Usuario:Spirit-Black-Wikipedista/La Última Cena (Leonardo)

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{{Ficha de pintura|La Última Cena<br /><small>(''Il cenacolo o L’ultima cena'')</small>|[[Archivo:Leonardo da Vinci (1452-1519) - The Last Supper (1495-1498).jpg|400px]]|Leonardo da Vinci|[[1494]]-[[1498]]|Renacimiento|[[Temple]] y [[Pintura al óleo|óleo]] sobre yeso|460 cm|880 cm|Santa María de las Gracias|[[Milán]]|{{ITA}}}} La Última Cena (en italiano, Il cenacolo o L’ultima cena) es una pintura mural de Leonardo da Vinci ejecutada entre 1495 y 1497,[1][2]​ la cual se encuentra actualmente en la pared sobre donde la pintó originariamente; en el refectorio del convento dominico de Santa María de las Gracias en Milán, Italia.[3]​ Desgraciadamente, su empleo experimental del óleo sobre yeso seco provocó problemas técnicos que condujeron a un rápido deterioro hacia el año 1500 lo cual provocó numerosas restauraciones en la magnífica obra.[4][2][3][5]​ Para muchos expertos e historiadores del arte, La Última Cena de Leonardo es considerada como la mejor obra pictórica del mundo,[6]​ por esa razón, Desde 1726 se llevaron a cabo intentos fallidos de restauración y conservación, la primera de ellas llevada a cabo por Sandro Botticelli pintor «pobre en arte y , como suele suceder, sobrado de arrogancia».[7]​ El restaurador italiano Mauro Pellicioli obró milagros en la salvación de lo todavía existente y demostró también que los informes de estropicios anteriores eran en parte exagerados. En 1977 se inició un programa haciendo uso de las más modernas tecnologías, como consecuencia del cual se han experimentado algunas mejoras.[2][3]​ No obstante, gran parte de la superficie original se ha perdido.

La gran fama de ésta obra ha despertado el interés de mucho investigadores que buscan resolver los misterios y enigmas que la rodean, por ejemplo Clive Prince y Lynn Picknett en su libro La revelación templaria y Dan Brown en su novela El código da Vinci afirman que la figura a la derecha de Jesús (izquierda según se mira), no es en realidad Juan, sino una figura femenina,[2][6]​ las múltiples obras de arte que se han inspirado en el cuadro y las parodias existentes contribuyen a convertir a La última cena en una de las obras más magníficas en la Historia del Arte.[6]

Autor[editar]

Leonardo da Vinci.

Leonardo da Vinci nació en el caserío de Anchiano del municipio de Vinci en Italia. Fue fruto de la relación ilegítima del notario Ser Piero y de su sirvienta, Catarina Vacca.[8]​ A los 14 años entró en el prestigioso taller del pintor florentino Andrea Verrochio, donde estudió junto a Sandro Botticelli y Perugino.[9]​ Desarrolló el estudio de las matemáticas, la geometría, la perspectiva y todas las ciencias de la observación del medio natural,[10]​ las cuales se consideraban indispensables en la época. Como educación complementaria, y también estudió arquitectura e ingeniería.[11]​ Leonardo fue un humanista renacentista, destacado en múltiples disciplinas.[12]​ Sirvió a personas tan distintas e influyentes como Lorenzo de Médici, al duque de Sforza, a los soberanos de Mantua y al rey Francisco I de Francia.[10]

Entre sus obras más destacadas están La Virgen de las Rocas, La batalla de Anghiari, Obra innovadora, La Gioconda y por supuesto, La última cena.[10]

La obra[editar]

Historia[editar]

Luis XII, rey de Francia llegó a Milán y destruyó al ducado y tras ver la magnífica obra de Leonardo pensó en llevarla a su país.[13]

Leonardo creó La Última Cena, su mejor obra, la más serena y alejada del mundo temporal, durante esos años característicos por los conflictos bélicos, las intrigas, las preocupaciones y las calamidades.[2][6][14]​ La dio por terminada, aunque él, eterno insatisfecho declaró que tendría que seguir trabajando en ella. Fue expuesta a la vista de todos y comtemplada por muchos. La fama que el «gran caballo»[15]​ había hecho surgir se asentó sobre cimientos más sólidos. Desde ese momento se le consideró sin discusión uno de los primeros maestros de Italia, si no el primero.[13][16]​ Los artistas acudían desde muy lejos al refectorio del convento de Santa María delle Grazie, miraban la pintura con detenimiento, la copiaban y la discutían.[13]​ El rey de Francia, al entrar en Milán, acarició la idea de desprender el fresco de la pared para llevárselo a su país.[13]​ Durante su realización se tejieron innumerables leyendas en torno al maestro y a su obra.[17][18]​ Los relatos de bandello y Giraldi, dedicados por los demás a temas radicalmente distintos, recogen también el génesis de La Última Cena.[13]

