Vejiga hiperactiva

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Síndrome de vejiga hiperactiva
Especialidad Urología
Síntomas Sensación frecuente de necesidad de orinar, incontinencia[1][2]
Duración A menudo años[3]
Causas Desconocidas[3]
Factores de riesgo Obesidad, cafeína, estreñimiento
Diagnóstico En función de los síntomas tras descartar otras posibles causas[3]
Diagnóstico diferencial Infección urinaria, vejiga neurógena
Tratamiento Ejercicios de Kegel, beber líquidos moderados, adelgazamiento[3]
Pronóstico No peligroso para la vida[3]
eMedicine article/459340

Se conoce como síndrome de vejiga hiperactiva (SVH) al síndrome clínico caracterizado por urgencia y aumento en la frecuencia urinaria diurna, episodios de nocturia, con presencia o no de incontinencia urinaria de urgencia, en el contexto de un trastorno neurológico con al menos parte del sentido intacto 1 y en ausencia de infección del tracto urinario u otra patología obvia.[4][5][6]

Antecedentes[editar]

Las causas del SVH, como ocurre con muchos trastornos de la vejiga, son multifactoriales y no se comprenden por completo. Las funciones primarias del tracto urinario inferior son el almacenamiento y la evacuación de la orina. La vejiga y el ciclo de micción se encuentran bajo un complejo control neuronal que involucra tanto al sistema nervioso simpático como al parasimpático.

En ausencia de patologías, conforme la vejiga se llena, en respuesta a la activación de receptores adrenérgicos y muscarínicos en el músculo de la vejiga y la detección de estímulos químicos por receptores dentro del revestimiento de la vejiga, el esfínter interno cierra el cuello vesical y se mandan señales a la médula, a través de los nervios pélvico e hipogástrico, para que mediante un arco reflejo se produzca la micción. Estas señales también llegan al cerebro que puede retener la micción durante un tiempo hasta que se presenten circunstancias idóneas, gracias a la contracción del esfínter uretral externo controlado por el nervio pudendo.

En el momento de la micción se devuelve una señal al detrusor (o músculo liso de la vejiga) y al esfínter uretral interno a través de las neuronas eferentes de los nervios hipogástrico y pélvico para que se contraigan y así la orina sea expulsada. [7]

Posibles causas[editar]

Las causas de la Vejiga Hiperactiva recogidas en bibliografía son diversas y se resumen a continuación:

  • Daños en el cerebro, la médula espinal o nervios provocados por diferentes patologías (derrames cerebrales, esclerosis múltiple, etc.) pueden producir una desensibilización del aparato urinario.[8][9]
  • El parto vaginal ha sido definido como una posible causa de alteración en el tracto urinario inferior de las mujeres.[8]
  • La Diabetes miellitus está asociada a mayores volúmenes de micción,  hiperactividad del detrusor, isquemia pélvica y disfunción urotelial.[9]
  • La edad se considera un factor de riesgo, aumentándose el mismo después de la menopausia en mujeres (debido a la disminución de las hormonas estrógenos y progesterona) y si existen problemas de hiperplasia prostática benigna en hombres, (ya que el agrandamiento de este órgano obstruye la salida de la orina).[9]​En edades avanzadas se reducen además el número de receptores muscarínicos - en lo que respecta a la OAB, los M3-, desensibilizando a la vejiga ante los impulsos nerviosos.[10]
  • También se ha observado una relación de OAB con la presencia de obesidad, arteroesclerosis, hipertensión, consumo de nicotina e hiperlipidemia, debido al incremento de la oxidación e inflamación sistémica, que pueden conducir a isquemia y disfunción urotelial.[8][9]
  • Alteraciones en la microbiota urinaria, depresión, ansiedad y alteraciones de la función gastrointestinal se creen posibles desencadenantes de la OAB, aunque aún se desconocen exactamente los mecanismos involucrados.[8]

Signos y síntomas[editar]

La disfunción de vejiga neurógena o miogénica puede provocar síntomas de urgencia, frecuencia e incontinencia urinaria que caracterizan al SVH. Las consecuencias de esta condición son de gran alcance e incluyen consecuencias médicas directas y estrategias de afrontamiento que afectan negativamente la calidad de vida.[11]

