Usuario:Karen Ruto/Taller

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Tras la rápida caída de la posición de Béatrice, una de las tres mejores unidades de los franceses en Diên Biên Phu, el domingo 14 de marzo de 1954 comenzó un nuevo enfrentamiento en Gabrielle. Gabrielle era el mejor punto de apoyo en la batalla para los aliados, y el único punto de apoyo a la vista de Béatrice, a menos de 5 kilómetros al este.

La posición fue bombardeada por la artillería vietnamita un día anterior. Pero no fue hasta la madrugada del 14 de marzo cuando sucedió el verdadero ataque.

El fuego de preparación de la artillería comunista (compuesto por ataques de obuses, cañones y morteros pesados) sobre la posición de los franceses duró dos horas. Los vietnamitas, con una fuerza diez veces más numerosa que la del batallón francés al que atacaban, creían en la victoria; además, eran considerados los más sólidos del Ejército comunista, al mando de Vuong Thua Vu. Fue entonces cuando los fusileros galos ganaron sus posiciones de combate y abrieron fuego contra el enemigo, con ayuda de artillería; los vietnamitas empiezan a caer. La respuesta comunista fue un bombardeo aún más denso que el anterior.

Tras 21 horas de bombardeo, los vietnamitas se toman un descaso para hacer un cambio de hombres en sus filas, pero no cesaron como creyeron los ejércitos aliados. A las 3.00 horas de la madrugada del 15 de marzo de 1954 se reanuda el ataque, con la ventaja que suponía la nocturnidad para el agresor. A la llegada de la luz del día, los vietnamitas habían alcanzado las trincheras del enemigo. El Capitán Gendre, toma Gabrielle el día 15 de marzo de 1954. El principal problema que se encuentra allí es que está solo, sus compañeros están heridos, no sabe cuándo podrán reunirse con él y al amanecer se encontrará un contraataque en el que se tendrá que defender como pueda. Langlais, jefe del sector central, desde su puesto de mando sigue atentamente todas las fases de la batalla por Gabrielle.

Ya tenía preparados los contraataques. Los ingenieros acondicionaron el terreno y agrandaron los pasos en zigzag de Huguette, colocados en paralelo a la pista de aviación. A menos de un kilómetro de las primeras pendientes de Gabrielle, los zapadores prepararon el vado sobre un pequeño riachuelo, a la altura de la aldea de Ban Khé Phaï, construyendo una especie de puente flotante, puesto directamente al agua.

En un principio quería realizar el contraataque con el 5° BPVN pero, Seguin Pazzis, persona al mando de las fuerzas de intervención, decide que le apoyen la 3ª y 4ª compañía, al mando de los tenientes Martin y Domingo. La 3ª era «la banda de Loulou», donde todo estaba permitido siempre que funcionase. En la 4ª en un principio capitaneada por Cabiro, reinaba una disciplina muy estricta que permitía ser empleada con una extraordinaria flexibilidad. Cabiro resultó herido y Norbert Domingo fue su sustituto.

Al amanecer, los legionarios comenzaron su misión. En cabeza, el Conti, el carro del capitán Hervöult. En segundo lugar, el Smolensk del Sargento Guntz y, en último lugar el Ettlingen, al mando del Sargento Ney.

Antes de llegar a Gabrielle, fueron atacados por los “viets”. Consiguieron llegar a Gabrielle a pesar de los bombardeos y el humo provocado. Quedaron atrincherados, los vietnamitas tomaron posiciones y consiguieron hacerse más fuertes, atacaron a los legionarios. Pero, cuando parecía que estaba todo perdido, llegó el contraataque de los legionarios con carros de combate, consiguieron que los vietnamitas salieran de Gabrielle hasta más allá de la alambrada.

La batalla se reanudó en el norte, dirección al blocao que defendía el Cabo Slimane.

