Diferencia entre revisiones de «Montoneros»

De Wikipedia, la enciclopedia libre
Contenido eliminado Contenido añadido
→‎1976: repongo la entrada eliminada de Enrique Luis Arrossagaray, agrego mas referencias.
Línea 186: Línea 186:
En esos primeros meses de 1974, la policía detiene —por pocos días— a algunos dirigentes importantes de Montoneros, como Firmenich, Quieto y Caride.
En esos primeros meses de 1974, la policía detiene —por pocos días— a algunos dirigentes importantes de Montoneros, como Firmenich, Quieto y Caride.


=== El 1 de mayo de 1974 ===
=== El 1º de mayo de 1974 ===
El punto de máxima tensión en el proceso de expulsión de Montoneros del movimiento peronista se produjo el 1 de mayo de 1974, en ocasión de los festejos por el [[Día del Trabajo]].
El punto de máxima tensión en el proceso de expulsión de Montoneros del movimiento peronista se produjo el [[1 de mayo]] de 1974, en ocasión de los festejos por el [[Día del Trabajo]].


Durante una gran convocatoria en la [[plaza de Mayo]], Perón, en pleno ejercicio de sus facultades como presidente, se mostró indignado por los cánticos ofensivos que entonaban las columnas montoneras contra su esposa y vicepresidente [[María Estela Martínez de Perón]], coreando «No rompan más las bolas, Evita hay una sola», y acusando al gobierno de «estar lleno de [[Gorila (denominación política)|gorilas]]».
Durante una gran convocatoria en la [[Plaza de Mayo]], Perón, en pleno ejercicio de sus facultades como presidente, se mostró indignado por los cánticos ofensivos que entonaban las columnas montoneras contra su esposa y vicepresidente [[María Estela Martínez de Perón]], coreando "No rompan más las bolas, Evita hay una sola", y acusando al gobierno de “estar lleno de [[Gorila (denominación política)|gorilas]].


En un encendido y recordado discurso, desde el balcón de la [[Casa Rosada|Casa de Gobierno]], Perón los llamó «estúpidos» e «imberbes». La reacción de los militantes montoneros y sus simpatizantes provocó algunos enfrentamientos, y la inmediata retirada de la [[Plaza de Mayo|plaza]] de las columnas que respondían a la organización, que habían llevado sus banderas a pesar del pedido del gobierno de concurrir solo con banderas argentinas.
En un encendido y recordado discurso, desde el balcón de la [[Casa Rosada|Casa de Gobierno]], Perón los llamó ''estúpidos'' e ''imberbes''. La reacción de los militantes montoneros y sus simpatizantes provocó algunos enfrentamientos, y la inmediata retirada de la [[Plaza de Mayo|plaza]] de las columnas que respondían a la organización, que habían llevado sus banderas a pesar del pedido del gobierno de concurrir solo con banderas argentinas.


Perón le encomendó más tarde a [[Juan Manuel Abal Medina (padre)|Juan Manuel Abal Medina]] que les transmitiese a los Montoneros que él quería hablar personalmente con Norma Arrostito y con Fernando Vaca Narvaja. La conducción de Montoneros no los autorizó, por lo que la reunión no se efectuó.{{cr}}
Perón le encomendó más tarde a [[Juan Manuel Abal Medina (padre)|Juan Manuel Abal Medina]] que les transmitiese a los Montoneros que él quería hablar personalmente con Norma Arrostito y con Fernando Vaca Narvaja. La conducción de Montoneros no los autorizó, por lo que la reunión no se efectuó.{{cr}}


El mismo día 1.º de mayo, en el discurso inaugural de las sesiones del Congreso, Perón afirmó: «No ignoramos que la violencia nos llega también desde '''fuera''' de nuestras fronteras […]. Superaremos la subversión: aislaremos a los violentos y a los inadaptados. Los combatiremos con nuestras fuerzas, y los derrotaremos dentro de la Constitución y de la Ley. Ninguna victoria, que no sea también política, es válida en este frente».<ref>[https://www.youtube.com/watch?v=FXNLZwQcqLA El presidente Perón brinda su mensaje ante la Asamblea Legislativa, 1 de mayo de 1974]</ref>
El mismo día 1º de mayo, en el discurso inaugural de las sesiones del Congreso, Perón afirmó: “No ignoramos que la violencia nos llega también desde '''fuera''' de nuestras fronteras […]. Superaremos la subversión: aislaremos a los violentos y a los inadaptados. Los combatiremos con nuestras fuerzas, y los derrotaremos dentro de la Constitución y de la Ley. Ninguna victoria, que no sea también política, es válida en este frente”.<ref>[https://www.youtube.com/watch?v=FXNLZwQcqLA El presidente Perón brinda su mensaje ante la Asamblea Legislativa, 1 de mayo de 1974]</ref>


=== Muerte de Perón y pase a la clandestinidad ===
=== Muerte de Perón y pase a la clandestinidad ===
Línea 352: Línea 352:
El 10 de octubre de 1976, guerrilleros pertenecientes a Montoneros matan al directivo-gerente de la empresa [[Renault]], Domingo Lozano, quien asistía a misa con su esposa en la ciudad de Córdoba.<ref>"Political Terrorism, 1974–78", Volume 2, p. 110, ''Facts on File, inc.'' (1978)</ref>
El 10 de octubre de 1976, guerrilleros pertenecientes a Montoneros matan al directivo-gerente de la empresa [[Renault]], Domingo Lozano, quien asistía a misa con su esposa en la ciudad de Córdoba.<ref>"Political Terrorism, 1974–78", Volume 2, p. 110, ''Facts on File, inc.'' (1978)</ref>


Durante el 16 de octubre de 1976 otra bomba detonó en el club de cine del [[Círculo Militar]], que no causó muertos pero hirió a 60 personas.<ref>{{Cita web|url=https://www.youtube.com/watch?v=lBVQiDedyBA|título=Filmación luego del atentado de Montoneros contra el microcine del Circulo Militar. Copyright Archivo DiFilm}}</ref>
Durante el 16 de octubre de 1976 otra bomba detonó en el club de cine del [[Círculo Militar]], que no causó muertos pero hirió a 60 personas.<ref>{{Cita web|url=https://www.youtube.com/watch?v=lBVQiDedyBA|título=Filmación luego del atentado de Montoneros contra el microcine del Circulo Militar. Copyright Archivo DiFilm}}</ref>

El 18 de octubre de 1976 el Ingeniero Enrique Luis Arrosagaray, Gerente de Producción de la Fábrica de Motores Diesel [[Borgward]] Argentina al salir de su domicilio ubicado en el Pasaje Las Cuevas y calle Baltar de Ciudadela, cinco individuos jóvenes lo interceptaron, cuatro se desplazaban en una camioneta y uno en una bicicleta, quienes sin mediar palabras le dispararon con varias armas causándole la muerte en el acto. A continuación los asesinos huyeron en sus vehículos sin identificarse. <ref>{{cita web|apellidos1=PROYECTO DE LEY Expediente 0413-D-2008|nombre1=Honorable Cámara de Diputados de la Nación|título=item 555 de lista de victimas|url=https://www.hcdn.gob.ar/proyectos/proyectoTP.jsp?exp=0413-D-2008|fecha=7 de marzo de 2008|fechaacceso=29 de agosto de 2020}}</ref>
Los responsables del hecho fueron militantes de la organización terrorista montoneros, según de desprende de su revista Nro. 15, pág. 26 de febrero de 1977<ref>{{cita publicación|título=Evita Montonera Nro.15 Pág 26|fecha=febrero de 1977|url=http://www.ruinasdigitales.com/revistas/Evita%20Montonera%2015.pdf|fechaacceso=29 de agosto de 2020}}</ref>, también Estrella Roja, órgano de difusión del [[ERP]], publicó el hecho y se lo adjudicó a la organización hermana.
El hecho fue ampliamente reflejado en los medios de la época. <ref>{{cita noticia|apellidos1=Diario La Nación, pág 14|título=Fue asesinado un directivo de Borgward|url=https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Noticia_Dirario_La_Naci%C3%B3n_1976_10_19_Pag_14.jpg|fechaacceso=29 de agosto de 2020|fecha=19 de octubre de 1976}}</ref><ref>{{cita noticia|apellidos1=Diario Clarín, pág. 5|título=Asesinan en Ciudadela a un alto ejecutivo de una planta automotriz|url=https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Noticia_Noticia_Clar%C3%ADn_1976_10_19_P%C3%A1g_5.jpg|fechaacceso=29 de agosto de 2020|fecha=19 de octubre de 1976}}</ref><ref>{{cita noticia|apellidos1=Diario Crónica, pág. 3|título=Matan ejecutivo a balazos, al salir de su casa en Ciudadela|url=https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Noticia_Diario_Cr%C3%B3nica_1976_10_19_P%C3%A1g_3.jpg|fechaacceso=29 de agosto de 2020|fecha=19 de octubre de 1976}}</ref><ref>{{cita noticia|apellidos1=Diario La Prensa, Pág. 9|título=Asésinose a un ejecutivo de Borgward|url=https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Noticia_La_prensa_1976_10_19_P%C3%A1g_9.jpg|fechaacceso=29 de agosto de 2020|fecha=19 de octubre de 1976}}</ref>


Durante los primeros tres días de noviembre de 1976 cinco casas de cinco ejecutivos empleados por Laboratorios Lazar fueron atacados con bombas y Carlos Roberto Souto, ejecutivo de [[Chrysler]], fue asesinado por miembros de los Montoneros.<ref name="ref_1" />
Durante los primeros tres días de noviembre de 1976 cinco casas de cinco ejecutivos empleados por Laboratorios Lazar fueron atacados con bombas y Carlos Roberto Souto, ejecutivo de [[Chrysler]], fue asesinado por miembros de los Montoneros.<ref name="ref_1" />
Línea 361: Línea 365:


Finalmente el 16 de diciembre de 1976 hicieron estallar otra bomba en sala de películas del Ministerio de Defensa, matando a por lo menos 14 personas y resultando heridos 30 oficiales y miembros de familia.<ref>Encyclopedia of modern worldwide extremists and extremist groups, Stephen E. Atkins, Página 202.</ref>
Finalmente el 16 de diciembre de 1976 hicieron estallar otra bomba en sala de películas del Ministerio de Defensa, matando a por lo menos 14 personas y resultando heridos 30 oficiales y miembros de familia.<ref>Encyclopedia of modern worldwide extremists and extremist groups, Stephen E. Atkins, Página 202.</ref>



==== 1978 ====
==== 1978 ====

Revisión del 18:59 29 ago 2020

Montoneros

Sello de la tacuara (por las montoneras del siglo XIX) y el fusil.
Operacional 1970-1980
Liderado por Fernando Abal Medina, Gustavo Ramus, Ignacio Mera, José Sabino Navarro, Carlos Hobert, Raúl Yaguer, Roberto Perdía, Fernando Vaca Narvaja y Mario Firmenich
Objetivos Regreso de Perón y la revolución socialista[1]
Ideología Peronismo de izquierda
Marxismo-leninismo[2]

Montoneros fue una organización guerrillera argentina peronista y católica, surgida en 1970, durante la dictadura cívico-militar autodenominada Revolución Argentina (1966-1973), que en 1973 se fusionó con las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), con la que venía actuando en conjunto. Al crearse Montoneros todos los partidos políticos habían sido prohibidos, el propio Juan D. Perón permanecía exiliado y estaban surgiendo al influjo de la Revolución cubana, tanto en Argentina como en otros países de América Latina, otras organizaciones guerrilleras. Montoneros declaraba que su objetivo era luchar contra la dictadura gobernante, lograr el retorno de Perón al país, la convocatoria a elecciones libres y sin proscripciones el establecimiento de un socialismo nacional, al que consideraba una evolución natural del peronismo, conjugando un Estado socialista con las características propias de la cultura argentina y latinoamericana.

Su primera acción pública se realizó el 29 de mayo de 1970, con el secuestro y posterior "juicio revolucionario" y asesinato del general y exdictador Pedro Eugenio Aramburu, quien fuera la cabeza de la Revolución Libertadora que en 1955 había derrocado al gobierno de Perón.

Sus acciones contribuyeron a que la dictadura militar convocara a elecciones libres en 1973, en las que venció el frente electoral multipartidario que integraba, con la candidatura presidencial del peronista Héctor José Cámpora, hombre cercano a Montoneros, al igual que varios gobernadores, parlamentarios, ministros y altos funcionarios del gobierno. El gobierno de Cámpora y su relación con Montoneros fue objeto de fuertes presiones desde un inicio, desde sectores de derecha, y apenas 49 días después debió renunciar, luego de la Masacre de Ezeiza. A partir de ese momento Montoneros comenzó a perder poder y a verse progresivamente aislado, situación que se agravó luego del asesinato del líder sindical José Ignacio Rucci el 25 de septiembre de 1973 y sobre todo después de la muerte de Perón, el 1 de julio de 1974, cuando se desató una política de terrorismo de Estado llevada adelante por la organización parapolicial de extrema derecha denominada Triple A. Dos meses después, Montoneros decidió volver a la clandestinidad y reiniciar la lucha armada.[3]​ El 28 de enero de 1975 fue secuestrado Roberto Quieto, número dos de Montoneros, quién tenía una postura crítica de la opción militarista adoptada por la organización. Siete meses después, el 8 de septiembre de 1975, fue declarada ilegal y terrorista por el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.

El 24 de marzo de 1976 fue derrocado el gobierno constitucional, estableciéndose una dictadura cívico-militar antiperonista, que impuso un régimen sistemático de terrorismo de Estado y aniquilamiento de opositores. Montoneros estableció su conducción en México y combatió a la dictadura, causando serias bajas al gobierno cívico-militar y sufriendo igualmente fuertes pérdidas, entre ellas gran cantidad de militantes y combatientes desaparecidos. En 1979 y 1980 intentó dos contraofensivas que fracasaron militar y políticamente. Desde ese momento su organización se fue disgregando progresivamente. Al recuperar la democracia en diciembre de 1983, la organización Montoneros ya no existía como estructura político militar. En los años siguientes, varios adherentes a Montoneros ocuparon cargos políticos de importancia en los gobiernos democráticos.

Historia

Antecedentes

Las raíces tempranas de Montoneros se encuentran en la Resistencia Peronista, surgida para combatir la dictadura que derrocó al gobierno de Perón en 1955, y la Revolución Cubana de 1958, que impulsó la lucha armada en todo el continente.

Antes de la dictadura de Onganía de 1966, ya se habían surgido algunas organizaciones armadas, como Tacuara, el Ejército Guerrillero del Pueblo (EGP) y las Fuerzas Armadas para la Liberación (FAL).

Luego de 1966, de manera más o menos simultánea con el surgimiento de Montoneros, surgieron también otras organizaciones guerrilleras, como las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).

Montoneros también fue parte de un fenómeno latinoamericano de generalización la "lucha armada", como la Guerrilla de Ñancahuazú comandada por el Che Guevara en Bolivia, Tupamaros en Uruguay, el Frente Sandinista de Liberación Nacional en Nicaragua, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) en Chile, el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) en Guatemala, las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL) en El Salvador, Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares en Brasil, etc.

Orígenes y fundadores

Montoneros terminó de conformarse en 1970, como consecuencia de la confluencia de varias agrupaciones peronistas de raíz católica, como la Agrupación de Estudios Sociales de Córdoba,[4]​ el Ateneo Santa Fe[4]​ y otras agrupaciones de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba (como el "Grupo Reconquista" de Roberto Perdía, el "Grupo Sabino", de José Sabino Navarro y Carlos Hobert, y el "Grupo Fundador", de Fernando Abal Medina y Carlos Ramus (en Capital), de Emilio Maza e Ignacio Vélez (en Córdoba), e Ignacio González Janzen.[5]​ Desde dichas vertientes se perfilaron grupos que se afianzarían junto a la militancia católica de jóvenes de clases medias y altas, cuyo órgano de prensa aglutinante era la revista nacionalista "Azul y Blanco" dirigida por Marcelo Sánchez Sorondo y Ricardo Curutchet y cuyo secretario de redacción desde 1966, fue Juan Manuel Abal Medina. Luego, estos jóvenes tuvieron un punto de encuentro en la revista Cristianismo y Revolución, dirigida por Juan García Elorrio, y a partir de allí se conforma el Comando Camilo Torres, que sería el antecedente inmediato de Montoneros.

Entre 1968 y 1969, según relata Ignacio Vélez Carreras: “hicimos numerosas operaciones de recuperación de armas y uniformes. En realidad sólo pensábamos en montar el aparato. Desde un tiro federal, policías sueltos, varios destacamentos policiales, una guardia militar y otros. […] Era tan fuerte la conciencia del destino manifiesto del grupo, tan clara la decisión, que el Cordobazo nos pasó de lado. […] En esa época no teníamos ninguna relación con el Partido Justicialista, al que nunca estuvimos afiliados ni participamos en sus estructuras locales. En realidad sentíamos por el PJ un profundo desprecio”.[6]

Desde el análisis de Lucas Lanusse, en su libro Montoneros. El mito de sus 12 fundadores (Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 2005): "Ni el peronismo revolucionario, ni el antiimperialismo y el ejemplo de la Revolución Cubana, ni el catolicismo renovador alcanzan para explicar el surgimiento de Montoneros y el resto de las agrupaciones armadas a comienzos de la década de 1970. Fue necesario además el clima contestatario que supo conseguir en pocos años el gobierno del General Juan Carlos Onganía" (pág.68).

Para un régimen autoritario que se pretendía nacionalista y católico, no dejó de convertirse en un desafío las nuevas posiciones de la Iglesia católica en el Concilio Vaticano II; “cuando la Iglesia reconoció las opciones pluralistas de la fe en cuestiones sociales y políticas y abandonó algunas de las formulaciones ideológicas conservadoras”.[7]

Sus miembros se referían a Montoneros, por lo general, como «la Orga». Montoneros fue el núcleo de la llamada Tendencia Revolucionaria, que también integraban organizaciones como la Juventud Peronista (JP), la Juventud Universitaria Peronista (JUP), el Frente Villero, la Juventud Trabajadora Peronista (JTP) y la Unión de Estudiantes Secundarios (UES).

Otros dirigentes notorios fueron Julio Roqué, Dardo Cabo, Marcos Osatinsky, Roberto Quieto, Horacio Mendizábal, Raúl Yaguer, Roberto Perdía, Fernando Vaca Narvaja, Rodolfo Galimberti, José Pablo Ventura, algunos de ellos provenientes de la organización Descamisados y otros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias o «FAR», una organización armada nacida de la fractura del PC argentino, la cual trocó su ideología marxista-leninista original por una más próxima al peronismo combativo, hecho que condujo a su fusión con Montoneros el 12 de octubre de 1973.

