Liberalismo francés

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Liberalismo francés es la denominación historiográfica[1]​ de las manifestaciones francesas de la ideología y movimiento político denominado genéricamente "liberalismo".

Los trabajos de Lucien Jaume[2]​ han iluminado dos puntos clave en el orleanismo,[3]​ la corriente del liberalismo que tuvo más responsabilidad política durante el siglo XIX: la disminución relativa del papel del individuo y la atribución de un rol importante al Estado (aunque se trate de un Estado poco intervencionista en economía). René Rémond sitúa en la continuidad de esta corriente lo que él denomina la derecha liberal,[4]​ presente en la Union pour la démocratie française (UDF).

Frente a esta corriente, en el siglo XIX destacó un grupo de intelectuales liberales críticos con el orleanismo, en torno a Germaine de Staël y Alexis de Tocqueville; y el catolicismo social. Es de notar que a este "tropismo de derecha", mayoritario políticamente en Francia, responde un "tropismo de izquierda", que es la corriente principal del liberalismo anglo-sajón[5]​ (siendo la corriente "de derechas" el conservadurismo -denominación poco utilizada en Francia-[6]​). Puede que por esa razón, las corrientes liberales de izquierda en Francia prefieran adoptar las etiquetas de "republicanismo" o de "radicalismo" (Parti Républicain, Radical et Radical-Socialiste)[7]​ que no se aplican de la misma manera a las corrientes liberales inglesas en cierto modo equivalentes (John Stuart Mill, radicals).

Desde mediados del siglo XX, junto a una "derecha liberal" (tal como es definida por René Rémond) se encuentra una corriente muy marcada por el liberalismo económico de la escuela austríaca y algunos expertos de inspiración social-liberal.

Fuentes del liberalismo[editar]

Para 1830 el uso del término estaba bien establecido, de modo que Victor Hugo pudo emplearlo para definir el movimiento literario del que pretende hacer un manifiesto, una verdadera ruptura generacional, en la presentación de Hernani (9 de marzo -cuatro meses antes de las "tres gloriosas" jornadas de la Revolución de julio): "El romanticismo no es más que el liberalismo en literatura... la libertad literaria es hija de la libertad política".

Jeunes gens, ayons bon courage ! Si rude qu'on nous veuille faire le présent, l'avenir sera beau. Le romantisme, tant de fois mal défini, n'est, à tout prendre, et c'est là sa définition réelle, si l'on ne l'envisage que sous son côté militant, que le libéralisme en littérature. Cette vérité est déjà comprise à peu près de tous les bons esprits, et le nombre en est grand ; et bientôt, car l'oeuvre est déjà bien avancée, le libéralisme littéraire ne sera pas moins populaire que le libéralisme politique. La liberté dans l'art, la liberté dans la société, voilà le double but auquel doivent tendre d'un même pas tous les esprits conséquents et logiques... la liberté littéraire est fille de la liberté politique.[8]

Precursores[editar]

La gran diversidad de teorías y movimientos políticos que se desarrollan antes (Montesquieu, Voltaire, Rousseau, los enciclopedistas o philosophes) y durante la Revolución francesa (grupos políticos de la Revolución francesa y textos notabilísimos, como el panfleto ¿Qué es el Tercer Estado? del abate Sieyès, la Declaración de Derechos del Hombre y el Ciudadano de 26 de agosto de 1789, o la intevención de Isaac le Chapelier ante la Asamblea que dio origen a la Ley Le Chapelier de 14 de junio de 1791) presentaba entre ellos muchas de las características que se entienden como de ideología liberal.[9]​ Lo mismo puede decirse de las teorías económicas (Quesnay, Turgot, Say).

