Discusión:Amadeo Baena Lazo

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Referencias y otros detalles[editar]

El artículo prácticamente carece de referencias en todo su cuerpo. Por otro lado, las secciones Memorias políticas, y Exilio y Rebelión de Amadeo Baena no aportan contenido enciclopédico y su contenido casi nada tiene que ver con el personaje (excepto que él los escribió), contiene opiniones parciales y poco neutrales, por lo que corresponde eliminarlas o modificarlas haciendo eventual referencia a dichas memorias donde corresponda e integrando el contenido enciclopédico que eventualmente puedan tener (contenido verificable y neutral) al resto del artículo.--behemot chileno (¿cómo estai?) 18:38 30 ago 2013 (UTC)[responder]

Verificabilidad y relevancia[editar]

Ejemplos de falta de verificabilidad:

...fue un político y militar nicaragüense reconocido como pionero del primer proyecto de Autonomía del Caribe Nicaragüense...

En esta frase ce citan dos fuentes: Una página de monumentos, dónde sale mencionado marginalmente, [1] en relación con haber sido un sobreviviente y parte de un grupo; y una página web de un diario nicaraguense, [2] dónde sólo aparece en una foto. ¿Dónde se afirma que es pionero en dicho proyecto?.

Otro:

Se formó en una época dividida por el conservadurismo y el liberalismo, sus ideales y la postura ideológica heredada de su padre, le configuraron un perfil revolucionario con principios de la vieja sepa liberal latinoamericana. Inspirado en las luchas como la Revolución Mexicana de 1910, vio en Sandino la figura idónea del patriota comprometido con las ideas progresistas de su época.

-- ¿de dónde sale toda esa información?

Por último, todas las memorias escritas por él mismo, servirían si indicaran aspectos de su vida, pero se refieren a otros hechos, que no son asunto del artículo:

Sandino pensó que el patriotismo le indicaba enmontañarse para combatir la ocupación extranjera, puesto que no volvió y el General Moncada entendió que el patriotismo le indicó evitar la destrucción de las fuerzas revolucionarias. Son dos concepciones de patriotismo con un sólo valor: el de la intención, ya que no puede disociarse el propósito de los medios empleados. El propósito era sacar a los marines de Nicaragua y entre ambos lo lograron: el uno con un hostigamiento de les avergonzaba, y el otro con un pacto que los marine ansiaban firmar porque necesitabas una salida honrosa, ya que eran tropas de élite, nada menos que el quinto reglamento de la segunda brigada del cuerpo de marinos de los Estados Unidos que conquistó citaciones y condecoraciones de la segunda batalla de la segunda batalla de Marne, en la de Saint Nazaire y en la del Río Mosa en la Primera Guerra Mundial. Yo conocí a un Sargento Mayor de apellido Guerry que tenía varias citaciones y ostentaba en el pecho la Cruz del Heroico Valor.

-- ¿qué tiene que ver todo esto con la relevancia enciclopédica de Amadeo Baeza?

Por último, las referencias a las memorias, no resuelven las falencias mencionadas.--behemot chileno (¿cómo estai?) 19:13 30 ago 2013 (UTC)[responder]

Texto cuestionado[editar]

No cumple con las políticas de wikipedia ni con el manual de estilo.

Memorias políticas[editar]

Yo fui uno de los estudiantes que nos armamos en casa de Don Joaquín Navas, frente al parque central de Managua, [locura de juventud, puesto que podían habernos detenido las fuerzas del gobierno al pasar por Tipitapa] pero no nos determinaron, y así pudimos llegar a sumarnos a las Fuerzas Revolucionarias. Estando ahí vimos al General Augusto Cesar Sandino, quien operaba en el norte del país, cuando llegó el General José María Moncada frente al Estado Mayor, empezó a hablar del Pacto y lo interrumpió Sandino diciendo:

- ¿Qué tienen que ver los Machos con esto? Los asuntos de Nicaragua tienen que arreglarse entre nicaragüenses.

- El coronel Henry Stimpson, en representación del Presidente Calvin Coolidge de los Estados Unidos - respondió reflexivo el General Moncada, y continuó diciendo - no conminó en deponer las armas en favor del gobierno y yo le dije que quien debía rendirse era el gobierno de facto de Adolfo Díaz Recinos porque nosotros somos una revolución triunfante que estamos en las puertas de la capital, a lo que Stimpson dijo que él traía instrucciones precisas de que si no deponíamos las armas por las buenas sería por la fuerza, pues ahí estaba el portaviones con los bombarderos en Bluefields listos a lanzar las bombas contra las fuerzas revolucionarias. Para evitar la destrucción de nuestras fuerzas - continuó diciendo - propuse que se realizaran dos elecciones super vigiladas, y que el primero de enero de 1933 los marines estadounidenses evacuaran el país.