El 7 de septiembre de 1970, en William C. Morris, provincia de Buenos Aires, fueron muertos en un enfrentamiento Fernando Abal Medina y Carlos Gustavo Ramus. Desde entonces, la militancia que adscribe al sector de izquierda peronista (incluso en sectores de la izquierda en general) conmemora esa fecha como el "Día del Montonero".[8]

Contexto insurreccional

En 1966 las Fuerzas Armadas argentinas tomaron el poder una vez más, pero en esta oportunidad, bajo la Doctrina de la Seguridad Nacional impulsada por Estados Unidos en la Guerra Fría, disolvieron los partidos políticos y establecieron una dictadura de tipo permanente, bajo la forma de un Estado burocrático-autoritario bajo el mando del general Juan Carlos Onganía.

La cancelación de la vida política impulsó el surgimiento de acciones insurreccionales que tomaron la forma de puebladas (hubo trece puebladas insurreccionales entre 1969 y 1972) y acciones guerrilleras, inspiradas en la Revolución Cubana de 1958.

Lucha contra la dictadura autodenominada Revolución Argentina

Secuestro y muerte de Aramburu

Aviso oficial de la dictadura llamando a denunciar a Norma Arrostito, Mario Eduardo Firmenich y Fernando Abal Medina por el secuestro de Aramburu.
Lanusse frente al ataúd de Aramburu.

La primera acción de Montoneros, llamada Operación Pindapoy, se produjo el 29 de mayo de 1970, cuando un grupo comando secuestró en su casa al exdictador general Pedro Eugenio Aramburu. La acción conmovió a la opinión pública y detonó la caída del dictador Juan Carlos Onganía, quién sufrió un golpe interno diez día después.[9][10]

Aramburu había sido el líder del ala más dura de la dictadura autodenominada Revolución Libertadora que en 1955 había derrocado al gobierno constitucional de Perón.[11]​ Puntualmente, Aramburu fue el dictador que ordenó los fusilamientos de 1956, el secuestro y desaparición del cadáver de Eva Perón y el Decreto Ley 4161 de 1956 que ilegalizó al peronismo y justificó el encarcelamiento de miles de ciudadanos.

El secuestro de Aramburu fue realizado por un comando integrado por al menos diez guerrilleros: Fernando Abal Medina, Esther Norma Arrostito, Raúl Capuano Martínez, Mario Eduardo Firmenich, Carlos Alberto Maguid, Emilio Maza, Carlos Ramus e Ignacio Vélez.[12]​ Abal Medina, Arrostito y Maza habían tenido adiestramiento militar en Cuba.[13]​ Montoneros se había ido conformando en los últimos meses como una organización unitaria, a partir de la confluencia de varios grupos fundadores, con presencia en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.[13]

Ese mismo día Montoneros dio a conocer su primer comunicado:

Perón vuelve. Comando Número 1. Al pueblo de la Nación. Hoy, 29 de mayo, a las 9.30 horas, nuestro Comando procedió a la detención de PEDRO EUGENIO ARAMBURU, en cumplimiento de una orden emanada de nuestra conducción, a los fines de someterlo a JUICIO REVOLUCIONARIO. Sobre Pedro Eugenio Aramburu pesan 108 cargos de TRAIDOR A LA PATRIA Y AL PUEBLO Y DE ASESINO DE 27 ARGENTINOS. Oportunamente se darán a conocer las alternativas del juicio y la sentencia dictada. ¡Perón o Muerte! ¡Viva la Patria! Comando Juan José Valle. Montoneros.[14][15][16]

La denominación del comando con el nombre de Juan José Valle, se debía a que se trataba del general Valle, quien lideró en 1956 un fallido levantamiento cívico-militar contra la dictadura de Aramburu y que fuera fusilado por este junto a otros civiles y militares, en un acto de violencia institucional sin antecedentes en la historia argentina.

Aramburu fue trasladado a la estancia La Celma de la localidad de Timote en la provincia de Buenos Aires, donde fue sometido a un «juicio revolucionario» durante los siguientes dos días.[17]​ El juicio consistió en una interpelación de Aramburu sobre nueve cargos:[18]

  1. Haber firmado los decretos 10.362/56 estableciendo la Ley Marcial y 10.363/56 estableciendo la pena de muerte, que habilitaron los fusilamientos sumarios y clandestinos cometidos en 1956.
  2. Haber firmado el Decreto 10.364/56 ordenando fusilar a ocho militares sublevados, en contradicción con la sentencia de inocencia dictada por el Consejo de Guerra.
  3. Haber ordenado la prohibición y represión del peronismo, y la intervención de los sindicatos.
  4. Haber secuestrado y hecho desaparecer el cadáver de Eva Perón.
  5. Haber difamado a los dirigentes peronistas, especialmente Juan D. Perón, Eva Perón y Juan José Valle.
  6. Haber anulado las conquistas sociales del peronismo.
  7. Haber iniciado la entrega del patrimonio nacional a intereses extranjeros.
  8. Estar en ese momento orquestando una operación golpista para instalar una "falsa democracia".
  9. Haber sido vehículo de la "oligarquía" para frenar "el cambio del orden social hacia un sentido de estricta justicia cristiana".[18]

Según el Comunicado N° 3 de Montoneros, del 31 de mayo de 1970, Aramburu aceptó haber realizado los primeros cuatro actos que se le imputaban, pero negó haber realizado los últimos cinco.[18]

El "tribunal revolucionario" resolvió condenar a Aramburu a muerte por arma de fuego, dar cristiana sepultura a su cuerpo y entregarlo a sus familiares una vez que el cadáver de Eva Perón fuera devuelto al pueblo argentino.[18]​ El día 1 de junio la sentencia fue cumplida por Fernando Abal Medina, quien procedió a matar a Aramburu mediante el disparo de una pistola.[17]

En los años siguientes varios los participantes en el hecho murieron en enfrentamientos (Abal Medina, Ramus, Maza y Capuano Martínez) o fueron asesinados durante la Proceso de Reorganización Nacional|Proceso Militar|dictadura que tomó el poder en Argentina en 1976]] (Norma Arrostito y Carlos Maguid).

El secuestro y asesinato de Aramburu produjo la caída de Onganía y su reemplazo por el general Roberto Marcelo Levingston, quien modificó profundamente los objetivos de la dictadura, abandonando la intención de establecer un régimen dictatorial permanente, para dar paso a una "salida electoral" que pudiera ser "controlada" por los militares, aunque finalmente se concretó tres años después, con el triunfo del peronismo en las elecciones presidenciales del 11 de marzo de 1973.

A poco de asumir el nuevo presidente de facto, el cadáver de Aramburu fue encontrado enterrado en un campo de la localidad de Timote, propiedad de la familia Ramus. Un sector minoritario de la historiografía ha sostenido que el asesinato de Aramburu contó con el apoyo de sectores del Ejército o de los servicios de inteligencia militares.[19]

La toma de La Calera

El 1 de julio de 1970, a las 7.30, los Montoneros realizaron un operativo en la localidad cordobesa de La Calera. El modelo para esta acción fue la Toma de Pando, que los Tupamaros habían efectuado en Uruguay en octubre de 1969.

En La Calera los montoneros tomaron la comisaría y asaltaron la sucursal del Banco de la Provincia de Córdoba. También se tomó la central telefónica y se inutilizaron sus equipos y se dejó en la esquina del banco una caja —un supuesto explosivo— que en realidad contenía un grabador con la marcha peronista. Luego de la retirada, diversos errores de planificación y ejecución provocaron la detención de varios militantes, algunos de ellos fundadores de la organización. Fueron heridos Ignacio Vélez y Luis Lozada y detenidos José Breganti, Felipe Defrancesco, Cristina Liprandi, José Fierro, Juan Conte Grand, Carlos Alberto Soratti Martínez y Heber Albornoz en tanto murió en el enfrentamiento el llamado Comandante Emilio Maza.[20]

Inserción en el peronismo

Después de los hechos de La Calera, muchos de los primeros militantes montoneros fueron identificados y la organización comenzó a ser desarticulada con numerosos allanamientos y detenciones. El hecho de funcionar como una federación de distintos nucleamientos revolucionarios en las provincias —sin tener aún una estructurada centralizada— es lo que permitió a la organización su subsistencia.[21]​ Según el ex montonero Luis Labraña la cantidad de combatientes en esos años era poco más de treinta personas en el Gran Buenos Aires.

Hacia la segunda mitad de 1971, con el apoyo tácito de Perón y con el prestigio ganado, los Montoneros desarrollaron en paralelo con su organización militar un frente político, consiguiendo la captación de cuadros dentro del peronismo.

A comienzos de 1972 los montoneros estaban todavía divididos respecto de aceptar la convocatoria a elecciones del presidente Lanusse. La aceptación significaba romper con las consignas del ala más izquierdista (“Ni votos, ni botas, fusiles y pelotas”). El jefe de la regional Buenos Aires, Carlos Hobert terminaría con las dudas al hacer pública su posición por “elecciones sin proscripción”. Si bien se produjo la ruptura de la "Columna Sabino Navarro", la organización Montoneros se convirtió en un aglutinante de otras organizaciones peronistas (como un sector de las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y la agrupación “Descamisados”).

El crecimiento de esta etapa (llamado "el engorde") pudo comprobarse en la participación de miles de simpatizantes y adherentes en las manifestaciones populares de 1972 y 1973, con un gran crecimiento de militantes y adeptos, en particular en los sectores de la juventud (tradicionalmente antiperonistas) que se integraban a sus agrupaciones de superficie, Juventud Peronista de las Regionales, Juventud Trabajadora Peronista y Juventud Universitaria Peronista, que titularizaba los Centros de Estudiantes en casi todas las facultades del país.

Los Montoneros procuraron influir políticamente en el levantamiento de la proscripción del peronismo y en que se concretara la convocatoria a elecciones, en las que impusieron la consigna por el retorno de Perón al país: “Luche y Vuelve”.

"Luche y vuelve"

Entre sus variados contactos con las agrupaciones de superficie, Montoneros integra a JAEN (Juventud Argentina para la Emancipación Nacional) a su estructura de masas. Los dirigentes de dicha agrupación eran Rodolfo Galimberti y Ernesto Jauretche. Se decidió además que Galimberti viajara hacia España con una carta de Montoneros dirigida a Perón, explicando las causas del asesinato de Pedro Eugenio Aramburu, como también sus intenciones de continuar actuando como el brazo armado del movimiento peronista. Desde su exilio en Madrid, Perón los alentó en su proceder guerrillero, pues el accionar y la lealtad incondicional de esta organización le posibilitaba presionar y desestabilizar a los gobiernos de facto de la llamada Revolución Argentina que gobernaba por entonces en el país.

En dicha línea estratégica, a la distancia Perón los denominó «formaciones especiales», dando a entender que la existencia de los Montoneros y las otras organizaciones armadas del peronismo eran una circunstancia temporal y táctica, que se justificaba en la medida de la existencia de una dictadura militar. No obstante, les prodigó elogios tales como «juventud maravillosa», e inclusive en una carta, refiriéndose a la ejecución del Aramburu, les escribió «encomio todo lo actuado». Según consta en numerosos testimonios y declaraciones públicas de la época, los Montoneros —erróneamente— consideraron que tenían el aval de Perón para constituirse en la vanguardia revolucionaria funcional a los planes del viejo caudillo para la construcción de una Patria Socialista.[22]

La presidencia de Cámpora

El 11 de marzo de 1973, en las elecciones generales, el Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), que nucleaba al Partido Justicialista, al Partido Conservador Popular, al Partido Socialista Unificado y a otras fuerzas menores, ganó por abrumadora mayoría llevando como candidato a presidente al Dr. Héctor José Cámpora.

Desde el análisis de Javier Salcedo, las diferencias con Perón se agudizaron “entre el mes de abril y el de mayo de 1973. En abril, ante la prédica de la necesidad de creación de milicias populares realizada por Galimberti. En mayo, con la liberación de los guerrilleros presos en Villa Devoto y la toma de edificios públicos por militantes Montoneros y de sus organizaciones de superficie. Estos últimos hechos generaban un clima de aparente desgobierno del presidente Cámpora, alejaba la imagen o rol de pacificador y conductor del movimiento pretendido por Perón desde su retorno".[23]

Perón retornó definitivamente a la Argentina, y a partir de esos días modificó sustancialmente su relación con las corrientes de izquierda de su propio partido, prefiriendo apoyar y respaldarse en el ala histórica más conservadora del amplio espectro de sus colaboradores y simpatizantes de derecha, marcando por lo tanto una creciente distancia discursiva hacia Montoneros, y quitándole gradualmente espacio y protagonismo político dentro del movimiento que él lideraba.

La masacre de Ezeiza

Persona subiendo al Palco, durante los hechos de Ezeiza.

El 20 de junio de 1973, durante la oportunidad tan esperada por sus partidarios del regreso de Perón a su país luego de 18 años de exilio, ocurrieron los hechos conocidos como masacre de Ezeiza, en esa localidad cercana al aeropuerto internacional donde estaba programado que arribaría la aeronave, constituyendo el dramático anticipo de lo que sobrevendría en los siguientes años del escenario político argentino.

Para recibir a Perón concurrió al lugar un número de personas que fue estimado en un millón y medio, la mayor concentración en el país hasta el momento, y en medio de ella las columnas de Montoneros junto a otras agrupaciones de izquierda representaban un importante despliegue de movilización. Por expresas directivas de Perón, la seguridad de todo el operativo del regreso se delegó en el coronel (RE) Jorge Osinde, del ala más conservadora de su movimiento político, excluyendo a Esteban Righi (por entonces Ministro del Interior de la Nación), responsable natural de la seguridad del país e ideológicamente cercano a Montoneros.

Varios enfrentamientos —cuyo saldo de muertos y heridos nunca fue determinado exactamente, ni investigado judicialmente— se generaron durante todo el día entre los grupos armados paramilitares a cargo del operativo de seguridad, y guerrillero de Montoneros que habían concurrido armados, en medio de cientos de miles de concurrentes, algunos con sus familias, quienes no entendían lo que estaba ocurriendo y tampoco recibían información a través de las radios que silenciaban los hechos.

Al caer la tarde, y ante las noticias provenientes de Ezeiza, la aeronave que traía a Perón fue desviada al aeropuerto de Morón. Por la noche aún continuaron las corridas y enfrentamientos armados en Ezeiza, mientras la mayoría de la multitud pugnaba por abandonar el área y ponerse a salvo.

Dentro de Montoneros comenzó a discutirse la conveniencia de profundizar la acción política o por el contrario, retornar a la violencia y al terrorismo. En septiembre de 1973, Perón afirmaba en un reportaje: “No hemos conducido nunca el movimiento en una forma rígida ni ajustada […]. Yo permito todo en el movimiento […]. Tenemos hombres de extrema derecha y tenemos hombres de extrema izquierda” [24]​, lo que no implicaba, según el propio Perón, aceptar la "lucha de clases".[25]

El asesinato de Rucci y la eventual autoría de Montoneros

El 25 de septiembre de 1973, dos días después de que la fórmula Perón-Perón ganara las elecciones presidenciales con 61.85% de los votos, fue asesinado por un comando, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), José Ignacio Rucci. Ningún grupo se atribuyó el hecho y la investigación judicial (reabierta en 2008) nunca reunió elementos suficientes para procesar a ninguna persona acusada de haber participado en el asesinato.

Historiadores, investigadores y políticos han especulado sobre diversas hipótesis del crimen, señalando a Montoneros,[26][27]​ las FAR,,[28]​ el ERP,[29]​ el ERP-22 de Agosto,[30]​ la CIA,[30]​ la Alianza Anticomunista Argentina,,[30]​ entre los candidatos propuestos. Las imputaciones a uno u otro sector, suelen estar "politizadas" o afectadas por fuertes posturas ideológicas.[31]

FAR y Montoneros, aún no fusionados al momento del crimen, y los frentes de masas que integraban la Tendencia Revolucionaria del peronismo, mantenían una postura de fuerte oposición a Rucci, a quien hacían responsable de los asesinatos cometidos por la Juventud Sindical Peronista (JSP). Uno de los cánticos habituales de sus concentraciones era "Rucci traidor, a vos te va a pasar lo que le pasó a Vandor".[32]

El asesinato provocó una conmoción política. El sindicalismo ortodoxo y la CGT interpretaron este atentado como una abierta declaración de guerra. En el análisis del periodista Ricardo Grassi, que fue director de El Descamisado, "Montoneros y la izquierda peronista no tuvieron la flexibilidad para generar una situación que permitiese negociar. Todo era 'de máxima'. A partir de matarlo a Rucci se perdió toda posibilidad de negociación".[33]

Fusión con las FAR

Montoneros se fusionó definitivamente con la FAR al mes siguiente, el 12 de octubre de 1973,[34]​ por lo que, como en el caso de Vandor, Montoneros por motivos políticos se hizo cargo de operativos militares cometidos con anterioridad por miembros de otras organizaciones.

Héctor Ricardo Leis —que fue combatiente montonero— en su Testamento de los años 70 intenta una explicación de estos actos: “Entre otras cosas, el uso del terrorismo fue facilitado entre los Montoneros por la amalgama de componentes ideológicos contradictorios que impedían pensar en estrategias políticas realistas y coherentes”.

Con estos hechos la organización parecía inclinarse más a la izquierda para ganar poder dentro de los sectores sindicales y políticos radicalizados y antiperonistas. Sin embargo, perdía cada vez más apoyo dentro del peronismo y su aislamiento político era creciente. Se produjo el alejamiento de muchos militantes del peronismo revolucionario desde Montoneros hacia la JP Lealtad, que reconocía como único liderazgo el de Perón. Enmarcados en ese enfrentamiento interno se sucederían los hechos del 1º de Mayo.[35]

La Triple A

López Rega

Afloró entonces el pleno protagonismo político de José López Rega, Ministro de Bienestar social, excabo de la Policía Federal Argentina, secretario privado de Perón y conocido también como Lopecito (como lo llamaba familiarmente Perón), Daniel por sus allegados y El Brujo por sus enemigos, debido a sus inclinaciones esotéricas, que fue ascendido a Comisario General por Perón en un solo paso.

Ministro y consejero de confianza del líder, López Rega tuvo un importante rol en la lucha contra Montoneros, a quienes solía referirse como "la infiltración marxista". Su poder en el gobierno le permitió crear y apoyar financieramente con fondos ilícitamente desviados desde el ministerio a su cargo a la paramilitar Alianza Anticomunista Argentina o Triple A.

La Triple A contaba muchas veces con la colaboración operativa y de inteligencia militar para atentar violentamente, no sólo contra los cuadros Montoneros y las juventudes políticas de la Tendencia Revolucionaria, sino también contra cualquier ciudadano sospechoso de poseer una ideología de izquierda.

En esta etapa el periodista y militar argentino —y guerrillero montonero encubierto—, Ignacio González Janzen, descubrió gran parte de los acontecimientos y publicó su libro La triple A, uno de los documentos más importantes sobre el tema; por lo que debió exiliarse, siendo considerado enemigo nacional de la Argentina (exilio que cumplió gran parte en México, hasta que décadas más tarde pudo retornar al país).