No obstante, la propia palabra "liberal", que nace en el entorno del liberalismo gaditano español de 1812, y se extiende a como etiqueta política a otros países, se aplica en Francia más bien a corrientes posteriores:

Nacimiento del liberalismo bajo la Revolución y el Imperio[editar]

El grupo denominado Idéologues[12]​ ("Ideólogos": Pierre Jean Georges Cabanis, Pierre Daunou, Dominique Joseph Garat, Volney, Destutt de Tracy -su líder, que a su vez decía inspirarse en Condillac-), junto con Madame Germaine de Staël, jugaron en el periodo de la Revolución francesa y el Imperio napoleónico un importante papel en la conformación de lo que más adelante sería el liberalismo francés; o, más propiamente, los liberalismos franceses. Antes del golpe de Estado del 18 de brumario, en el que los Idéologues serían parte activa, el grupo se encontraba próximo a Madame de Staël.[13]​ El ascenso de Napoleón les separó y provocó en la última una conversión intelectual. Así, un historiador como Albert Thibaudet[14]​ la ha llegado a denominar la mère de la Doctrine,[15]​ es decir, la madre de la doctrina (el doctrinarismo o liberalismo doctrinario) que es la base del orleanismo. El pensamiento de su "primer periodo" se organiza como el de los Idéologues en torno de una "continuación de las ideas de Turgot y de Nicolas de Condorcet sobre el progreso indefinido del que es susceptible la especie humana",[16]​ con la voluntad de hacer emerger un poder ejecutivo fuerte.[16]

Los idéologues, como los fisiócratas y, con ellos, la mayor corriente del liberalismo francés, tenían una visión pasiva de la libertad popular. En un discurso ante el Consejo de los Quinientos, Pierre Jean Georges Cabanis dice: dans le véritable système représentatif, tout se fait au nom du peuple et pour le peuple, rien ne se fait directement par lui : il est la source sacrée de tous les pouvoirs, mais il n'en exerce aucun,[17]​ visión que más adelante criticará Alexis de Tocqueville remarcando según la frase de Lucien Jaume que les Français ont privilégié l'égalité passive sur la liberté,[17]Germaine de Staël, expuesta a la hostilidad de Napoléon Bonaparte, fue en cierta forma la víctima de tal sistema y privada como los otros franceses de lo que Hannah Arendt llama le bonheur public que se reserva a la élite dirigente del país del que ella ha sido excluida. Por su estancia en Alemania descubrió el kantismo (del que no tuvo más que un conocimiento parcial),[18]​ poniendo especial acento en el sujeto interior.[19]​ Ella desarrolló lo que Lucien Jaume llama un libéralisme du sujet... ou ....de la conscience.[20]​ Esta primacía del sujeto o de la conciencia va a tener varias consecuencias: De una parte, se opone a Destutt de Tracy que en una cuestión del Institut sobre la moral en un pueblo respondía: pour conduire la volonté, il ne s'agit que de diriger leur jugement en les endoctrinant[21]​ que, para ella la buena moral es del dominio de la libertad interior y sólo puede ser bendecido por tal concepción.[22]​ Niega así el cinismo en política y especialmente una doble moral: la de la vida privada y la del hombre de Estado.[23]​ Del mismo modo, para Madame de Staël, ce n'est pas le nombre des individus qui constitue leur importance en morale. Lorsqu'un innocent meurt sur un échafaud, des générations entières s'occupent de son malheur, tandis que des milliers d'hommes périssent dans une bataille sans qu'on s'informe de leur sort.[24]

En cambio, esta opción que la lleva a criticar el utilitarismo de Jeremy Bentham tendrá para Alexis de Tocqueville un aspecto negativo: siguiendo el título de uno de los capítulos de De la démocratie en Amérique, combatir l'individualisme par la doctrine de l'intérêt bien entendu,[25]

Liberalismos desde la Restauración hasta el final del Segundo Imperio[editar]

Comisión de revisión de la Constitución, 1851. Estaba compuesta por quince miembros: Odilon Barrot, Jean Didier Baze, Pierre-Antoine Berryer, Victor de Broglie, Eugène Cavaignac, Hippolyte Charamaule, Jean-Baptiste-Adolphe Charras, Claude François Philibert Tircuy de Corcelle, Gabriel Michel Dufour, Jules Favre, Anatole de Melun, Charles de Montalembert, Jules de Mornay, Gabriel-Michel Moulin y Alexis de Tocqueville.