Sandino intervino de nuevo diciéndole al General Moncada:

- Deme permiso de ir a traer a mi gente -

- Muy bien, adelante - respondió Moncada.

Así que Sandino se fue consciente de que no había para Moncada otra alternativa, ya que no hubo una sola voz que se alzara diciéndole al General Moncada que fuera a decirle a Stimpson que procedan a bombardearnos.

Sandino pensó que el patriotismo le indicaba enmontañarse para combatir la ocupación extranjera, puesto que no volvió y el General Moncada entendió que el patriotismo le indicó evitar la destrucción de las fuerzas revolucionarias. Son dos concepciones de patriotismo con un sólo valor: el de la intención, ya que no puede disociarse el propósito de los medios empleados. El propósito era sacar a los marines de Nicaragua y entre ambos lo lograron: el uno con un hostigamiento de les avergonzaba, y el otro con un pacto que los marine ansiaban firmar porque necesitabas una salida honrosa, ya que eran tropas de élite, nada menos que el quinto reglamento de la segunda brigada del cuerpo de marinos de los Estados Unidos que conquistó citaciones y condecoraciones de la segunda batalla de la segunda batalla de Marne, en la de Saint Nazaire y en la del Río Mosa en la Primera Guerra Mundial. Yo conocí a un Sargento Mayor de apellido Guerry que tenía varias citaciones y ostentaba en el pecho la Cruz del Heroico Valor.

Crónica extraída de su manuscrito: Reflexiones sobre los pactos (1977)[1]

El imperio invadió Nicaragua con el 5.º Regimiento de Marines de la Segunda Brigada (USMC), invasión solicitada por el presidente Adolfo Díaz en vista del avance victorioso de las Fuerzas Revolucionarias de 1926. En ese contexto, el General Moncada gana la primera elección supervisada por los Marines, asumiendo la presidencia el 1 de enero de 1929 y el Doctor Juan Bautista Sacasa la asumió el 1 de enero de 1933, fecha en que los Marines evacuaron el país en cumplimiento del Pacto del Espino Negro.

En el caso de la Revolución Popular Sandinista, no vino el Imperio a destruir la revolución, sino que a negociar la no exportación de dicha revolución a El Salvador y la no importación de la confrontación Este - Oeste, lo que no aceptaron los comandantes. Esto fue un grave error por parte de la comandancia, porque consecuentemente se produjo la Guerra Civil más desastrosa que ha tenido Nicaragua. La incongruencia entre ambas revoluciones está en lo actuado por los jefes de las mismas, porque en política lo que pesa son los hechos porque son irreversibles; las utopías no cuentan.

En la revolución de 1926, todos los que integrábamos las fuerzas revolucionarias, más los estudiantes que llegamos a sumarnos a la Revolución y el mismo Sandino que llegó del norte, fuimos conscientes de que el General Moncada no tuvo otra alternativa, tanto, que a nadie se le ocurrió decir que no entregaríamos las armas y que estábamos dispuesto a morir sobre ellas, lo que hubiera sido un holocausto tan estúpido como infructuoso ya que con eso no dejaríamos al país libre de la ocupación extranjera. A los cobardes que no tuvieron el valor para decirle en vida al General Moncada que traicionó la Revolución, les digo que Moncada no necesitaba devolver ofensa por ofensa, sino que les habría hecho la pregunta que le haríamos todos: ¿Qué hubieran hecho en lugar de nosotros?

Pero lo grave es que hay quienes ponen boca de Sandino de que él llamó traidor a Moncada, poniéndolo a Sandino como contradiciendo lo actuado con lo dicho, es decir, con eso diluyen la figura de Sandino que es un Monumento a la Dignidad de nuestra Patria, como dijo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal en una editorial del diario La Prensa.

Crónica extraída de su manuscrito: Reflexiones sobre las incongruencias (1985)[2]

Cuando los Marines Norteamericanos se alistaban para evacuar el país en cumplimiento del Pacto del Espino Negro, el ministro americano, Matthew Elting Hanna, le dijo a los partidos políticos que propusieran candidatos para reponer al Jefe Director de la Guardia Nacional, General Calvin B. Mathews; este candidato con el grado de General de la Brigada debía de ingresar el 1 de noviembre de 1932; los liberales propusieron al General liberal Carlos Castro Wasmer y los conservadores propusieron al Ingeniero José Andrés Urtecho, conservador rivense, graduado de ingeniero civil en West Point, pero ministro el ministro Hanna dijo que sería Anastacio Somoza García, quien fue graduado de Perito Mercantil en Filadelfia. Así que Somoza ingresó a la Guardia Nacional el 1 de noviembre de 1932, es decir, seis años después de haberse formado la Guardia Nacional, pues esta institución de creó en 1927.