Contexto internacional

Desde fines de 1973 el contexto internacional había cambiado con el golpe militar contra Salvador Allende en Chile. Perón juzgaba el hecho como "una calamidad para el continente" y afirmaba: "Allende no ha fracasado por él: lo han hecho fracasar esos apurados que hay siempre en las revoluciones". [36]

El 19 de enero de 1974 —en plena discusión para modificar el Código Penal y aumentar las penas contra la guerrilla—, el ERP ataca el regimiento C10 del ejército, en la localidad de Azul, con la finalidad de conseguir armamento para el Frente rural. Estos sucesos los aprovecha Perón para exhortar a la Juventud Peronista a ponerse de su lado: "El que no esté de acuerdo o al que no le conviene, se va".[37][38]

En esos primeros meses de 1974, la policía detiene —por pocos días— a algunos dirigentes importantes de Montoneros, como Firmenich, Quieto y Caride.

El 1º de mayo de 1974

El punto de máxima tensión en el proceso de expulsión de Montoneros del movimiento peronista se produjo el 1 de mayo de 1974, en ocasión de los festejos por el Día del Trabajo.

Durante una gran convocatoria en la Plaza de Mayo, Perón, en pleno ejercicio de sus facultades como presidente, se mostró indignado por los cánticos ofensivos que entonaban las columnas montoneras contra su esposa y vicepresidente María Estela Martínez de Perón, coreando "No rompan más las bolas, Evita hay una sola", y acusando al gobierno de “estar lleno de gorilas”.

En un encendido y recordado discurso, desde el balcón de la Casa de Gobierno, Perón los llamó estúpidos e imberbes. La reacción de los militantes montoneros y sus simpatizantes provocó algunos enfrentamientos, y la inmediata retirada de la plaza de las columnas que respondían a la organización, que habían llevado sus banderas a pesar del pedido del gobierno de concurrir solo con banderas argentinas.

Perón le encomendó más tarde a Juan Manuel Abal Medina que les transmitiese a los Montoneros que él quería hablar personalmente con Norma Arrostito y con Fernando Vaca Narvaja. La conducción de Montoneros no los autorizó, por lo que la reunión no se efectuó.[cita requerida]

El mismo día 1º de mayo, en el discurso inaugural de las sesiones del Congreso, Perón afirmó: “No ignoramos que la violencia nos llega también desde fuera de nuestras fronteras […]. Superaremos la subversión: aislaremos a los violentos y a los inadaptados. Los combatiremos con nuestras fuerzas, y los derrotaremos dentro de la Constitución y de la Ley. Ninguna victoria, que no sea también política, es válida en este frente”.[39]

Muerte de Perón y pase a la clandestinidad

En agosto de 1974, Mario Roberto Santucho declaraba:

"A partir de su inevitable ruptura con el peronismo burgués y burocrático que ha comenzado a concretarse definitivamente en las últimas semanas, Montoneros tiende y tendera cada vez más a retomar lazos con las organizaciones progresistas y revolucionarias, entre ellas con nuestro partido. Tiende y tendera cada vez más a reintegrarse a su puesto de combate, a enfrentar con las armas en la mano al gobierno y las fuerzas policiales y militares de la burguesía y el imperialismo. Pero ello no implica un cambio de fondo en la concepción populista. De ahí que al mismo tiempo que saludamos la nueva orientación Montonera, estamos convencidos de la necesidad imperiosa de combatir intensamente la enfermedad ideológica y política llamada populismo, para exterminarla definitivamente del campo popular, principalmente Montoneros, la más afectada por esa temible enfermedad burguesa."[40]

Después de la muerte de Perón y la asunción de Isabel a la presidencia, con la confirmación en su cargo de López Rega, la jerarquía montonera decidió el pase a la clandestinidad de la organización.

El retorno a la actividad clandestina fue reconocido formalmente por la Conducción Nacional de Montoneros en el mes de septiembre de 1974 mediante una conferencia de prensa secreta ofrecida por Mario Firmenich, Adriana Lesgart (Agrupación Evita[41]​), José Pablo Ventura (JUP), Enrique Juárez (JTP) y Juan Carlos Dante Gullo (JP). Ya Perón había fallecido y lo reemplazaba en la presidencia desde el 1 de julio su esposa, hasta entonces vicepresidente.

Frente a los hechos armados emprendidos por la guerrilla se dio una acción cada vez más violenta de la derecha peronista contra las organizaciones guerrilleras, que se acentuó más durante la presidencia de María Estela Martínez de Perón, de la que se afirmaba que su opinión y voluntad estaban bajo la influencia de López Rega, su secretario privado.

Según afirma Fernando Vaca Narvaja: "De última terminamos pisando el palito y haciéndole el juego al enemigo. Al clandestinizar las estructuras político-sociales, de hecho se restringió nuestra capacidad de movilización y eso fue notorio".[42]

El pase a la clandestinidad y la feroz represión desatada contra la militancia, suscitaron un fuerte cuestionamiento de la columna norte —bajo la influencia de Rodolfo Galimberti— exigiendo a la conducción nacional una mayor autonomía, como único modo de supervivencia.[43]

El 1 de noviembre de 1974 en Tigre (Buenos Aires) Montoneros[44][45]​ asesinó al Jefe de la Policía Federal Argentina y de la Alianza Anticomunista Argentina, al Comisario General Alberto Villar y a su esposa, Elsa Marina Pérez de Villar,[46]​ mediante la detonación por control remoto de una bomba, señalándose a Carlos Andrés Goldenberg[47][48]​ como los buzos que instalaron el explosivo en la embarcación, y a Rodolfo Walsh y Roberto Quieto como el diseñador y supervisor, respectivamente, de esa acción.[49]

El secuestro de los hermanos Born

En medio de un clima político y social sumamente enrarecido, el 19 de septiembre de 1974 un comando montonero concretó el secuestro extorsivo —que obtuvo el mayor rescate de la historia argentina— de los hermanos Juan y Jorge Born (Bunge & Born), liberados a los seis y nueve meses respectivamente.

El rescate pedido fue de 60 millones de dólares.[50]​ Uno de los principales medios afines al gobierno militar, la revista Gente, mencionaba en su edición especial del 3 de mayo de 1976, que por el rescate "se pagó una suma impresionante: 20 millones de dólares". En la planificación de esta operación se menciona a Carlos Hobert y como ejecutor un comando que respondía a Galimberti.

Los hermanos Born eran por entonces los principales accionistas del mayor conglomerado productor y exportador cerealero argentino. Durante este hecho Montoneros asesinó a un alto ejecutivo de la empresa Molinos Río de la Plata, Alberto Bosch, y a uno de los custodios y conductor del vehículo en el que viajaban los secuestrados.

Según afirma Jorge Lanata: "Con lo del secuestro de Born, lo presentan en una conferencia de prensa en una "casa", que era una casa operativa de la S.I.D.E.(Servicios de inteligencia del Estado). [...] Esto quiere decir que el Estado o algún sector del Estado estaba al tanto de lo que estaba pasando".[42]

Dirigentes montoneros confirmaron que una parte del dinero fue derivada hacia Cuba con el fin de ponerla transitoriamente a resguardo, en tanto que el pago final de unos 17 millones de dólares fue cobrado y administrado por el banquero David Graiver, quien tenía sus oficinas en la ciudad de Nueva York y falleció en un dudoso accidente de aviación. Las relaciones entre el régimen de Fidel Castro y los Montoneros no siempre eran de mutua afinidad. Por un lado han circulado versiones periodísticas sugiriendo que la fortuna de los Montoneros quedó finalmente incautada y confiscada en Cuba por orden de Castro, pero algunos exfuncionarios cubanos han declarado que todo el dinero proveniente de este megasecuestro les fue entregado a Firmenich, Perdía y Yaguer, algunas veces en forma personal y en efectivo, y otras en graduales y sucesivas remesas al exterior vía complejas triangulaciones financieras a través de bancos de Checoslovaquia y Suiza.

Los mencionados dirigentes montoneros jamás han dado precisiones ni respondido fehacientemente los cuestionamientos en tal sentido, y el destino final de los fondos del rescate se mantiene como un enigma.

Los decretos de aniquilamiento y la escalada del conflicto

El 5 de febrero de 1975 la presidenta María Estela Martínez de Perón dictó el primero de los llamados «Decreto de Aniquilamiento», que llevó el número 261/75, por el cual ordenó al Ejército Argentino intervenir y "aniquilar el accionar de los elementos subversivos que actuaban en la Provincia de Tucumán". A esto se lo denominó Operativo Independencia, y durante el desarrollo del mismo, el Ejército Argentino y la Fuerza Aérea Argentina lucharon en varias localidades tucumanas (Monteros, entre otras) venciendo a la Compañía Ramón Rosa Jiménez del ERP, y a los militantes Montoneros enviados a apoyarlos, que buscaban crear un «foco revolucionario» en el monte tucumano.[51]

La primera ofensiva de Montoneros, de enero a marzo de 1975, produjo ciento cincuenta operativos, entre propaganda, ajusticiamientos y diversos atentados. El 15 de marzo una bomba montonera explotó en la Plaza Colón, al lado del Comando General del Ejército, aparentemente dirigida contra el general Jorge Rafael Videla; murió el camionero Alberto Blas García, y hubo 29 heridos, entre ellos cuatro coroneles.[52]​ El 23 de abril, tres pelotones de combate de Montoneros asesinaron al comisario inspector Telémaco Ojeda, que integraba el Servicio Antisubversivo de Rosario. "Esta acción es en respuesta al atropello cometido por las fuerzas de seguridad en todos los pueblos del cordón industrial", decía el parte de guerra de Montoneros.

El 22 de agosto, día del aniversario de la masacre de Trelew, Montoneros hizo estallar en todo el país más de cien bombas, y lo mismo ocurrió durante los días 15 y 16 de septiembre, en recuerdo del golpe militar que derrocó al presidente Perón en 1955. Al mismo tiempo el pelotón montonero Arturo Lewinger hizo estallar al ARA Santísima Trinidad, primer destructor misilístico que había sido construido con ayuda británica. En todo el período del gobierno militar, la Armada Argentina perdió once hombres: seis oficiales y cinco conscriptos.[53]

El 28 de agosto el pelotón montonero Marcos Osatinsky llevó a cabo la «Operación Gardel» e hizo explotar una bomba de aproximadamente 150 kg. en la pista del aeropuerto de San Miguel de Tucumán, cuando despegaba un avión Lockheed C-130 Hércules (patente TC-62) de la Fuerza Aérea, transportando 114 miembros de fuerzas especiales de la Gendarmería Nacional, con un resultado de seis muertos y 29 heridos.[54][55]

El 3 de septiembre en un asalto de Montoneros a un camión del Ejército, en el Camino General Belgrano, murió el sargento ayudante Anselmo Ríos. El 5 de septiembre, Susana María Coll de Casariego fue secuestrada por la Triple A. El 10 de septiembre, fue hallada en Ingeniero Maschwitz. Los paramilitares la ataron a un bloque de cemento y la acribillaron. Su cadáver tenía más de 50 impactos de bala. Al día siguiente, Arturo Ovejero Soria (25) fue asesinado en Tucumán por el grupo paramilitar Comando José Rucci. El 15 de septiembre, Montoneros en Córdoba asesinaron al oficial de policía retirado Simeón Alejandro Douglas Paz en tanto el mismo día un grupo paramilitar hace lo mismo con el estudiante de economía Juan Carlos López.

Prohibición de Montoneros

Texto del Decreto 2452/75 que declaró ilegal a Montoneros.

El 8 de septiembre de 1975 por Decreto del Poder Ejecutivo Nacional N.º 2452/75, firmado por la presidenta María Estela Martínez de Perón y sus ministros, se prohibió

...el proselitismo, adoctrinamiento, difusión, requerimiento de ayuda para su sostenimiento y cualquier otra actividad que efectúe para lograr sus fines el grupo subversivo autodenominado "Montoneros", ya sea que actúe bajo esa denominación o bajo cualquier otra que la sustituya.

En los fundamentos del decreto se señalaba que el país padecía "...el flagelo de una actividad terrorista y subversiva que no era un fenómeno exclusivamente argentino", que "tal internacionalización dificultaba en gran medida la total represión del terrorismo y el proceso de pacificación argentino", lo cual exigía extremar las medidas tendientes a ese objetivo, precisando que "aquella actitud subversiva constitucionalmente configuraba el delito de sedición", agregando que la medida adoptada no se trataba de prescripciones o discriminaciones ideológicas, porque "nada justifica la asociación ilícita creada para la violencia y los hechos que la produzcan o fomenten", puntualizando finalmente que en esa situación se encontraba el grupo subversivo autodenominado "Montoneros", sea que actuase bajo esa denominación o bajo cualquier otra.[56]

Sector del regimiento formoseño donde se produjo el ataque.

El 5 de octubre, 60 miembros de Montoneros, realizaron el ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29 en Formosa. Facilitado el ingreso por un conscripto afín a la agrupación, Luis Roberto Mayol. Los Montoneros conocían dónde se encontraban las armas. El plan consistía en un ataque para copar el regimiento con la finalidad de robar armamento y lograr un gran impacto psicológico. El combate les fue desfavorable; los atacantes huyeron en vehículos hacia el aeropuerto con varios heridos y con solo 50 fusiles FAL[55]​ (de los 200 previstos), dejando 16 muertos propios en el cuartel. Por su parte, los defensores tuvieron 12 muertos (1 oficial, 1 suboficial y 10 soldados conscriptos) y 19 heridos.

En el Boeing 737-200 de Aerolíneas utilizado para la fuga atendieron a los heridos. Se sumó a la fuga un avión Cessna 182, hallado luego en Corrientes. El Boeing fue abandonado en una pista improvisada en un campo de la localidad de María Susana, en la Provincia de Santa Fe. Más allá del fracaso militar, la espectacularidad de la operación fue presentada como el "bautismo de fuego" del ejército montonero.

El ataque de Montoneros al cuartel militar de Formosa provocó una conmoción tal en todo el país que llevó a que Ítalo Argentino Luder, presidente interino constitucional, dictase otros tres «decretos de aniquilamiento», que llevaron los números 2770/75, 2771/75 y 2772/75, por los cuales el Poder Ejecutivo extendió a todo el país la lucha contra la guerrilla, creando un Consejo de Seguridad Interna, comandado por el propio Presidente e integrado por las Fuerzas Armadas, de seguridad y policiales, ordenándoles aniquilar el accionar subversivo.

El 24 de octubre de 1975, miembros de Montoneros secuestraron al gerente de producción de Mercedes Benz, Herr Franz Metz y pidieron 7 millones de dólares por el rescate del ciudadano alemán.[57]

El 26 de este mismo mes, cinco agentes de policía en Buenos Aires resultaron muertos dentro de sus vehículos[58]​ luego de que fueron tiroteados en una emboscada, a metros de la Catedral de San Isidro.[59]

El 3 de diciembre de 1975, Montoneros asesinó al general de división retirado Jorge Esteban Cáceres Monié, exjefe de Policía Federal durante el gobierno de Alejandro Agustín Lanusse. Se llevaron a la esposa, también herida, y la dejaron en una zanja a 15 kilómetros, muerta. Ese mismo mes, Montoneros asaltó la fábrica de armamentos Halcón de Banfield. Se llevaron 250 armas nuevas, 150 fusiles calibre 7,62 mm y 100 pistolas ametralladoras de 9 mm.

A comienzos de 1976 Montoneros analizó la situación imperante en la fábrica metalúrgica estadounidense Bendix, ubicada en el partido de Vicente López, en el conurbano bonaerense, donde trabajaban alrededor de mil trabajadores.[60]​ Según se probó judicialmente años después, los ejecutivos de la empresa señalaban a determinados representantes sindicales como "tipos peligrosos" y entregaban sus datos personales a las fuerzas represivas, para que procedieran a secuestrarlos, torturarlos y en algunos casos asesinarlos o hacerlos desaparecer clandestinamente.[61][62]​ Como consecuencia de ello Montoneros procedió a realizar un "juicio revolucionario" donde se sentenció a muerte a cuatro ejecutivos de la empresa: el gerente general Roca, el subgerente Rosas, el gerente de Relaciones Industriales Alberto Olavarrieta y el jefe de Personal Jorge Sarlenga.[60]​ La acción fue ejecutada la Columna Norte el 29 de enero de 1976, por tres milicianos y dos mujeres armadas, que ingresaron a la fábrica, mientras otros cinco soldados permanecían afuera como apoyo.[62]​ Dos de ellos encontraron en sus oficinas a Olavarrieta y Sarlenga y los mataron. El tercer soldado se dirigió a la gerencia general, pero Roca no había llegado aún, razón por la cual destrozó la oficina con una granada, sin causar heridos.[62]​ Al salir, uno de los comandos se encontró causalmente con un vecino suyo, el policía bonaerense Juan Carlos Garavaglio, y procedió a matarlo, debido a que lo reconoció, recibiendo la recriminación del jefe del comando.[62]​ La operación tenía como fin servir de ejemplo para aquellos gerentes de empresas que colaboraban con las fuerzas represivas para secuestrar representantes sindicales.[60]

El 23 de febrero de 1976 desapareció Juan Carlos Alsogaray, quien se encontraba al mando de una columna de guerrilla rural en Tucumán. Inmediatamente, su pareja Adriana Barcia, le avisó de la desaparición a su padre, el general Julio Alsogaray, quien había sido comandante en jefe del Ejército. Aprovechando su cargo, el general Alsogaray y su esposa, la madre de Juan Carlos, se dirigieron a Tucumán a entrevistarse con el comandante del Operativo Independencia, general Antonio Bussi. Allí Bussi les mostró una foto de su hijo desfigurado y ante el llanto de la madre, le prohibió llorar. "Pudieron recuperar el cuerpo y hacer pericias. La foto mostraba a Juan Carlos con un uniforme azul, el que usaban los montoneros en operaciones. El parte de la Quinta Brigada era que había muerto en combate. Los informes periciales no daban lugar a dudas: había sido apresado vivo y matado a golpes, tiros y bayonetazos".[63]

Guerra revolucionaria y relaciones con el ERP

A partir de 1975 se realizaron conversaciones para un acercamiento entre la dirigencia de Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), otra organización armada irregular argentina de ideología marxista-leninista y brazo armado del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT). El ERP ya había sido declarado ilegal por el gobierno en septiembre de 1973, un día antes del asesinato de Rucci.

