Usuario:Sofia Hnidey/Patterns (Kraft Television Theatre)

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Patterns fue una de las series que marcó un progreso para Rod Serling. El drama televisivo obtuvo aclamadas críticas el 12 de enero de 1955 mientras se instalaban las series de antologías en el teatro Kraft Television Theatre.

Dirigida por Fielder Cook, el intenso y ovacionado drama protagonizaba a Richard Kiley como el ambicioso vicepresidente Fredd Staples. El despiadado jefe corporativo Walter Ramsie (Everett Sloane) trata de sobrepasar a la empleada Andy Sloane (Ed Begley) con el fin de hacer espacio para el novato Staples. Rammsie usa cada oportunidad que tiene para humillar a la frágil Sloane, mientras Staples ve a Sloane como una profesional que trae valiosas contribuciones a la firma. [1]

El reconocido guión de Serling rompió con las dinámicas del mundo de los negocios y le dio a Serling el primero de los seis Emmys en escritura dramática. Hubo una entusiasmada reseña de Jack Gould del periódico The New York Times en la que él sugirió que se repitiera:

Ninguna cosa ha emocionado a la industria televisiva en los últimos meses tanto como la producción Patterns de Kraft Television Theatre's, una obra original de Rod Serling. El entusiasmo está justificado. En escritura, actuación y dirección, Patterns se pone de pie como uno de los puntos más altos en la evolución de los medios televisivos. Patterns es una obra con un punto de vista hacia el feroz y competitivo mundo de los grandes negocios y se presta a ser comparado con la película Executive Suite. En comparación, Executive Suite podría ser Babes in Toyland sin una partitura de película. Por el puro poder de la narrativa, la contundencia de de la caracterización y el brillante clímax, el trabajo del Sr. Serling es un triunfo creativo que puede sostenerse en sí mismo . En uno de esos momentos de inspiración que hacen al teatro la maravilla que es, Patterns era el evento que le perteneció a muchos, no solamente al Sr. Serling. Las actuaciones de Everett Sloane, Ed Begley y Richard Kiley fueron asombrosas. La dirección y producción de Fielder Cook constituyó de un uso fluido de herramientas artísticas de vídeo que qué tan poco se han explorado los horizontes de la televisión. Patterns se ha visto de 9 a 10 pm los miércoles por medio de National Broadcasting Company's network: una repetición del show en una fecha cercana debería ser obligatoria.[2]

La petición de Gould por una repetición fue una sugerencia inusual, ya que en la era previa a las grabaciones de vídeo, los shows en vivo no eran repetidos. Sorprendente mente, NBC tomó en cuenta seriamente la sugerencia de Gould e hizo planes para otra producción.

Segundo Show en Vivo[editar]

Cuando Patterns regresó el 9 de febrero de 1955 una vez más era presentada en vivo, aquello era un evento sin precedentes. Ésta fue la primera vez que un drama televisivo era repetido por su popularidad. La segunda presentación, directamente sustentada por la compañía de publicidad de Kraft Foods J. Walter Thompson,fue capturada en el kinescopio y se encuentra disponible para verla en el Centro The Paley Center for Media en Nueva York y Los Angeles.

El 27 de marzo de 1956, una versión de largometraje de Patterns salió al aire. La película una versión extendida del guión hecho por Serling. Van Heflin reemplazó a Kiley en el papel de Fred Staples. En la edición del 27 de abril del 2008 de TV Week, el crítico televisiva Tom Shales comparó la película de manera desfavorable con la producción de televisión.

Algunas personas pensaron que la televisión en vivo era verdaderamente el inicio de un nuevo medio narrativo, uno únicamente hecho de para dar a entender algo; dramas psicológicos sin adornos.Sin embargo resultó ser el comienzo de una diminuta mitad y un final apresurado...Patterns fue tan bien recibida que Kraft montó una repetición en vivo del show un mes después y el show privado se convirtió en una menos privada (y de alguna manera satisfactoria) película en 1956. A excepción del uso de términos como "mimeógrafo" y "teletipo", pocas cosas en el drama parecían anticuadas, a menos que alguien opine que las políticas corporativas y el derramamiento de sangre en las salas de juntas ya no existen... Con una juiciosa puesta en escena (tomas de reloj, un directorio de edificios, una central) y una rápida introducción de personajes, Serling pone al espectador casi inmediatamente en su historia, un cuento de moralidad corporativa, o la falta de esta, y otras batallas del día a día y las que pagamos entre la conciencia y la ambición. [3]

Referencias[editar]

Links Externos[editar]