Orleanismo[editar]

El movimiento fue fundado por Guizot en 1815-1820 bajo el nombre de libéralisme notabiliaire ("liberalismo de notables").[26]​ Entre otros, forman parte de él personajes como Royer-Collard y Victor de Broglie (1785-1870) o el filósofo Victor Cousin-[27]​ Presente varios puntos clave:

  • No busca la emancipación del individuo, sino son inscription - autant que faire se peut -dans un corps :groupe social, "corporation" réelle ou fictive, institution d'encadrement dont l'État est la première matrice ("su inscripción -en la medida en que se pueda- en un cuerpo: grupo social, «corporación» real o ficticia, institución de encuadramiento en la que el Estado es la primera matriz").[26]
  • Guizot no cree, a diferencia de la corriente de Germaine de Staël y Benjamin Constant, en la facultad de juicio de los individuos en el examen razonado de las leyes. Para él, la ley despierta supériorités naturelles ("superioridades naturales").[28]​ Critica que para ellos la presse est une fonction sociale à remettre aux mains des grands intérêts ("la prensa es una función social a poner en manos de los grandes intereses").[27]
  • De hecho, se trata de un libéralisme d'État ("liberalismo de Estado") que critica el despotisme napoléonien ("despotismo napoleónico") pero queda muy impregnado de él.[29]

Grupo de Coppet y Alexis de Tocqueville[editar]

[30]

Se trata de pensadores (Germaine de Staël, Benjamin Constant, Alexis de Tocqueville, Jean de Sismondi, Lucien-Anatole Prévost-Paradol, Edouard Laboulaye -el que tuvo la idea de levantar la Statue de la Liberté) de los que más adelante hubieran recibido la denominación de "intelectuales". Se oponían firmemente a François Guizot y el orleanismo.

Aunque su obra es todavía estudiada en la actualidad, las instituciones francesas mantenidas o creadas por los orleanístas terminaron siendo casi el opuesto exacto de su pensamiento: no confiaban en los individuos aunque, al contrario, insisten en el individuo, su facultad de juzgar y su participación en la elaboración de las leyes. Así, ellos élaborent un libéralisme du sujet et de la conscience ("elaboran un liberalismo del sujeto y de la conciencia").[31]​ El orleanismo confía en el Estado, mientras que ellos desconfían. Sobre este punto, la oposición es múltiple.

Aunque los orleanistas desean la presencia de expertos en el poder, Benjamin Constant desconfía de la confusión que puede resultar de ello, y estima que il faut distinguer l'influence de la classe éclairée comme éclairée et celle d'une partie de cette classe comme revêtue d'autorité ("hay que distinguir la influencia de la clase ilustrada como ilustrada y la de una parte de esta clase como revestida de autoridad").[32]​ Por otro lado, distinguen los intereses del poder político de los de la sociedad.[33]​ Por último, hay en ellos una reflexión sobre la responsabilidad de los funcionarios, notablemente durante el periodo de El Terror,[34]​ siguiendo la tradición francesa anterior, que consiste en sustraer a los funcionarios de las reglas ordinarias.[35]

Catolicismo liberal[editar]

Nace en 1828 en torno a Félicité de Lamennais, Henri Lacordaire y Charles de Montalembert, con ocasión de la prohibición de la enseñanza a las congregaciones religiosas.[36]

Estos hombres se encuentran en tensión entre las libertades individuales (especialmente la libertad de prensa) y la doctrine des "droits de la vérité", qui sera celle de l'Église jusqu'à Vatican II ("la doctrina de los «derechos de la verdad», que será la de la Iglesia hasta el Vaticano II"), que precisa que seule la Vérité a des droits ("que solo la Verdad tiene derechos").[37]​ Globalmente, están por la libertad de enseñanza, una fuerte descentralización, la libertad de prensa, la libertad de asociación y de reunión, que por entonces era objeto de fuerte represión.[36]

