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Proyecto de autodemarcación yekuana

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Desde 1993, en reacción a la masacre de Haximú y motivados por la Cumbre de la Tierra de Río, líderes yekuanas kunuhanas han estado elaborando mapas de su tierra ancestral y reclamando su reconocimiento al gobierno venezolano. Las tres asambleas del proyecto se hicieron en Culebra. En 1993, la primera asamblea —asistida por siete poblados—[n 1]​ coordinó la demarcación del territorio por legado y mandato del héroe ancestral Kuyujani, acordando que gran parte de esa tierra se ha perdido y que es necesario defenderla para hacer justicia y garantizar un desarrollo sostenible; además, se acordó hacer un registro escrito de la tradición oral yekuana kunuhana. La segunda asamblea aprobó el registro escrito, Esperando a Kuyujani, abriendo una agenda común entre cristianos y tradicionalistas tras treinta años de conflicto. En 1994, la tercera asamblea fue asistida por quince poblados y las oenegés Otro Futuro y Proyecto de Observación Local de la Tierra, y como financiante, la Asamblea de las Naciones Originarias. Allí se dibujó un mapa de la tierra ancestral —incluyendo lugares sagrados— y se acordó la metodología y la organización de seis equipos para elaborar el mapa técnico, completado en dos meses. Se está elaborando un tercer mapa que mostrará los recursos naturales, los usos del suelo y elementos culturales, incluyendo los hitos del viaje de Kuyujani y otros lugares históricos. Otro Futuro está elaborando un libelo explicando el significado del proyecto y un video sobre los trabajos hechos.[2][3]

Antecedentes[editar]

Durante la Conquista española, las misiones católicas y los criollos desplazaron de sus tierras ancestrales los indígenas de la Guayana. Los españoles abandonaron la región durante la Independencia de Venezuela (s. XIX), pero las misiones cristianas regresaron tras un acuerdo entre Venezuela y el Vaticano (1936) y dividieron a los indígenas de la región entre católicos y evangélicos. Tras la Fiebre del Caucho hubo otra ola de colonización y división indígena cuando en 1960 el Instituto Agrario Nacional (IAN) impuso sobre la región la Ley de Reforma Agraria. En los años 1970, el programa de concesión de tierras del IAN prometió otorgar títulos de propiedad definitivos a los indígenas de la región, pero los hizo provisionales. La decepción de esos proyectos externos motivó a los yekuanas a reclamar sus tierras ancestrales, de tal modo que en los 1980 trabajaron a favor de un programa educativo intercultural y bilingüe, y en los 1990 se opusieron a nuevas actividades mineras y turísticas, así como a la creación inconsulta de la Reserva de Biósfera Alto Orinoco-Casiquiare sobre su territorio reclamado. En 1993, el proyecto de autodemarcación yekuana surgió en reacción a la masacre de Haximú y motivada por la Cumbre de la Tierra de Río.[2][3]

Notas[editar]

  1. Culebra, Acanaña, La Esmeralda, Tokishanamaña, Watamo, Müdeshijaiña y Huachamacare.[1]

Referencias[editar]

  1. Meneses, Lino (1999). Hacia la antropología del siglo XXI I. Mérida: Conicit. p. 123. ISBN 9789806020504. OCLC 836102340. Consultado el 21 de julio de 2024. 
  2. a b Whitehead, Neil (2003). «From keeping it oral to writing to mapping: the Kuyujani legacy and the De'kuana Self-Demarcation» [Desde mantenerlo oral hasta escribirlo y mapearlo: el legado de Kuyujani y la autodemarcación de los dekuanas]. Histories and Historicities in Amazonia [Historias e historicidades en la Amazonia] (en inglés). Lincoln: University of Nebraska Press. ISBN 9780803248052. OCLC 70782241. Consultado el 21 de julio de 2024. Resumen divulgativo. 
  3. a b Arvelo-Jiménez, Nelly (19 de marzo de 2010). «The Ye'kuana Self-Demarcation Process» [El proceso de autodemarcación yekuana]. Cultural Survival (en inglés). Cambridge. Consultado el 21 de julio de 2024.