Discusión:Castilla/borrador

Contenido de la página no disponible en otros idiomas.
De Wikipedia, la enciclopedia libre


Este artículo es sobre la región histórica de Castilla. Para otros significados, véase Castilla (desambiguación)

Castilla es el nombre de una región histórica de España. La primitiva Castilla surgió durante la Reconquista en las cabeceras del Ebro ante el empuje de cántabros y vascones. Su territorio estuvo organizado en una serie de condados dependientes inicialmente del Reino de León.

Según la versión más aceptada, el topónimo Castilla, podría significar "Tierra de Castillos", haciendo así referencia a las líneas de castillos que defendían este territorio de los ataques musulmanes.

Varias circunstancias complican la delimitación actual de los territorios que debieran considerarse castellanos:

  • El proceso histórico de expansión de Castilla durante la reconquista, en seguida saca a Castilla de su región geográfica original, de manera que en adelante Castilla será siempre plurirregional geográficamente hablando.
  • Exceptuando ese primer momento, Castilla nunca ha coincidido con los límites de ninguna de las entidades político-administrativas a las que ha estado adscrita. Así, ya el condado de Castilla aparece fuertemente vinculado al condado de Álava (que a la sazón incluía la mayor parte de la actual provincia de Vizcaya). El Reino de Castilla, incluirá las actuales Provincias Vascongadas tras la incorporación al reino de Guipúzcoa en tiempos de Alfonso VIII. Conquistada Toledo(año 1085), sus tierras se incorporan también al Reino de Castilla, si bien conservarán la denominación de Reino de Toledo. La denominada Corona de Castilla surge de la unión entre el Reino de Castilla y el Reino de León (cuyo rey lo es también de Galicia).
  • Las sucesivas uniones y separaciones entre León y Castilla durante la Edad Media hasta la unión definitiva en el año 1230 (bajo la figura de Fernando III), tampoco permiten precisar de manera clara los límites entre ambos territorios.
  • El idioma originario de Castilla, el castellano, se extendió rápidamente por toda la península Ibérica, fue adoptado por la corona española y llegará a ser la lengua del imperio español. Hoy en día esta lengua se denomina de manera indistinta castellano o español.
  • La actual configuración autonómica de España, por un lado presenta dos comunidades autónomas que incluyen el nombre de Castilla (Castilla-La Mancha y Castilla y León). Por otro lado, dos provincias tradicionalmente consideradas parte de Castilla la Vieja, Santander y Logroño, se constituyeron en comunidades autónomas uniprovinciales, Cantabria y La Rioja respectivamente, y rechazan, por lo general, su identificación con Castilla. También Madrid, tradicionalmente incluida en Castilla la Nueva, se constituyó en comunidad autónoma.

Delimitación Geográfica

Las circunstancias anteriormente expuestas provocan que existan diferentes opiniones acerca de los territorios que cabe considerar castellanos. De las distintas concepciones de lo castellano han surgido distintas teorías de Castilla.

1. Castilla la Vieja y Castilla La Nueva

La división tradicional de España en regiones ha venido contemplado dos con los nombres de Castilla la Vieja y Castilla La Nueva. Ambas marcarían, conforme a esta división, los límites de Castilla.

Castilla la Vieja estaba formada por los territorios comprendidos por las provincias de Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila. Mientras que la adscripción de Palencia y Valladolid a Castilla la Vieja ha fluctuado con su adscripción a la región denominada Reino de León, lo cual es consecuente con la propia fluctuación de límites entre los reinos de Castilla y León en estas tierras. Esta división mantiene, en cualquier caso la diferenciación de la región de León respecto a Castilla.

Castilla la Nueva por otro lado, estaba formada por los territorios comprendidos en la provincia de Madrid, la provincia de Guadalajara, la provincia de Toledo, la provincia de Ciudad Real y la provincia de Cuenca.

La formalización de estas regiones tiene lugar por primera vez en el año 1833 al tiempo que se define la división provincial de España. Los nombres de Castilla la Vieja y Castilla la Nueva sin embargo, se venían utilizando ya al menos desde el siglo XVI, en sustitución de otros empleados hasta entonces: Castilla, Reino de Toledo y Extremaduras, al tiempo que progresivamente se va fijando el límite entre ambas regiones en la Cordillera Central.