El Capitán Botella, jefe del 5º BPVN, anunció que se debía llevar a cabo el contraataque en dirección a Gabrielle. El 5º batallón de paracaidistas vietnamitas fue lanzado 14 horas antes. “El invitado” fue enviado a Diên Biên Phu, y deberían darle tiempo para que este se instale y comience a visualizar a la posición, pero no es así. Se le envía de noche y a ciegas donde debe planear un contraataque contra un objetivo desconocido. Botella es un paracaidista veterano y no le asombra la rudeza del equipo, contando con que el 5º BPVN no tiene buena reputación. El coronel Langais, quien no esperaba encontrarse con Botella, deseaba ver a Bigeard y a su 6º Batallón de paracaidistas.

Las compañías son reagrupadas y enviadas al este de Nam Youm, a las laderas de la colina “Eliane 4”. No es más que un terreno sin refugios ni protecciones, completamente descubierto. Al llegar cavan trincheras de combate sin apenas material.

El Alférez Guy Cantón forma al grupo de vietnamitas y al resto del 5º batallón en fila india. Unos 5oo hombres cruzando el barro siguiendo una pista mal definida. Se dirigen a la pista de aviación donde se reúnen con guías que les conducen a la obra. Durante la marcha, Botella se informa y pregunta hace cuanto pasó el BEP para saber cómo van. Las compañías de Martin y Domingo han avanzado rápido, deben esperar que el 5º BPVN llegue a tiempo para apoyarlas. La sección de Canton llega al último punto, pero Botella queda sorprendido al no ver a ningún suboficial. Las demás compañías informan, sobre los puestos de radio, de las dificultades que están pasando y las pérdidas que llevan. Se cruzan con los Chaffee; observan todos los blindajes rojos de sangre, los tanques llenos de heridos y decide preguntar al comandante Ettlingen. Los Chanffee han recibido la orden de regresar con los heridos y los muertos. Botella se dirige a los Comandantes Seguin-Pazzis y Guiraud, quienes ven el asunto complicado, y deciden regresar también. Botella vuelve a preguntar, preocupado por Gabrielle, cuando le responden que ya es tarde: las compañías han abandonado el terreno, todas están de vuelta. El Capitán Botella no puede creer el fracaso causado por el azar. Cualquier esperanza de salvar Gabrielle ha desaparecido. El objetivo ahora es replegarse junto con la 2ª compañía y dar orden de retirada. Gabrielle queda borrada del mapa de puntos de apoyo.

En Gabrielle los tanques se van, y los focos de resistencia quedan abandonados. Es una situación complicada. Algunos hombres siguen luchando, por alguna cuestión de honor. Viven aislados y sin contacto con sus jefes, ignorando la caída de Gabrielle.

Aún llueven granadas, se escuchan explosiones, gritos y aullidos. Hay cadáveres por todas partes, hombres que siguen luchando y otros heridos que se conforman con contemplar el movimiento de los vivos, ya que ya han dejado de pedir ayuda.

Gabrielle cayó el 15 de marzo a las 8.00 horas. Tras esta caída, la atmósfera es aún más triste, los hombres están confusos y se sienten solos, ya no hay nadie que les mande.

En Diên Biên Phu hay 12.000 hombres, con sólo un Coronel. Los soldados acaban enterándose del suicidio del Coronel Piroth, quien se sentía responsable del fracaso. Canton, afirma al teniente Bergot, comandante de la compañía de Morteros Pesados Paracaidistas, que está inquietado por el asunto de los suicidios y las responsabilidades: «Si la cosa va mal, siempre encontrarán a un primo al que endosarle. Si ganamos, se apresurarán a aparecer tribuna de vencedores».


Los operadores de radio son los que mejor saben acerca de la batalla y todo lo que sucedió en el campo de combate. A pesar de ello, no es el final, y la artillería sigue activa. Sin embargo, los fusileros argelinos en las “Dominique”, los marroquíes en “Eliane” y los legionarios en las “Huguette” coinciden en que, si Giap ataca, es el final.

Bergot E. (2007). La batalla de Diên Biên Phu. Malabar.