Para la organización de la Guardia Nacional se hizo mucha propaganda diciendo que sería un Ejército Profesional, apolítico, así que se desbordó la juventud a ingresar a una Compañía de Reclutas de la que después de seis meses de entrenamiento como Ejército se pasaba a una compañía que se llamó de Re-emplazo en la que había una Escuela de Policía, de modo que sería esta Organización Ejército y Policía, y como no pareció bien llamarse Ejército - Policía, se le puso el nombre de Guardia Nacional (G.N).

Al evacuar el país los Marines, para sustituir a la Alta Oficialidad de la Guardia Nacional, como los oficiales académicos nicaragüenses de más alto grado eran Capitanes, los de primera promoción académica tenían que reponer a los altos oficiales, éstos eran civiles sin experiencia militar, pero activos políticos liberales y conservadores.

Así ingresó el Sr. Gustavo Abaunza (liberal leonés) con el grado de General de Brigada, como Jefe del Estado Mayor, el Ingeniero José Andrés Urtecho (conservador rivense) con el grado de Coronel como Jefe de Inteligencia y Operaciones (G2 - G3); el General conservador chontaleño Arturo Cruz Hurtado, con el grado de Coronel y como Comandante del Departamento de Chontales; Alfonse Cervantes (liberal) con el grado de Mayor como Pagador General; el Sr. Rodolfo J. Marín conservador de Granada; y así llegaron a la Guardia formando la Alta Oficialidad, Liberales y Conservadores por partes iguales. Esta Alta Oficialidad al ingresar no juraron ser apolíticos como los que ingresamos a las Compañía de Reclutas, cuando todavía no se había creado la Academia Militar.

Estos militares que fuimos profesionales, fuimos los que patrullamos en las montañas, conocimos la vasta región donde Sandino operaba y fuimos sandinistas porque nos dimos cuenta que Sandino ordenó a sus lurgatenientes que no atacaran a la Guardia Nacional, solo a los Marines; sabíamos que al ser sandinistas no violábamos el juramento de ser apolíticos porque el sandinismo no es una ideología de ningún partido político, sino que es un ideario de profundos valores patrióticos, ya que como dijo Pedro Joaquín Chamorro: "Sandino es un monumento a la dignidad de nuestra patria y no debemos permitir que los comunistas, [con quienes nunca comulgó] ensucien su memoria y que algún día con el prestigio de su figura y con el pretexto de que combaten a un imperialismo, entreguen nuestro suelo a Rusia como ha entregado Castro a Cuba"

Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre la formación de la Guardia Nacional (1998)[3]

Los dictadores son temperamentales y Somoza no fue una excepción. Acostumbrados a que los serviles les piden perdón por faltas que no han cometido, que es el colmo del servilismo, cuando hombre valientemente les rechaza un cargo, sufren el impacto de ver en ese hombre la figura de su propia persona frente a un dictador que le hace un cargo injusto. Indudablemente que al recibir mi mensaje su temperamento estaba proclive a aceptar razones justas, entonces debe de haber pensado: hombre, eso haría yo frente a un dictador que me ha un cargo injusto como le estoy haciendo al Teniente Baena porque no he verificado la veracidad de lo que me dijeron de él, así que me envió un mensaje diciendo:

Entendido de los conceptos de su mensaje de hoy.

Su Jefe y amigo: Anastacio Somoza, Director de la Guardia Nacional.

Pero cuando superó el impacto que le produjo mi mensaje, le ordenó al Comandante de Estelí que fuera a San Juan de Limay a investigar lo que le habían dicho los serviles.

Llegó el Capitán Moreno y después de mandar a los soldados que lo acompañaron a que fueran a desayunarse al comedor de la Guardia, lo invité a la fonda al desayuno donde solo hablamos de asuntos de Bluefields cuando estuvimos de servicio. Cuando regresamos al Cuartel, me dijo:

- ¿Qué sos vos de la Toñita Rosales?

- Soy amigo.

- ¿No es tu novia?

- No puedo serlo porque soy casado.

- ¿De modo que Don Federico Rosales no es tu suegro?