El punto de tensión que les va a dar más problemas es su doble negación de la infalibilidad del Estado y de la Iglesia. Lamennais abandonará la Iglesia en 1834, mientras que Montalembert responderá a una carta del secretario de Estado del papa recordándole los droits de la Vérité:[38]la question n'est pas de savoir si l'erreur a des droits, mais si les hommes qui se trompent de bonne foi n'en ont pas ("la cuestión no es saber si el error tiene derechos, sino si los hombres que se equivocan de buena fe no los tienen").[39]

Liberalismos y economía[editar]

Dos grandes grupos de economistas reproducen la división orleanismo/grupo de Coppet:

Domina la corriente doctrinaria y orleanista, continuando la tradición que deriva de Quesnay, que defiende la existencia de un orden de la naturaleza y leyes naturales que el gobierno no debe ignorar. La visión de Quesnay y de la fisiocracia es la de un monarca autorité tutélaire établie par la société pour la gouverner par des lois positives, conformément aux lois naturelles qui forment directement et invariablement la constitution de l'État ("autoritario tutelar establecido por la sociedad para gobernarla mediante leyes positivas, conforme a leyes naturales que forman directamente e invariablemente la constitución del Estado"),[40]​ lo que cuadra bien con la concepción del Estado y la economía de Guizot, y con él del orleanismo.[41]​ Con ellos, Frédéric Bastiat representa esta línea providencialista pero sin le despotisme légal des physiocrates ("el despotismo legal de los fisiócratas"). Entre los economistas que se encuadran en esta corriente están Charles Dunoyer y Henri Baudrillart.

Po el contrario, el grupo de Coppet con Jean de Sismondi diseña un universo completamente distinto. Es uno de los primeros economistas que critican la ley de Say[42]​ (la que propone que la oferta crea su propia demanda, y que continuará siendo uno de los preceptos básicos de la economía clásica y del providencialismo hasta Keynes). La idea de Sismondi es que en la relación de los intereses el equilibrio no es siempre justo, y que ciertos intereses pueden tomar sobre otros una ventaja destructiva. Pone como ejemplo uno de los fenómenos de su época: el trabajo infantil (que comenzaba a ser común desde los seis años).[43]

El liberalismo después de 1958[editar]

Se distinguen al menos tres corrientes:

  • La que René Rémond denomina droite libérale ("derecha liberal"). Derivada del orleanismo, ha inspirado el partido denominado Union pour la démocratie française (UDF).[44]​ Para Rémond, ces libéraux comptent plus sur l'initiative privée, indidivuelle ou collective, que sur l'intervention de la puissance publique pour apporter une réponse appropriée aux problèmes concrets, créer de la richesse, innover en tout domaine ("estos liberales cuentan más con la iniciativa privada, individual o colectiva, que con la intervención de los poderes públicos para aportar una respuesta apropiada a los problemas concretos, crear riqueza, innovar en todo campo");[45]​ pero se trata de un libéralisme tempéré ("liberalismo templado" o "atemperado") bastante alejado de Margaret Thatcher o de Ronald Reagan.[46]
  • La marcada por el liberalismo económico de la escuela austríaca.
  • A la izquierda, la de los expertos denominados socioliberales, próximos al Partido Socialista Francés, como Pascal Lamy.[47]

Según una encuesta del CEVIPOF, en 2016 la proporción de liberales no sobrepasa la tercera parte del electorado francés.[48]

Véase también[editar]

Bibliografía[editar]

Notas[editar]