Esta división se correspondería, en buena medida, con la configuración del Reino de Castilla en tiempos de Alfonso VIII, antes por lo tanto de su unión definitiva con el Reino de León, salvedad hecha de los territorios de las actuales Provincias Vascongadas integrados en el reino.

Es preciso señalar que la división de 1833 significó que territorios hasta entonces parte de Castilla, como las comarcas de Requena y Utiel, fueran integradas en provincias sin relación con Castilla. Del mismo modo, se integraron en provincias castellanas territorios como el condado de Treviño o el Valle de Villaverde, enclavados en las Provincias Vascongadas, al tratarse de territorios nobiliarios que se integraron en las provincias de régimen común más próximas, al ser Vizcaya y Álava territorios forales.

2. Gran región castellanoleonesa

Es frecuente la identificación de Castilla con el centro peninsular, de modo que el territorio castellano estaría aproximadamente delimitado por las submesetas norte y sur, además de por las provincias de Cantabria y La Rioja, que son por lo general, incluidas por considerarse territorios origen o matriz de Castilla. Trasladado a territorios de la España autónomica actual, esto incluiría las comunidades autónomas de Cantabria, Castilla y León, La Rioja, Madrid y Castilla-La Mancha.

Conforme a esta visión, todos estos territorios formarían una unidad histórica y mantendrían fuertes lazos sociales y culturales, con independencia de las distintas entidades políticas que configuraban este territorio en la Edad Media o de las entidades en que está dividido en la actualidad. De acuerdo también a estas tesis, las diferencias entre León y Castilla fueron desapareciendo ya en tiempos medievales y todo el espacio intramontañoso al norte de la Cordillera Central ha sido percibido como una unidad desde por lo menos comienzos del siglo XVI y nombrado frecuentemente como Castilla la Vieja, sin perjuicio de la existencia de una tradición erudita que siempre ha diferenciado entre León y Castilla [1]

Con frecuencia se alude al movimiento de Las Comunidades, como momento histórico en el que se pone de manifiesto la existencia de esta concepción común de Castilla y lo castellano. Con frecuencia se cita también el Pacto Federal Castellano del año 1869, como un momento más reciente dónde tomó forma esta idea de Castilla.

Aunque minoritarias, también existen opiniones que extienden esta visión de Castilla hasta abarcar otros territorios de la Corona de Castilla, tales como Extremadura, Murcia o incluso Andalucía.

3. Castilla para la Generación del 98

Una de las convergencias que se da entre los escritores de la Generación del 98 es la descripción de una Castilla en la que centran sus poemas y ensayos. Estos escritores identifican Castilla completamente con la meseta, cuya geografía es el espejo en el que miran el pasado y explican la presente decadencia de la nación entera.

Surge así un concepto de Castilla más paisajístico y geográfico que histórico, que ha calado hondo en la sociedad española, de modo que en lo sucesivo, al menos entre gente de una formación cultural media, la palabra Castilla evocará "grandes y pardas llanuras" e "infinitos horizontes". Probablemente este concepto de lo castellano esté aún más presente en las regiones de la periferia peninsular.

4. Castilla la Vieja

En 1918, el segoviano Luis Carretero Nieva publicó el libro "La Cuestión Regional de Castilla la Vieja. El Regionalismo Castellano". En él, afirma la identidad de Castilla la Vieja frente al Reino de León e identifica la genuina Castilla histórica con una Castilla la Vieja que comprende únicamente las provincias de Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila.

Es preciso señalar, que posteriores escritos de éste mismo autor y de sus seguidores ampliarán está visión de Castilla para incluir en ella territorios al sur de la cordillera central, según se explica en el siguiente epígrafe.