A comienzos del Operativo Independencia, Montoneros destacó observadores al frente rural del ERP y creó una Unidad Básica de Combate Logística (UBCL) con la que apoyó a la Compañía de Monte Ramón Rosa Jiménez,[64]​ proporcionando armas, medicamentos y refugio a los guerrilleros del ERP en forma regular. En un boletín del ERP, analizando la relación entre ambas organizaciones se reconocía que "Hace poco más de seis meses se retomaron las relaciones a nivel dirección de nuestro partido y Montoneros y ha habido positivos avances en las discusiones realizadas. Se abrieron perspectivas amplias para el trabajo unitario e incluso para la formación de un solo partido marxista-leninista y un solo ejército guerrillero en nuestra patria". La denominada Fuerza de Monte del Ejército Montonero operó en el área selvática de Tucumán, donde el ERP ya había sido prácticamente derrotado, pero la experiencia duró pocos meses.[65]​ Algunas fuentes estimaban que los efectivos Montoneros que operaban en Tucumán eran de 150 a 200 militantes y 2500 simpatizantes.[55]

Basado en los propios autores marxistas, el Teniente Coronel Rodolfo Richter —quien resultara gravemente herido en un enfrentamiento en Tucumán— considera que no existían en nuestro país las condiciones subjetivas para la revolución, por carecer la vanguardia revolucionaria del apoyo de las masas.[66]

En el mismo sentido se manifiesta Abraham Guillén, uno de los principales teóricos de la Guerrilla urbana: "La victoria militar resulta inútil si no es políticamente convincente". A juicio del autor, la derrota de los Tupamaros en Uruguay se debió a una excesiva profesionalización militar que los aisló de las masas urbanas.[67]

Respecto a la Guerrilla rural, el periodista Rogelio García Lupo en un agudo análisis tras la prematura detención de la guerrilla de Taco Ralo afirmaba: "Perseverar en esta táctica por adhesión al modelo cubano es, para decir lo menos, una manera de suicidarse". Consideraba que las "guerrillas campesinas" eran inútiles en un país de grandes centros urbanos como la Argentina y planteaba el problema de fondo; si la guerrilla, "sirve para derribar los gobiernos reaccionarios o éstos, con una técnica parecida a la del judo, no la utilizan para quedarse en el poder".[68]

Desaparición de Roberto Quieto

El 28 de diciembre de 1975, personas dirigidas por quien se identificó con una credencial como el inspector Rosas, de la Policía Federal, redujeron al dirigente montonero Roberto Quieto con violencia a culatazos en la cabeza, lo arrastraron hasta un auto y partieron velozmente.

La noticia fue difundida por la prensa al mismo tiempo que legisladores radicales denunciaban el hecho en el Congreso. Al gobierno de la presidenta María Estela Martínez de Perón llegaron reclamos de dirigentes e intelectuales del país y del extranjero, pero en ningún momento reconoció la detención de Quieto quien, según algunas fuentes habría sido torturado en la guarnición militar de Campo de Mayo, pero del que nunca se tuvieron noticias ciertas pasando a la categoría de desaparecido.[69]

Juicio del Tribunal Revolucionario

Una semana después del hecho, Montoneros informó internamente que habían caído algunos locales de importancia conocidos por Quieto y que no cabían dudas acerca de su responsabilidad y casi de inmediato decidió cesar todas las acciones y gestiones por su liberación y un poco más adelante le iniciaba juicio revolucionario. Luego Montoneros emitió un comunicado informando que el 14 de febrero de 1976 el Tribunal Revolucionario había encontrado a Roberto Quieto “culpable de los delitos de deserción en operación y delación, y propuesto las penas de degradación y muerte a ser aplicadas en el modo y oportunidad a determinar”.[70]

La detención de uno de los principales dirigentes de Montoneros, que además tenía fuerte llegada a las bases militantes había conmocionado a la militancia, en especial porque las circunstancias en que se había producido mostraban que Quieto había violado palmariamente las reglas de seguridad que, incluso, había establecido la conducción. La noticia de su condena provocó que algunos de ellos replantearan la necesidad de rediscutir el tema de cómo actuar en la tortura en la nueva situación represiva y otros miraron con suspicacia lo que pensaban era un apresuramiento de la Conducción sin explicaciones visibles. Esa condena fue un paso adelante en el camino a la implantación de la pastilla de cianuro.

Quieto proponía fortalecer la oposición civil al gobierno de María Estela Martínez de Perón y plantear el adelanto de las elecciones, o sea dar prevalencia a la actividad política y no a la acción militar que iba a favorecer la llegada del golpe pero las propuestas que se impusieron en la última reunión de 1975 del Consejo Superior Montonero, efectuada en octubre, se alineaban con la posición que favorecía al golpe.[69]

José Aricó se refirió a su impresión de Roberto Quieto poco antes de su detención describiéndolo como:

“un dirigente aniquilado, derrotado, sin posibilidad de cambiar una situación en la dirección del movimiento, desconfiando profundamente de lo que ese movimiento estaba diciendo, pero obligado a defender cosas absurdas, como la creencia que una confrontación frontal con el Ejército podía llevarlos a ellos al triunfo. Eso no lo creía Quieto, Quieto era un hombre que estaba derrotado antes y su detención es la consecuencia lógica de ese desplome moral, diría, y político que se produjo en este hombre”[71]

El debate interno sobre la resistencia a la tortura

Muchos años después se siguió debatiendo sobre la mencionada condena. En un reportaje Mario Eduardo Firmenich justificó el juicio a Quieto expresando:

"Evidentemente como todos los desaparecidos Quieto fue sometido a las peores torturas que uno se pueda imaginar. Nosotros no tuvimos nunca más información de él, pero sí tuvimos evidencia de delaciones de él durante la tortura. (...) Nuestra fuerza en su ideología tenía como un elemento significativo, importante del tema del "hombre nuevo". (...) Cómo era posible que aquel que tenía que ser el hombre nuevo pudiera cantar en la tortura. Este fue el problema. Nosotros establecimos a partir de ahí dos cosas: un juicio, una ausencia a Quieto que tenía un valor realmente simbólico. Sabíamos que no tendríamos ningún rastro de él. Era un juicio que en definitiva implicaba establecer jurisprudencia para la conducta ante la represión que se avecinaba. (...) nadie puede garantizar antes de pasar por la tortura que no va a hablar era morir antes de la tortura. Y allí fue que se estableció para los miembros de la conducción la obligatoriedad de la pastilla de cianuro, para no entregarse vivo. (...) [luego] se decidió generalizar la pastilla de cianuro para evitar la delación en la tortura."[72]

Por su parte, Lila Pastoriza consideró que esa condena es un dato que muestra el reemplazo de la política por el accionar militar, el cerrojo de las opciones binarias —héroes o traidores, valientes o cobardes—, la preeminencia de las lógicas bélicas. La conducción que lo juzgara igualó en el cargo de traición tanto al integrante que se vendía al enemigo como al que era obligado a entregar información mediante la tortura y parece no haber reflexionado sobre el efecto desmoralizador que tenía para muchos militantes la condena en esas circunstancias de un dirigente respetado.[69]

Fuerza de Monte del Ejército Montonero

A mediados de 1975, se había iniciado la tarea de reclutamiento y entrenamiento dentro de los Montoneros para formar la «Compañía Montoneros de Monte» que operaría en el noroeste de Tucumán. Se efectuaron reconocimientos y se prepararon 40 depósitos, que serían futuras bases de operaciones. Para minimizar su detección entre la población civil se había formado la unidad principalmente con cuarenta voluntarios solteros oriundos de la provincia. La zona de operaciones prevista fue el noroeste de la Sierra de Medina de Tucumán. En esos tiempos el Ejército estimaba que la guerrilla del PRT-ERP tenía entre 300 y 500 combatientes en Tucumán.[73]

El 28 de agosto de 1975 se produjo el atentado de la Operación Gardel, en la que hicieron detonar completamente una aeronave Lockheed C-130 Hércules, dependiente del Grupo 1 de Transporte de la I Brigada Aérea, mientras éste despegaba del antiguo Aeropuerto Internacional Teniente Benjamín Matienzo transportando 114 gendarmes más seis miembros de la tripulación a San Juan.

Durante el 13 de febrero de 1976, mientras los integrantes de Montoneros penetraban por la zona de El Cadillal, se produjo un encuentro imprevisto con el Ejército Argentino. Como resultado fueron muertos varios de sus integrantes, entre ellos Juan Carlos Alsogaray, hijo del quien había sido Comandante en Jefe del Ejército Argentino, el teniente general Julio Rodolfo Alsogaray,[55]​ quien tiempo atrás había sufrido un intento de secuestro fallido en la vía pública a manos de Montoneros, donde militaban sus hijos.

"Me resulta incomprensible la jerga de este genocida condenado a prisión perpetua", contestó Julio Alsogaray, hermano de Juan Carlos, cuando el exgeneral Bussi, a través del sistema de teleconferencias le preguntó en junio de 2010 por qué el «Ejército Montonero» fue enviado a los montes tucumanos. Destacó que "A mí no me sorprende que mientan, son mentirosos por naturaleza", agregó refiriéndose al argumento usualmente esgrimido por los militares, quienes sostienen que sus actos fueron en defensa de la Patria.[74]

La represión en la Provincia de Tucumán

Entre 1974-1979, 656 personas fueron desaparecidas en Tucumán.[75]​ El 75% de los desaparecidos en Tucumán no fueron guerrilleros, sino trabajadores rurales de la caña y la industria azucarera, peones y obreros de la construcción, según reveló la Comisión Investigadora de las Violaciones a los Derechos Humanos local.[76]​ Una de las personas que figuran en la lista de desaparecidos en Tucumán es Diana Irene Oesterheld, hija del escritor y guionista Héctor Oesterheld, quien estaba embarazada de seis meses al momento de su desaparición. Frente a los jueces del Tribunal Oral Federal, el testigo Julio César Marini reveló que vio un mes después del secuestro al jefe de la división policial, el comisario Roberto “El Tuerto” Albornoz robando la casa en la que vivían Diana Oestherheld y su esposo Raúl Araldi, quienes desaparecieron durante la ocupación militar de la provincia de Tucumán.[77]​ Ambos eran militantes Montoneros y desaparecieron el 7 de agosto de 1976: Raúl fue asesinado en 1977 y Diana fue muerta en Campo de Mayo.

Estimación de la cantidad de efectivos guerrilleros

En 1983, el gobierno del general Reynaldo Bignone, afirmó que la cifra total de militantes pro guerrilleros en todo el país alcanzaba a 25.000, de los cuales 15.000 serían combatientes armados.[78]​ Esta última estimación contenida en su llamado «Documento Final» contradijo inteligencia previa que contabilizaba un total de 1.300 combatientes del ERP en su pico máximo a mediados de los años 70,[79]​ y de 300 a 400 combatientes de Montoneros en 1977.[80]​ Las conclusiones del Documento Final son rechazadas por varios autores, en particular por Prudencio García que sitúa a la capacidad combativa de la guerrilla en 1.000 a 1.300 combatientes armados permanentes.[81]​ Otros autores de habla inglesa sostienen que hubo más de 5.000 combatientes en la organización guerrillera Montoneros,[55]​ mientras que la Embajada de EE. UU. para el año 1975 estimaba que dicha cifra era de aproximadamente 2.000 para Montoneros y de 400 a 800 combatientes para el ERP.[82]​ Lo que es cierto es que Montoneros fue una de las organizaciones más castigadas admitiendo la pérdida de 5000 miembros.[83]

La dictadura de 1976

Héctor Oesterheld, guionista de historietas y militante montonero, desaparecido por la dictadura militar de 1976-1983.

La conducción de Montoneros sabía desde octubre de 1975, como todo el país,[84]​ que se aproximaba un golpe de Estado cívico-militar e incluso tenía, gracias a sus informantes —entre ellos el hijo del general Numa Laplane—, detalles y precisiones del mismo, y continuó con sus operaciones que tendían a unificar a las Fuerzas Armadas. "Fue un tradicional golpe argentino: porque lo dieron los militares en nombre del nacionalismo y terminaron gobernando los liberales", afirma Jorge Lanata.[85]

En marzo de 1976, Montoneros sostenía que el gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón era “traidor” al pueblo y había “fracasado estrepitosamente”, que se vivía una “crisis total del sistema" y que abandonaban “definitivamente las esperanzas cifradas en el gobierno y pasaban a la oposición”, aclarando que “los enemigos del pueblo y la patria tienen el objetivo de aniquilar a las fuerzas revolucionarias”.[3]

Firmenich dijo al respecto: "no hicimos nada por impedirlo porque, en suma, también el golpe formaba parte de la lucha interna en el movimiento Peronista".[84]

Héctor Ricardo Leis cuenta que "La apuesta a que el golpe iba a empujar a las masas para nuestro lado no se cumplió".[86]

1976

El 14 de abril de 1976, mataron en una emboscada guerrillera dentro de su vehículo a tres policías de Buenos Aires y también son asesinados ese día por montoneros el ejecutivo de Chrysler, Ricardo Jorge Kenny, y el capitán de fragata José Guillermo Burgos.[87]

El 21 de abril de 1976, Montoneros asesina (la organización lo consideró una "ejecución") al agente de los Servicios de Información del Estado (SIDE) e inspector de la Gerencia de Control de la empresa estatal ENTEL, Carlos Alberto Farinatti, en su domicilio en Capital Federal; su esposa resulta levemente herida.[88]​ Montoneros informó que la razón de acto fue "la delación a las fuerzas represivas de las que formaba parte, de compañeros delegados y activistas hoy detenidos, cesanteados y asesinados. Tenía una larga trayectoria en la Empresa, donde como Jefe se caracterizó por perseguir compañeros llegando a pegarle un tiro a un trabajador. Como miembro de la Inspección General botones decenas de compañeros, hoy cesantes y detenidos. Como si fuera poco en la actualidad actuaba como asesor de los milicos gorilas en la intervención de la FOETRA".[88]

El 26 de abril de 1976, un pelotón montonero abate al excoronel de ejército Abel Héctor Elías Cavagnaro en la puerta de su casa en Tucumán.[89][90]

El 27 de junio de 1976 un pelotón montonero emboscó a dos vehículos de la policía provincial rosarina, ocasionándoles tres muertos y la inutilización de los patrulleros.[91]

El 1 de julio de 1976 varios montoneros dispararon desde un automóvil al sargento del ejército Raúl Godofredo Favale en el suburbio de Ramos Mejía de Buenos Aires, causando su muerte.[92]

El 2 de julio de 1976 la organización Montoneros llevó a cabo un atentado colocando una bomba en la Superintendencia de Seguridad Federal de la Policía Federal Argentina, que causó la muerte de 23 personas y heridas a otras 66. Durante los primeros meses del gobierno militar murieron más de 70 policías en enfrentamientos con los guerrilleros urbanos.[93]

El 11 de agosto de 1976, guerrilleros urbanos vestidos como policías interceptaron y mataron al cabo Jorge Antonio Bulacio con dos balazos en la cabeza e incendiaron con bombas Molotov su camión militar perteneciente al Batallón de Comunicaciones del Comando 141.[94]

El 19 de agosto de 1976 fue asesinado el General de Brigada (R) Omar Carlos Actis por quienes, después de interceptar y ametrallar su auto particular en Quilmes, arrojaron panfletos del “Ejército Revolucionario Montonero”,[95]​ aunque varios autores sostienen que el hecho podría atribuirse a integrantes de la Armada Argentina, interesados en desplazarlo de la administración del Ente Autárquico Mundial '78.[96]

El 12 de septiembre de 1976 Montoneros destruyó un ómnibus policial en Rosario con un coche bomba, matando e hiriendo gravemente a por lo menos 33.[97]

En el barrio de Floresta, el 29 de septiembre, fuerzas de policía y tropas de ejército mataron a cinco miembros de Montoneros. Murió en el enfrentamiento María Victoria Walsh (nombre de guerra "Hilda" o "la cabezona"),[98]​ oficial montonera, hija del escritor, periodista y también oficial montonero Rodolfo Walsh.

El 2 de octubre de 1976, el comandante en jefe del ejército Jorge Rafael Videla escapó ileso de un atentado con una bomba montonera mientras presenciaba un desfile en Campo de Mayo.[99]​ Durante el 8 de octubre fueron atacados con bombas las oficinas de las compañías Fiat, Mercedes Benz y Chevrolet.[99]

El 10 de octubre de 1976, guerrilleros pertenecientes a Montoneros matan al directivo-gerente de la empresa Renault, Domingo Lozano, quien asistía a misa con su esposa en la ciudad de Córdoba.[100]

Durante el 16 de octubre de 1976 otra bomba detonó en el club de cine del Círculo Militar, que no causó muertos pero hirió a 60 personas.[101]

El 18 de octubre de 1976 el Ingeniero Enrique Luis Arrosagaray, Gerente de Producción de la Fábrica de Motores Diesel Borgward Argentina al salir de su domicilio ubicado en el Pasaje Las Cuevas y calle Baltar de Ciudadela, cinco individuos jóvenes lo interceptaron, cuatro se desplazaban en una camioneta y uno en una bicicleta, quienes sin mediar palabras le dispararon con varias armas causándole la muerte en el acto. A continuación los asesinos huyeron en sus vehículos sin identificarse. [102]​ Los responsables del hecho fueron militantes de la organización terrorista montoneros, según de desprende de su revista Nro. 15, pág. 26 de febrero de 1977[103]​, también Estrella Roja, órgano de difusión del ERP, publicó el hecho y se lo adjudicó a la organización hermana. El hecho fue ampliamente reflejado en los medios de la época. [104][105][106][107]

Durante los primeros tres días de noviembre de 1976 cinco casas de cinco ejecutivos empleados por Laboratorios Lazar fueron atacados con bombas y Carlos Roberto Souto, ejecutivo de Chrysler, fue asesinado por miembros de los Montoneros.[99]

El 9 de noviembre de 1976, un bombero falleció en el atentado dirigido contra el comando policial, en la ciudad de La Plata.[108][109]

El 16 de noviembre de 1976 unos 40 guerrilleros atacaron un puesto policial en Arana, provincia de Buenos Aires. Según datos recogidos por la Victoria Advocate, murieron varios de los atacantes.[110]

Finalmente el 16 de diciembre de 1976 hicieron estallar otra bomba en sala de películas del Ministerio de Defensa, matando a por lo menos 14 personas y resultando heridos 30 oficiales y miembros de familia.[111]


1978

El 1 de agosto de 1978, una poderosa explosión conmovió el Barrio Norte de la ciudad de Buenos Aires, causando 3 muertos y 10 heridos.[112]​ Dos edificios de departamentos afectados, fueron luego demolidos. La operación fue llevada a cabo por el Pelotón de Combate Especial “Eva Perón”, en un intento contra la vida del vicealmirante Armando Lambruschini en el que murió su hija Paula Lambruschini.[113]

Contraofensivas de 1979 y 1980

En 1979, llegaron a Argentina cuatro pelotones de combatientes que efectuaron varios atentados: dinamitaron el edificio donde vivía Walter Klein, Secretario de Coordinación Económica, pero sobrevivieron él y toda su familia. Al Secretario de Hacienda del gobierno nacional, Juan Alemann, lo ametrallaron pero salió vivo del atentado. Al empresario Francisco Soldati y su chofer, los montoneros vestidos como policías[114]​ los asesinaron en la avenida 9 de Julio. Pero el resultado para Montoneros fue catastrófico: muchos guerrilleros fueron descubiertos por los servicios de inteligencia militar, y a otros los delataron sus compañeros quebrados por las torturas y abusos que padecieron. En 1980, la conducción montonera, que estaba refugiada en Cuba, continuó el plan de la contraofensiva, pero un nuevo pelotón fue secuestrado y desaparecido en marzo cuando llegó al país. Varios de ellos, como Tropas Especiales de Infantería (TEI), habían realizado cursos en el Líbano.[115]​ Fueron casi un centenar de guerrilleros montoneros que regresaron de manera clandestina al país entre 1979 y 1980. Luego de una estadía en La Habana, la dirigencia de los Montoneros se trasladó a Europa. Mientras tanto, los montoneros sobrevivientes de la columna oeste de Gran Buenos Aires formaron el "Batallón Héroes Montoneros", entre ellos figuraban Graciela Estela Alberti[116]​ y Ricardo Soria, quienes fueron secuestrados en Buenos Aires el 17 de marzo de 1980. En México Montoneros constituyó una Brigada Sanitaria "Adriana Haidar" encabezada por Silvia Berman que cumplió una importante misión durante la guerra contra Somoza en Nicaragua.[117]

La represión tuvo también coordinación con los militares de Uruguay: en 1977-1978, en el marco de los operativos contra los GAU y otros grupos de extrema izquierda, elementos Montoneros presentes en Uruguay fueron sistemáticamente perseguidos.[118]

Durante el transcurso del "Proceso", la mayoría de los cuadros activos de la organización Montoneros fueron muertos o secuestrados, quedando a disposición de las Fuerzas Armadas o de seguridad como "detenidos/desaparecidos".

