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VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba

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Según sus estatutos, el Congreso es el organismo supremo del Partido Comunista de Cuba (PCC). Define y da las orientaciones políticas del PCC y de su actividad en general. Se reúne regularmente cada 5 años y cuando el Pleno del Comité Central lo convoque extraordinariamente. Elige el Comité Central, aprueba el programa o lineamientos programáticos y los Estatutos del Partido.

El VIII Congreso del PCC se celebró entre el 16 y el 19 de abril de 2021. Se realizó en un contexto de crisis económica y social donde hubo desabastecimiento en la isla por meses, una reforma monetaria que produjo la pérdida de poder adquisitivo, la caída del PIB en un 11% y el recrudecimiento del embargo económico por parte de la administración del expresidente de los Estados Unidos Donald Trump.[1]

En este Congreso se propuso la actualización de la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista, de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, así como revisar los resultados obtenidos del anterior Congreso en ambas materias. Se propuso, además, analizar el funcionamiento del partido, su vinculación con las masas, la actividad ideológica. Otro tema del Congreso fue la política de cuadros, en especial, el enfoque fue la Unión de Jóvenes Comunistas.[2]

En este encuentro, bajo el lema de “Unidad y continuidad”[3]​, se reiteró el carácter único, martiano, fidelista, marxista y leninista del Partido. En la Resolución sobre el Informe Central al 8vo. Congreso del Partido Comunista de Cuba se declaró que la

existencia de un único partido nos compulsa a promover en su seno y en la sociedad en general la más amplia democracia y un permanente intercambio, sincero y profundo de opiniones, no siempre coincidente, estrechar el vínculo con la masa trabajadora y la población y asegurar la participación creciente de los ciudadanos en las decisiones fundamentales.[4]

Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista[editar]

Se resaltó la necesidad de reconocer y diversificar las formas de propiedad y gestión para lograr el funcionamiento correcto del mercado. Esta política económica de progresiva desregulación de la economía, nombrada gradualismo, supone también la ampliación de actividades laborales permitidas de 127 a 2000.[3]​Además, se decidió ampliar la iniciativa privada, avanzando hacia un modelo mixto. Es decir, se aprobaron medidas para alentar a los productores privados sin olvidar que hay límites que no pueden cruzar, pues algunos de estos supondrían el fin del sistema socialista en Cuba.[5]

Más concretamente, en la Resolución del 8vo. Congreso del Partido sobre la Actualización de la Conceptualización del Modelo Económico y Social Cubano de Desarrollo Socialista[6]​se definieron los puntos específicos resultados del encuentro:

  • La sociedad cubana se encuentra en el periodo histórico de construcción del socialismo que busca materializar la Visión de la Nación, Soberana Independiente, Democrática, Próspera y Sostenible.
  • El ser humano es objetivo principal y sujeto protagónico de este proceso.
  • La forma principal de sistema socioeconómico es la propiedad socialista sobre los medios fundamentales de producción.
  • Se reconoció el papel de la innovación científica y tecnológica para el desarrollo económico y social del país.
  • Estado Socialista de Derecho y Justicia Social como garante de la igualdad de deberes y derechos.
  • Se asumen los retos presentados por el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos, la crisis sistémica internacional, los efectos del cambio climático y la pandemia de la Covid-19.

También se habló de las transformaciones para la consolidación y continuación de la Revolución. Las principales transformaciones son:

  • Descentralización de las facultades del Estado a los niveles territoriales, con énfasis en el municipio como instancia fundamental.
  • Lograr un adecuado funcionamiento del mercado para que las medidas administrativas centralizadas, las políticas macroeconómicas, entre otras, alienten a los actores económicos a actuar según los intereses de la sociedad.
  • Independencia de la forma de propiedad o gestión para que los productores o comercializadores realicen malas prácticas en contra de los intereses y principios de la sociedad.
  • Que la ciencia, la tecnología y la innovación tomen un papel principal en el incremento de la eficiencia, eficacia y productividad.
  • Consolidar el papel de las universidades y fortalecer sus relaciones con las entidades de producción, servicios e instituciones armadas. Que sus decisiones estén tomadas sobre el conocimiento y la base científica.
  • Construir al trabajo y la laboriosidad como valores morales cardinales.
  • Que el principio de distribución socialista satisfaga las necesidades.
  • La elevación del nivel y calidad de vida, procurando primordialmente la seguridad alimentaria, energética, la educación y la salud.
  • Control sobre la correlación entre los precios y los ingresos del trabajo, pensiones y prestaciones de la Asistencia Social.

Política de Cuadros[editar]

Además, sobre el interés por las generaciones más jóvenes, se procuró especial atención a la política de cuadros, en especial a la Unión de Jóvenes Comunistas, las organizaciones estudiantiles y los movimientos juveniles, proponiendo el uso de las nuevas tecnologías y garantizando la seguridad informática del país.[3]

En la Valoración acerca de la Política de Cuadros del Partido, la UJC, las organizaciones de masas, el Estado y el Gobierno: papel del Estado para alcanzar resultados superiores[7]​se establece que la estructura de los cuadros debe ser la misma que la establecida desde el Primer Congreso, realizado en 1975. Así, los cuadros se caracterizan por su solidez política, conocimientos profesionales, capacidad de dirección y promoción escalonada para adquirir las principales responsabilidades del país. Se ratifica entonces que los dirigentes deben poder acrecentar su vínculo con las masas, tener capacidad de movilizar, argumentar, dialogar y ser resolutivos.

En este sentido, se observa un incremento en la promoción de jóvenes, mujeres, negros y mulatos sobre la base del mérito y las cualidades personales. También se estableció como prioridad el enfrentamiento a la corrupción y la adopción de decisiones necesarias en contra del deterioro y debilidad en el comportamiento ético de los cuadros.

Se definió una Estrategia para atender la Política de Cuadros, la cual consta de varios puntos:

  • Consolidar el papel que juegan los organismos de dirección y organizaciones de base del Partido.
  • Gestionar los procesos de selección y desarrollo de los cuadros, las reservas y canteras, priorizando el trabajo con jóvenes.
  • Implementar un modelo que permita atender la preparación y tránsito de los integrantes de la Política de Cuadros para que ocupen los principales cargos del país.
  • Intransigencia frente a la corrupción, el delito, las violaciones e indisciplinas.
  • Crear una política que refuerce la imagen social de los cuadros, su atención y estimulación.

Relevo generacional[editar]

El VIII Congreso también resultó en el relevo generacional del poder, de la generación histórica a un grupo de dirigentes más jóvenes encabezados por el presidente Miguel Díaz-Canel, que a su vez fue denominado como Primer Secretario del Comité Central del PCC en este encuentro. Es decir, se definió al primer mandatario que no es un Castro en seis décadas. Esta nueva generación de dirigentes tiene el deber de asegurar la continuidad de la Revolución y hacer sostenible el socialismo cubano.[5]

Clausura del Congreso[editar]

En este encuentro, el discurso de clausura de Miguel Díaz-Canel, Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República de Cuba, se definieron los tres problemas principales de la isla: la crisis económica mundial, la pandemia de la COVID-19 y el reforzamiento del bloqueo económico.[8]​En este sentido, él mismo declaró que para

superar la crisis es preciso dinamizar el proceso de actualización del modelo económico y social y la implementación de la Estrategia y del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta 2030, combinando flexiblemente la relación entre la necesaria planificación, la descentralización y la autonomía indispensable para el desarrollo territorial, con la participación de todos los actores económicos, incluyendo la empresa estatal, las micro, pequeñas y medianas empresas y las cooperativas.[8]

El próximo Congreso del Partido Comunista de Cuba se realizará en 2026.

Referencias[editar]

Enlaces externos[editar]

8vo Congreso del PCC