Se ha descrito un aumento del 138% de riesgo de infecciones del tracto urinario con la sobreprescripción de antibióticos asociada a este hecho. También existen problemas asociados a la medicación, (síndrome normalmente tratado con antimuscarínicos como se detalla a continuación), tales como riesgo de caídas o daños emocionales y psicológicos (miedo, vergüenza, trastornos en la vida social normal como disminución de sueño, ansiedad, baja autoestima) que conducen en muchas ocasiones a depresión y pérdida de adherencia a los tratamientos.[12][13]

Prevalencia[editar]

La prevalencia se ha reportado en un 17%, sin embargo, se sabe que incrementa con la edad, afectando hasta el 25% de mujeres mayores de 65 años y hasta el 80% en ancianos. Alrededor de 50 a 100 millones de personas en todo el mundo padecen vejiga hiperactiva, no obstante, más del 90% de los casos no tiene causa aparente.[14]

Según un estudio, las mujeres de 65 años o más, caucásicas, poseen más riesgo de poliuria nocturna y síntomas de vejiga hiperactiva.[15]

Tratamiento[editar]

No farmacológico[editar]

El manejo de la vejiga hiperactiva idiopática debe comenzar con reeducación de la vejiga cuyo objetivo es poder incrementar el tiempo de intervalo entre la micción e intentar eliminar los episodios de urgencia,[14]​acompañado de ejercicios  para fortalecer la musculatura pélvica, y la pérdida de peso en caso de obesidad.[16][17][18]

Farmacológico[editar]

Los fármacos empleados en el tratamiento de la vejiga hiperactiva idiopática en mujeres son los anticolinérgicos, siendo la oxibutinina y la tolterodina los que han demostrado mayor efectividad al bloquear el efecto colinérgico en la vejiga favoreciendo el control de la micción. La solifenacina, también anticolinergica, puede ser considerada para el manejo de mujeres mayores de 65 años. Para cualquiera de estos medicamentos son preferibles las formas retardadas sobre las inmediatas.[17]

Cuando se imposibilita la continuación del tratamiento anticolinergico, debido al exceso de efectos adversos o a que los síntomas de la OAB son demasiado severos, se considera la inyección de Onabotulinumtoxina (toxina botulínica) en el intradetrusor, bloqueando la inervación colinérgica del músculo, evitando su contracción y en consecuencia la micción.[17]

El uso de estrógenos, particularmente estriol, puede mejorar la sintomatología de urgencia.[14]

El flavoxato, la propantelina y la imipramina no son recomendables en el tratamiento de la mujer con vejiga hiperactiva.[14]

Referencias[editar]

