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Los ciudadanos meritorios[editar]

Desde comienzos del siglo XIX las circunstancias políticas que se van desplegando en  ambas orillas del Río de La Plata –de las invasiones inglesas en adelante- cimentarán una  dedicación especial dada a las glorias militares y en particular a los honores póstumos a los  héroes de la reconquista y entrada ya la época independiente a los héroes militares de la  independencia. Ese reconocimiento se verá traducido en relevantes celebraciones fúnebres, con rituales conmemorativos que recuerdan las exequias reales durante la colonia y  equipamientos de arquitectura y arte efímeros de admirable inversión material y artística, a  los que se agregaran los monumentos fúnebres emplazados en el cementerio público a partir de fines de la década de 1820.

Sepulcro José Clemente Paz[editar]

El sepulcro de José Clemente Paz (1842-1912) es uno de los monumentos de un excepcional grupo escultórico realizado por el francés Jules Félix Coutan (1848-1939), quien realizó la obra por encargo de la familia Paz, en honor a su hijo fallecido, en 1904, José Jacobo Gainza Paz. Ocho años más tarde, en 1912, el presidente del diario La Prensa, José Clemente Paz

fue enterrado en dicha bóveda.

Felix Coutan fue un escultor francés de gran renombre en su época, sus obras se destacan por un detallismo en la expresión y trabajo de los pliegues. Realizó esculturas en bronce y en mármol con una mirada al neoclasicismo y una disposición de las mismas para ser vistas de frente, contenidas entre soportes posteriores, haciéndolas parte de la arquitectura.

La sepultura presenta un volumen cúbico revestido en granito negro, una puerta de bronce sirve de pedestal a dos ángeles de gran tamaño, emplazados de derecha a izquierda de la misma, uno apoyado sobre un ancla y el otro con una corona junto a sus pies. Otro grupo escultórico de tres figuras recupera el dramatismo: una mujer semi doblegada, casi desfalleciente dejando escapar una lámpara extinguida. De forma ascendente, en la misma línea, vemos una urna con una tapa semi abierta llamada sarcófago, de allí una figura femenina que representa al alma humana, que se dirige hacia un ángel con sus alas desplegadas y señalando con su dedo índice el infinito, la eternidad. Toda la obra, fue realizada en mármol blanco, con minucioso detalle y gran dinamismo.  

El Sepulcro de la familia Paz es una pieza escultórica que puede ser contemplada como “monumento, no amuleto” (Read, 1994:76), siendo apreciada para lo que fue concebida originalmente.

El trazado urbano del cementerio[editar]

Cada cementerio se configura como una ciudad dentro de la ciudad donde “habitan los vivos”. Teniendo en cuenta su contexto de Arquitectura, el trazado y  Escultura, el cementerio Recoleta es uno de los sitios en la ciudad de Buenos Aires, una ciudad dentro de otra ciudad.

Partiendo del entorno del espacio, se observa el cementerio-ciudad con el trazado, ubicación de las bóvedas y sus obras escultóricas encargadas por las familias propietarias. El paisaje cementerial muestra su quietud en orden al trazado de calles ortogonales entre sí, dejando parcelas regulares en los espacios generando calles, avenidas y diagonales.

Existe una amplia rotonda central de allí parten las avenidas principales, con una escultura de Cristo realizada por el escultor Pedro Zonza Briano, (1914), donde configura una gran cruz, punto local de referencia que ratifica el sentido sagrado del lugar.

El espacio cementerial tiene desde el principio como los ensanches, elementos significativos y referenciales, que densifican la vivencia del lugar. El cementerio guarda una relación práctica de identificación con la misma ciudad: la ordenación espacial en cuadrículas, de la que resultan manzanas edificadas en el terreno de la Recoleta, un diseño geométrico con calles, avenidas y diagonales. Las murallas lo contienen, definen y protegen como recinto sagrado.

Hasta el siglo XIX los cementerios eran parte activa en las ciudades, lugares de encuentro como era una plaza, una calle o un mercado público. Era la otra ciudad donde habitaron, pensaron, caminaron e imaginaron nuestros antepasados y recorrerlo era, de alguna manera, reconstruir la historia de la ciudad, las costumbres, las familias, las aspiraciones comunes y los ritos.

La realización del plano se le solicitó al Director del Departamento de Ingenieros  Arquitectos de la provincia de Buenos Aires, Ing. Próspero Catelin. Con el plano aprobado y ya en ejecución, se emite el decreto de gobierno del 3 de septiembre de 1823 donde se  estipula la escala de precios según la ubicación de los lotes e interesa al objetivo de este  trabajo ya que determina que “las sepulturas preferentes sean ocupadas por los cadáveres de aquellas personas cuyas virtudes o relevantes servicios a la sociedad les hayan hecho un lugar distinguido en el aprecio de la autoridad y de sus conciudadanos, que siempre mirarán como un deber el de perpetuar la memoria de tan dignos ciudadanos al depositar sus cenizas.

Es de destacar que el gobierno siguiendo el tono de la fundamentación del decreto, retiene para sí”…algunas sepulturas para asignarlas oficialmente a aquellas personas que se distingan por sus méritos contraídos en cualquier ramo del servicio público…”, de este modo se reserva un espacio de lotes para sepulturas destinado al panteón de los ciudadanos  meritorios, a la derecha de la calle principal de entrada al cementerio.

