luego era distribuida de mano en mano entre todos aquellos que adherían a la causa peronista. Los textos que conformaban Trinchera estaban escritos casi en su totalidad por Beatriz Fortunato y todos ellos se caracterizaban por la impronta insurreccional y el espíritu combativo de su línea editorial. Era una constante referirse al Ejército Nacional Argentino como a una “fuerza de ocupación”. La influencia, tanto en Bechi Fortunato como en gran parte de la juventud que integraba el movimiento peronista en esos años, estaba dada por la revolución argelina, que hacia fines de la década del cincuenta, ya había calado muy hondo en los sectores juveniles más politizados de la Argentina.
Con el correr de los años, el nombre de la publicación, Trinchera, fue replicado en varias experiencias editoriales propulsadas por diversos grupos políticos, vinculados de una u otra manera al peronismo. La agrupación Guardia de Hierro, por ejemplo, tuvo su revista Trinchera.
El recurso apuntaba a valerse de la mística que supo caracterizar a la primera Trinchera editada clandestinamente por la Juventud Peronista. Pero de esta legendaria Trinchera solo lograron replicar el nombre.