  1. «Diagnosis and treatment of overactive bladder (non-neurogenic) in adults: AUA/SUFU guideline amendment». The Journal of Urology 193 (5): 1572-80. May 2015. PMID 25623739. doi:10.1016/j.juro.2015.01.087.  Parámetro desconocido |vauthors= ignorado (ayuda)
  2. Gibbs, Ronald S. (2008). Danforth's obstetrics and gynecology (10 edición). Philadelphia: Lippincott Williams & Wilkins. pp. 890-891. ISBN 9780781769372. Archivado desde el original el 5 de marzo de 2016. 
  3. a b c d e «Diagnosis and treatment of overactive bladder (non-neurogenic) in adults: AUA/SUFU guideline». The Journal of Urology 188 (6 Suppl): 2455-63. December 2012. PMID 23098785. doi:10.1016/j.juro.2012.09.079.  Parámetro desconocido |vauthors= ignorado (ayuda)
  4. The International Continence Society. «Overactive bladder syndrome». Consultado el 2 de marzo de 2018. 
  5. Haylen, Bernard T.; de Ridder, Dirk; Freeman, Robert M.; Swift, Steven E.; Berghmans, Bary; Lee, Joseph; Monga, Ash; Petri, Eckhard; Rizk, Diaa E.; Sand, Peter K.; Schaer, Gabriel N. (25 de noviembre de 2009). «An International Urogynecological Association (IUGA)/International Continence Society (ICS) joint report on the terminology for female pelvic floor dysfunction». International Urogynecology Journal 21 (1): 5-26. doi:10.1007/S00192-009-0976-9. 
  6. Gajewski, Jerzy B.; Schurch, Brigitte; Hamid, Rizwan; Averbeck, Márcio; Sakakibara, Ryuji; Agrò, Enrico F.; Dickinson, Tamara; Payne, Christopher K. et al. (17 de noviembre de 2017). «An International Continence Society (ICS) report on the terminology for adult neurogenic lower urinary tract dysfunction (ANLUTD)». Neurourology and Urodynamics 37 (3): 1152-1161. ISSN 0733-2467. doi:10.1002/nau.23397. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  7. Valdevenito S., Juan Pablo; Álvarez O., Diego; Kobus G., Cristóbal; Bull C., Leonardo (1 de septiembre de 2016). «Evaluación clínica del paciente con síntomas del tracto urinario inferior». Revista Hospital Clínico Universidad de Chile 27 (3): 226-39. ISSN 2735-7996. doi:10.5354/2735-7996.2016.70918. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  8. a b c d Peyronnet, Benoit; Mironska, Emma; Chapple, Christopher; Cardozo, Linda; Oelke, Matthias; Dmochowski, Roger; Amarenco, Gérard; Gamé, Xavier et al. (2019-06). «A Comprehensive Review of Overactive Bladder Pathophysiology: On the Way to Tailored Treatment». European Urology 75 (6): 988-1000. ISSN 0302-2838. doi:10.1016/j.eururo.2019.02.038. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  9. a b c d Chen, Li‐Chen; Kuo, Hann‐Chorng (22 de marzo de 2019). «Pathophysiology of refractory overactive bladder». LUTS: Lower Urinary Tract Symptoms 11 (4): 177-181. ISSN 1757-5664. doi:10.1111/luts.12262. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  10. Mansfield, Kylie J; Liu, Lu; Mitchelson, Frederick J; Moore, Kate H; Millard, Richard J; Burcher, Elizabeth (2005-04). «Muscarinic receptor subtypes in human bladder detrusor and mucosa, studied by radioligand binding and quantitative competitive RT–PCR: changes in ageing». British Journal of Pharmacology 144 (8): 1089-1099. ISSN 0007-1188. doi:10.1038/sj.bjp.0706147. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  11. Miller, Jane; Hoffman, Eileen (de abril de 2006). «The Causes and Consequences of Overactive Bladder». Journal of Women's Health 15 (3): 251-260. doi:10.1089/jwh.2006.15.251. 
  12. Wagner, T; Hu, TW; Bentkover, J; LeBlanc, K; Piacentini, A; Stewart, W; Corey, R; Zhou, Z et al. (2001-09). «PKU5: HEALTH-RELATED CONSEQUENCES AND COSTS OF OVERACTIVE BLADDER». Value in Health 4 (6): 449-450. ISSN 1098-3015. doi:10.1016/s1098-3015(11)71608-4. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  13. Nicolson, Paula; Kopp, Zoe; Chapple, C. R.; Kelleher, C. (2008-05). «It's just the worry about not being able to control it! A qualitative study of living with overactive bladder». British Journal of Health Psychology 13 (2): 343-359. ISSN 1359-107X. doi:10.1348/135910707x187786. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  14. a b c d Velázquez Sánchez, María del Pilar; Solano Sánchez, Salvador Rafael; López Muñoz, Norma América; Rodríguez Colorado, Silvia (2010). «Diagnóstico y tratamiento de la vejiga hiperactiva idiopática». Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia: 307-308. 
  15. Drake, Natalie L.; Flynn, Michael K.; Romero, Audrey A.; Weidner, Alison C.; Amundsen, Cindy L. (de mayo de 2005). «Nocturnal polyuria in women with overactive bladder symptoms and nocturia». American Journal of Obstetrics and Gynecology 192 (5): 1682-1686. doi:10.1016/j.ajog.2004.11.033. 
  16. Hsiao, Sheng-Mou; Lin, Ho-Hsiung (2018-10). «Medical treatment of female overactive bladder syndrome and treatment-related effects». Journal of the Formosan Medical Association 117 (10): 871-878. ISSN 0929-6646. doi:10.1016/j.jfma.2018.01.011. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  17. a b c Gormley, E. Ann; Lightner, Deborah J.; Faraday, Martha; Vasavada, Sandip Prasan (2015-05). «Diagnosis and Treatment of Overactive Bladder (Non-Neurogenic) in Adults: AUA/SUFU Guideline Amendment». Journal of Urology 193 (5): 1572-1580. ISSN 0022-5347. doi:10.1016/j.juro.2015.01.087. Consultado el 16 de octubre de 2023. 
  18. Juarranz Sanz, M.; Terrón Barbosa, R.; Roca Guardiola, M.; Soriano Llora, T.; Villamor Borrego, M.; Calvo Alcántara, M.J. (2002). «Tratamiento de la incontinencia urinaria». Atención Primaria 30 (5): 323-332. ISSN 0212-6567. doi:10.1016/s0212-6567(02)79035-5. Consultado el 16 de octubre de 2023.