5. La Castilla foral

De acuerdo a la opinión de autores como Luis Carretero Nieva, su hijo Anselmo Carretero y sus seguidores, cabe señalar la existencia a lo largo de la historia de Castilla y del pueblo castellano, más allá de las entidades políticas (reino o corona) en las que se ha incluido. De acuerdo a esta hipótesis, la originalidad del pueblo castellano reside en su organización jurídica de carácter foral, diferente a la del Reino de León y la demarcación territorial de la Castilla genuina habría que trazarla mediante la búsqueda de las entidades jurídicas características del pueblo castellano en el medievo.

Según estos autores, atendiendo a esta organización jurídica cabría distinguir en el ámbito castellano dos bloques territoriales que corresponden a momentos históricos diferentes durante la reconquista: de un lado, al norte, tendríamos los territorios comprendidos en el antiguo condado castellano, organizado en merindades dónde abundarían las behetrías y las aldeas de hombres libres. De otra parte, al sur del Duero, se extiende la Extremadura castellana cuya forma de organización jurídica más destacada es la Comunidad de Villa y Tierra.

La traslación del territorio castellano así resultante al mapa actual se complica por cuanto no suele coincidir con los límites provinciales actuales (debido a la división de 1833), si bien grosso modo se podría hacero corresponder con las provincias de Castilla la Vieja (Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia y Ávila, los territorios al este del Pisuerga de las provincias de Palencia y Valladolid) y con los territorios al sur de la cordillera central que corresponde a las actuales provincias de Madrid, Guadalajara y las serranías de Cuenca.

Varios son los pilares en los que sus defensores fundamentan esta concepción de Castilla:

  • Diferenciación clara entre León y Castilla. Más aún: afirmación de Castilla frente a León. Se destaca la raíz autóctona vasco-cántabra de la primitiva Castilla, a la que cabría atribuir una condición más popular y libre enfrentada a lo señorial del reino leonés. Se presenta a los condes castellanos como valedores del derecho foral castellano, basado en el uso y costumbre frente a las estructuras jurídicas del imperio leonés, de tradición neogótica.
  • Presentación de la Comunidad de Villa y Tierra, a la que consideran como la continuación histórica natural de las behetrías características de la Castilla norteña, como la institución jurídica característica y peculiar de la Extremadura castellana. Se convierte así esta institución en un elemento delimitador de lo castellano sin perjuicio de admitir la existencia de zonas de transición y su presencia ocasional en otros territorios. Se afirma también también la importancia de estas mismas formas de organización jurídica en Aragón, a cuyo proceso repoblador se atribuye una misma raíz autóctona.
  • Diferenciación, en función de esta organización jurídica, entre Castilla y La Mancha o más concretamente con el denominado País Toledano-Manchego (término acuñado por Anselmo Carretero para hacer referencia a las zonas no consideradas castellanas de Castilla la Nueva y que corresponderían básicamente con Toledo y La Mancha).
  • Estructura descentralizada del territorio castellano. Se atribuye así un carácter casi federal a la organización de los pueblos castellanos, a quienes por encima de la Comunidad de Villa y Tierra sólo une la figura del rey, sin que tan siquiera pueda hablarse propiamente de una capital (Burgos podía serlo sólo a título honorífico: Cabeza de Castilla).
  • Negación de la hegemonía de Castilla en el conjunto de España tras la unión de los reinos de Castilla y León. Contrariamente a esta afirmación muy extendida, se subraya que a raíz de la unión con León comienza la decadencia de las instituciones castellanas y acaba por imponerse el derecho y las estructuras políticas del reino leonés.

6. Castilla y León

De acuerdo a esta idea todo el territorio de la meseta al norte de la cordillera central, sería el que cabría considerar castellano en un sentido estricto. La denominación de Castilla la Vieja que en ocasiones se ha aplicado a este territorio, vendría a ser reflejo de lo que se considera Castilla por antonomasia.

Esta visión de Castilla, ha sido probablemente reforzada a raíz de la formación de la actual autonomía de Castilla y León, de modo que es frecuente escuchar el apelativo "castellano" referido a cualesquiera territorios de esta comunidad, apelativo que frecuentemente alterna con el de "castellano-leonés".