Solo tres miembros de la cúpula dirigente de Montoneros (Firmenich, Perdía y Vaca Narvaja), sobrevivieron. Algunos, como Firmenich, fueron acusados de haber actuado como agentes de contra inteligencia y entregadores de sus propios compañeros.[119][120]

Guerra de Malvinas

A poco del 2 de abril de 1982, cuando el gobierno militar recuperó las Islas Malvinas, Firmenich en nombre de los Montoneros exhortó a apoyar al gobierno en este “acto histórico”: “No nos engañamos con este súbito arranque de patriotismo del gobierno. [...] Por sí misma e independientemente de quién lo hace y por que lo hace, hay que apoyar la recuperación de las islas e ir a la guerra con Inglaterra si es necesario”. Al final pidió al gobierno que libere a los presos políticos para que estos “tomen su lugar en sus puestos de combate en defensa de la soberanía”.[121]

El 28 de abril de 1982, Firmenich publicó un documento llamando a la resistencia al ataque británico. Para ello, pidió la liberación de los presos políticos y la libre entrada al país de los exiliados con el objeto de formar milicias populares para guarnecer las Malvinas y los territorios continentales amenazados por el Reino Unido.[122]

También exmiembros de Montoneros, que habían participado en el atentado al buque Santísima Trinidad —y se consideraban el núcleo inicial de una «marina montonera»—, se involucraron durante el conflicto en la frustrada Operación Algeciras.[123]

Desde el retorno de la democracia hasta la actualidad

Al retornar la democracia en 1983, la organización Montoneros ya no existía como estructura político militar. Muy pocos de sus militantes orgánicos habían sobrevivido al proceso de represión iniciado por el gobierno de María Estela Martínez de Perón y continuado por la dictadura militar iniciada en 1976. Fue una de las organizaciones guerrilleras con más pérdidas de vidas, con 5.000  muertos o desaparecidos según Mario Firmenich.[124][125]​ Entre los sobrevivientes, existen aquellos que critican con dureza a la que fuera su conducción nacional, algunos que intentan minimizar o negar su participación en esa época y otros que, aún reconociendo muchos errores graves, reivindican su pertenencia y su práctica en la organización guerrillera enmarcándola en un contexto histórico y geopolítico. En marzo de 1982, Mario Firmenich planteó la formación de un frente que agrupara a todos los sectores argentinos a excepción de la oligarquía con el fin de dar paso a un régimen pluralista.[126]

En mayo de 1983, ya convocadas las elecciones nacionales para el día 30 de octubre, tuvo una fuerte repercusión social el Caso Cambiaso-Pereyra Rossi, el asesinato de dos dirigentes montoneros, que fue visto por la opinión pública como un ataque de los militares —aún en el poder—, al peronismo en su conjunto.

Algunos de los supervivientes montoneros, que respondían todavía a la conducción de Firmenich y disponían de fuertes recursos económicos en Cuba, se aliaron con un sector del peronismo y participaron en la interna peronista de 1983 promoviendo la candidatura a presidente de Vicente Saadi con el sublema de "Intransigencia y movilización", reclamando juicio y castigo a los culpables de la dictadura. Entre los dirigentes se contaban Susana Valle, Miguel Unamuno y como representante de la juventud, Patricia Bullrich. A su vez reeditaron un periódico propio ("La Voz") y en las universidades comenzaron a resurgir algunos activistas de la JUP, que se caracterizaban por su violento rechazo al gobierno militar.

Sin embargo, sus intentos de captar el apoyo popular fracasaron y en la interna peronista ganó la fórmula de centro Lúder-Bittel, que eran partidarios de una "ley del olvido" para los militares. La reacción de los argentinos osciló entre el rechazo y la indiferencia, evidenciando que el movimiento político montonero no tenía capacidad de revitalización.[127]

Decreto promueve la prosecución penal de dirigentes montoneros.

Decreto promoviendo la persecución penal de dirigentes montoneros

El 13 de diciembre de 1983, el presidente Alfonsín y sus ministros firmaron el decreto 157/83, por el cual se declaraba la necesidad de promover la prosecución penal contra integrantes de grupos violentos, entre ellos varios pertenecientes a "Montoneros", por los delitos de homicidio, asociación ilícita, instigación pública a cometer delitos, apología del crimen y otros atentados contra el orden público.

En los fundamentos de esa medida se destacaba que pese a la amnistía de mayo de 1973, estos grupos de personas desoyendo el llamado a la reconstrucción "instauraron formas violentas de acción política con la finalidad de acceder al poder mediante el uso de la fuerza", que afectaron seriamente las normales condiciones de convivencia "en la medida que éstas resultan de imposible existencia frente a los cotidianos homicidios, muchas veces en situaciones de alevosía, secuestros, atentados a la seguridad común, asaltos a unidades militares de fuerzas de seguridad y a establecimientos civiles y daños; delitos todos estos que culminaron con el intento de ocupar militarmente una parte del territorio de la República". Y allí también se reconocía la "existencia de intereses externos que seleccionaron a nuestro país para medir sus fuerzas", destacándose que si bien la represión militar "condujo a la eliminación física de buena parte de los seguidores de la cúpula terrorista y de algunos integrantes de ésta", impidió el juzgamiento de los restantes, tarea esa que debía completar la democracia, para cumplir con el postulado constitucional de afianzar la justicia.[128]

La detención de Obregón Cano

A raíz del dictado del decreto 157/83,[129]​ se produjo la primera detención de un dirigente montonero el día 20 de diciembre de 1983 en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, cuando estaba regresando al país el exgobernador de Córdoba Ricardo Obregón Cano, integrante del Consejo Superior de la organización.[130][131]​ Previamente el Consejo Superior del Movimiento Peronista Montonero había comunicado a sus militantes que siguieran con la actividad política, advirtiendo que el gobierno argentino podría seguir persiguiendo a cualquier otro actor político, sin importar los cambios que pudiesen seguir en el futuro.[132]

Detención y extradición de Firmenich

A pedido de las autoridades argentinas, el 13 de febrero de 1984 fue detenido en Río de Janeiro el jefe máximo de la organización Mario Eduardo Firmenich, quien pese a oponerse a su proceso de extradición, fue definitivamente remitido al país el 20 de octubre de 1984.[133][134]​ Desde entonces permaneció detenido en la cárcel de Villa Devoto, (la misma cárcel donde había estado detenida su mujer, María Martínez Agüero, durante todo el gobierno militar), para hacer frente a varias acusaciones existentes en su contra, hasta que el 29 de diciembre de 1990 recuperó su libertad al ser indultado por el Presidente Carlos Menem.[135]

La denuncia que la defensa de Firmenich realizara por la duración de la prisión preventiva a la que se lo sujetase mientras se sustanciaban esos procesos, fue rechazada por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.[136]

Ideología

Montoneros adoptó una ideología peronista y católica. Para muchos jóvenes, la lucha contra la dictadura de Onganía implicaba asumir una identidad “peronista”,[137][138]​ como máxima expresión opositora. Significaba también una crítica generacional a sus propios padres, de familias tradicionalmente conservadoras y anti peronistas (los peronistas los tildaban despectivamente como “gorilas”).

Hacia fines de la década de 1960 fueron alineándose con el peronismo revolucionario, que se definía como nacional, popular y anti-imperialista, y pretendía fusionar elementos de la doctrina peronista con el marxismo latinoamericano revolucionario, del Che Guevara y de Fidel Castro.

También recibieron fuertes influencias desde el Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo. Varios fundadores de lo que luego se transformaría en una organización armada se conocieron cuando eran seguidores del sacerdote tercermundista Carlos Mugica. Una de las máximas que aglutinaba a estos jóvenes correspondía al sacerdote Camilo Torres Restrepo, precursor de la unión entre católicos y marxistas: "el deber de todo cristiano es ser revolucionario, y el deber de todo revolucionario es hacer la revvolución".

Autodefinidos como una vanguardia armada (inspirados en el “foquismo”, con la creencia que podían llevar la situación general a una “etapa revolucionaria”) y utilizando consignas como “Perón o muerte”, Montoneros se asumió como organización político militar y fue encabezada por Fernando Abal Medina, Carlos Gustavo Ramus, José Sabino Navarro, Emilio Maza, Carlos Capuano Martínez, Mario Firmenich y Carlos Hobert, entre otros.

Origen del nombre

El nombre “Montoneros” fue tomado de las montoneras gauchas federales que en el siglo XIX combatieron en las guerras civiles argentinas, contra las fuerzas unitarias del centralismo porteño, que estaban lideradas por los caudillos del interior como "Chacho" Peñaloza y Felipe Varela.

Buscaba asi establecer una línea política nacionalista, antiimperialista y federal que la hacían partir de José de San Martín y las guerras de la independencia, pasar por los caudillos y Juan Manuel de Rosas y desembocar en Perón. Inclusive, en las primeras épocas de la organización guerrillera, varios de sus comandos operativos (Unidades de Combate) adoptaron circunstancialmente el nombre de esos caudillos para firmar sus “partes de guerra”. Esta práctica se abandonó cuando sus militantes comenzaron a caer en combate y los comandos firmaban entonces con los nombres de los compañeros muertos.

Interpretación de la historia

La interpretación de la historia que hicieron los Montoneros puede verse en la publicación aparecida en El Descamisado. A partir del número 10 de la revista (24/07/1973) se presenta la historieta América Latina 450 años de guerra donde se señala: “Vamos a contar la historia de cómo nos robó el Imperialismo” y se afirma: “No somos pueblos subdesarrollados. Somos pueblos robados”.[139]

En ese mismo número pedían a Perón la expulsión de López Rega, vocero de la extrema derecha. Con una amplia movilización de jóvenes se proponían "romper el cerco", diferenciando a Perón de su entorno.

Años más tarde, Firmenich participa en la película Resistir (1978), dirigida por Jorge Cedrón con textos de Juan Gelman, denunciando casos de torturas aberrantes a militantes montoneros durante el Proceso militar. [140]

Participación de miembros de las fuerzas de seguridad en Montoneros

Participación de miembros del Ejército

El dirigente Roberto Perdía, en su libro Montoneros. El peronismo combatiente en primera persona (Buenos Aires, Planeta, 2013) afirma: "Es verdad que algunos hijos de militares integraban nuestras filas".[141]​ También relata que Montoneros celebraba reuniones en el domicilio del general Eduardo Labanca y que tenían vínculos con otros militares de tendencia nacionalista que se sublevaron —sin éxito— en las guarniciones de Azul y Olavarría en octubre de 1971 en contra del entonces presidente, el general Lanusse.

El punto de mayor cercanía entre los montoneros y el ejército se produciría dos años más tarde, en octubre de 1973, con la participación conjunta en el Operativo Dorrego, siendo jefe del ejército el general Jorge Carcagno.

El domingo 5 de octubre de 1975, Montoneros realizó el ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29, en Formosa, conocido como Operación Primicia, en el que resultaron muertos doce soldados conscriptos y quince guerrilleros.

Después de ese ataque, Perdía reconoce: “Obviamente, las simpatías con las que podríamos haber contado dentro del Ejército desaparecieron, y los viejos contactos y amigos se esfumaron”.[142]

Participación de policías

Héctor Ricardo Leis, un exmontonero, en su Testamento de los años 70 señala como el subjefe de la policía Julio Troxler —sobreviviente de los fusilamientos de José León Suárez y también montonero—, hizo “desaparecer” una investigación policial sobre un enfrentamiento que protagonizaron miembros de la organización.[143]

El 2 de julio de 1976 los montoneros realizaron un atentado contra la Policía Federal Argentina en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal en el que resultaron asesinadas 23 personas y quedaron 60 heridos. El hecho criminal —semejante, en parte, al Atentado de la cafetería Rolando perpetrado antes por la ETA— provocó no solo la sustitución de Arturo Corbetta, jefe de la Policía Federal que se oponía a la represión ilegal, sino el rechazo de miembros de la propia organización.[144]​ Por otra parte, poco tiempo después y como probable respuesta a este atentado, sectores de la policía participan en la denominada Masacre de Fátima.

Participación de miembros de la Armada

Roberto Perdía relata en su libro Montoneros. El peronismo combatiente en primera persona (Buenos Aires, Planeta, 2013, pág. 260) que el "Manual militar" de Montoneros fue elaborado con la colaboración de exoficiales de las Fuerzas Armadas que pertenecían a la organización; entre los que destaca al teniente de navío Carlos Lebrón (más tarde asesinado en Tucumán) y al oficial de la Marina Julio César Urien (quien luego estuvo preso varios años durante el gobierno militar). Urien era pariente —por parte de madre—, del general Ernesto Trotz, cuya intervención lo salvó de ser fusilado.

Asesinato de dirigentes

Parte de la acción de Montoneros consistía en matar o "ejecutar" a determinadas personas consideradas enemigas o traidoras. Para ello, realizaba "juicios revolucionarios", en los que se establecía la condena. Una vez ejecutado el asesinato, Montoneros se atribuía el mismo. La participación en dichas acciones era considerada para ascender en la organización.[145]

El sindicalista José Alonso fue asesinado el 27 de agosto de 1970. El 10 de septiembre, un comunicado del "Comando Montonero Emilio Maza del Ejército Nacional Revolucionario" se adjudicó el hecho. Cuatro años después, en octubre de 1974, en una nota aparecida en la revista La Causa Peronista, los autores relataron los detalles y enumeraron los motivos alegados para el asesinato.[146]​ La razón que dio Montoneros para asesinar a Alonso era que "había sido uno de los principales responsables del levantamiento de la huelga del 1 y 2 de octubre del ’69, se había entregado francamente al régimen de Onganía y ahora pretendía darle apoyo sindical y político a los delirios nacional-populistas de Levingston y su cría de trasnochados. Era uno de los burócratas más vinculados a las organizaciones sindicales internacionales del imperialismo. Estaba además en una actitud de franca rebeldía a las directivas del General Perón".[147]

El sindicalista Rogelio Coria, asesinado el 22 de marzo de 1974. Montoneros informó públicamente en la revista El Descamisado del 26 de marzo de 1974, que el asesinato fue cometido por dos jóvenes "perejiles" pertenecientes a la organización, que sólo debían hacer tareas inteligencia, pero que al reconocer al sindicalista decidieron matarlo, sin órdenes expresas. Debido a la acción, Montoneros condecoró a los autores, debido a que Coria era considerado uno de los sindicalistas corruptos que traicionaron a Perón.

Arturo Mor Roig dirigente de la Unión Cívica Radical que había sido Ministro del Interior durante la dictadura de Lanusse y que se había retirado de la política, fue asesinado por Montoneros —acusado de ser uno de los responsables de la Masacre de Trelew—, el 15 de julio de 1974 mientras almorzaba en un restaurante de San Justo.[148]​ El periodista Pablo Giussani, en su libro Montoneros. La Soberbia Armada[149]​ afirma que Montoneros presentó el asesinato de Mor Roig como un “apriete” al líder radical Ricardo Balbín, para obtener concesiones políticas en una negociación.[150]

Como medio para conseguir financiamiento, Montoneros admitía la comisión de delitos como robos a bancos, y secuestros extorsivos, así como robo de armas en sedes policiales y militares ("recuperación" de armamento, se lo llamaba).

Algunos sectores también le han atribuido a Montoneros crímenes que no se atribuyeron, entre ellos los siguientes:

  • el sindicalista Augusto Timoteo Vandor, asesinado antes de la constitución de Montoneros; algunos observadores se lo atribuyen a un grupo integrado por personas que luego ingresaron a Montoneros. Vandor lideraba un sector del peronismo que negociaba con la dictadura militar la posibilidad de legalizar un "peronismo sin Perón".
  • el sindicalista José Ignacio Rucci, asesinado el 13 de septiembre de 1973. La investigación judicial nunca estableció quienes fueron sus autores.
  • Hipólito Acuña y Teodoro Ponce.[151]
  • el 18 de marzo de 1972, tres hombres y una mujer que dijeron pertenecer a Montoneros, ingresaron a la casa del dirigente político Roberto Mario Uzal, de la junta Promotora Provincial del partido derechista Nueva Fuerza. Al intentar secuestrarlo, Uzal se resistió y en el tiroteo resultó herido: falleció dos días más tarde, el 20 de marzo. Los guerrilleros se retiraron luego de pintar la casa con consignas.

Código de Justicia Revolucionario

Montoneros tenía un Código de Justicia Penal Revolucionario[152]​ aprobado el 4 de octubre de 1975 que era aplicable a todos los integrantes (art. 1°). Se basaba en las “Disposiciones” previamente aprobadas a fines de 1972, haciéndolas aún más estrictas en particular en lo referido a la resistencia a la tortura.[153]

Entre las penas se incluía la de muerte para ciertas conductas de sus integrantes (art. 21) que debía ser dictada por el Consejo Nacional (art. 28°).[154]​ El 26 de agosto de 1975, antes de que ese código fuera puesto en vigencia, Fernando Haymal, perteneciente a Montoneros, fue acusado de traición y delación, juzgado por un “tribunal revolucionario” sin sustento legal, condenado y asesinado por la organización el 2 de septiembre.[155][156]

Las mujeres y su participación

La actuación femenina en las agrupaciones guerrilleras y revolucionarias encuentra antecedentes en toda América Latina. En su mayoría son mujeres de las clases media y alta, entre las que puede mencionarse: Rogelia Cruz Martínez, en Guatemala; Lucía Topolansky, en Uruguay; Tamara Bunke, nacida en Argentina, que combatió en Bolivia junto al Che Guevara; Vera Grabe, en Colombia, y Amanda Peralta, única mujer del grupo de Taco Ralo.