  1. Uso bibliográfico de la expresión "liberalismo francés" - "liberalismo en Francia"; con ejemplos de Sartori o Tony Judt (Pasado imperfecto. Los intelectuales franceses: 1944-1956, pgl 285):
    ... emplear el 1850 lenguae del liberalismo simonsimon a.n.j.o ... y de los derechos en contra de sus oponentes. De ahí, por ejemplo, la fácil adopción del lenguaje de los derechos entre los radicales británicos del siglo XIX, al invocar contra la aristocracia o la clase medie el lenguaje mismo que éstas empleaban en defensa de sus ventajas y privilegios. En Francia, como en buena parte de la Europa continental, el liberalismo terminó por significar algo muy distinto. Al igual que en la tradición anglosajona, connotaba una disposición social en la que los privilegios se protegían cuando era posible defenderlos sobre principios universales, y en donde una nueva clase dirigente y laica se apropiaba del lenguaje antiguo de la oposición para garantizarse su propio estatus frente a las exigencias de una clase revolucionaria situada por debajo. Pero al contrario que la evolución que se dio en Gran Bretaña o en Estados Unidos, el liberalismo en Francia tuvo sus raíces en su momento de origen y fue virtualmente impermeable a las nuevas exigencias e intereses. Por consiguiente, aquellos cuyos derechos quedaron desprotegidos, o aquellos cuyos intereses no quedaron cuviertos por las disposiciones existentes, buscaron instrumentos alternativos con los cuales prosperar en sus exigencias, y rechazaron la sociedad liberal y sus derechos por considerarlos inapropiados e hipócritas. Ecos de esta divergencia entre las dos concepciones del liberalismo se hallan aún en los sentidos tan distintos que se atribuyen al término liberalismo en Estados Unidos (donde denota la izquierda más permeable de las corrientes políticas dominantes) y en Italia o Alemania, donde hace referencia a la organización política y a las ideas de la élite industrial y comercial. Pero fue sobre todo en Francia donde el término liberalismo desapareció del canon político de la izquierda. Éste es un punto que no deja de ser curioso, por no decir paradójico. En ningún otro país tanto como en Francia nació la política moderna dentro de un debate en torno a la sociedad, un debate en el que los derechos estaban en boca de todos. Francia, según se ha proclamado ad nauseam, era el país de los Derechos del Hombre, la nación cuyas sucesivas constituciones han prestado atención manifiesta a los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el país cuya revolución constituye el momento fundacional de la política moderna en toda Europa y en buena parte del mundo. No obstante, el problema en Francia era que, desde un momento muy temprano, en el desarrollo de las modernas tradiciones políticas los derechos perdieron su estatus extrapolítico y pasaron a ser objeto de recelo. Dejaron de tomarse en serio, por así decir. ... la versión más estática del pensamiento político francés, que lo trata como algo estructuralmente determinado por la omnipresencia de un Estado centralizado en toda la teoría pública... en contraste con el lugar inferior que ocupó en especulaciones comparables en Escocia, Italia y en otros países. Para muchos de los partícipes en la Ilustración francesa era axiomático que los intereses y las necesidades del individuo probablemente nunca hallasen armonía...
  2. Bacot, fuente citadas en Lucien Jaume
  3. Jaume, 2008, pp. 39-44
  4. Right-wing liberalism: liberalismo nacionalista -Beck, fuente citada en National liberalism-, Libertarismo de derechas -Baradat, fuente citada en en:Right-libertarianism-, liberalismo clásico y liberalismo conservador.
  5. Es común en la bibliografía la identificación de las revoluciones burguesas (muy precoces en Inglaterra -Revolución inglesa, Revolución Gloriosa- y Estados Unidos -Revolución de las Trece Colonias-) con las revoluciones liberales. Se suele identificar a John Locke como el teórico fundacional de liberalismo anglo-sajón, que continuarían en América Thomas Jefferson o los autores de los Federalist Papers; en Europa Edmund Burke o Jeremy Bentham; y en ambos continentes Joseph Priestley o Thomas Paine. En Bowood Circle en torno a William Petty se contó con la presencia de Mirabeau antes de la Revolución, y a partir del Terror se contó con una nutrida presencia de franceses emigrés, ya con opiniones más alejadas del radicalismo. Se encuentra en el Discurso a los electores de Bristol de Burke (1774) un temprano uso de la palabra "liberal" en un contexto político, pero debe ser vista en su significado original: "generoso" -aunque también "de noble cuna, libre"- (Online Etymology Dictionary). Texto en american.edu - traducción en constitucionweb:
    I owe myself, in all things, to all the freemen of this city. My particular friends have a demand on me, that I should not deceive their expectations. Never was cause or man supported with more constancy, more activity, more spirit. I have been supported with a zeal indeed and heartiness in my friends, which (if their object had been at all proportioned to their endeavours) could never be sufficiently commended. They supported me upon the most liberal principles. They wished that the members for Bristol should be chosen for the City, and for their Country at large, and not for themselves.