Geografía física

Obviamente, no es posible una descripción de la geografía física de Castilla, sin decantarse antes por una concepción particular de lo castellano. Por lo tanto, para un estudio de la geografía física de Castilla habremos de referirnos a cada uno de ellos. Cabe aquí, sin embargo, realizar algunas consideraciones de carácter general.

Debe señalar, en primer lugar, que la imagen de una Castilla llana y árida, aludida según se ha mencionado, de modo recurrente por los escritores de la Generación del 98, encuentra su identificación geográfica principalmente en los espacios de Tierra de Campos y en La Mancha. También ha de tenerse en cuenta que la identificación de Castilla con la meseta que realizan estos autores les lleva en ocasiones a describir paisajes meseteños no castellanos (como los extremeños). En cambio, el espacio físico del resto de territorios que de acuerdo a unas u otras teorías cabría considerar castellanos, presenta un paisaje que por lo general se aleja de esta visión tópica.

Es frecuente también la alusión al Duero, como el río vertebrador de Castilla, y en efecto éste es el caso cuando se habla de Castilla y León, comunidad autónoma asentada geográficamente sobre la cuenca del Duero, con únicamente la parte más septentrional (montañas de León y Palencia y norte de Burgos) como excepción.

La concepción de Castilla del regionalismo castellano (Castilla foral) da lugar a un país dónde se incluye La Montaña y que aparece vertebrado por los sistemas Ibérico y Central, lo que descubre una imagen radicalmente opuesta a la de la Castilla del 98.

Idioma

El idioma de Castilla es el castellano o español.

Esta lengua tuvo su origen en el primitivo condado castellano, y fue avanzando hacia el sur de la península a medida que avanzaba la Reconquista al mismo tiempo que irá paulatinamente desplazando al oeste al habla leonesa, penetrando en el País Vasco, y desplazando a las hablas navarras y aragonesas. El castellano terminará extendiéndose en toda España y al ser la lengua adoptada por la monarquía española lo hará por todo el Imperio español.

Puede decirse por lo tanto, que si inicialmente esta lengua fue expresión cultural del pueblo castellano, su posterior expansión y desarrollo no hace imposible su identificación como símbolo cultural de Castilla.

Existe cierta polémica al respecto de opiniones que consideran que el termino "castellano" debería usarse únicamente para hacer referencia al español que se habla en Castilla, pero cabe señalar, que si bien puede hablarse de un castellano norteño al que es habitual referirse como un español "más estándar" y que conserva ciertas características que se suelen calificar como de "mayor pureza" (ausencia de yeismo, ausencia de seseo, etc.), al tiempo que determinados fenómenos lingüísticos comunes (por ejemplo: leísmo), lo cierto es que no es posible circunscribir la presencia de este modo de hablar al territorio castellano (ni tan siquiera en sus concepciones más amplias).

Por lo demás, si bien puede hablarse de una cierta uniformidad en el habla, las palabras, expresiones y frases hechas son muy variadas en cada provincia, comarca y pueblo. Las principales peculiaridades lingüísticas que se producen en estos lugares suelen ser resultado de rusticismos, vulgarismos y arcaísmos que se apartan del castellano general o estándar.

Lógicamente cabe realizar diferentes matizaciones a lo dicho en función de la delimitación territorial seleccionada. En este sentido mención aparte merece la pervivencia del habla leonesa o bable en algunos territorios del antiguo Reino de León.

Política

Desde ciertos movimientos culturales y políticos regionalistas y nacionalistas (como Tierra Comunera, Izquierda Castellana o plataforma Ahora Castilla), se aboga por la unión política de Castilla, entendiendo esta como la totalidad de las provincias de las actuales comunidades autónomas de Castilla y León, Castilla-La Mancha, La Rioja, Cantabria y Madrid, junto con las comarcas de Utiel y Requena. Su resultados electorales son escasos.

El Partido Regionalista de Cantabria se encuentra en una posición opuesta a estos partidos, si bien también existen movimientos proclives a está hipotética unión en Cantabria, como la Asociación para la Integración de Cantabria en Castilla y León (AICC), recientemente transformada en el partido La Unión (partido político).