Creación y encargo de la obra[editar]

En principio se trataba de un encargo modesto. En Santa Maria, el convento de los dominicos cercano al palacio, el duque había mandado a erigir una iglesia. En el refectorio de los hermanos, el milanés Montorfano había pintado una crucifixión, en cuya parte inferior Leonardo añadió como donante a Ludovico, a su esposa y a sus dos hijos.[13]​ leonardo colaboró también en la ejecución de los medallones y otros adornos murales con las armas de los Sforza, como si quisiera probar primero la destreza de su mano para la gran tarea que se le avecinaba.

Goethe, que vio la estancia con escasas transformaciones, la describe así:

«Frente a la entrada, en la zona más estrecha y al fondo de la sala, estaba la mesa del prior, y a ambos lados las de los restantes monjes, colocadas sobre una especie de grada a cierta altura del suelo. De repente, cuando al entrar uno se daba la vuelta, veía pintada en la cuarta pared y encima de las puertas la cuarta mesa, con Jesús y los Apóstoles sentados a ella como si fueran un grupo más de la reunión. La hora de comer, cuando las mesas del prior y de Cristo se encontraban frente a frente, encerrando en medio a los demás monjes, tuvo que ser, por fuerza, una escena digna de verse».[19]
Bosquejo de la cara de Jesús para La Última Cena.

Leonardo trabajó en esta obra más deprisa y con mayor continuidad que nunca durante unos tres años.[19][20]​ De alguna manera, su naturaleza, que tendía hacia el colosalismo, supo hallar en este cuadro una tarea que lo absorbió por completo, forzando al artista a finalizarla.

El escritor Giambattista Giraldi, basándose en los recuerdos de su padre, relata la manera de trabajar de Leonardo:

«Antes de pintar una figura, estudiaba primero su naturaleza y su aspecto [...] Cuando se había formado una idea clara, se dirigía a los lugares en los que sabía que hallaría personas del tipo que buscaba, y observaba con atención sus rostros, su comportamientos, sus costumbres y sus movimientos. A penas veía algo que podía servirle para sus fines, lo dibujaba a lápiz en el cuadernillo de apuntes que siempre llevaba a la cintura. Este proceder lo repetía tantas veces como juzgase necesario para dar forma a la obra que tenía en mente. A continuación plasmaba todo esto en una figura que, una vez creada, movía el asombro».[21]

El proceso parece muy simple y, lógico. Sin embargo, en los talleres de entonces, todavía artesanales, esta observación cuidadosa de modeos tomados del natural no era un proceder muy corriente. En general se copiaban los tipos conocidos y ya probados; algunos artistas repetían una y otra vez a lo largo de su vida un tipo que les había salidos bien y había tenido éxito, como, por ejemplo, Perugino, el condiscípulo de Leonardo. Éste, empero, jamás se repitió a sí mismo; siempre consideró cada una de sus obras una tarea completamente nueva, peculiar y diferente de la anterior.[21]​ Leonardo procuró dotar a sus figuras de la mayor diversidad posible y del máximo movimiento y contraste. En su libro de pintura aconseja «Los movimientos de las personas son tan diferentes como los estados de ánimo que se suscitan en sus almas, y cada uno de ellos mueve en distintos grados a las personas [...]».[21][22]​ En otro pasaje se refiere al efecto de los contrastes «[...] Lo feo junto a lo bello, lo grande junto a lo pequeño, el anciano junto al joven, lo fuerte junto a lo débil: hay que alternar y confrontar esos extremos tanto como sea posible.»[21]​ Esta proximidad y antagonismo de las figuras es lo que da su riqueza a La Última Cena: Judas, el malvado/Juan, el bello y bueno; cabezas ancianas/cabezas jóvenes; personas excitadas/personas tranquilas. Aún el mundo puede apreciar el carácter innovador del cuadro a causa de las innumerable imitaciones y reproducciones posteriores, la obra nos produce un efecto de serenidad y sencillez, de concentración alrededor del núcleo de la escena que en ella se desarrolla.[21]

Técnica[editar]

Leonardo pintó su obra con una técnica de la Edad Media como el fresco, había desde hace trescientos años otras obras de igual técnica, que lucían tan rosagantes como en el momento que tardaron en darle la última pincelada.[23]

