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El corazón (del latín: cor) es el órgano principal del sistema circulatorio de los animales. En el caso de los vertebrados, incluyendo a los mamíferos en general, es un órgano muscular hueco, de paredes gruesas y contráctiles, que funciona como una bomba aspirante e impelente impulsando la sangre a través de las arterias para distribuirla por todo el cuerpo.

Invertebrados[editar]

Esquema de una abeja: 4. Segmento central del corazón, 5. Ostiolo, 7. Vaso dorsal principal.

En los insectos no existe sangre, es sustituida por un líquido llamado hemolinfa que no transporta hemoglobina ni oxígeno. El sistema circulatorio es abierto, de tal forma que los órganos son bañados directamente por la hemolinfa. El corazón del insecto está formado por varios segmentos unidos en serie y se localiza en el abdomen, cada uno de los segmentos cuenta con dos orificios laterales u ostiolos por los que penetra la hemolinfa. La contracción del corazón impulsa la hemolinfa hacia un único vaso dorsal o aorta que baña a los diferentes órganos del insecto.

En los anélidos el sistema circulatorio es cerrado, es decir la sangre circula por un conjunto de vasos sanguíneos que disponen de una pared que los aísla de otras estructuras. La lombriz de tierra por ejemplo dispone de 5 vasos sanguíneos contráctiles que propulsan la sangre a modo de 5 corazones.[1]

En los cefalópodos como el pulpo, existen tres corazones, uno central o sistémico y dos auxiliares llamados corazones branquiales que recogen la sangre venosa y la impulsan hacia las branquias para su oxigenación.[2]

Vertebrados[editar]

Esquema del corazón de un pez, de derecha a izquierda puede observarse el seno venoso, aurícula, ventrículo y cono arterial.

En los peces el corazón es único, no existen divisiones derecha e izquierda. El órgano se distribuye en 4 porciones: seno venoso, aurícula, ventrículo y cono arterial o bulbo del que parte una arteria única, la arteria ventral que da ramas hacia las branquias y se ramifica en capilares que captan el oxígeno y dan origen a dos raíces aórticas que trasladan la sangre oxigenada a todo el cuerpo.

Sistema circulatorio de los anfibios en el que el corazón cuenta con tres cámaras.

En los anfibios, el corazón dispone tres cámaras, 2 aurículas y un ventrículo. Una de las aurículas recibe la sangre de las venas pulmonares y la otra de la circulación general, sin embargo los dos tipos de sangre se mezclan en un ventrículo único.

El corazón de los reptiles presenta un ventrículo izquierdo solo parcialmente dividido en el que se mezcla la sangre oxigenada y desoxigenada. Sin embargo los cocodrilianos tienen ventrículos derecho e izquierdo independientes no comunicados.

Las aves disponen de un corazón similar al de los mamíferos y humanos con 2 aurículas y 2 ventrículos separados que bombean la sangre a la circulación pulmonar y general de forma independiente, sin que se mezclen las sangres de las 2 procedencias.[3]

El corazón de los mamíferos tiene una estructura igual a la del corazón humano, con diferencias de tamaño que son aproximadamente proporcionales al peso del animal. Dado que las necesidades de oxígeno por gramo de peso corporal son más altas en los animales pequeños, estos tienden a tener una frecuencia cardiaca más alta. El corazón de una ballena azul de 100 toneladas pesa alrededor de 480 kg,[4]​ sin embargo, funciona con una frecuencia cardíaca de solo 14 latidos por minuto,[5]​ la de un elefante africano de 4100 kg es de 40 latidos por minuto, la de un caballo de 420 kg alrededor de 50 latidos por minuto, en un hombre adulto es por término medio de 70 latidos por minuto, asciende hasta los 105 latidos por minuto en un perro de 19 kg, 180 latidos por minuto en un gato de 4 kg, 300 latidos por minuto en una rata, y supera los 1000 latidos por minuto en la musaraña etrusca, el mamífero más pequeño conocido.[2]

Véase también[editar]

Referencias[editar]

  1. Teresa Audesirk, Gerald Audesirk, Bruce E. Byers: Biología: La vida en la Tierra, 6.ª edición. Consultado el 26 de febrero de 2017.
  2. a b Hill-Wyse-Anderson: Fisiología animal. Editorial Médica Panamericana S.A. 2004. Consultado el 26 de febrero de 2017.
  3. Ernst Hadroin: R. Wehner: Zoología general, ISBN 9788428202848. Omega, 1977.
  4. John William Prothero: The Design of Mammals. A scaling approach. University of Washingthon. Cambridge University Press. Consultado el 26 de febrero de 2017.
  5. Directo al corazón de las ballenas. La Nación. Ciencia y Salud, publicado el 6 de noviembre de 2000.