En el caso de Montoneros, aunque en el frente militar hubo mayoritariamente hombres, algunos testimonios afirman: “La participación femenina era grande y, por lo general, las cifras de hombres y mujeres estaban bastante equilibradas. [...] Es cierto que las mujeres no pasaron de cuadros medios.”[157]

El cuidado de los hijos implicaba para las mujeres una desventaja para su ascenso en la organización, ya que no disponían de tanto tiempo. Se formaron dos líneas, las que privilegiaban la atención de sus hijos y las que privilegiaban la militancia. “O perdíamos como militantes, o perdíamos como madres. [...] El terror tanto mío como de las otras militantes era qué pasaba con los hijos si nos agarraban. Ya fuera porque nos mataran o porque nos chantajearan amenazándolos". [158]

Como se pretendía que los militantes confiaran solo en otros miembros de la organización el cuidado de sus hijos, durante el exilio en Cuba se estableció una Guardería en el barrio Miramar de La Habana, cerca de la casa donde funcionaba la conducción de Montoneros.[159]

Entre las mujeres montoneras que tuvieron importante participación, puede mencionarse a Norma Arrostito; María Victoria Walsh, María Antonia Berger; Adriana Lesgart; Lili Massaferro, Pirí Lugones, Patricia Bullrich, entre otras.

La joven estudiante Ana María González, perteneciente a Montoneros, fue la encargada de colocar una carga explosiva debajo de la cama del Jefe de la Policía Federal, General de Brigada Cesario Cardozo, provocando su muerte. La joven moriría pocos meses más tarde en un enfrentamiento.[160]

Prensa montonera

En 1973, la organización lanzó el semanario El Descamisado, de gran importancia para la época, con la dirección de Dardo Cabo, que publicó 47 números y llegó a una tirada de 100.000 ejemplares.[161]​ En 1974, fue clausurado y de inmediato reemplazado con otra revista de iguales características: El Peronista para la Liberación Nacional, dirigida por Miguel Lizaso, que apenas sobrevivió seis números antes de ser clausurada. Poco después, apareció La Causa Peronista con dirección de Galimberti; en septiembre de 1974, luego de publicar un reportaje acerca de cómo fue asesinado Aramburu, fue clausurado.

El intento más serio por parte de Montoneros, fue el lanzamiento del diario Noticias, dirigido por Miguel Bonasso y que tuvo un plantel de periodistas considerados de primer nivel, como el poeta y escritor Juan Gelman, Rodolfo Walsh, Francisco Urondo, Horacio Verbitsky, Pablo Giussani, el diputado y periodista uruguayo Zelmar Michelini entre muchos otros. Fue clausurado hacia agosto de 1974 después de 8 meses y 267 números.

En 1975, ya en la clandestinidad Montoneros lanzó la revista Evita Montonera, que tuvo 25 números entre 1975 y 1979, dirigida inicialmente por Enrique Walker hasta su secuestro en julio de 1976 y supervisada por la conducción nacional de la organización.

Editaron otras revistas clandestinas, como Estrella Federal, perteneciente al "Ejército Montonero" o El Montonero. También desde el exilio, hicieron El Descamisado, edición Centroamérica y Noticias de la Resistencia. Las revistas Ya! es hora del Pueblo o Militancia Peronista, si bien no respondían a Montoneros, le eran afines a su universo conceptual.

En 1975, el Partido Auténtico, de vínculo con Montoneros, lanzó un tabloide quincenal, El Auténtico, que sólo editó 8 números. Fue la última publicación legal de Montoneros.

Ya en dictadura, Walsh, que militaba en el sector de inteligencia como oficial segundo, organizó la agencia clandestina de noticias ANCLA, que tuvo gran relevancia en el primer año y medio del "Proceso".

El contexto de la Guerra Fría

En el contexto de la Guerra Fría, ya en la década de 1960 los servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas argentinas consideraban la hipótesis de que el peronismo se transformara en la punta de lanza del marxismo: «un nacionalismo más o menos socialista y profidelista puede ofrecer un “caballo de Troya” a la penetración comunista en la Argentina».[162]​ Algunos sectores peronistas, especialmente aquellos agrupados genéricamente en lo que se denominaba «la derecha peronista» como el Comando de Organización liderado por Alberto Brito Lima, adoptaron una posición similar frente a Montoneros, calificándolos como "zurdos":

Porque ellos pertenecían a una clase social que no era la nuestra. Y eran tendientes a cambiar de vinculación. Estaban en un lado y en otro. Terminaron zurdos. (…) Ellos lo reivindican a Perón nada más que tácticamente.

En este último grupo se incluyó también la Triple A, que llevó adelante un plan de terrorismo de Estado entre 1973 y 1976.

Otros autores consideraban que Montoneros carecía de relaciones con Cuba, la Unión Soviética y el bloque comunista en general, atribuyendo su origen a sectores internos de las Fuerzas Armadas:

El núcleo duro de Montoneros anidaba en el Ministerio del Interior de Onganía, a cargo del general Francisco Imaz, pero cuyo secretario de Interior (virtualmente un viceministro) era Darío Saráchaga, un miembro de la masonería a quienes los montoneros reportaban.[164]

Ernesto Salas, por su parte, afirma que durante el gobierno de Onganía, Diego Muñiz Barreto[165]​ —luego Diputado Nacional por el Frejuli— junto con el mayor del ejército, Hugo Miori Pereyra, se comunicaban con Firmenich, quien concurría asiduamente al Ministerio del Interior.[166]

Aislamiento y derrota

Ni la acción guerrillera, ni el sistema represivo que instrumentaron las fuerzas armadas para derrotarla (que tuvo como base los criterios del ejército francés en la Guerra de Argelia), pueden entenderse sin atender al contexto internacional, que propiciaba la insurrección armada de la juventud para la toma del poder.

Para las fuerzas armadas era una confrontación promovida por fuerzas ajenas al país, en el marco de la Guerra fría entre Estados Unidos y el comunismo. Para Perón, el origen era el Mayo francés: “Es un movimiento organizado en el mundo, con tendencia marxista, pero que no se sistematiza en nada: es una lucha para tomar el poder, exclusiva y directamente; una lucha activa y armada”. [167]

A partir de 1974 se aceleró el aislamiento de los Montoneros de la base popular peronista y del resto de la sociedad, debido al predominio de su postura violenta y "militarista", lo que los llevaría a ser totalmente derrotados por la dictadura, autodenominada como Proceso de Reorganización Nacional.

En la semana previa al golpe militar del 24 de marzo de 1976, fueron asesinados 25 guerrilleros en diversas operaciones y 63 militantes del peronismo revolucionario en atentados de la Triple A,[168]​ a la vez que fueron asesinados 13 policías durante la ofensiva denominada "Tercera Campaña Militar Nacional Montonera".[55]

Según el análisis de Pilar Calveiro, "la derrota política de la izquierda, en general, y de la izquierda peronista, en particular, precedió a la derrota militar y la hizo posible". Sobre las causas de la derrota montonera la autora señala que "intentaron construir una alternativa y hasta cierto punto lo lograron, pero terminaron por reproducir lógicas y mecanismos autoritarios".[169]

En un sentido similar se pronuncia el periodista Pablo Giussani, que trabajó en el diario Noticias, al considerar que los Montoneros se convirtieron en un movimiento fascista, por su culto a la violencia y su rígida estructura jerárquica.[170]

Por su parte, Ignacio Vélez sintetiza las causas del fracaso: "Si la lucha armada nos marginaba de las luchas sociales y políticas no importaba, porque el pueblo ya tenía su vanguardia. Había nacido el actor principal y todo debía subordinarse a él. Esto nos llevó a considerarnos elegidos, predestinados, entregados a un accionar central e imprescindible. [...] Terminaron imponiéndose (en términos generales) conceptos traídos del ejército burgués como aquel que 'las órdenes primero se cumplen y después se discuten'. [...] Y esta concepción valorativa de 'lo militar' condicionó los méritos y castigos. Los más audaces, los más jugados, los más valientes en el combate, eran los mejores cuadros, los más confiables. En términos generales se puede afirmar que ascendía el más audaz, al más fierrero".[6]

En las calles murieron en enfrentamientos con los denominados Grupos de tareas de las fuerzas armadas muchos montoneros reconocidos, como Carlos Caride, Carlos Hobert, miembro fundador de montoneros, Sergio Puiggrós, Miguel Zavala Rodríguez, Rodolfo Walsh y Paco Urondo.[171]

Entre mediados y fines de 1976 la Conducción Nacional y los cuadros de más jerarquía de la organización guerrillera huyeron del país, exiliándose en México donde establecieron su "cuartel general", desde el cual continuaron actuando. En enero de 1978 la jerarquía montonera se fue a Cuba, por motivos de seguridad, pues en esos días un comando militar junto a militantes "doblados" intentaron atentar contra Firmenich en suelo mexicano. La operación pudo ser desbaratada gracias a uno de los integrantes del comando, Tulio Valenzuela, quien simulando estar "quebrado" y ser un militante "doblado", al llegar a México se puso en contacto con la conducción montonera y denunció la maniobra. A pesar de eso, la conducción montonera fue crítica de su actuación: Valenzuela regresó a la Argentina donde fue asesinado por los militares al igual que su familia.

Montoneros y su relación con otras organizaciones

Montoneros mantuvo relaciones con otras organizaciones político-militares, como la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). Se señala, sin embargo, "que el vínculo entre ambas OPM era más bien de carácter circunstancial, sobre todo si se considera la matriz ideológica, circunstancias, procedimientos y entorno de cada una; muy diferentes en ambos casos. Es probable que la OLP haya hecho buen uso del asesoramiento técnico provisto por Montoneros, cuando en su momento un miembro de esta última fue al Líbano e instaló allí una fábrica de explosivos".[172]

También existen versiones de que hubo relaciones con la ETA Político-militar, por ejemplo el escritor y diplomático Abel Posse, que se define a sí mismo como cronista de hechos que le ha tocado conocer o presenciar, relata "una importante reunión de la cúpula montonera en país vasco con comandantes de la ETA para la profundización del conocimiento del manejo de explosivos”.[173]

En Latinoamérica, la actividad del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en Nicaragua, atrajo la participación de las estructuras montoneras enmarcado en la contraofensiva. "Al respecto, el informe elaborado como conclusión de la experiencia de la Brigada Sanitaria Adriana Haidar, cuyos integrantes procedían en su mayoría del exilio mexicano, apuntaba a que la participación en el proceso nicaragüense se orientó “a despejar una atmósfera enrarecida” por lo que se describe como “patología del exilio”. Así, la conformación de las diversas brigadas montoneras en Nicaragua se orientó en términos orgánicos a romper con la inercia de “supervivencia personal” del exilio y “revitalizar viejas experiencias militantes".[174]

Sentencias judiciales sobre Montoneros

Texto completo de la sentencia dictada en la Causa 13/84, en el llamado “Juicio a las Juntas”.
Archivo:OBREGON CANO Condena penal.pdf
Texto completo de la condena del dirigente montonero Obregón Cano.
Archivo:Firmenich Condena CFedSan Martin.pdf
Texto completo del fallo que condenó a Firmenich por el caso Born.
Archivo:Condena FIRMENICH casos SOLDATI y ALEMANN CFedCapFed del 25-10-89.pdf
Condena de FIRMENICH en los casos SOLDATI y ALEMANN.

Luego del retorno de la democracia en 1983 se realizaron dos juicios contra integrantes de Montoneros: el primero por el secuestro de los hermanos Born en 1974 y el segundo por el asesinato de Francisco Soldati y Ricardo Durán y por el intento de asesinato de Juan Alemann. Los dos juicios resultaron condenatorios y confirmados por las instancias recursivas. Los jueces argumentaron que Montoneros era una asociación ilícita terrorista que tenía como fin la toma del poder y descartaron la defensa del derecho de resistencia a la opresión contemplado en el art. 21 de la Constitución Nacional, sostenido por los acusados.[175]

En la sentencia dictada con motivo del juicio a las Juntas, el tribunal también expresó una opinión condenatoria de la organización Montoneros, pese a que ni dicha organización,[176]​ ni ninguno de sus miembros, había sido acusada en dicho juicio,[176]​ y que por lo tanto ni la organización ni ninguno de sus miembros tuvo posibilidad de ejercer su derecho a defensa ni aportar prueba en sentido contrario.[cita requerida][177][178]

Juicio a las Juntas

Entre los fallos dictados con referencia a Montoneros se encuentra el de fecha 9 de diciembre de 1985 de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, integrada por los jueces Jorge Torlasco, Ricardo Gil Lavedra, León Carlos Arslanián, Jorge Valerga Araoz, Guillermo Ledesma y Andrés J. D’Alessio dictado en el llamado Juicio a las Juntas. Debido a que en este juicio no fue acusado ningún integrante de Montoneros, no se permitió presentar pruebas de descargo[cita requerida][177][178]​ o realizar actos de defensa respecto de las imputaciones realizadas por los jueces.[177][178][cita requerida]

Al tratar las defensas articuladas por los militares acusados y analizar el contexto en que debió desarrollarse la represión militar, refiriéndose entre otras a la organización Montoneros, los jueces en fallo unánime dijeron:

El fenómeno terrorista tuvo diversas manifestaciones con distintos signos ideológicos en el ámbito nacional con anterioridad a la década de 1970, pero es este año el que marca el comienzo de un período que se caracterizó por la generalización y gravedad de la agresión terrorista evidenciadas, no sólo por la pluralidad de bandas que aparecieron en la escena, sino también por el gran número de acciones delictivas que emprendieron e incluso por la espectacularidad de muchas de ellas.[179]

Por resultar inherente a la forma de organización militar, las bandas terroristas dictaron sus propias normas disciplinarias y punitivas y constituyeron organismos propios con la finalidad de sancionar determinadas conductas que consideraban delictuosas. En tal sentido obran agregadas publicaciones en "Evita Montonera", Nros.8 y 13.[180]​ Otra característica distintiva consistió en que los integrantes de esas organizaciones encubrían su actividad terrorista adoptando un modo de vida que no hiciera sospecharla. ... El material de propaganda de las bandas terroristas consigna que del accionar abierto debe pasarse a las acciones encubiertas y clandestinas.[181]

El objetivo último de esta actividad fue la toma del poder político por parte de las organizaciones terroristas.[182]

Esa sentencia fue confirmada el 30 de diciembre de 1986 por la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina integrada por los jueces José Severo Caballero, Augusto César Belluscio, Carlos Santiago Fayt, Enrique Santiago Petracchi y Jorge Antonio Bacqué .[183]

Juicio contra Obregón Cano

El día 29 de mayo de 1986, la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal integrada por los jueces Jorge Valerga Araoz, Andrés J. D’Alessio y Guillermo Ledesma confirmó la sentencia que condenó a Ricardo Obregón Cano por la comisión del delito de asociación ilícita debido a su pertenencia a Montoneros,[184]​ imponiéndole una pena de 6 años de prisión. Obregón Cano había sido elegido democráticamente el 11 de marzo de 1973 como gobernador de la Provincia de Córdoba y derrocado por un golpe de estado policial el 27 de febrero de 1974 conocido como el Navarrazo, durante el gobierno de Juan Domingo Perón. Pocos meses después Obregón Cano se exilió en México, luego de que el grupo parapolicial Triple A, dirigido desde el gobierno, asesinara a quien fuera su vicegobernador, el sindicalista Atilio López.[185]​ Obregón Cano regresó a la Argentina en 1984 y fue parte de la fundación del Movimiento Peronista Montonero (MPM). Poco antes el presidente Raúl Alfonsín había sancionado el decreto 157/83, equiparando a los grupos guerrilleros con la dictadura. El dirigente fue entonces encarcelado, según un fallo del juez federal Miguel Pons, en la causa n.º 4894, caratulada "Obregón Cano p.s.a. asociación ilícita". La prensa mexicana calificó a Obregón como “el prisionero personal de Alfonsín”.[185][186]

La defensa de Obregón Cano se apoyó principalmente en el derecho de resistencia contra la opresión, que fue rechazado por los jueces. La sentencia entre otras consideraciones expresó:

...el Movimiento Peronista Montonero y la organización ilegal "Montoneros” fueron partes de una misma asociación…con… una misma unidad de fines: imponer en el país un clima de terror con el propósito de facilitar la toma del poder.[187]​ cuando el artículo 21 de la Constitución Nacional coloca en cabeza de cada ciudadano la obligación de armarse en defensa de la Nación y de la propia Constitución, no se aparta, en modo alguno, de su regla general de que ello debe ser "conforme a las leyes que al efecto dicte el Congreso y a los decretos del Ejecutivo Nacional” (y que) en este argumento justificante hay un gran contrasentido: se utiliza la violencia para defender a la Constitución Nacional en momentos en que se encuentra funcionando un gobierno elegido legítimamente por el pueblo. Otra contradicción flagrante la constituye la circunstancia de que para defender a la Constitución Nacional se ataca indiscriminadamente a los destinatarios de sus declaraciones, derechos y garantías.[188]​ …Resulta a todas luces evidente, que la terrorífica actividad desplegada por la organización "Montoneros” no guarda relación alguna con este derecho de resistencia a la opresión, ya que en todos los casos fue el pueblo el que en gran parte sufrió el duro accionar del grupo mencionado…los arteros ataques del grupo Montoneros fueron dirigidos, sin miramiento alguno, a la sociedad argentina en su totalidad. Bajo el fuego de sus armas cayeron, en forma indistinta, tanto integrantes de las fuerzas armadas como ciudadanos que nada tenían que ver con ellas o con las personas que detentaban el poder en forma ilegítima; ambos, claro está, supuestos tremendamente lamentables. Ya se dijo que la actividad delictiva desplegada por el grupo "Montoneros” tuvo desarrollo, también durante la vigencia de un gobierno democrático, en el cual se hallaban vigentes las garantías consagradas en nuestra Constitución. …La Organización Montoneros fue una asociación ilícita que se dedicó a cometer actos de barbarie tanto durante la vigencia del gobierno constitucional como del régimen militar atacando a la ciudadanía en general…no era la restauración de la Constitución Nacional ni el ejercicio legítimo de resistencia a la opresión la finalidad que perseguía el grupo terrorista Montoneros con su violento accionar.”[189]

La condena quedó firme el 9 de septiembre de 1986, cuando por voto unánime de los jueces de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina se desestimó la queja que articulase la defensa.[190][191]