La técnica del fresco consistía en aplicar los pigmentos sobre la pared, previamente humedecida, antes de que ésta se secara, lo que garantizaba una mejor penetración del color y, consiguientemente, una mayor permanencia del mismo en lo representado.[23][20]

Leonardo, una vez aceptado el trato con el poderoso duque de Milán, se abocó a llevarlo a cabo según su particular estilo. En principio, remplazó la pintura habitual para un fresco por los óleos, el célebre aceite de Flandes que, hacía tantos años, había aprendido a dominar en el taller de su maestro, Andrea del Verrocchio.[19][23][20]​ Llamativamente, no era esto lo pactado con su emperador, Ludovico, duque de Milán. El contrato especificaba que la obra debía ser realizada según la técnica antigua.[23]

Descripción de la obra[editar]

El rostro de San Juan Baustista suele ser más comparado con el de María Magdalena.[3]

En este retrato da Vinci recrea el momento más dramático de la vida de Jesús, La Última Cena, en la que encuentra acompañado con sus doce discípulos quienes se encuentran sentados al igual que él alrededor de una mesa y quienes fueron llamados porque según la biblia dice:

Llegada la hora, Jesús se sentó a la mesa con los apósteles y les dijo «Yo tenía gran deseo de comer esta pascua con ustedes antes de padecer. Porque les digo que ya no la volveré a comer hasta que sea la nueva y perfecta Pascua en el Reino de Dios, porque uno de ustedes me traicionará».[24]

En la obra los discípulos y Jesús aparecen sentados y atrás de ellos se puede apreciar un paisaje como si fuera un bosque o incluso como si fuera el paraíso.[25]​ En la mesa los discípulos y jesús están acomodados de la siguiente forma (de izquierda a derecha): San Bartolomé, San Jacobo, San Andrés, Judas Iscariote, Pedro Simón, San Juan, Jesús de Nazaret, Tomás, San Lucas, San Mateo, San Judas Tadeo y Simón el Cirineo.

En la obra también se puede notar que Pedro Simón tiene en sus manos un cuchillo el cual según Bruce Boucher del New York Times argumenta:

El dibujo preliminar y las copias posteriores de La Última Cena demuestran que la mano y el cuchillo pertenecen a Pedro y según una cita en el Evangelio según San Juan, Pedro sacó la espada en defensa de Jesús contra el enemigo quien en ese momento entregaba a Dios con un beso.[26]

En la pintura, también según fuentes, Leonardo se autorretrató como San Judas Tadeo; lo cual es una objeción hacia la obra.[3]​ Aunque se basa en las representaciones precedentes de Domenico Ghirlandaio y Andrea del Castagno, Leonardo creó una formulación nueva. Como puede verse en el dibujo preparatorio, Leonardo pensó inicialmente en la composición clásica, con Judas delante de la mesa, y los otros once apóstoles en frente, con Jesucristo en el medio como uno más. Leonardo se apartó de esta tradición iconográfica e incluyó a Judas entre los demás apóstoles, porque eligió otro momento, el posterior a su anuncio de que uno lo traicionaría. Leonardo cambió la posición de Jesucristo, que inicialmente estaba de perfil hablando con Juan Bautista, que parece en pie a su lado, (hay otro apóstol que también estaba de pie), y lo sitúa en el centro, hacia el que convergen todas las líneas de fuga, destacando aún más al perfilarse contra el ventanal del centro, rematado con un arco y separándolo de los apóstoles. A ambos lados de Jesucristo, aislados en forma de triángulo y destacados con colores rojo y azul, están los apóstoles, agrupados de tres en tres.[27]

La mesa con los trece personajes se enmarca en una arquitectura clásica representada con exactitud a través de la perspectiva lineal, concretamente central, de manera que parece ampliar el espacio del refectorio como si fuera un trampantojo salvo por la diferente altura del punto de vista y el monumental formato de las figuras. Ello se logra a través de la representación del pavimento, de la mesa, los tapices laterales, las tres ventanas del fondo o, en fin, los casetones del techo. Esta construcción en perspectiva es lo más destacado del cuadro.[28][29]

La escena parece estar bañada por la luz de las tres ventanas del fondo, en las que se vislumbra un cielo crepuscular, de igual manera que por la luz que entraría a través de la ventana verdadera del refectorio. Dicha luminosidad, así como el fresco colorido, han quedado resaltados a través de la última restauración.[28]​ Los 12 Apóstoles están distribuidos en cuatro grupos de 3. Ello sigue un esquema de tríades platónicas, de acuerdo a la escuela florentina de Ficino y Mirandola. Analizando de izquierda a derecha, en la segunda tríade se encuentra Judas, cuya traición rompe la tríade, colocándole fuera de ella. La tercera tríade desarrolla la teoría del amor platónico. El amor es el deseo de la belleza, la esencia de Dios es amor y el alma va hacia su amor embriagada de belleza. En la cuarta tríade se observa a Mateo, Simón y quizá el propio Leonardo, trata del diálogo filosófico que lleva a la verdad de Cristo.

