Usuario:Miriam Fernández Ruiz/Taller

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Valores domésticos[editar]

El concepto de valores domésticos es aplicable a cualquier tipo de colectividad estructurada en un marco político. Es también aplicable a cualquier tiempo y espacio, siempre y cuando esa sociedad esté vinculada a una estructura política. Los valores domésticos de una nación alude a los valores intrínsecos que tiene la propia nación, parte cultural de la misma, y que condicionan las actuaciones de los gobiernos tanto en la política interior como en la política exterior.

Los valores domésticos nacen de la propia formación y cultura de un país. Muchos de estos rasgos culturales están fuera de la esfera de control del gobierno pero en cierta manera afecta y condiciona al gobierno y delimita sus actuaciones indirectamente. Este hecho es aún más patente con la introducción de la sociedad de masas en la opinión pública. Esta sociedad de masas está conformada por unas tradiciones o unos valores que los lleva a tener una opinión más o menos homogénea en según qué temas y que influyen indirectamente en las decisiones del gobierno.

El concepto de valores domésticos puede estar inmerso en el constructivismo[1]​, teoría de las relaciones internacionales en la cual las relaciones internacionales están limitadas por las estructuras que rigen una sociedad, sobre las normas que guían la conducta de esta sociedad y sobre todo que son respetadas por sus miembros. Estas normas deben estar cohesionadas con la sociedad y con los valores identitarios con los que se identifican.

Es por tanto principal la identidad de una nación o el sentimiento de pertenencia a esta. En el momento en el que esta identidad nacional está formada perdura de una manera más o menos sólida permitiendo a los actores políticos tener una representación exterior que los identifique pero que tambien les diferencia de otros estados. Esto permite que el resto de países conozcan los caminos de acción de un Estado y cómo pueden estas acciones afectar al sistema internacional. Por ello, también hay un conocimiento de las posibilidades que hay para que dos estados sean aliados o enemigos.

Los valores domésticos son construidos a partir de los propios atributos de cada estado. Los estados a veces comparten aspectos iguales como pueden ser la lengua, la religión o la historia pero también puede pasar que sean totalmente contrarios. Es por tanto que cada estado dependiendo de sus valores domésticos actúan como enemigos o aliados atendiendo y dependiendo a la lógica de sus valores.

“Los intereses internacionales de cada Estado no existen sin sujetos que los tengan y no existe un sujeto sin cultura o estructuras normativas que los genere” [2]

Los valores domésticos han sido estudiados por una rama de la antropología, la antropología política[3]​, dónde grandes sociólogos como Emile Durkheim o Max Weber han teorizado en cómo las costumbres, tradiciones y valores de cada nación o formación política condicionan la política de cada país. Durkheim señala como la autoridad tradicional[4]​ se encuentra legitimada por las costumbres y prácticas aceptadas por la comunidad, es decir, por sus valores domésticos. Por tanto, la sociedad moldea la actuación o conductas de su gobierno por el simple hecho de que este gobierno esta formado y basado en estas mismas actuaciones o conductas. En este camino, Radcliffe- Brown señala que en toda sociedad humana existe una estructura moral homogénea sobre la que se desarrolla las instituciones, entre ellas, la política, y por supuesto la política exterior.[5]

También estos valores domésticos pueden influir negativamente en la política exterior de un gobierno. Algunas decisiones de los gobiernos cuentan con una gran legitimidad en el interior de su propio país pero no en su política exterior, ni en cómo las reciben las demás naciones. Por ello, los valores domésticos son un arma de doble filo ya que en muchas ocasiones cuentan con un gran respaldo interno, debido a los valores culturales y sociales del país, pero cuentan con un rechazo internacional, sino global sí parcial. Este rechazo es debido a que los valores domésticos de cada país son propios, no compartidos.