Al margen de este castellanismo existen partidos castellanoleonesistas que defienden la actual autonomía de Castilla y León. Es el caso por ejemplo de Unidad Regionalista de Castilla y León, un partido casi testimonial.

Los partidos de ideología leonesista (como Unión del Pueblo Leonés, Unión del Pueblo Salmantino o Partido Regionalista del País Leonés) también se oponen a estos planteamientos, puesto que niegan el carácter castellano de las provincias de León, Zamora y Salamanca (a las que denominan País Leonés), y pretenden una autonomía diferenciada basada en la, a su juicio, identidad propia que siempre tuvieron.

Por su parte, los seguidores de las tesis de Anselmo Carretero defienden que las provincias castellanas que forman parte actualmente de Castilla y León y de Castilla-La Mancha, deben formar comunidades autónomas uniprovinciales, estableciendo posteriormente relaciones con el resto de provincias castellanas. De esta manera consideran que se respeta mejor la tradición de descentralización de Castilla.

En todo caso, los partidos políticos castellanistas tienen una representación muy escasa. No existen datos acerca de la opinión ciudadana sobre estas discusiones, más allá de la demostrada en las sucesivas elecciones. — El comentario anterior sin firmar es obra de Raulito85 (disc.contribsbloq). 16:27 8 abr 2022 (UTC)[responder]

Símbolos de Castilla

La complicada delimitación del territorio histórico castellano, tiene en muchos casos su continuación en la identificación de símbolos que sean identificados unánimemente como castellanos.

No ha de olvidarse que Castilla no configura en la España moderna ninguna entidad político-administrativa(salvo si se realiza la identificación de Castilla con la autonomía de Castilla y León).

Existen y han existido grupos políticos y de opinión que sí que abogan por ello, por lo que el uso de los símbolos que realizan, viene generalmente determinado por su concepción acerca del territorio castellano.

El escudo

En campo de gules, castillo de oro, almenado con tres torres; la central más elevada que las laterales, manposteado o mazonado de sable(negro) y aclarado de azur.

Este es el escudo que puede verse es el primer cuartel del escudo de España y en el primer y cuatro cuartel del escudo de la autonomía de Castilla y León.

La identificación de Castilla con Castilla y León y con la corona castellano-leonesa, provoca que en ocasiones y para algunos grupos sea el escudo acuartelado de Castilla y León el que debe ser considerado escudo de Castilla.


La Bandera

Quizá el caso más claro de esta falta de unanimidad en la identificación de símbolos castellanos sea el de la bandera o pendón de Castilla, del que suelen exhibirse al menos tres variantes:

  • La denominada bandera o pendón morado de Castilla (castillo dorado y almenado de tres torres sobre fondo morado). Este "renombrado" pendón ha sido considerado por muchos como el genuino emblema castellano, e incluso ha llevado en ocasiones a identificar el morado como el auténtico color representativo de lo castellano. Al parecer, este es el motivo por el que se eligió este color para la franja inferior de la bandera española en la segunda república. Sin embargo, la existencia histórica del pendón morado parece descartada.
  • La bandera acuartelada de Castilla y León. Se trata de la reproducción en tela del escudo (sin corona) acuartelado de la corona de Castilla y León. Esta bandera es la que en la actualidad es exhibida por los organismos oficiales de la Comunidad autónoma de Castilla y León.
  • La bandera o pendón rojo carmesí (Castillo dorado y almenado de tres torres sobre fondo rojo carmesí). Según otras opiniones, el color rojo carmesí es el color auténtico e histórico de la bandera castellana. Existe en efecto literatura en la que se menciona el color rojo de las banderas de Castilla, pero tampoco está muy clara la existencia histórica de esta bandera como símbolo de Castilla.

Himno

Lógicamente, dado el marco político en el que se sitúa el territorio castellano, no puede existir un himno "oficial" de Castilla. En la actualidad, cada autonomía trata de sacar adelante un himno propio.