Objeciones contra la obra[editar]

La obra de da Vinci recibió muchas objeciones objeciones de parte de muchos expertos e historiadores de la biblia que estudiaron detalladamente el fresco, pero sin duda las que más dest:

En primer lugar: La Última Cena, tal el tema elegido por Leonardo para aquella iglesia, un tema tradicional y muchas veces representado por otros artistas de igual período, no era lo pactado con la orden de los dominicos, a quienes correspondía aquella iglesia. El documento, que se perdió como tantos otros cuando la ciudad fue ocupada en la Segunda Guerra Mundial, especificaba que el fresco debía referirse a otro asunto: una natividad.[23]

En segundo lugar: la pintura estaba realizada de un modo inaudito para la época. Jesús rodeado de sus discípulos, por lo habitual, mira de frente, como si se hubiese abierto una ventana a la escena y él se encontrara esperándonos. En La Última Cena de da Vinci, Jesús sólo mira a Judas, lo que parte en dos la escena. Por una parte, todos los rostros, excepto el de San Juan (representando abiertamente como una mujer), muestran crispación y hasta violencia contenida. En el dúo Jesús-Judas, el enfrentamiento es cara a cara.[30]

En tercer lugar: la figura de Juan Baustista, el más joven de los discípulos de Cristo, es tan femenina que resulta obvio el detalle, así mismo lo destaca Dan Brown en su novela El Código da Vinci y Elizabeth Levy lo explica:

Los rostros de dos discípulos que se miran con cierta duda y violencia, según Corneille «todos debatían con suma violencia el enfrentamiento entre Jesús y Judas».[30]​ El discípulo de bata amarilla es según fuentes, Leonardo da Vinci y algunos suelen creerlo pues se parece en gran parte al autorretrato de Leonardo hecho entre 1512 y 1515.[3]
«Brown aprovecha el rostro de suaves rasgos y la figura de un Juan imberbe del cuadro de Leonardo para presentarnos su fantástica afirmación de que se trata de una mujer. Por otra parte, si realmente San Juan fuera María Magdalena, hemos de preguntamos por el apóstol que falta en aquel crítico momento. El problema real es el resultado de nuestra falta de familiaridad con los «tipos». En su Tratado de la Pintura, Leonardo explica que cada personaje debe ser pintado con arreglo a su edad y condición. Un hombre sabio tiene ciertas características, una anciana otras y los niños otras. Un tipo clásico, como en muchos cuadros del Renacimiento, es el «estudiante». El favorito, el protegido o el discípulo son siempre hombres muy jóvenes, totalmente afeitados y de cabello largo, con objeto de transmitir la idea de que aún no han madurado lo suficiente como para haber encontrado' su camino. A lo largo del Renacimiento, los artistas pintaron así a San Juan: es el estudiante ideal; es el «discípulo amado», el único que permanecerá al pie de la cruz. Y lo representaron siempre como un joven imberbe, sin la fisonomía dura y resuelta del hombre. La Última Cena de Domenico Ghirlandaio o de Andrea del Castagno nos muestran al mismo dulce y joven Juan».[1][2][3]

San Juan, en el Nuevo Testamento, es el único autor que se refiere al futuro, mientras que los otros se refieren decididamente al pasado. Este único caso singulariza una proyección de la escena y del contenido del mensaje, pues La Última Cena de da Vinci hace un hincapié extremadamente llamativo en la figura del único de los presentes que desarrollará un tema que irá más allá de la escena misma.[30]

En cuarto lugar: Leonardo se retrató a sí mismo en la obra; siendo el penúltimo apóstol a la izquierda de Jesús, quien en un estudio realizado se señala que es San Judas Tadeo, sin embargo, según Tratado de Pintura de da Vinci, «cada quien tiene su perspectiva con respecto a la obra de cada persona».[3]

El pago[editar]

Según Andrés García Corneille en su libro Da Vinci comenta que «cuando Leonardo comenzó su obra, él sabía que iba a demandarle mucho tiempo y que dificilmente vería mucho dinero por ella (Ya que se trataba del pedido de un duque), cosa que contravenía abiertamente a los reglamentos del gremio de artistas al que pertenecía, y sin cuya anuencia era imposible ejecutar una obra en Florencia. De hecho, jamás pidió un sólo centavo por la obra que hizo, cosa que al duque le sorprendió y no dijo ninguna palabra».[31]

Reproducciones y parodias[editar]

Ejemplo de reproducción de La Última Cena de Leonardo da Vinci, ésta fue hecha por Simón Ushakov.
Reproducción de Lucas Cranach el Joven y Lucas Cranach el Viejo.