Sí bien es cierto, llegado el siglo XXI podemos decir que lo que se ha denominado Occidente comparte en gran medida estos valores domésticos internos. Los países europeos se han adaptado en gran medida a los valores domésticos provenientes de Estados Unidos y viceversa. Esto provoca que las relaciones diplomáticas y las acciones de los países europeos o Estados Unidos se vean de alguna manera propias, entendiendo el porqué las hacen y por tanto legitimándolas en una esfera internacional.

Los valores domésticos se asientan en que la política exterior está comprometida con los compromisos generalizados o los valores específicos de una colectividad, que están integrados con los roles y mecanismos internos de la comunidad. Tiene como fin en su política exterior perseguir y proteger los intereses de esta colectividad. Debemos tener en cuenta que la actividad política es ante todo una actividad sociocultural y que está totalmente inmersa en las actividades sociales cotidianas en las prácticas culturales que han creado y sostenido estos estados. Las políticas reflejan las maneras de pensar en el mundo así como de posicionarse en él.

Para entender la importancia de los valores domésticos en las relaciones internacionales debemos saber que en muchas ocasiones se ha hablado de formar agentes que controlen cómo se ven las decisiones de gobierno de un determinado país en el resto de los países, o en los países dónde quieres recoger un mayor apoyo. Para ello se debería estudiar cuáles son los valores domésticos de cada país, su cultura y su sociedad, para poder entender cómo va a afectar la política internacional de un país en otro país. Si quiere un determinado país sacar un rédito político en un conflicto internacional por ejemplo, necesitaría poder enmascarar y simular sus decisiones políticas adaptándolas a los valores domésticos del país del que pretende ser apoyado.

También, estos valores domésticos influyen en gran medida en los tipos de gobernación que tienen dependiendo qué países, o cómo los diferentes Estados tienden a tener un tipo u otro de representación política. Podemos ver el ejemplo de Francia e Inglaterra, en la época contemporánea Francia se ha inclinado por la república como forma de Estado mientras que, Inglaterra, se ha inclinado por la monarquía.

Por tanto, podemos decir que hay una construcción simbólica de los Estados y de cómo estos se muestran de cara al exterior a través de su política exterior. Esta construcción simbólica de cada Estado se construye a partir de los valores domésticos de cada uno de ellos. Los valores domésticos nos permiten entender el porqué de muchas de las actuaciones de distintos países en la esfera internacional ya que encontramos en estos valores domésticos la respuesta de estas acciones.

Enlaces[editar]

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-19182018000200389

https://antroporecursos.files.wordpress.com/2009/03/llobera-j-compilador-1979-antropologia-politica.pdf

https://www.redalyc.org/pdf/814/81415652003.pdf

https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-191820180002003

Bibliografía[editar]

Radcliffe- Brown, Alfred, Estructura y función de la sociedad primitiva, Edicions 62, España, 1996.

Lynn, Naomi B., Widavsky, Aaron, Administración pública: El estado actual de la disciplina, Fondo de cultura económica, México, 2001

Vázquez Gutiérrez, Juan Pablo, "Autoridad moral y sociedad en el pensamiento de Durkheim", 25 (2002), 17-54.

  1. Tah Ayala, Einer David (2018). «Las Relaciones Internacionales desde la perspectiva social. La visión del constructivismo para explicar la identidad nacional.». Revista mexicana de ciencias políticas y sociales. Consultado el 22/10/22. 
  2. Wildavsky, Aaron (2001). «El desarrollo de la administración pública como ciencia científica». Administración pública: estado actual de la disciplina. México: Fondo de cultura económica. p. 432. ISBN 9789681649968. Consultado el 22 de octubre de 2022. 
  3. «Antropología política». Wikipedia, la enciclopedia libre. 27 de enero de 2022. Consultado el 25 de octubre de 2022. 
  4. Vázquez Gutiérrez, Juan Pablo (2002). «Autoridad moral y sociedad en el pensamiento de Durkheim». Universidad Autónoma metropolitana. Consultado el 19 de octubre de 2022. 
  5. Radcliffe- Brown, Alfred (1996). Estructura y función de la sociedad primitiva. España: Edicions 62. ISBN 978-84-297-0831-8.