Cabe mencionar la existencia de un "Himno a Castilla", compuesto por el músico burgalés Antonio José en 1930. La música de este himno está compuesto sobre la base de una marcha para cornetas de la Ciudad de Burgos. La letra del himno presenta al menos dos versiones pues Antonio José no quedó satisfecho, con la versión que inicialmente redactó.

Símbolos religiosos

La extensión del cristianismo se produce en paralelo al nacimiento y extensión de Castilla, y por lo tanto el cristianismo será uno de sus pilares fundamentales al igual que el de otros reinos peninsulares. No es de extrañar, por lo tanto, la vinculación a Castilla de símbolos religiosos cristianos. Los monasterios de San Millán de la Cogolla, Oña, San Pedro de Arlanza y Santo Domingo de Silos son claros representantes de esta vinculación.

San Millán es quizá una de las principales devociones presentes en la primitiva Castilla. Clara parece la devoción hacia este santo por parte del conde Fernán González, pues allá dónde llegaron las huestes del conde hizo erigir un templo al santo. La leyenda presenta a San Millán en la batalla de Hacinas ayudando al ejército cristiano del mismo modo que lo hará Santiago en la batalla de Clavijo. San Millán fue considerado durante la Edad Media patrón de Castilla (así como de Navarra) hasta que terminó de imponerse el patronazgo único de Santiago en España.

No cabe, en realidad, hablar de una patrona única de Castilla, sino que cada Comunidad de Villa y Tierra tiene la suya propia, a cuya ermita (dedicada por lo general a Santa María bajo sus distintas advocaciones) acuden en romería. Son estas romerías en las que se juntan todos los pueblos de la tierra, uno de los mayores símbolos castellanos y una de las principales manifestaciones folclóricas que persisten hoy en día.

Leyendas castellanas y épica de Castilla

Como variado es el territorio castellano, variada es la presencia en sus tierras de leyendas, tradiciones y ritos antiguos.

Pero quizá una de las originalidades de Castilla es la existencia de una leyenda que tiene a Castilla misma y su historia como protagonista. Es la épica castellana, que nos narran los Cantares de Gesta y el romancero, dónde la tradición y la leyenda se entremezclan con la historia.

Estos romances y leyendas, siempre con Castilla como telón de fondo, nos narran acontecimientos de los tiempos del Condado de Castilla (romance de los Infantes de Lara), nos narra el surgimiento del pueblo castellano (Poema de Fernán Gonzalez) o las hazañas de sus héroes y condes. Especial protagonismo en este campo, cobran los numerosos romances de Fernán González y del Cid Campeador. Uno de los más conocidos es quizá el de la Jura de Santa Gadea. Dos obras anónimas: el Cantar de Mío Cid y el mencionado Poema de Fernán González figuran entre las primeras obras de la literatura en lengua castellana.

Como leyendas cabe destacar por su difusión, la de los Jueces de Castilla (Laín Calvo y Nuño Rasura), la fábula de El caballo y el azor que describe como logra Fernán González la independencia de Castilla o la que narra la fundación del monasterio de San Pedro de Arlanza.

Castilla se hará reino y después corona y el romancero nos seguirá narrando la historia de sus reyes.

Bibliografía

  • Carretero y Jiménez, Anselmo.La personalidad de Castilla en el conjunto de Pueblos hispánicos. San Sebastián, Hyspamérica, 1977.
  • Fernández Díez, Gregorio. El Valor de Castilla. Ávila, 1926
  • García Fernández, Jesús. Castilla (Entre la percepción del espacio y la tradición erudita). Madrid, Espasa-Calpe, 1981.
  • Mañueco, Juan Pablo. Las raíces de un Pueblo: aproximación al hecho nacional castellano. Mostoles, Riodelaire, 1983.
  • Maravall, José Antonio. Las comunidades de Castilla : una primera revolución moderna. Alianza, 1981
  • Sorel, Andrés. Castilla como agonía. Castilla como esperanza. Editorial Ambito, 1985.

Notas

  1. García Fernández, Jesús.Castilla (Entre la percepción del espacio y tradición erudita). Madrid, Espasa-Calpe, 1981

Véase también

Enlaces externos