    /

    Me debo en todas las cosas a todos los vecinos de esta ciudad. Mis amigos particulares tienen sobre mí el derecho a que no defraude las esperanzas que en mí han depositado. Nunca hubo causa que fuera apoyada con más constancia, más actividad, más espíritu. He sido apoyado con un celo y un entusiasmo por parte de mis amigos, que -de haber sido su objeto proporcionado a sus gestiones- nunca podría ser suficientemente alabado. Me han apoyado basándose en los principios más liberales. Deseaban que los diputados de Bristol fueran escogidos para representar a la ciudad y al país y no para representarles a ellos exclusivamente.

    Para Vargas Llosa, Al final, ¿qué es ser un liberal?, La Nación, 27 de enero de 2014:

    A fines del siglo XVIII este vocablo cambia de naturaleza y adquiere matices que tienen que ver con las ideas sobre la libertad y el mercado de los pensadores británicos y franceses de la Ilustración (Stuart Mill, Locke, Hume, Adam Smith, Voltaire). Los liberales combaten la esclavitud y el intervencionismo del Estado, defienden la propiedad privada, el comercio libre, la competencia, el individualismo y se declaran enemigos de los dogmas y el absolutismo.

    En el siglo XIX un liberal es sobre todo un librepensador: defiende el Estado laico, quiere separar la Iglesia del Estado, emancipar a la sociedad del oscurantismo religioso. Sus diferencias con los conservadores y los regímenes autoritarios generan a menudo guerras civiles y revoluciones. El liberal de entonces es lo que hoy llamaríamos un progresista, defensor de los derechos humanos (desde la Revolución Francesa se les conocía como los Derechos del Hombre) y la democracia.