- No puede ser por lo que le dije antes.

- ¿Qué es Don Salvador Castellón?

- Somos amigos.

- Pero ellos son líderes del Partido Liberal Independiente.

- Sí - le dije, y terminé aclarándole -pero no te olvides que hicimos un juramento de que mientras le sirviéramos a la Nación, en el Ejército seríamos apolíticos; yo también tengo amistad con el Diputado Liberal Somocista, Don Leonte Alfaro y con Don Fernando Moale, Liberal Somocista, Oficial de Fomento que vive en aquella casa, señalandole la residencia; y no tengo amistar con el líder del Partido Conservador de aquí, porque no me lo han presentado. Está en su Hacienda, pero según referencias, es un ciudadano nicaragüense honrado, trabajador y de buenas costumbres, de modo que veo razón no hacer amistad con él.

El Capitán Moreno se quedó pensativo, y terminó diciendo:

- Tenés mucha razón, y se despidió saliendo con los que le acompañaron, rumbo a Estelí.

Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre la formación de la Guardia Nacional (1998)[4]

¿Cómo es que Somoza convirtió a la institución en guardia somocista?

Permitiendo a esos civiles uniformados que cometieran arbitrariedades y robos; estos altos oficiales como no patrullaron en las montañas no llegaron a ser sandinistas pues les resultaba beneficioso congraciarse con Somoza; también a los que salían por expiración de contrato o cualquier otra razón, los reponía con aspirantes que llevaran recomendación de un personaje liberal somocista de su localidad de origen desde luego, que también trataron de congraciarse con Somoza los militares que se salían de la línea profesional porque padecieron de la debilidad de obtener privilegios, volviéndose serviles y represivos.

Esa corrupción que la empezó Somoza de arriba abajo fue la que motivo a los oficiales de integridad profesional a solicitar la baja de servicio, truncando así la carrera, este fue uno de los casos como el mio, que salí honrosamente licenciado por conveniencia propia. Es de notar que un militar profesional, lejos de servir a los intereses de la dictadura, se enfrenta a ellos así:

Yo serví en la costa Caribe por espacio de diez años y al ser transferido a Estelí en 1946, se presentó ante mi el comandante departamental Capitan Rafael Moreno, quien cuando yo era teniente estuvo de servicio conmigo en Bluefields y me dijo: Vas a ir a recibir el comando de la guarnición de San Juan de Limay. Fui a recibir ese comando. Somoza no quería dar personería jurídica al Partido Liberal Independiente, pero por presiones aceptó que se realizara un plebiscito. 

Un día antes del plebiscito, sábado por la tarde, llegaron donde mi, el alcalde y el juez local único y me dijeron:

- Teniente, venimos a pedirle que meta a la cárcel a Don Federico Rosales y a Don Salvador Castellón, y los saque mañana después del plebiscito. 

- ¿Qué delito han cometido esos señores para que yo los meta a la cárcel?

- Es que ellos son líderes del Partido Liberal Independiente, y si ellos duermen hoy en la cárcel, la gente se va a atemorizar y no van a venir a votar en el plebiscito.

- Independientemente del credo político que sustente un ciudadano, yo cometería una arbitrariedad al meterlo a la cárcel si no ha cometido ningún delito - les dije.

Me presentaron sendos mensajes en los que leí lo siguiente:

“Sírvanse estorbar lo más que puedan el plebiscito del Partido Liberal Independiente por ser conveniente a nuestra política.

Afectísimo amigo, Anastasio Somoza presidente de la directiva Nacional y legal del Partido Liberal Nacionalista.”

Les devolví los mensajes y les dije: 

- El les dice que estorben, si pueden y quieren estorbar es cosa de ustedes; esos señores andan en sus cabalgaduras haciendo propaganda, y si ustedes van a hacer contrapropaganda, mientras no violen las leyes en esas actividades, ellos o ustedes, las fuerzas bajo mi mando no tienen.

Quien sabe que cuento le metieron a Somoza, porque me envió un mensaje que decía: 

Teniente Amadeo Baena, San Juan de Limay.

Hasta aquí me han llegado las quejas acerca del maltrato que usted d a a mis amigos liberales nacionalistas de esa localidad, quienes se quejan de ello con sobrada justicia; espero que la excitativa que le hago por medio del presente mensaje para que cambie esos procedimientos merecerá la debida atención por parte de usted.

Su jefe y amigo Anastacio Somosa, Jefe Director de la Guardia Nacional.”

Yo le contesté así:

General Anastasio Somoza, Jefe Director de la Guardia Nacional, Managua.