Monumentos Históricos Nacionales restaurados en los años 2002 – 2003[editar]

Sepulcro de Olivera De Pignetto[editar]

Este sepulcro está ubicado en la Sección 9 Tablón 2, fue realizado por Luis Perlotti en el año 1946. Tanto las placas como el relieve son de piedra dolomítica que su procedencia podría ser de las canteras de Olavarría, provincia de Buenos Aires, y el basamento es de granito.

En él se muestra la imagen de una mujer con los brazos elevados en la que se puede ver sencillez pureza y sobriedad.

Debido a la orientación sur del frente del sepulcro y a su delimitación por un muro aledaño, se produce un encajonamiento del sepulcro que genera un microclima muy húmedo que favorece el desarrollo de microorganismos circunstancia que dificulta la lectura de la obra. Se observó el desarrollo de plantas en la unión de la placa y relieve. Se identificaron micro fisuras en gran parte de las piedras.

También se evidencio en erosión vinculada a los agentes agresivos como la lluvia y la acción del viento, lo que generó una falta de cohesión en la superficie y una pérdida del acabado superficial.

Gracias a todas estas fallas fue necesario realizar una restauración al sepulcro. Es notable observar que el relieve, si bien se encuentra expuesto, después de la restauración quedó integrado a la composición total del sepulcro.

Mausoleo del Doctor Nicolás de Avellaneda[editar]

Este mausoleo está ubicado en la Sección 20 Tablón B, fue realizado por el escultor parisino Jules Coutan en el año 1910. Este monumento fue realizado íntegramente en mármol de Carrara mediante la talla y el armado de placas. La dimensión del mismo es de 3m de alto por 2,50m de ancho por 2,3m de profundidad.

Está formado por un alto pilar en cuyo fuste se recorta una figura alegórica de mujer en actitud de orar, el capitel donde se encuentra el retrato del prócer y un basamento con decoración ornamental.

Hubo una intervención previa de restauración de este monumento en el año 1968, debido a que la obra está expuesta sin ningún tipo de protección, padece un estado de erosión general en la superficie. Solo en sectores protegidos de la lluvia por la orientación (noreste) y su morfología, se pudo observar un registro del pulido original. En el perfil derecho la escultura tiene una fina capa negra producida por agentes biológicos que cubre casi la totalidad de la superficie y que está incorporada a la estructura de la piedra. También en el rostro de la alegoría se observó una erosión con pérdida de acabado superficial así como adherencia de una costra negra.

Estructuralmente se observó el movimiento de un pilar que cierra el mausoleo. También se observó la falta de una cadena metálica adhería a las columnas como cierre del monumento.

La intervención posibilito tener una rápida lectura del monumento, considerando su localización al finalizar una de las calles del cementerio. Estando cerca de la escultura podemos observar con claridad los distintos tratamientos realizados en el mismo material.

Mausoleo del Coronel Federico Brandasen

Este mausoleo está ubicado en la Sección 9 Tablón 1, fue realizado por Carlos Romairone en el año 1905. El material de soporte del monumento es de mármol de Carrara con vetas, exceptuando el busto que está hecho en mármol de Carrara pero sin vetas. Las placas conmemorativas y el ornato colocado al inaugurar el monumento son de bronce fundido. La dimensión es de 5m de alto, con una base de 2m por 2m.

Haciendo una comparación visual entre la documentación histórica y el estado actual del monumento se pudo notar algunas diferencias, tales como el agregado de un escalón en el frente del monumento.

Tanto la alegoría como el retrato del coronel presentaban una importante acumulación de sociedad superficial y alteración de la granulometría esto se observó en áreas expuestas a la inciensa de la lluvia y se extiende a lo largo de las líneas de escurrimiento generadas por la morfología a esto se le sumo el efecto mecánico de arenados efectuados en alteraciones anteriores el mármol presenta fisuras significativas como así también una película de óxidos provenientes de elementos decorativos metálicos  también se observaron lagunas y fisuras, algunas de ellas con aplicaciones de morteros cementicos productos de intervenciones anteriores.

El criterio de intervención considero la re ubicación de placas conmemorativas, fueron colocadas en el frente del monumento que por su cercanía al ingreso del cementerio permite una visualización rápida.

Sepulcro de María Sánchez de Thompson y de Mendeville

Este sepulcro está ubicado en la Sección 3 Tablón 8, fue realizado por un autor anonimo en el año 1870 con la técnica de torneado, siendo armados por partes el mármol de Carrara. Sus dimensiones son de 2m de alto por 2m de ancho y una profundidad de 1,7m.

La mayor preocupación acerca de esta obra, a la hora de efectuar su conservación, lo constituyo su deterioro estructural, producto del movimiento de suelo afectado por el desarrollo de árboles cercanos al mismo. Su base cuadrada y su orientación generan una marcada diferencia de desgaste entre el frente con exposición directa al agua de lluvia y vientos respecto a los perfiles que tienen menos incidencia de deterioro. Los ornamentos y las placas presentan una marcada erosión cuyo avance expone en relieve las vetas propias del mármol. Al frente del sepulcro se observa un alto porcentaje de oxidación que se visualizan rápidamente.

El mantenimiento estructural del sepulcro es producto de una disponibilidad técnica vinculada a su momento histórico, y que con el  pasar del tiempo, se revalorizo