  6. Chateubriand funda Le Conservateur -Le Conservateur-, que se publica entre 1818 y 1820 (Plus on défendra les principes de la vraie liberté, plus on réclamera pour les citoyens la garantie et l'égalité des droits, et plus on devra s'élever contre tout ce qui passe les limites posées par l'expérience, marquées par la Sagesse. Et croit-on que les démagogues qui crient à la liberté lui élèvent un autel dans leur cœur ? Ils ne l'ont jamais aimée ; ils ne l'ont jamais servie. Ce qu'ils désirent, c'est l'abaissement de tout ce qui est au-dessus d'eux. Ils accepteraient demain le despotisme, pourvu que ce fût avec l'égalité de 93. Leur amour de la liberté, c'est de la haine et de l'envie); pero esta corriente, el legitimismo, difícilmente puede ser considerada "liberal": Joseph de Maistre, Louis de Bonald (entre los que publican en Le Conservateur, además de Bonald, están Jean-Charles de Castelbajac, el conde Arsène O'Mahony -Arsène O'Mahony-, el abad de Lamennais, Joseph de Villèle, Charles-Marie d'Irumberry de Salaberry -fr:Charles-Marie d'Irumberry de Salaberry- y Joseph Fiévée). Véase Historia de la extrema derecha en Francia
  7. Leon Gambetta, Georges Clemenceau, Jules Ferry, etc.
  8. Préface d'Hernani en lettres.ac-rouen.fr
  9. Giovanni Sartori, ¿Qué es la democracia?, pg. 179: "la historia del liberalismo en Francia es singular. Francia, con Montesquieu, Constant, los autores de la Restauración y, finalmente, con Tocqueville, ha producido la suma más consistente de todo el pensamiento liberal. Sin embargo, también en Francia el liberalismo de Constant y de su escuela pasó sus dificultades con la Revolución de 1848."
  10. Le Bas, fuente citada en Claude Buffier
  11. a b Jaume, 1998, p.48
  12. Société des idéologues, fundada por Destutt de Tracy en 1795. Manzoni, fuente citadas en Société des idéologues. Véase también ideología.
  13. Jaume, 1997, p.27
  14. Leymarie, fuente citada en Albert Thibaudet
  15. Jaume, 1997, p.26
  16. a b Jaume, 1997, p.28
  17. a b Jaume, 1997, p.32
  18. Jaume, 1997, p.48
  19. Jaume, 1997, p.60
  20. Jaume, 1997, p.49
  21. Jaume, 1997, p.30
  22. Jaume, 1997, p.42
  23. Jaume, 1997, p.45
  24. cité in Jaume, 1997, p.45
  25. Voir Jaume 1997, pp.40-41
  26. a b Jaume, 1998, p.42
  27. a b Jaume, 1998, p.40
  28. Jaume, 1998, p.39
  29. Jaume, 1998, p.46
  30. Groupe de Coppet es la denominación historiográfica de un grupo informal de intelectuales reuindos en torno de Madame de Staël, entre la Revolución y la Restauración, en el château de Coppet -château de Coppet-, a orillas del Lago Léman, en Suiza: Benjamin Constant, Charles Victor de Bonstetten, August Wilhelm Schlegel y Jean de Sismondi. Hofmann, fuente citada en Groupe de Coppet
  31. Jaume 1998, p.41
  32. Jaume 1998, p.47
  33. Jaume 1998, p.46
  34. Jaume 1998, p.48
  35. Jaume 1998, p.43
  36. a b Jaume, 1998, p.52
  37. Jaume, 1998, p.51
  38. Jaume, 1998, p.53
  39. Lettre cité in Lecanuet, Montalembert, 3°ed, t.3, p.368 cité in Jaumme, 1998, p.53
  40. Citation de Quesnay in Jaume, 1997, p. 476
  41. Jaume, 1997, p. 477
  42. Laume 1997, p.483
  43. Jaume, 1997, p.484
  44. Rémond, 1985, p.145
  45. Rémond, 1985, p.155
  46. Rémond, 1985, p.159
  47. [1]
  48. Luc Rouban, Existe-t-il un électorat social-libéral ?, en Rapport de recherche pour le CEVIPOF, 2016. Consulté le 8 juin 2016.
  49. Républicanisme en France au xixe siècle
  50. Bruno Fuligni, QUAND LES FRANÇAIS DEVENAIENT TOUS RÉPUBLICAINS Archivado el 27 de febrero de 2017 en Wayback Machine., L'Hemicycle, 5 août 2015.
  51. Anderson, fuente citada en fr:Deux cents familles
  52. François Gendron, The Guilded youth of Thermidor
  53. Flutre, fuente citada en fr:Romantisme français
  54. Universidad de Ottawa, fuente citada en fr:Robert Leroux (sociologue)

Enlaces externos[editar]

