Usuario:David barreiro/Zona de pruebas

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La hipocondría es una enfermedad por la que el paciente cree de forma infundada que padece alguna enfermedad grave [cita requerida]. El origen del término hace referencia a una región anatómica, el hipocondrio, situada bajo las costillas y el apófisis xifoides del esternón, donde según la escuela médica humoral se creía que se acumulaban los vapores causantes de este mal. La hipocondría es, en esencia, una actitud que el individuo adopta ante la enfermedad. La persona hipocondríaca está constantemente sometida a un análisis minucioso y preocupado, incluso obsesivo, de sus funciones fisiológicas básicas, pensando en ellas como una fuente de segura enfermedad biológica.

La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de alguna sensación corporal u otro signo que aparezca en el cuerpo [cita requerida] . Puede ocurrir, por ejemplo, con lunares, pequeñas heridas, toses, incluso latidos del corazón, movimientos involuntarios, o sensaciones físicas no muy claras. Aunque el médico le asegure que no tiene nada, el hipocondríaco solamente se queda tranquilo un rato, pero su preocupación vuelve de nuevo.

La interpretación catastrófica de los signos corporales más ínfimos por parte del individuo, es el mecanismo que desencadena la hipocondría. Se sabe que este trastorno afecta a menudo a ambientes familiares, es decir, que muchos miembros de una familia tienden a estar afectados. Hay familias que son especialmente sensibles y están muy inclinadas hacia la interpretación de los signos de enfermedad en todos los ámbitos de la vida. De esta forma, los miembros de la misma familia aprenden a interpretar negativamente cualquier signo corporal y lo asocian con angustia, miedo o ansiedad.

No debemos descartar que una persona hipocondríaca esté realmente enferma. En muchas ocasiones lo que hace es centrar su atención en síntomas leves o imaginarios (mareos, dolor de cabeza, etc.), y no en los verdaderamente importantes. Asimismo, el hipocondríaco, al centrar su atención emocional en una determinada función biológica, puede terminar por formar síntomas orgánicos reales (trastorno psicosomático). El enfermo expresa así el efecto nocebo, es decir, la aparición de un síntoma somático causado por un proceso psíquico.

Tanto el DSM-IV como en la CIE-10 se clasifica la hipocondría entre los trastornos somato-formes (Martínez, Rodríguez 2010). La característica central de éste grupo de trastornos es la presencia de síntomas físicos para los que las investigaciones médicas no encuentran una alteración orgánica que pueda explicarlos o de haber afectación orgánica, la expresión sintomatológica es groseramente excesiva para lo que cabria esperar de los hallazgos biomédicos. Más allá de las características compartidas de la hipocondría y somatización se diferencian en que en el caso de la hipocondría predomina la preocupación por el significado de los síntomas. En contraste, el paciente somatizador está centrado en los síntomas mismos y busca con insistencia su alivio. En éste sentido (Kirmayer y Robbins 1991) encuentran que entre pacientes de atención primeria podría discriminarse a pacientes somatizadores, hipocondríacos y aquellos con síndrome de ansiedad y depresivos con manifestaciones predominantemente físicas. (Martínez, Rodríguez 2010).

Criterios diagnósticos de la hipocondría en la clasificación de la psicopatología actuales[editar]

Las definiciones de hipocondría de las clasificaciones psicopatologías actuales las podemos ver en el siguiente punteo (Martínez, Rodríguez 2010)

DSM-IV[editar]

  • Preocupación por el miedo a tener, o la idea de que se tienen, una enfermedad grave que se basa en la interpretación errónea que hace la persona de los síntomas mas corporales.
  • La preocupación persiste a pesar de la evaluación y explicación médicas apropiadas.
  • La creencia del criterio A no es de intensidad delirante (como en el trastorno delirante, subtipo somático) y no se restringe a una preocupación circunscrita acerca de la apariencia (como en el trastorno dismórfico corporal).
  • La preocupación origina angustia o un deterioro clínicamente significativo a nivel social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.
  • La duración de la alteración es de por lo menos seis meses.
  • La preocupación no se explica mejor por un trastorno por ansiedad generalizada, trastorno obsesivo, compulsivo. Trastorno de pánico un episodio depresivo mayor, ansiedad de separación u otro trastorno somatoforme.

