Usuario:Julio1017/Taller

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Santos Manzanares
Información personal
Nombre completo Santos Eduardo Manzanares
Nacimiento 8 de junio de 1942
Bandera de Argentina Córdoba, Argentina
Residencia Buenos Aires, Argentina
Nacionalidad argentina
Familia
Padres Rosa Palla de Manzanares (madre)
Santos Manzanares (padre)
Pareja Ana María Girlez
Adriana Mesasetan
Patricia Belén Farías (actual)
Hijos Santos Ernesto
Valeria María
Alejandro
Juan
Isis
Aura
Educación
Educación Cirugía general
Psiquiatría
Educado en Universidad Nacional de Córdoba
Información profesional
Ocupación investigador, educador
Área ciencia social
Sitio web

Santos Eduardo Manzanares es un investigador y profesor argentino. A través de las diferentes teorías que ha propuesto ha impactado de gran manera en el desarrollo del estudio social. Dándole importancia a la creatividad e imaginación humana por encima de la lógica rígida. De esta manera, ha ensanchado las vertientes del empirismo en los ámbitos tanto académicos como prácticos.[1]

Infancia y juventud[editar]

Manzanares, hijo de Rosa Palla de Manzanares, maestra de profesión, y Santos Manzanares, médico. Desde muy temprana edad ya mostraba rechazo hacia el estático y estricto sistema educativo tradicional, siendo movido, mayormente, por la creatividad infantil. Con la cual no sólo se divertía sino que estimulaba su desarrollo intuitivo. De igual manera, cursó la primaria y secundaria, en el Colegio La Salle y en el Colegio Nacional Monserrat, respectivamente, de forma sobresaliente. Adelantándose por dos años al resto de sus compañeros. A los 15 años de edad, dada una cardiopatía congénita, sufrió la muerte de su padre, a quien él mismo definió como «un aristócrata que se fue a trabajar prácticamente gratis de médico de pueblo y político moral» y una gran inspiración.

Universidad, cirujía y psicoanálisis[editar]

En su primera experiencia universitaria, Manzanares logra terminar los estudios y graduarse de cirujano general en la Universidad Nacional de Córdoba, citando cómo máximo motivo para ello una cercanía con la disciplina que su padre desarrolló. No obstante, al observar las nociones fundamentales que rigen a la especialidad y al gremio, como lo son: el concepto de tratar seres humanos como meros cuerpos biológicos, sin considerar aspectos espirituales y mentales. Y la burocracia en la que se sumergen los profesionales del campo; decide no seguir desempañándose como cirujano.

A pesar de esto, Manzanares valoró de sus colegas médicos lo que él llamó: «la inestimable labor de sus genuinos creadores y recreadores (...) que ponían en juego su profunda creatividad intuitiva para resolver misterios, problemas o interrogantes aparentemente insolubles desde la sabiduría y la racionalidad, referidos al diagnóstico, tratamiento y prevención de síntomas, patologías y padecimiento humano (...) reconociendo la importancia de la validación empírica».

Más tarde, ya más interesado en lo que es la ciencia de la psique y bajo la tutela de los doctores M. Goldemberg y Carlos Sluzki, realiza una residencia médica prolongada en el Policlínico Profesor Gregorio Aráoz Alfaro, ubicado en Lanús. Se desenvuelve en el área de Psiquiatría, con la expectativa de articular la mejoría, cura y prevención de síntomas y patologías psicosociales en la comunidad. Con esto, consigue validar de forma empírica su noción inicial de algunas de las tesis e hipotésis de los psiconalaistas a los cuales estudió más a fondo: Sigmund Freud y Jacques Lacan.

Transcurrieron más de 15 años para que Manzanares conociera al profesor Guillermo Maci, quien se convirtió en su mentor y a quien ayudó a formular parámetros de su método práctico, la psicología profunda.[2][3]

Desarrollo de la creatividad ética[editar]

Manzanares parte de un principio de estudio freudiano. El de la evaluación de comportamientos y síntomas físicos imposibles de explicar por la medicina tradicional. Estudiando la representación material de las ideas y su gestación en el subconsciente. Plano dinámico del ser, el cual a su vez, interactúa con el medioambiente y se entrelaza con la historia humana misma.

De esta forma, se plantea, no sólo la gestación de las ideas, sino la manera en las cual el individuo, condicionado por su entorno, las reprime, recrea, comunica y explora. Manzanares llama a esta teoría la «nueva ciencia social», la «creatividad ética». En ella, entre otras cosas, expone una clasificación humana, la cual muestra las clases de individuos encontradas en la sociedad:[4]