Égalité et liberté pour tous. [...] Mais seul le possédant est véritablement libre et peut représenter les autres. L’électeur à 300 francs représente parfaitement l’électeur à 200 francs, à 100 francs. Il ne l’exclut pas ; il le représente, il le protège, il le couvre, il ressent, il défend les mêmes intérêts. Je suis pour mon compte ennemi décidé du suffrage universel.
François Guizot (président du conseil des ministres de Louis-Philippe), discours à la Chambre des députés, 15 février 1842.
Sur cette terre d’égalité et de liberté, tous les hommes respirent le même air et le même droit. II y a dans l’année un jour où celui qui vous obéit se voit votre pareil, où celui qui vous sert se voit votre égal […]. Il y a un jour dans l’année où le journalier, le manœuvre, l’homme qui casse des pierres au bord des routes, prend dans sa main, durcie par le travail, les ministres, les représentants, le président de la République, et dit : La puissance, c’est moi ! Regardez l’ouvrier qui va au scrutin. Il y entre, avec le front triste du prolétaire accablé, il en sort avec le regard d’un souverain. Or qu’est-ce que tout cela, Messieurs ? C’est la fin de la violence, c’est la fin de la force brutale, c’est la fin de l’émeute. C’est le droit d’insurrection aboli par le droit de suffrage.
Victor Hugo, discours à l’Assemblée nationale, 21 mai 1850.
Para Rousseau, la voluntad general está dada y se expresa en el modo de la unanimidad y de la evidencia. Esta dificultad se duplica [Contrat social, III-2] cuando Rousseau llega a plantear el problema de la articulación en cada representante del pueblo, entre su voluntad individual, su voluntad colectiva (en tanto que elegido) y su pertenencia a la voluntad general. ¿Pero cómo estar seguro de que prevaldrá la voluntad general? Es el origen de todos los ataques de Robespierre contra la corrupción de los representantes. Rousseau, más que instaurar esta armonía, la supone. El entusiasmo revolucionario colma este vacío político y constitucional, pero deja la puerta abierta a todos los golpes de fuerza. Igualmente Montesquieu, dominado por los supuestos de su época, reserva el régimen republicano a las ciudades pequeñas, y prepara la conclusión que Sieyès extraerá sobre el rol de la soberanía de la Asamblea únicamente. Es por esto que, en 1789, aplicando indebidamente a las competencias políticas el modelo de la división del trabajo (teorizado por Adam Smith), escribe: [La división del trabajo] "pertenece a los trabajos políticos como a todos los géneros del trabajo productivo. El interés común, el mejoramiento del estado social mismo, nos gritan que hagamos del gobierno una profesión particular". No se puede ser más claro: se puede dejar el nombre de "ciudadano" a todos, pero la efectividad de los derechos políticos, sobre todo del poder constituyente, debe ser revervado a la Asamblea (esta concepción triunfará, mutatis mutandis, en la Constitución del año III). Más tarde, con Termidor, Sieyès acusará abiertamente al concepto de voluntad general. Es la justificación del sufragio censitario. Se concederá de buen grado que Robespierre y Sieyès cambian y esquematizan a Rousseau y Montesquieu: pero sus contradicciones políticas emanan de los problemas teóricos dejados abiertos por los dos filósofos... [Esprit des lois, 6-XI]: "es necesario que el pueblo haga por medio de sus representantes todo aquello que no puede hacer por sí mismo". Condorcet responde a Sieyès en la Premier Mémoire de 1791 (p. 77): "Cuando la confección de las leyes, los trabajos de administración, la función de juzgar se convierten en profesiones particulares reservadas a aquellos que se han preparado para ello por los estudios propios de cada uno, entonces no puede decirse que reine una verdadera libertad. Se forma necesariamente en la nación una especie de aristocracia, no de talentos y de luces, sino de profesiones" ... Condorcet conilia razón común y voluntad general al formular una teoría racionalista del voto mayoritario. Vuelve entonces sobre la definición de la ley, problema central en Montesquieu y Rousseau; en noviembre de 1792, escribe: "La razón común ha consentido en la ley, ha igualmente pronunciado la ejecución de la ley, y este deseo es unánime como aquel del cual se deriva, el deseo de conformar su voluntad a las reglas comunes establecidas según la opinión de la mayoría; la voluntad general es que esta aplicación sea ejecutada"