CIE-10[editar]

  • Creencia persistente de la presencia de al menos una enfermedad somática grave, que subyace al síntoma o síntomas presentes, aún cuando exploraciones y exámenes repetidos no hayan conseguido encontrar una explicación somática adecuada por ellos, o una preocupación persistente por una deformidad supuesta.
  • Negativa insistente a aceptar las explicaciones y las garantías reiteradas de médicos diferentes de que tras los síntomas no se esconda ninguna enfermedad ni anormalidad somática.


Sintomatología[editar]

Estamos ante un trastorno asociado muy a menudo con la ansiedad, por lo que el principal síntoma de la hipocondría es la preocupación exagerada que siente por su salud. El hipocondríaco medita constantemente sobre sus síntomas, reales o imaginarios, llegando a percatarse de signos funcionales que normalmente se escapan a la conciencia (intensidad de los latidos cardíacos, funciones digestivas, etc.). Puede describir su cuadro clínico con una sutileza impresionante, aclarando repetidas veces el alcance de cada uno de sus síntomas físicos. La atención del hipocondríaco se centra no sólo en el estudio de sí mismo (se toma el pulso, la temperatura, el número de respiraciones por minuto y la tensión arterial varias veces al día), sino también en la cantidad y composición de los alimentos. Sabe con qué aguas hace mejor la digestión, qué grados de ventilación o de temperatura le convienen, etc.

La característica esencial de la hipocondría es la preocupación y el miedo a padecer, o la convicción de tener, una enfermedad grave, a partir de la interpretación personal de uno o más signos o síntomas somáticos. La sintomatología más típicamente hipocondríaca es la sugestiva, que experimenta acompañada de una especial alteración negativa del estado de ánimo, sumamente desagradable, y que le hace colocarse en una actitud fóbica frente a sus molestias, de las que siempre cree que son el comienzo de enfermedades graves. Finalmente, el hipocondríaco acaba renunciando a casi todo para consagrarse a cuidar su enfermedad imaginaria.

En la hipocondría las preocupaciones del enfermo hacen referencia a funciones corporales (latido cardíaco, sudor o movimientos peristálticos), a anormalidades físicas menores (pequeñas heridas, tos ocasional) o a sensaciones físicas vagas y ambiguas (corazón cansado, venas dolorosas...). El individuo atribuye estos síntomas o signos a una enfermedad temida y se encuentra muy preocupado por su padecimiento. Pero al fin en realidad no existe ninguna enfermedad médica asociada a los síntomas que atribuye el individuo, y si el paciente está enfermo verdaderamente, su enfermedad no está relacionada con ellos. Del mismo modo esto se genera o se potencia ante análisis médicos rutinarios u obligatorios que tenga que realizarse (por ej. ante la proximidad de un análisis de sangre la persona puede imaginarse miles de posibles malos resultados).

Diagnóstico[editar]

Véase también: Trastorno somatomorfo.

La hipocondría hay que distinguirla de ser aprensivo; en la hipocondría el malestar es significativo y afecta la vida laboral, social u otras áreas importantes de la vida del sujeto. Hay que considerar también que la duración de la sintomatología sea significativa, al menos 6 meses, antes de diagnosticar dicha enfermedad. Se debe asegurar que el paciente no tenga verdaderamente ninguna enfermedad física. Una vez que se ha descartado, si el paciente sigue con angustia, preocupación y dudas acerca de su estado de salud, es conveniente estudiar la posibilidad de un trastorno psicológico. Los Criterios Diagnósticos de Investigación (CIE 10) para la hipocondría especifican que debe existir la convicción de "estar padeciendo como máximo dos enfermedades médicas importantes" y exigen que, por lo menos, una de ellas sea correcta y específicamente nombrada por el individuo que presenta el trastorno hipocondríaco. En psiquiatría, la actitud hipocondríaca aparece como un síntoma en algunas formas de depresión endógena, especialmente en la melancolía involutiva (depresión de los ancianos). También puede adquirir en ciertos casos los rasgos de un desarrollo delirante, de contenido hipocondríaco, en la llamada paranoia hipocondríaca. Multitud de neuróticos, tanto histéricos, neurasténicos, como organoneuróticos y pacientes psicosomáticos, destacan en su cuadro clínico general la actitud hipocondríaca.