  • Clase obsesiva: individuos los cuales sobrevaloran la realidad objetiva conocida. Observan su entorno sólo para absorberlo y tratar de controlarlo. Esto lleva a que sólo se dediquen a consumir y desechar cultura(s) que ellos mismos no son capaces de producir. Estas personas basan su vida en el conocimiento adquirido y en el entorno conocido (statu quo), despreciando cualquier atisbo de novedad que no sea masivamente aprobada.
  • Clase histérica: esta masa tiende a sobrestimar cualquier esfuerzo externo, marginal o transgresor. Sin mayor análisis sustancioso y basándose en el rechazo por lo establecido. Esto conlleva a conductas exhibicionistas y nula originalidad personal.
  • Clase paranoide: personas cuya única verdad es adjudicada al dogma que profesen, sea religioso o económico. Éstas presentan una desconexión parcial con la realidad que los rodea. Tienen como tendencia principal ser controlados y liderados por individuos manipuladores. Su única posibilidad de cambio yace en ser adoctrinados por un nuevo dogma.
  • Clase manipuladora: esta tipología amasa gran cantidad de poder y actúa, bien sea, en el anonimato o en el engaño. Estas propiedades se muestran de la misma manera, pero en menor escala, en la clase manipuladora secundaria. La principal diferencia es que ésta no posee suficiente poder como para moldear el destino de grandes masas de personas. De igual forma, en su accionar siempre se verá reflejada una dinámica y una lógica cínica, maquiavélica.
  • Clase creativa intuitiva: son los individuos capaces de comunicar las ideas provenientes del inconsiente de manera clara y sin adulteración, con lo que tienen el potencial de transformar la sociedad y la manera en la que ésta se ordena. De cualquiera forma, éstos tienden a ser utilizados por los individuos manipuladores. Esto se debe a su ingenuidad e ignorancia, debilidades estructurales de la sociedad misma.

Manzanares explica que estos factores son los principales causantes de lo que son las interacciones comunes entre humanos. Afectan el trato brindado al prójimo y la manera en la cual las personas jerarquizan las relaciones.[1][2]​ Igualmente, estas relaciones entre clases o tipos de individuos son estudiados a profundidad en la teoría. Explicando así, el devenir de todos los fenómenos y costumbres sociales que acusan a la humanidad en la época moderna. La insurgencia de «nuevos movimientos» y/o prácticas que prometan «liberación personal» a individuos inmnersos en una sociedad de constante intercambio de experiencias es, también, expuesta y definida, dadas sus causas.

Las diferentes variantes de personajes que ejercen liderazgo, y su relación con el resto (sean subordinados o no) comprende un amplio y complejo rango de factores de entorno. El Dr. Manzanares apunta no sólo al estudio, sino a la comprobación práctica de la teoría. Lo que permitiría un impulso evolutivo en la humanidad.

Reciprocidad[editar]

Cuando se acierte la reciprocidad de la creatividad, con la razón y la sensibilidad, se daría vida a la inédita clase creativa ética. En cualquier ámbito y, en un nivel más alto, se daría pie a la verdadera evolución.[1]​ Los individuos de la clase creativa ética serían capaces no sólo de romper la lógica maquiavélica, sino de trascenderla. Sistematizando, recreando y hasta construyendo valores y lenguajes más humanos.

La reciprocidad creativa ética y su realización consisten de 4 leyes, las 4 leyes de la estructura básica éticamente recreada (EBER):

La primera ley (de la inteligencia sensitiva corporal, ISC), la segunda ley (de redescubrimiento o recreación), la tercera ley (de la reciprocidad creativa ética entre auténticas identidades creativas) y, por último, la cuarta ley (la de las relaciones de liderazgo creativas y éticas en lo socio político). A la vez, éstas se fundamentan en la noción de lógica y razón éticamente recreadas (LRER), la cual sirve como hilo conductor o común denominador, para ambas, la reciprocidad ética en acción y su comprobación empírica.

De esta manera se trascendería de la creatividad individual a una, en potencia, colectiva. Dadas las relaciones y sensibilidades constituidas entre un número de personas y la noción e inteligencia individual.

Otras actividades[editar]

Santos Manzanares dedica mucho de su tiempo al juego y al estudio del ajedrez. Desde muy temprana edad ha estado afiliado al deporte y ha participado en gran cantidad de competiciones. Manzanares, igualmente, desde muchos años atrás desarrolló un muy fuerte interés por el automovilismo, especialmente la rama rally, muy popular en la Argentina.[5]​ Este interés se transformó en disciplina, por lo que terminó participando en 5 ediciones del Campeonato Mundial de Rally organizado por la FIA, de 1993 a 1999.[6]

Referencias[editar]

  1. a b c «La creatividad siempre rompe la lógica». Radio ArInfo. Consultado el 14 de septiembre de 2018. 
  2. a b Duek, Carolina (2010). «El poder, la imagen y el narcisismo». El Psitio. Consultado el 14 de septiembre de 2018. 
  3. «Lacanianos y bien porteños». La Nación. 2011. Consultado el 14 de septiembre de 2018. 
  4. Creatividad Ética http://creatividad-etica.com/ |url= sin título (ayuda). Consultado el 17 de febrero de 2019. 
  5. Saavedra, Carlos (2018). «El poder, la imagen y el narcisismo». Diario Popular. Consultado el 14 de septiembre de 2018. 
  6. «Perfil de Santos Manzanares». eWRC. Consultado el 14 de septiembre de 2018.