Me extraña mucho las quejas a que se refiere en su mensaje de hoy, pues desde que estoy en esta localidad, no ha entrado a la cárcel ninguna persona afiliada al Partido Liberal Nacionalista porque no han cometido faltas que ameriten su detención, ya que te haber infringido las leyes habrían entrado como cualesquiera otros como considero mi deber.

Amadeo Baena Lazo, Teniente primero de infantería, Comandante de la guarnición.”

Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre la formación de la Guardia Nacional (1998)[5]

El curso de la historia natural, lógico y justo sería que Sandino se librara de las garras de Somosa, pero no fue así por una omisión.

El 21 de febrero de 1934 cuando el general Sandino dialogaba con el presidente Sacasa, estaba presente Somoza y en cierto momento, este decidió retirarse y después de despedirse del presidente, se despidió de Sandino con un fuerte abrazo; bajó al Campo de Marte y ordenó a su chofer, el Sargento Primero Miguel Icaza, que fuera a llamar a los Mayores, Lizandro Delgadillo y Policarpo Gutierrez, (El Coto) al Capitán, Federico Davidson Blanco y a los Subtenientes, Alberto Cuadra, Carlos Eddie Monterrey y Pedro Nolazco Romero, quienes estaban en el recital de la poetisa peruana Zoila Rosa Cárdenas.

Cuando estos oficiales se presentaron ante Somoza, este les ordenó que en el camión GN-1, manejado por el sargento Juan Emilio Canales, lo fueran a atravesa en la bajada de La Loma para que cuando bajara Sandino, lo capturaran y lo llevaran con sus compañeros al Campo Bruce y que ahí los asesinaran. 

Estando apostados en dicho lugar, llegó la Srita. Maruca Sacasa y la detuvieron, pero cuando ella se identificó como hija del presidente la dejaron subir; al no omitir revelar al presidente que en la bajada la detuvieron unos militares que tenían un camión atravesado se hubiera sospechado que se fraguaba un atentado contra Sandino, entonces el presidente hubiera ordenado que un contingente de la Guardia Presidencial al mando de un oficial fuera portando todos armas automáticas a desarmar a esos militares y conducirlos presos a Casa Presidencial donde esos militares tendrían que decir que era un plan de Somoza para asesinar a Sandino y a sus compañeros; el presidente ordenaría la captura de Somoza y echar al vuelo al mundo la noticia de haber sido abortado un complot de Somoza para asesinar a Sandino. 

Esa omisión cambió el natural curso de la historia; de no ser así Sandino tal vez estuviera vivo físicamente y Somoza hubiera sido ajusticiado legalmente y no se hubiera producido el sacrificio de Rigoberto Lopez Perez.

Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre incongruencias y omisiones (1985)[6]

Somoza sin duda había fraguado el asesinato de Sandino y para tener reconcentrada a la Guardia en el Campo de Marte, trajo a la poetisa peruana Zoila Rosa Cárdenas para que diera un recital en el Salón de Conferencias del Departamento de Leyes y Relaciones.

Ese día, 21 de febrero de 1934, el oficial del día me dijo que le tuviera la Guardia porque él quería ir al recital y así yo me hice cargo de la Guardia de Servicio par que él fuera.

Estando ahí, llegó el Sub Teniente Pedro Nolazco Romero en un camión y me dijo que de parte del Jefe Director General Somoza, le entregara un Sargento y cinco Rasos para llevarlos a una misión especial.

Puse a su orden al Sargento Primero Ramón Madriz y cinco Rasos. Se fueron y después de unas dos horas aproximadamente vino un chofer de camión a dejarlos, entonces le pregunté al Sargento Madriz que en qué consistió la misión y me hizo el siguiente relato:

Que el Sub Teniente Romero, los llevó al Campo Bruce y que ahí se encontraban el Mayor Lizandro Delgadillo, los Sub Tenientes Abelardo Cuadra, Carlos Eddie Monterrey, con el Sargento Juan Emilio Canales, quien portaba un Browning automático, así que con el Sub Teniente Romero y yo y con los 5 rasos hacíamos un total de trece. Tenían de frente y sin camisa al general Sandino, a la derecha de él al General Francisco Estrada y a su izquieda al General Juan Pablo Umanzor.

Al llegar nosotros, el General Sandino le dijo al Mayor Delgadillo: 

- Aquí debe haber un error porque yo estuve en Casa Presidencial con el Presidente Sacasa y estaba presente el General Somoza quien después de despedirse del Presidente se despidió de mi dándome un fuerte abrazo.