Juicio por el caso Born

El 19 de mayo de 1987, el Juez Federal de San Martín Carlos Enrique Luft condenó en primera instancia al jefe montonero Mario Eduardo Firmenich por los secuestros de los hermanos Jorge Born y Juan Cristian Born y los homicidios de Alberto Luis Cayetano Bosch y el chofer Juan Carlos Pérez perpetrados el día 19 de septiembre de 1974 en la localidad de Olivos, Provincia de Buenos Aires.[192][193]​ La condena fue confirmada el 4 de septiembre de 1988 por la Cámara Federal de Apelaciones de San Martín por voto unánime de sus jueces Hugo Rodolfo Fossati, Marta Herrera y Jorge Eduardo Barral, quienes le impusieron a Firmenich la pena de reclusión perpetua, limitando su cumplimiento a 30 años de la misma especie de pena de acuerdo a los términos de la extradición otorgada por Brasil, por considerarlo coautor de los delitos de doble homicidio agravado por el propósito de consumar otro delito, en concurso ideal con doble secuestro extorsivo.[194]​Al analizar los argumentos de la defensa sobre las razones para haber incurrido en esos actos violentos, entre otras cosas el tribunal señaló que:

“El procesado Firmenich ni siquiera ha alegado que intentara, antes de adoptar tan extrema decisión, poner en funcionamiento mecanismos legales —y pacíficos—, para neutralizar la corrupción que advertía en el sector gobernante, más allá de la vocinglera referencia panfletaria o vertida en actos partidarios. No ha mencionado que se hubieran promovido juicios políticos a jueces, legisladores o administradores venales, que se hubieran intentado denuncias formales o echado mano de tantas otras formas de control previstas en la normativa vigente que no es del caso enumerar. Por el contrario se recurrió a las armas —recurso que seguramente estimaron más rápido y convincente que el tratar de trasmitir ideales a un pueblo educado en el desdén por la violencia—, en lo que, como lo esboza el juez de grado, más que una defensa de las instituciones de una Patria libre se muestra en mi criterio como el deseo de hacer predominar la particular óptica política del procesado y su entorno conductor sobre la que desarrollaba su antiguo aliado Perón y los herederos que había designado al frente del gobierno del país. Para justificar tan espuria finalidad grupal se apeló a la pretendida interpretación de la voluntad popular -como suele acontecer en casos similares-, y se inició una guerra sin cuartel en la que se impuso el secuestro —de las características de los que aquí se juzgan—, el asesinato y el terror indiscriminado de la población —sin duda no representada por éste—, como formas válidas de subsistencia. Y reitero que en medio de todo esto desapareció casi toda una generación de argentinos y se produjeron devastadores efectos en el ánimo del auténtico pueblo, del que con seguridad no ha logrado aún recuperarse.”[195]

El 9 de agosto de 1989 la Corte Suprema de Justicia de la Nación al confirmar la condena por el voto unánime de todos sus jueces, entre otros conceptos calificó de "ridícula" la argumentación de Firmenich invocando una cláusula constitucional como justificativo para atacar a las instituciones elegidas constitucionalmente, por aparecer como una pretensión de "hacer revoluciones con seguro de vida".[196]

Juicio por los casos Soldati y Alemann

El 7 de noviembre de 1979 Montoneros intentó sin éxito en la ciudad de Buenos Aires el homicidio del entonces Secretario de Hacienda de la Nación Juan Ernesto Alemann acompañado por sus custodias Francisco Cancilieri y Ventura Delfor Miño. Y el 13 del mismo mes y año, en acción similar llevada a cabo en pleno centro de esa ciudad, lograron asesinar al empresario Francisco Pío Soldati y su chofer Ricardo Manuel Durán. Por ambos hechos el día 25 de octubre de 1989 la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, por voto unánime de sus jueces Mario Gustavo Costa, Juan Carlos Rodríguez Basavilbaso y Juan Pedro Cortelezzi confirmó la condena de Mario Firmenich a la pena de reclusión perpetua (limitada a 30 años de reclusión por la extradición concedida desde Brasil), por considerarlo coautor de los delitos de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas en concurso real con la tentativa de similar delito, oportunidad en la cual, entre otras cosas se dijo:

"Está plenamente demostrado, sin que se advierta controversia relevante al respecto, que la comisión material de los dos atentados terroristas que motivan este legajo y cuya descripción consta en la sentencia recurrida fue perpetrada por sujetos pertenecientes a las 'Tropas Especiales de Infantería' (T.E.I.) del que se dio en llamar "Ejército Montonero" ... Con idéntica fuerza de convicción encuentro acreditado que Mario Eduardo Firmenich condujo las actividades terroristas desarrolladas en el marco de la denominada 'contraofensiva estratégica' de 1979, dentro de la cual se hallan comprendidos los dos episodios que motivan esta decisión... es destacable que la atribución de responsabilidad en cada hecho terrorista revela el propósito de discriminar aquellos en los que participaron tan disciplinados efectivos de otros que responden a un origen diverso... era la jerarquía del sistema terrorista la que seleccionaba los objetivos principales de los atentados y tenía de esa manera el dominio de la acción...[197]

El 11 de septiembre de 1990 esta sentencia fue confirmada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina por voto unánime de sus jueces Mariano Augusto Cavagna Martínez, Carlos Santiago Fayt, Augusto César Belluscio, Rodolfo Carlos Barra, Julio Salvador Nazareno, Julio César Oyhanarte y Eduardo José Antonio Moliné 0'Connor.[198]