Tratamiento[editar]

En algunos casos, se utilizan psicofármacos inicialmente para controlar los síntomas ansiosos tan importantes que padecen estos pacientes. Conjuntamente, se puede utilizar una terapia psicológica cognitivo-conductual, en la que se promueve la pérdida de la angustia y el miedo a la enfermedad que el hipocondríaco siente. [cita requerida] En un principio se le pide que no acuda más a la consulta del médico ni a las urgencias hospitalarias y que no hable de salud ni de enfermedad. Para esto es muy conveniente la colaboración de la familia del paciente, ya que han de entender que tiene un problema real, aunque no el que el paciente refiere, sino otro igualmente preocupante. Una vez que se ha establecido este marco fuera de la consulta, comienza el tratamiento psicológico propiamente dicho.[cita requerida] Como ya hemos dicho, el tratamiento básico consiste en perder el miedo a la enfermedad y a la muerte. Muchas veces la propia angustia producida por el pensamiento de estar enfermo, como sensación desagradable e incontrolable, se convierte en el desencadenante de dicho miedo. Para conseguir la desaparición de estos temores, se emplea la desensibilización en la imaginación a situaciones temidas y evitadas, para que finalmente el paciente pueda acercarse a ellas sin angustia y sin miedo. El paciente puede entonces comenzar a reinterpretar sus sensaciones corporales y sentir también aquellas que son agradables o neutras y su cuerpo deja de ser una fuente de dolor o temor y se puede convertir en un generador de placer y confianza. Finalmente, se trabaja para que el paciente pueda enfrentar con éxito otros problemas que aparecen en su vida cotidiana: toma de decisiones difíciles, cambio de trabajo, separaciones, etc. Se intenta evitar de esta forma que en el futuro se desencadenen situaciones de depresión o angustia continuada que le pueden hacer recaer en sus problemas hipocondríacos. Hay que observar que en algunos casos la diagnosis de hipocondría puede no ser correcta cuando el paciente realmente padece alguna enfermedad y es el especialista quien no consigue encontrar su verdadera causa. Por esta razón cada caso debe ser analizado a fondo antes de establecer un diagnóstico de hipocondría, ya que debe descartarse patología orgánica poco habitual, o problemática social o psicológica de fondo.

Véase también[editar]

Cibercondria.

Cibercondria[editar]

Definición[editar]

Tratamientos para la Hipocondría[editar]

  • Terapia psicodináica
  • Psicología de Self
  • Terapia de conducta
  • Terapia cognitiva
  • Terapia de Familia


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Cada vez más la población confían en internet como fuente de información sobre la salud y el bienestar (Rodriguez Camiño. 2003). En estos tiempos el cuidado de la salud y el bienestar se han convertido en una necesidad para muchos ciudadanos y pacientes e Internet se ha convertido en un instrumento fundamental de la trasmisión del conocimiento en salud. Ciertos estudios (Rideout, 2001) realizados en Estados Unidos con adolescentes indican que los temas de la salud prioritarios son las enfermedades especificas ya sea, cáncer diabetes, salud sexual, nutrición, actividad física e imagen corporal. Muchas veces la población empieza a tomar contacto con internet debido a las “comunidades virtuales” facilitan el apoyo emocional, el intercambio de información sobre su experiencias y consejos de autoayuda , ya que muchas veces por vergüenza o por infinidades de circunstancias esto puede ser anónimo y un modo fácil de hacer catarsis, pero los ciudadanos muchas veces no son conscientes de que se trata en realidad y prefieren desahogarse por este medio antes de ir a un psicólogo o incluso consultar acerca de sus síntomas antes de ir a visitar a un médico(Bakeretal, 2003). Por esto internet debería convertirse en un recurso potente para la aplicación de las directrices que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a los sistemas de salud con respecto a los adolescentes y jóvenes (Pernet, Gutiérrez, Jiménez, Tamayo. 2006, 2007). Entre estas directrices cabria destacar:

  • Proporcionar las condiciones que permitan a los jóvenes consumidores expresar sus necesidades en información y servicios de la salud
  • Mejorar el acceso de los adolescentes a servicios de la salud preventivos y curativos, adecuados a su estado de madurez y de circunstancias de vida.
  • Establecer canales de información alternativos para completar y extender la cobertura de servicios de salud para jóvenes. (Pernet, Gutiérrez, Jiménez, Tamayo. 2006, 2007)