Entonces el General Estrada le dijo al General Sandino:

- General, no le pida nada a estos perros porque ellos están cumpliendo ordenes precisamente de Somoza de traernos aquí para asesinarnos; ese abrazo que le dio Somoza en la Presidencial es el beso que le dio Judas a Jesucristo. - Se hizo un silencio absoluto.

Después el General Sandino le pidió al Mayor Delgadillo, permiso para entrar al monte a orinar y entonces el Sub Teniente Monterrey le dijo: 

- ¡Orinese aquí pendejo!

Cuando el Sargento Madriz me dijo eso, le dije:

Qué imbécil, un pendejo de verdad diciéndole pendejo a un hombre de verdad como Sandino. El pendejo es Monterrey porque estando armado, acompañado de 12 hombres más armados, decirle pendejo a uno de tres hombres que tienen desarmados sufriendo la tortura psicológica que los van a asesinar.

El Sargento Madriz continúa su relato:

- Después el general Sandino dirigiéndose hacía mi me dijo: 

- Sargento, recoja mi equipo, se lo dejo como recuerdo. 

Como vi que el Sargento Madriz tenía el equipo sin la pistola, le pregunté por ella, y me contestó que se la quitó al Sub Teniente Rormero, yo le dije:

- Otro imbécil que no respetó la última voluntad de un hombre que iban a asesinar. 

Después el Mayor Delgadillo le dijo al General Sandino:

- Bueno General, voy a ir donde el General Somoza y voy a decirle que usted cree que hay un error en esto porque yo lo creo así, y ahí vuelvo, retirándose de pronto se volvió y dijo adiós con un pañuelo, parece que esa era la señal acordada por que el Sargento Canales les disparó con el Browning.

Extraído de su crónica: Los últimos momentos de Sandino (1999)[7]

Exilio y rebelión de Amadeo Baena[editar]

Ingresé a la Guardia Nacional en 1928 en una escuela llamada Compañía de Reclutas, después de 6 años de instrucción Militar pase a una Compañía de Reemplazo. luego pasé por una escuela de Policía. Después pasé al servicio militar y ahí fui ascendiendo Gradualmente de Raso, Cabo, Sargento Segundo y Primero, Sargento de Abasto, Sub Teniente Primero hasta llegar a Teniente Primero de Infantería.

A finales de los años 20 del siglo pasado, Nicaragua estaba convulsionada política y militarmente, había intervencionismo militar estadounidense y yo fui uno de los estudiantes que nos sumamos a la revolución en 1926. En aquella época, yo me enlisté en 1928 en la Academia Militar, un año después de que sé formo esta institución castrense. En 1932 Anastasio Somoza asumió la dirección de Guarda Nacional. Los Marines norteamericanos se fueron en 1932 y poco después de que Somoza asumiera el cargo, empezó convertir el aparato militar en un nido de corrupción, donde los cargos se daban por el nivel de servilismo de los militares y por la capacidad represiva que ejercían sobre el pueblo. Por eso yo me retiré de la Guardia Nacional porque me parecía inmoral tener que ascender a cargos militares condicionados por esas aberraciones nada profesionales y anti-patrióticas. 

En aquel tiempo, antes de retirarme de la Guardia Nacional, ya tenia represalias por mis convicciones, por esa razón el General Somoza me transfirió a la Costa Caribe de Nicaragua, a Bluefields, porque no quería que me hiciera abogado en el Departamento de Leyes, porque él sabia que yo no servía a los intereses de su dictadura y no le convenía que me convirtiera en Abogado.

Llegué a la Costa Caribe en 1936. Trabajé como ayudante del batallón y durante 10 años de 1936 a 1946 me dediqué a esta región olvidada y conflictiva política, social y racialmente.

Fui Gobernador de San Juan del norte, Juez local y director de policía en Bluefields, donde me establecí definitivamente. Durante esos años recorrí de norte a sur toda la Cota Caribe usando todos los medios de Locomoción; trabajando en la erradicación de las discriminaciones, estableciendo en todos los lugares, la igualdad.

Desde 1936 trabajé con un líder negro creole llamado Waldo Wyman Hooker, menguando las confrontaciones sociales, raciales, políticas y religiosas; principalmente raciales, porque considerábamos que esa precisamente, es odiosa ante los ojos de Dios y ante los hombre y mujeres de buena voluntad. Trabajamos en ese sentido hasta llegar a establecer esa relativa igualdad que existe hoy en día.