Referencias

  1. «Cuando Perón rompió con Montoneros». www.clarin.com. 1 de mayo de 2014. Consultado el 22 de diciembre de 2016. 
  2. «¿Hacia dónde va Argentina? Habla un Montonero». abril de 1976. Consultado el 22 de diciembre de 2016. 
  3. a b «Evita Montonera Nro. 12». 
  4. a b http://rapes.unsl.edu.ar/Congresos_realizados/Congresos/IV%20Encuentro%20-%20Oct-2004/eje6/32.htm
  5. "Montoneros. El mito de sus 12 fundadores", Lucas Lanusse, Buenos Aires, Javier Vergara Editor, 2005.
  6. a b http://www.cedema.org/ver.php?id=3392
  7. Linz, Juan J.; El uso religioso de la política y/o el uso político de la religión: la ideología-sucedáneo versus la religión-sucedáneo. Reis. Revista Española de Investigaciones Sociológicas, núm. 114, 2006, pp. 11-35. Centro de Investigaciones Sociológicas. Madrid, España.
  8. «Montoneros: El brazo armado del peronismo». Cedema. Consultado el 8 de abril de 2020. 
  9. «Juan Carlos Onganía». El Historiador. Consultado el 28 de agosto de 2020. 
  10. Fraga, Rosendo y Pandolfi, Rodolfo (2005). Aramburu: la Biografía. Vergara. p. 370. 
  11. «¿"Justicia popular" o un crimen político?». Diario La Opinión. 1 de junio de 2020. 
  12. Anguita, Eduardo; Cecchini, Daniel (23 de mayo de 2020). «Así contaron los Montoneros el secuestro y el asesinato de Aramburu: 'General, vamos a proceder'». Infobae. 
  13. a b Sanz Ferramola, Ramón (2006). «Reseña 'Montoneros. El mito de sus 12 fundadores' de Lucas Lanusse». Fundamentos en Humanidades (Universidad Nacional de San Luis) VII (13-14): 293-304. ISSN 1515-4467. 
  14. «A 50 años del secuestro de Aramburu». La Capital. Mar del Plata. 30 de mayo de 2020. 
  15. «A 50 años del secuestro de Aramburu, gestado en una casa de Parque Chas». 25 de junio de 2020. 
  16. «Montoneros: el llanto para el enemigo». Cedema. Consultado el 28 de agosto de 2020. 
  17. a b La Causa Peronista. 3 de septiembre de 1974 https://www.agenciapacourondo.com.ar/dossier/la-causa-peronista-como-murio-aramburu |url= sin título (ayuda).  Texto «¿Cómo murió Aramburu?» ignorado (ayuda)
  18. a b c d «Comunicado N°3 de Montoneros». Archivo Peronista. 31 de mayo de 1970. 
  19. Ver declaraciones del capitán de navío Aldo Molinari, diario La Nación, Buenos Aires, 18 de mayo de 1984, pág.7. Según Molinari -jefe de policía en el gobierno de Onganía-, una célula de los Servicios de Información "robaron a Aramburu" a los Montoneros en una zona ubicada detrás de la Facultad de Derecho, y posteriormente lo asesinaron en el Hospital Militar.
  20. La toma de Montoneros a la ciudad de La Calera (Córdoba)
  21. «http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/lanusse_j.pdf». 
  22. El General Perón les habla a sus soldados.
  23. Salcedo, Javier; ¿Vanguardia socialista y masas peronistas? Montoneros. Temas de historia argentina y americana № 21, 2013: Este documento está disponible en la Biblioteca Digital de la Universidad Católica Argentina.
  24. Juan Perón reportaje completo de 1973.wmv minuto 54
  25. “Volviendo a la Secretaría de Trabajo y Previsión en 1944, yo sabía que toda la gente con quien había hablado en la Secretaría, que todo el pueblo que había concurrido a escucharme, tenía una idea y tenía un objetivo. Ellos querían ir a un punto que creían, con la prédica de tantos años, que era el conveniente. Eran más bien de una orientación de fondo marxista y, como tal, propugnaban un tipo de revolución distinto al nuestro. Se inclinaban más hacia la lucha de clases y la destrucción de un sinnúmero de valores que la nacionalidad tenía creados. Yo no compartía esas ideas.” Juan Domingo Perón; Conducción Política, Editorial Freeland, Buenos Aires, 1971, pág. 298.
  26. Reato, Ceferino (2008). Operación Traviata: ¿Quién mató a Rucci? La verdadera historia. Buenos Aires: Sudamericana. ISBN 978-950-07-2958-1. 
  27. José Amorín, uno de los primeros integrantes de Montoneros dice: "Montoneros era una organización que tenía diferentes posturas estratégicas y en tal sentido el operativo para el asesinato de Rucci fue una idea de algunos miembros que integraban las FAR (...) Ellos tenían estudiado a Rucci, vieron donde descendía, lo tenían medido y empezaron a analizar un atentado contra él. Para marzo de 1973, se integran las dos conducciones nacionales, las de FAR y Montoneros, si bien públicamente se fusionan en octubre de ese año (...) En ese momento Montoneros no estaba convencido de atentar contra Rucci, pero en el ínterin ocurren los sucesos de Ezeiza donde se le atribuye parte de la responsabilidad al propio sindicalista y eso empieza a inclinar la balanza de un sector. De alguna manera gana consenso el tema de asesinarlo (...) Después de Ezeiza es prácticamente donde ya el tema esta firme pero aún bajo discusión. La conducción nacional estaba bastante dividida al respecto y su referente nacional que era Carlos Hobert, tenía posturas movimientistas por lo cual no iba a armar el operativo sin consenso. Sin embargo, con el desconocimiento incluso de referentes máximos, la operación se llevó adelante." «Testimonio de José Amorín». El Ortiba. Archivado desde el original el 18 de octubre de 2016. 
  28. «Apareció nueva hipótesis por el asesinato de Rucci. Surge ahora una nueva línea en la investigación sobre otra organización de izquierda: las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR)». MDZOL. 29 de septiembre de 2013. Archivado desde el original el 7 de marzo de 2017. Consultado el 6 de marzo de 2017. 
  29. Reato, Ceferino (25 de septiembre de 2013). «Cómo recibió Perón la noticia del asesinato de Rucci, hace 40 años». Perfil. «Perón quería creer que su fiel Rucci había sido asesinado por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), el brazo militar del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), que continuaba en la lucha armada a pesar de que el 25 de mayo de aquel año se había terminado la dictadura y Argentina había vuelto a la democracia. El ERP acababa de ser declarado ilegal, el día anterior al ataque contra Rucci.» 
  30. a b c de los Santos, Carlos (28 de septiembre de 2008). «Rucci, los montos y la CIA». Lo Social. Archivado desde el original el 7 de marzo de 2017. Consultado el 6 de marzo de 2017. «El escritor estadounidense Martin Edwin Andersen afirma que, el 25 de septiembre de 1973, los Montoneros no fusilaron a José Ignacio Rucci, Secretario General de la CGT; ni acribillaron el 15 de julio de 1974 al civil Arturo Mor Roig, ex-ministro del interior de la penúltima dictadura militar que asolara la Argentina (1966-1973); acciones ejecutadas -siempre según Andersen- por los escuadrones de la muerte de José López Rega, la tristemente célebre Triple A.» 
  31. «El hijo de Rucci criticó a su hermana por "politizar" la muerte de su padre». La Capital. Rosario. 6 de septiembre de 2011. 
  32. «El asesinato de Rucci». El Territorio Misiones. 18 de septiembre de 2008. 
  33. Marcelo Larraquy (9 de julio de 2018). «"La teoría del cerco": los deseos imaginarios de Montoneros para negar al Perón real». Infobae. 
  34. «Acta de unidad de FAR y Montoneros». 
  35. Duzdevich Aldo; La Lealtad. Los Montoneros que se quedaron con Perón. Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2015.
  36. «DiFilm - Juan Domingo Peron Golpe de Estado en Chile 1973». 
  37. Oscar R. Anzorena; "Tiempo de Violencia y Utopía", Editorial Contrapunto, Buenos Aires, 1988, pp. 296-297
  38. «Peron confronta a diputados de la JP tendencia montoneros». 
  39. El presidente Perón brinda su mensaje ante la Asamblea Legislativa, 1 de mayo de 1974
  40. «Mario Roberto Santucho. Poder Burgués y Poder Revolucionario». 
  41. Grammático, Karin (2011). Mujeres montoneras. Una historia de la Agrupación Evita. Buenos Aires: Ediciones Luxemburg. Consultado el 2 de marzo de 2017. 
  42. a b El Golpe 1976 Argentina - Crónica De Una Conspiración.
  43. «Luciana Azul Mingrone; “Pelearle a María. Disidencias en Montoneros (1972- 1976)”». Archivado desde el original el 4 de marzo de 2016. Consultado el 17 de febrero de 2015. 
  44. «Evita Montonera, Año I, n.º 1, pág. 45». 
  45. «Estrella Roja N.º 43». 
  46. «http://www.findagrave.com/cgi-bin/fg.cgi?page=gr&GRid=26033442». 
  47. "El escarmiento: La ofensiva de Perón contra Cámpora y los montoneros, 1973-1974", Juan Bautista Yofre, Editorial Sudamericana, Buenos Aires 2010, págs. 281 y 282, ISBN 9789500732246
  48. "Historical Dictionary of Naval Intelligence", Nigel West, Plymouth 2010, págs 210-212, ISBN 978-0810867604
  49. "Montoneros final de cuentas", Juan Gasparini, Ediciones de la Campana, La Plata 1999, pág. 78, ISBN 987-9125-12-6
  50. R. Gillespie: Soldados de Perón, pp. 224-225. El autor afirma que los Montoneros recaudaron en 1975 más de 70 millones de dólares por varios secuestros.
  51. Elsinger, Rubén (11 de diciembre de 2009). «En Tucumán, identifican restos de 2 desaparecidos». Clarín. Archivado desde el original el 15 de diciembre de 2009. 
  52. «Argentine Blast Kills 1, Pittsburgh Post-Gazette, 16/03/1976». 
  53. [Decíamos ayer. La prensa argentina bajo el proceso, Eduardo Blaustein y Martín Zubieta, p. 554, Colihue 1998.]
  54. Crowley, Eduardo, A house divided: Argentina, 1880-1980, Londres: C. Hurst & Co., 1984
  55. a b c d e f Lewis, P.H. Guerrillas and generals: the "Dirty War" in Argentina. Westport, CT: Praeger Publishing, 2002; pp. 47, 105, 112, 125, 418
  56. «https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/3/34/Decreto_2452-75.pdf». 
  57. The encyclopedia of kidnappings, Por Michael Newton, p. 193, Infobase Publishing, 2002
  58. «Terrorists kill 5 Argentines in ambush. The Modest Bee, 27/10/1975». 
  59. «Documentos desclasificados por el Departamento de Estado Norteamericano.». Archivado desde el original el 27 de septiembre de 2011. Consultado el 26 de abril de 2010. 
  60. a b c «Bendix: Patrón que colabore con la represión irá al paredón». Evita Montonera (12): 18-19. febrero - marzo de 1976. Consultado el 24 de agosto de 2020. 
  61. Giles, Natalia Soledad (agosto 2013). «La vida en las fábricas del conurbano norte: El caso de Bendix (1975-1976)». Primeras Jornadas de Historia Reciente del Conurbano Bonaerense Norte y Noroeste (Universidad Nacional de General Sarmiento). 
  62. a b c d Larraquy, Marcelo (2 de octubre de 2006). «La historia acerca de la contraofensiva montonera». Infobae. 
  63. Anguita, Eduardo; Cecchini, Daniel (28 de junio de 2018). «La dramática historia del general Julio Alsogaray y su hijo guerrillero». 
  64. Terrorism in context. Por Martha Crenshaw. Página 230.
  65. Anzorena, O. Tiempo de violencia y utopía: del golpe de Onganía (1966) al golpe de Videla (1976). Buenos Aires: Ediciones del Pensamiento Nacional, 1998; p. 327.
  66. Rodolfo Richter; Lucha armada. El PRT - ERP y las condiciones revolucionarias, Editorial Dunken, Buenos Aires, 2017, pág. 189.
  67. Richard Gillespie; Soldados de Perón. Los Montoneros, Grijalbo S.A., Buenos Aires, 1987, pág. 111.
  68. Rogelio García Lupo; Mercenarios & Monopolios en la Argentina de Onganía a Lanusse 1966-1971, Achával solo. Fabricante de libros, Buenos Aires, 1971, pp. 38-39.
  69. a b c Pastoriza, Lila (2006). «La 'traición' de Roberto Quieto. Treinta años de silencio.». Lucha armada en la Argentina n*6 pág. 4. Buenos Aires. 
  70. Juicio revolucionario a Roberto Quieto en Evita Montonera n* 12, feb-marzo de 1976 pág. 13
  71. Carlos Altamirano (entrevista) y Rafael Filipelli (filmación), “La última entrevista a J.M. Aricó”, en Estudios, N.º 5, Córdoba, enero-junio de 1995
  72. «Entrevista a Mario Eduardo Firmenich por Felipe Pigna». Archivado desde el original el 14 de abril de 2011. 
  73. «Juicio a las Juntas». 
  74. «Cruce verbal entre el represor Menéndez y Alsogaray». Argenpress. 
  75. «Listado de Desaparecidos. Proyecto Desaparecidos.». 
  76. «Operativo Independencia, el plan para “aniquilar a la subversión” Clarín.com». 
  77. «Juicio ex jefatura de policía. Vieron al “El Tuerto” Albornoz usurpando una casa de desaparecidos. ARGENPRESS.». 
  78. «Campo Santo. Parte II. Capítulo XX. El poder real de la guerrilla». 
  79. «Documento desclasificado del Departamento de Estado del 14 de junio de 1978.». Consultado el 4 de junio de 2017. 
  80. «Documento desclasificado del Departamento de Estado del 26 de mayo de 1977.». Consultado el 4 de junio de 2017. 
  81. García, Prudencio (1995). El drama de la autonomía militar: Argentina bajo las juntas militares. Alianza Editorial. p. 505. ISBN 8420694142. 
  82. «Documento desclasificado del Departamento de Estado del 30 de enero de 1975.». Consultado el 4 de junio de 2017. 
  83. «Latin America in the era of the Cuban Revolution. Por Thomas C. Wright. p. 107. Praeger Publishers 2001.». 
  84. a b Pilar Calveiro: Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años 70 pág.120. Grupo editorial Norma Buenos Aires 2005 ISBN 987-545-334-X
  85. El Golpe 1976 Argentina - Crónica De Una Conspiración.
  86. «El Diálogo: Héctor Leis, Graciela Fernández Meijide, Lección Política sobre los años 70's.». 
  87. «Argentine gunmen slay five persons. The Spokesman-Review, 15/04/1976». 
  88. a b «Comunicado emitido por Montoneros del 21 de abril de 1976». 
  89. «Argentine gunmen slay five persons. The Spokeman Review, 15/04/1976». 
  90. Documentos, 1976-1977, Volumen 1, Roberto Baschetti, Página 21, De la Campana, 2001
  91. La memoria de los de abajo 1945-2007: hombres y mujeres del peronismo revolucionario, perseguidos, asesinados, desaparecidos, caídos en combate, Roberto Baschetti, Página 263, De la campana, 2007
  92. Con sus propias palabras: La otra parte de la historia reciente que se oculta, Norberto Aurelio López, p. 358, Edición del Autor, (2005)
  93. ARGENTINA: Battling Against Subversion REVISTA "TIME" (EUA), 12/07/1976
  94. «CASO N.º 526: ROMÁN MÉNDEZ, CLAUDIO LUIS». Archivado desde el original el 6 de octubre de 2017. Consultado el 12 de febrero de 2012. 
  95. «Time Magazine, 5 de junio de 1978». 
  96. Méndez, Eugenio (1984). Alte. Lacoste: ¿quién mató al general Actis?. Buenos Aires: El Cid Editor. 
    Sebreli, Juan José (1998). La Era del Fútbol. Buenos Aires: Editorial Debolsillo. ISBN 9789875660496. 
    Gotta, Ricardo (2008). Fuimos campeones. La dictadura, el Mundial 78 y el misterio del 6 a 0 a Perú. Buenos Aires: Edhasa. pp. 52 y 53. ISBN 9789876280280. 
    Manfroni, Carlos (2012). Montoneros: Soldados de Massera: la verdad sobre la contraofensiva montonera y la logia que diseñó los 70. Buenos Aires: Editorial Sudamericana. pp. 208-212. ISBN 9789500737999. 
  97. «documentos desclasificados por el Departamento de Estado Norteamericano.». 
  98. Guerrillas and Generals: The Dirty War in Argentina, Paul H. Lewis, p 175, Greenwood Publishing Group, 2002
  99. a b c documentos desclasificados por el Departamento de Estado Norteamericano.
  100. "Political Terrorism, 1974–78", Volume 2, p. 110, Facts on File, inc. (1978)
  101. «Filmación luego del atentado de Montoneros contra el microcine del Circulo Militar. Copyright Archivo DiFilm». 
  102. PROYECTO DE LEY Expediente 0413-D-2008, Honorable Cámara de Diputados de la Nación (7 de marzo de 2008). «item 555 de lista de victimas». Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  103. Evita Montonera Nro.15 Pág 26. febrero de 1977. Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  104. Diario La Nación, pág 14 (19 de octubre de 1976). «Fue asesinado un directivo de Borgward». Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  105. Diario Clarín, pág. 5 (19 de octubre de 1976). «Asesinan en Ciudadela a un alto ejecutivo de una planta automotriz». Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  106. Diario Crónica, pág. 3 (19 de octubre de 1976). «Matan ejecutivo a balazos, al salir de su casa en Ciudadela». Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  107. Diario La Prensa, Pág. 9 (19 de octubre de 1976). «Asésinose a un ejecutivo de Borgward». Consultado el 29 de agosto de 2020. 
  108. Terrorists bomb provincial police headquarters injuring eleven. Documentos desclasificados por el Departamento de Estado Norteamericano.
  109. «18 killed in Argentina after bombing. The Montreal Gazette. 11/11/76.». 
  110. «Police, Leftists Battle; 15 Killed in Argentina. The Victoria Advocate, 11/17/76.». 
  111. Encyclopedia of modern worldwide extremists and extremist groups, Stephen E. Atkins, Página 202.
  112. «Admiral's child killed by bomb in Buenos Aires. St. Petersburg Times. 02/08/76.». 
  113. «NAVY CHIEF OF STAFF'S RESIDENCE BOMBED. Documentos desclasificados por el Departamento de Estado Norteamericano.». Archivado desde el original el 1 de agosto de 2013. 
  114. «,Terrorists Kill Businessman, The News and Courier, 14/11/1979». 
  115. «Estremecedor informe de inteligencia militar durante la dictadura. Lo que sabía el 601. Por Miguel Bonasso.». Archivado desde el original el 7 de noviembre de 2016. 
  116. La memoria de los de abajo 1945-2007: hombres y mujeres del peronismo revolucionario, perseguidos, asesinados, desaparecidos, caídos en combate Por Roberto Baschetti, Página 28, De la campana, 2007
  117. Nicaragua, un triunfo de América Latina, Página 67, Managua: SN
  118. «El eslabón perdido de la represión en Uruguay». 
  119. Carlos A. Manfroni (2012). Montoneros, soldados de Massera: la verdad sobre la contraofensiva montonera y la logia que diseñó los 70. Buenos Aires, Editorial Sudamericana. ISBN 9789500737999. Consultado el 4 de febrero de 2015. 
  120. Miriam Lewin y Olga Wornat (2014). Putas y guerrilleras, crímenes sexuales en los centros clandestinos de detención. Buenos Aires: Planeta. ISBN 978-950-49-3934-4. 
  121. Malvinas: no todo fue complicidad y engaño. Recuperando documentos
  122. Yofre, Juan B. (2011). 1982: los documentos secretos de la guerra de Malvinas/Falklands y el derrumbe del Proceso (2.ª edición). Buenos Aires: Sudamericana. pp. 414-415. ISBN 978-950-07-3666-4. 
  123. El buque Santísima Trinidad, los montoneros y la Operación Algeciras
  124. "El ex líder de los Montoneros entona un «mea culpa» parcial de su pasado", El Mundo, 4 de mayo de 1995.
  125. «Determinants of gross human rights violations by state and state-sponsored actors in Brazil, Uruguay, Chile, and Argentina, 1960-1990. Wolfgang S. Heinz y Hugo Frühling, P. 626, Martinus Nijhoff Publishers, 1999.». 
  126. «Los Montoneros proponen la constitución de un Frente Nacional». El País. AFP. 24 de marzo de 1982. Consultado el 23 de julio de 2013. «Un llamamiento a la constitución de un frente que reagrupe a todos los sectores de la sociedad argentina, salvo la "oligarquía", fue lanzado el lunes en esta capital por el secretario general del movimiento Montonero (izquierda peronista), Mario Eduardo Firmenich». 
  127. Ares, Carlos (12 de agosto de 1984). «Los montoneros, auge y caída del peronismo armado». El País. Consultado el 23 de julio de 2013. 
  128. «https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/d/d7/Decreto_157-83.pdf». 
  129. «Decreto 157/83». 
  130. «Consejo Superior». 
  131. «Argentina Ex-President Indicted». Daytona Beach Morning Journal (en inglés). 21 de diciembre de 1983. p. 32. Consultado el 12 de agosto de 2020. 
  132. «Al Pueblo de la nación argentina». Cedema. 12 de enero de 1982. Consultado el 12 de agosto de 2020. 
  133. Diario Clarín 21 de octubre de 1984, página 12
  134. «http://www.semana.com/mundo/articulo/se-lo-llevaron-firmenich/5932-3». 
  135. «http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/8/8d/Decreto_2742-90_Indulto_a_Firmenich.pdf». 
  136. http://www.cidh.oas.org/annualrep/88.89span/capitulo3.htm%7C Resolución 17/89, Informe Caso 10.037 Argentina del 13 de abril de 1989.
  137. Bartolucci, Mónica (primer semestre 2006). «Juventud rebelde y peronistas con camisa. El clima cultural de una nueva generación durante el gobierno de Onganía». Estudios Sociales XVI: 127. 
  138. Tortti, María Cristina (1999). «Protesta social y "Nueva Izquierda" en la Argentina del Gran Acuerdo Nacional». En Pucciarelli, Alfredo, ed. La primacía de la política Lanusse, Perón y la Nueva Izquierda en tiempos del GAN. Buenos Aires: Edudeba. pp. 205-230. ISBN 9789502308340. 
  139. Ruinas digitales
  140. Jorge Cedrón (director) y Juan Gelman (textos) (1978). Resistir. 
  141. (pág. 324).
  142. (pág.426).
  143. “Soy testigo de las complicidades ocurridas en 1973. El 9 de junio se hizo un acto de recuerdo en José León Suárez de los fusilamientos de diversos militantes peronistas ocurridos en un basural de esa localidad en 1955, por la dictadura militar que derrocó a Perón. Durante la ceremonia hubo un fuerte enfrentamiento a tiros entre grupos peronistas antagónicos. Por un lado, los sectores revolucionarios nucleados alrededor de los Montoneros, y por otro, diversos grupos de derecha y agrupaciones sindicales. El enfrentamiento dejó un muerto y algunos heridos, todos de la derecha peronista. El tiroteo fue provocado por una razón trivial no premeditada, lo sé porque yo fui quién lo detonó. (...) A pesar de las pocas bajas, en comparación con lo que estaba por venir, el evento ganó importancia por ser el acto inaugural de la violencia política en el período democrático iniciado el 25 de mayo de 1973. Demostró que las armas seguían engatilladas, que era fácil llevar al nivel militar la confrontación política que existía en el gobierno peronista, en donde los Montoneros dividían puestos e influencias con los sindicatos y la derecha. Esta confrontación parecía enseñar que la violencia era una forma de romper el impase en la ausencia de Perón, que aún no había regresado al país de forma permanente. (…) Por el lado de las ganancias, ascendí dos grados en la jerarquía de los Montoneros, de aspirante fui directamente a oficial primero. Por el lado de las pérdidas, el día siguiente al tiroteo mi foto ilustraba una nota en un diario de gran circulación. Yo aparecía con la pistola en la mano, el subtítulo me acusaba de ser el asesino. El diario pasó la foto a la policía de la Provincia de Buenos Aires y a varios grupos de derecha y del sindicalismo peronista que juraron vengarse. (…) Pero el subjefe de la policía Julio Troxler, por casualidad uno de los pocos sobrevivientes de los fusilamientos de José León Suárez, también era Montonero. Nos encontramos y me dijo para no preocuparme, él se había encargado de hacer desaparecer a toda la investigación policial, incluyendo las fotos. No volvería a verlo, la Triple A lo mataría un año más tarde. Nadie fue procesado por los acontecimientos del 9 de junio de 1973, prueba pequeña pero convincente de la complicidad que existía en la época entre algunos sectores del Estado y las guerrillas peronistas, especialmente con los Montoneros.”
  144. Arturo Corbetta, el general que defendió la Constitución en plena dictadura y les salvó la vida a Luis Brandoni, Marta Bianchi y Aníbal Troilo
  145. Amorín, José: "Montoneros: la buena historia" en http://www.descargarlibro.gratis/montoneros-la-buena-historia-jose-amorin-libro.html?u=montoneros-la-buena-historia-jose-amorin
  146. Senén González, Santiago (noviembre de 1997). «Trayectoria y muerte de José Alonso». Todo es Historia (Emilio Perina) (364): 82/92. 
  147. «La Muerte de José Alonso». La Causa Peronista. octubre 1974. 
  148. Guerrillas and Generals. The Dirty War in Argentina. Paul H. Lewis, p. 98, Greenwood Publishing Group, 2002
  149. (Buenos Aires, Planeta, 1984)
  150. (pág. 75).
  151. Richard Gillespie: Soldados de Perón. Los Montoneros; Grijalbo S.A., Buenos Aires,1987, pp. 212-213
  152. Consejo Nacional de Montoneros. «Código de Justicia Revolucionaria de los Montoneros (1975)». Constitucion web. Consultado el 23 de julio de 2013. 
  153. «http://historiapolitica.com/datos/biblioteca/2j_lenci.pdf». 
  154. Consejo Nacional de la organización Montoneros: Código de Justicia Penal Revolucionario. En Lucha armada en la Argentina, Buenos Aires 2007 año 3 №n° 8 pág. 124
  155. Soldiers of Perón: Argentina's Montoneros, Richard Gillespie, p 217, Clarendon Press, 1982
  156. Consejo Regional de Montoneros (3 de septiembre de 1975). «Comunicado sobre el “juicio revolucionario” a Fernando Haymal». Centro de Documentación de los Movimientos Armados. Consultado el 23 de julio de 2013. 
  157. Marta Diana; Mujeres guerrilleras. Sus testimonios en la militancia de los setenta, Booket, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C., Buenos Aires, 2011, pág. 21 y pág. 117
  158. Marta Diana; Mujeres guerrilleras. Sus testimonios en la militancia de los setenta, Booket, Grupo Editorial Planeta S.A.I.C., Buenos Aires, 2011, pág. 19 y pág. 123
  159. Felipe Celesia y Pablo Waisberg; Firmenich. La historia jamás contada del jefe montonero, Aguilar, Buenos Aires, 2010, pág. 282
  160. Inhuman los restos del General Cardozo. Intensa búsqueda de la autora del atentado
  161. Nadra, Giselle y Yamilé (2011). "Montoneros: Ideología y Política en El Descamisado". Buenos Aires. Ediciones Corregidor. ISBN 978-950-05-1955-7
  162. Daniel H. Mazzei; La misión militar francesa en la escuela superior de Guerra y los orígenes de la Guerra Sucia, 1957-1962
  163. Entrevista a Alberto Brito Lima. Revista Todo es Historia Nro. 592, Buenos Aires, noviembre de 2016, pp. 13-14.
  164. Carlos A. Manfroni; Propaganda Due: la logia que diseñó los 70 en la Argentina y en Italia. Revista Todo es Historia Nro. 599, Buenos Aires, junio de 2017, pág.11.
  165. "cuenta Rolo Diez, ex segundo jefe de Inteligencia del PRT-ERP, en manos del teniente Pancho Javier Ramón Coccoz, tras la muerte (29 de marzo de 1976) del Capitán Pepe Juan Mangini, que en sus cotidianos encuentros con el empresario Diego Muniz Barreto, ex comando civil de la Revolución Libertadora en 1955; el ex funcionario del gobierno de facto de Juan Carlos Onganía y posteriormente financista del montonero Rodolfo Galimberti y ex diputado nacional por la Tendencia Revolucionaria le ofreció una colaboración mensual de 50 millones de pesos de la época para gastos de la inteligencia erpiana. El ofrecimiento no llegó a concretarse porque al poco tiempo Muniz Barreto fue secuestrado y asesinado." en Armas, secuestros extorsivos y una curiosa reacción de Perón: cómo fueron los operativos con los que el ERP recaudó millones
  166. Salas, E.; El falso enigma del “caso Aramburu”, en Lucha Armada. N°2, Buenos Aires, 2005
  167. Juan Perón reportaje completo de 1973.wmv min. 1:20
  168. Evita Montonera Nro. 12
  169. Pilar Calveiro. Política y/o violencia. Una aproximación a la guerrilla de los años 70", Grupo Editorial Norma, Bs. As, 2005, pág. 185 y pág. 176
  170. Pablo Giussani (2011). «Montoneros, la soberbia armada (Edición Definitiva)». Penguin Random House Grupo Editorial Argentina. ISBN 9789500736398. 
  171. Jorge Lanata (2003). «Argentinos: Siglo XX - desde Yrigoyen hasta la caída de De la Rúa». Ediciones B. p. 386. ISBN 9789501522594. 
  172. Cortese Emilio (2013). ¿La organización vence al tiempo? El vínculo entre la OLP y Montoneros. XIV Jornadas Interescuelas/Departamentos de Historia. Departamento de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Universidad Nacional de Cuyo, Mendoza.
  173. Abel Posse; Noche de lobos, Planeta, Buenos Aires, 2011.
  174. Eudald Cortina Orero; Internacionalismo y Revolución Sandinista: proyecciones militantes y reformulaciones orgánicas en la izquierda revolucionaria argentina, Universidad de Santiago de Compostela (USC), España.
  175. «art. 21 de la Constitución Nacional». 
  176. a b Menzulio, Mariana (diciembre de 2015). «A 30 años de la sentencia a las Juntas Militares». Telam. 
  177. a b c Bertolino, Pedro J. (1986). El debido proceso legal. La Plata: Platense. 
  178. a b c Rubianes, Carlos J. (1982). Manual de Derecho Procesal Penal. Buenos Aires: Depalma. 
  179. «Causa 13/84, Considerando SEGUNDO Capítulos I y II». 
  180. «(ibíd. Considerando SEGUNDO Capítulo III)». 
  181. «(ibíd. Conf. "Evita Montonera" de enero de 1975, prueba documental N° 17 del cuaderno de prueba de la defensa de Viola. Considerando SEGUNDO Capítulo IV)». 
  182. «(ibíd. Considerando SEGUNDO Capítulo V)». 
  183. «Fallos CSJN 309 pág. 1669». 
  184. «art. 21 Código Penal Argentino». 
  185. a b Amato, Alberto (21 de junio de 2016). «Con Ricardo Obregón Cano se va un histórico del peronismo». Clarín. 
  186. «Murió Ricardo Obregón Cano, exgobernador de Córdoba e histórico dirigente peronista». 20 de juunio de 2016. 
  187. «Condena penal de Obregón Cano. Boletín de Jurisprudencia de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal año 1986 N° 2 pág. 334». 
  188. «Ibíd. pág. 336». 
  189. «Ibíd. pág. 337». 
  190. Fallos CSJN Tomo 308 pág. 1624.
  191. Revista Jurídica Argentina LA LEY, Tomo 1987-A, pág. 447, fallo n.º 85.491
  192. Diario Clarín del 20 de mayo de 1987, página 9.
  193. Cadena perpetua al líder histórico de los montoneros, Periódico “La Vanguardia” de Barcelona del 20 de mayo de 1987, página 12, consultado el 29 de mayo de 2014.
  194. Jurisprudencia Argentina, Año 1989, Tomo IV, pág. 321, ISSN 0326-1182
  195. «Jurisprudencia Argentina, Año 1989, Tomo IV, pág. 321, ISSN 0326-1182». 
  196. Fallos CSJN 312-1262.
  197. «CFedCapFed Sala I Causa n.º 20.716 "FIRMENICH", registro n.º 505/89, Sentencias, Tomo 112, septiembre-diciembre 1989, páginas 809 a 838.». 
  198. «Fallos CSJN 313 pág. 891». 

Bibliografía complementaria


Enlaces externos