La Última Cena tuvo un rotundo éxito y gran impacto cultural en la sociedad.[12]​ Son numerosas sus reproducciones y utilización en la publicidad, objetos cotidianos y también como referencia cultural.

Reproducciones

Parodias

La Última Cena ha tenido muchas parodias aunque algunas de ellas exhortadas y mal recibidas por el público por ser consideradas paganas y blasfemas, como por ejemplo La Última Cena de unos cerdos que fue retirada por protestas de la Iglesia.[33]

Véase también[editar]

Notas[editar]

a. La plantilla {{note label}} está obsoleta, véase el nuevo sistema de referencias. La primera referencia al deterioro de la pared, causado por la humedad de los muros, data de 1517.

b. La plantilla {{note label}} está obsoleta, véase el nuevo sistema de referencias. Se le denomina con éste seudónimo por haber hecho él mismo la escultura del padre de Ludovico Sforza, dicha escultura fue un pedido hecho por éste a Lorenzo de Médici el 22 de julio de 1489.[35]

Referencias[editar]

  1. a b Sedna. «La Última Cena de Leonardo da Vinci». Consultado el 16 de abril de 2009. 
  2. a b c d e f Eresmas. «Enigmas: La última cena». Consultado el 16 de abril de 2009. 
  3. a b c d e f g h El reloj de arena. «La última cena del Florenciano». Consultado el 16 de abril de 2009. 
  4. A
  5. Friedenthal. Pág, 85.
  6. a b c d «La Última Cena de Leonardo da Vinci en el arte del Renacimiento». Consultado el 16 de abril de 2009. 
  7. Cita de Johann Wolfgang von Goethe, Obras completas (1875).
  8. Fotomúsica.com (2007). «Leonardo da Vinci». Consultado el 16 de abril de 2009. 
  9. navego.com (2007). «Leonardo da Vinci». Consultado el 17 de abril de 2009. 
  10. a b c Romano, Eileen (2005). "Leonardo", Los grandes genios del arte. Unidad Editorial. 84-89780-69-2. 
  11. Calvimontes, Carlos (2007). «Leonardo da Vinci y la cuadratura humana». Consultado el 17 de abril de 2009. 
  12. a b Artehistoria (2007). «Leonardo di ser Piero da Vinci». Consultado el 17 de abril.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «artehistoria.com» está definido varias veces con contenidos diferentes
  13. a b c d e f Friedenthal. Pág, 83
  14. Friedenthal. Pág, 81
  15. B
  16. Image and art (2007). «Reseña Biográfica de Leonardo da Vinci y comentarios». Consultado el 18 de abril. 
  17. País Global (2007). «Cronología de Leonardo da Vinci». Consultado el 18 de abril. 
  18. El rincón de la ciencia (2007). «Leonardo da Vinci». Consultado el 18 de abril. 
  19. a b c Friedenthal. Pág, 84
  20. a b c Muntz. Pág, 125
  21. a b c d e Friedenthal. Pág, 86
  22. Leonardo da Vinci, Consejos de pintura.
  23. a b c d e Corneille. Pág, 90
  24. Mt 22:15-22:17.
  25. Bacci, M: Leonardo.
  26. Jn 18:1
  27. Walther, I.F. Pág, 161
  28. a b Friedenthal. Pág, 86
  29. Walther, I.F. Pág, 162
  30. a b c Corneille. Pág, 91
  31. Corneille. Pág, 92
  32. a b Fotolog (2007). «Fotolog con reproducciones y parodias de la Última cena de Leonardo da Vinci». Consultado el 18 de abril. 
  33. Cultura y Ocio (2007). «Retiran una parodia con cerdos de 'La Última Cena' de Da Vinci por protestas de la iglesia». Consultado el 18 de abril. 
  34. a b c d Cultura y Ocio (2007). «Parodias de La Última Cena de Leonardo da Vinci». Consultado el 19 de abril. 
  35. Agaudi (2007). «Leonardo da Vinci: El caballo Sforza». Consultado el 18 de abril. 

Bibliografía[editar]

Enlaces externos[editar]

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