En aquellos años Waldo Wyman Hooker, mi persona y un grupo de 16 miembros más, conformamos la primera comisión de Autonomía, elaboramos el Primer Proyecto de Ley de Autonomía y la presentamos en la Asamblea Nacional para su aprobación. Luego de retirarme de la Guardia Nacional, fui reprendido por Somoza porque una vez me invitaron a la gran convención del Partido Liberal Independiente, entonces Somoza, como el mandaba espías, me citó al día siguiente en la capital y me dijo:  

- Anoche estuviste en la Gran Convención del Partido Liberal Independiente, donde te dieron un pergamino donde te nombraron con la orden José Santos Zelaya y también te dieron el cargo de Presidente Honorario Departamental del Partido Liberal Independiente.  Entonces, - termina diciéndome:

- Con el mismo pasaporte con el que fuiste a Colombia a visitar a tu familia paterna, con ese mismo pasaporte te vas. Ya fueron a sacar tu maleta al hotel donde estás hospedado, no hubo necesidad de romper el baúl porque estaba sin llaves, ya te pusimos la visa del cónsul de Colombia, ya compré el pasaje en la Panamerican y un oficial te va a llevar al lobby del hotel para que recojas tu equipaje. El oficial lleva instrucciones para ver que no dejes cuentas pendientes en el hotel, después te va llevar al aeropuerto para que subas al avión correcto y él, junto a otros dos oficiales más, tienen ordenes de no retirarse hasta que alce vuelo el avión con vos abordo.

Y así fue que Somoza me sacó del país. Llegué a Cartagena, Colombia, fui a saludar a mis parientes y poco después me embarqué a la Isla de San Andrés, porque quería ingresar en la Legión del Caribe. Una lluviosa mañana, mientras esperaba en el puerto, llegó una motonave desde Cartagena, que llevaba una brigada de médicos colombianos que iban rumbo a Costa Rica a una convención médica, entonces me acerqué donde estaban y les dije que les pagaba el pasaje hasta Costa Rica, y el Capitán me dice: 

- No, aquí no se paga pasaje - me dijo y replicó - ¿Quién es usted?  

-Yo soy Amadeo Baena Lazo, para servirle - le dije.

- ¿Baena? - Ese apellido es colombiano, me dijo uno de los médicos.

- Sí, aprobé yo - mi papa es colombiano.

- ¿Quién es su Papa? - preguntó. 

- Simón Baena Calvo - respondí. 

- ¡Eh! Si yo conozco a Don Simón Baena, de Cartagena - dijo el capitán, y continuó - si yo soy de Cartagena también; venga a bordo, si usted es colombiano, según la constitución colombiana, hijo de colombiano es colombiano también. Traiga su equipaje, lo vamos a llevar sin costo.

Entonces me llevaron a Costa Rica, y no solo me llevaron a Puerto Limón, sino también hasta el Hotel Central en San José, la Capital. 

Busqué en la guía telefónica el número telefónico del cuartel de artillería y me comuniqué con el Coronel Manuel Gómez, miembro del Estado Mayor de la Legión del Caribe. Lo saludé y le conté mi situación de exiliado, de cómo Somoza me desterró y le argumenté mis intenciones de ingresar a la Legión del Caribe. Me dio la dirección, tomé un taxi y al llegar me presentó a los Jefes de la Legión del Caribe, a los Generales Ramírez y Rodrigues de nacionalidad dominicana, también conocí al Presidente de Costa Rica, José Figueres Ferrer. Muchos militares eran de diferentes nacionalidades latinoamericanas, sobre todo de países que tenían tiranos como Somoza en Nicaragua.

En la Legión del Caribe se ingresaba con el grado que uno salió del ejército de su país, y como yo salí de Teniente Primero, con ese grado ingresé. Tiempo después de vivir en Costa Rica, al fin se consumó el plan del complot contra Somoza. Nos embarcamos armados por  el río San Juan y nos dividimos en diversos puntos, internándonos clandestinamente en la montaña y en fincas estratégicas. Durante muchos días consumíamos animales silvestres en la espesura de las montañas, entre los cafetales y quebradas. Un 4 de abril de 1954, al fin se da luz verde al atentado sin advertir que Somoza ya estaba enterado de la persecución en su contra. Las emboscadas de la Guardia Nacional fueron contundentes, y en menos de 48 horas, muchos legionarios huyeron a las fronteras y otros, con menos suerte, murieron en combate. Yo logré ocultarme entre unas rocas de un río y arrastrándome desarmado y hambriento, llegué a una trocha donde le pedí ayuda a un campesino para que me ocultara bajo los sacos de su carretón rumbo a la frontera con Costa Rica, quien para infortunio mío, me entregó a una jefatura local de la Guardia Nacional, pero para desdicha de él, la Guardia no le reconoció los 10,000 córdobas de recompensa.

- El Estado le agradece ese gesto patriótico, y en cuanto a la recompensa, será para uso de la Patria. - le dijeron los militares.

Durante el fallido golpe a la dictadura, muchos compañeros míos fueron masacrados, otros buscaron el exilio rumbo a Honduras y Costa Rica, otros, incluyéndome a mi, fuimos juzgados por un consejo de Guerra. En ese consejo de guerra, después que condenaron a mis compañeros, los retiraron y me dejaron solo a mi, entonces el fiscal dijo: 

- El consejo resuelve, que el acusado hable en su propia defensa.

Ellos sabían que yo no iba a hablar en mi defensa, porque ya lo habían hecho mis defensores y brillantemente. Por ejemplo, las intervenciones jurídicas más pretendidas fueron la de mi defensor, el Doctor Antiquides Centeno Pérez, Liberal Independiente y también la del Doctor Salvador Buitrago, también Liberal Independiente. Una vez que condenaron a mis compañeros a mí me dictan la sentencia, y dije:

- Si todos los oficiales del ejército hubieran cumplido como cumplí yo; ustedes no me estarían juzgando ahora, ni habría posibilidad que los juzgaran a ustedes más tarde. 

Me condenaron a ocho años de reclusión por tentativa de asesinato al General Somoza, aunado a la relegación en Bluefields por rebelión contra el gobierno y con intermisión civil, es decir si tenía propiedades me las confiscaba el Estado. Después de 3 años de estar cumpliendo los cargos imputados, llegó el Coronel Camilo González Cervantes a la prisión y dijo:  

- Saquen al capitán Gustavo Zavala y al Teniente Amadeo Baena, vestidos de civil.

Dirigiéndose al Capitán Zavala, dijo:

- Por gestiones de su hermano, el Coronel Carlos Silva, el Presidente Somoza lo ha indultado. Ahí está afuera esperándolo su hermano de crianza. 

El Coronel González, volteando hacia mi, dijo:

- El Presidente Somoza, ha dicho, que como usted  fue un oficial que siempre prestigió al ejército, hoy día el ejército ha ordenado su indulto. 

Después de que me leyeron la sentencia, el fiscal militar, quien estuvo de servicio conmigo cuando éramos tenientes aquí en Bluefields, dijo:

- Al dar por terminada mi actuación como fiscal militar en este consejo de guerra, solo me queda expresar, que el espíritu de cuerpo me hace lamentar que connotados oficiales hayan caído en desgracia en la incursión militar.

Entonces fue a entregarme el expediente, y me dijo:

- No te imaginas Baena, como siento verte ene esta situación. 

- Muchas gracias, le  dije y me acompañó a la puerta. 

Después de tres años de estar cumpliendo parte de la sentencia, quedé absuelto de todos los cargos judiciales con carácter de pena militar.

Al salir, le dije al fiscal:

- Dígale que agradezco al ejército ese gesto de reconocimiento. 

Los compañeros con los cuales fui condenado, me consiguieron el puesto de Administrador en el Club Terraza en Managua. En ese tiempo, tuve que tratarme los ojos con el Doctor Emiliano Montalbán, porque en las torturas que me hicieron en la prisión, donde me ponían un reflector en los ojos y me obligaban a no parpadear con un arma en la cabeza; como consecuencia de eso, casi pierdo la vista. Luego regresé a Bluefields con mi esposa y mis hijos, desde entonces me retiré de toda actividad política y social, hasta el día de hoy.

Extraído de una conversación grabada en junio del año 2007.[8]

Amadeo Baena Lazo dejó una generosa cantidad de memorias políticas inéditas.

  1. Crónica extraída de su manuscrito: Reflexiones sobre los pactos (1977)
  2. Crónica extraída de su manuscrito: Reflexiones sobre las incongruencias (1985)
  3. Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre la formación de la Guardia Nacional (1998)
  4. Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre la formación de la Guardia Nacional (1998)
  5. Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre la formación de la Guardia Nacional (1998)
  6. Extraído de su manuscrito: Reflexiones sobre incongruencias y omisiones (1985)
  7. Extraído de su crónica: Los últimos momentos de Sandino (1999)
  8. Extraído de una conversación grabada en junio del año 2007.

--behemot chileno (¿cómo estai?) 19:30 30 ago 2013 (UTC)[responder]