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La mano de obra humana emergente de la Revolución Industriosa.

Revolución Industriosa[editar]

El concepto de Revoluciones industriosas o revolución industriosa ha vuelto a formar parte de la historiografía más reciente gracias a un historiador británico como C.A. Bayly. En una de sus recientes obras en las que aborda una historia mundial o global trae a colación el término ya usado y acuñado por el historiador holandés Jan de Vries.

El concepto revolución industriosa, enmarca un proceso de la historia en la que el ser humano se da cuenta de las posibilidades de una protoindustrialización. Esta serie de cambios de tipo antropológico son la utilización de mano de la mano de obra familiar de una manera más eficaz con la compra de bienes y servicios fuera de la propia casa, nuevos paquetes de bienes de consumo que favorecen un mayor consumo y con ello un mayor bienestar social. Finalmente, como diferencia frente a la conocida Revolución Industrial, las revoluciones industriosas no solamente fueron una revolución en el sentido económico de la oferta, sino que también entraron dentro del grupo de la demanda.

El concepto de revolución industriosa que Bayly utiliza tomado de la obra de Jan de Vries es un concepto que puede ser extrapolable a las relaciones internaciones. Tomando el concepto como base de una industrialización que sucederá más adelante. La revolución industriosa de la que nos habla Bayly se trata de una revolución de carácter global, con unos claros tintes internacionales que van a afectar de manera unánime a los grandes actores de las relaciones internacionales, es decir, las potencias.

La Revolución Industriosa y su impacto en las relaciones internacionales en la Edad Contemporánea[editar]

Bayly y Jan de Vries al hablar de revolución industriosa hacen un ejercicio de retrotraer el tiempo y la memoria hasta un pasado remoto, lo que aquí nos interesa es centrarnos en la época contemporánea. Los cambios acaecidos en el mundo desde el inicio de la Revolución Francesa, han sido considerados por los historiadores como el punto de arranque para una nueva etapa de la historia, conocida como la época Contemporánea. Los acontecimientos surgidos en el verano de 1789 logran hacer recabar un nuevo sentido a la historia de la humanidad. De este modo tenemos que observar como las revoluciones industriosas que surgieron casi a la misma vez en todas las partes del mundo, logran una interconexión entre sí centrándonos sobre todo en la época contemporánea.

Revolución industriosa e industrialización han tendido en ocasiones a ser utilizados como sinónimos. En muchos casos tiene y guarda relación uno con el otro sin embargo, el concepto que se entiende por revolución industriosa afecta al plano más social, mientras que la industrialización será la materialización de este concepto un tanto más abstracto.

Las relaciones internacionales sufrieron un gran efecto de cambios en el paso del siglo XVIII al XIX, revolución y guerra son dos conceptos importantes en el desarrollo de los cambios producidos que afectaron a las relaciones entre las grandes potencias.

Al comenzar el siglo XIX, se podría pensar que las relaciones entre los Estados seguirían siendo como se habían mantenido en la Edad Moderna. Si bien Europa no alcanzó a vislumbrar en este año de 1800 su preponderancia mundial, tampoco acompañaban las cifras. Con el paso del tiempo hemos visto como Gran Bretaña, cuna de la industrialización ser convertirla en el motor de la Revolución Industrial que más adelante arrastraría a otros países de Europa a conseguir colocar a Europa como principal potencia mundial e industrializada junto con los Estados Unidos ya para final de siglo.

Las cifras nos hablan de que una revolución industriosa debió haber sido más posible en Asia que en Europa, pues para 1800 el PIB de China con un 35% del aporte mundial se colocaba a la cabeza, mientras que la India contaba con un 16%, a lo que toda Europa tan solo podía sumar el 27% del PIB mundial. Estas cifras muestran para el año 1800 un vertiginoso ascenso de Asia. Asia no fue, sin embargo, una zona que mantuviera relaciones diplomáticas con Europa, por el contrario, Europa aprovechó la zona asiática para instalar colonias y durante el siglo XIX será una de las zonas principales de extensión del Imperialismo y del colonialismo.

La guerra es un concepto que ha estado presente durante la mayor parte de las relaciones internacionales del siglo XIX, en primer término, las guerras napoleónicas dominaron el escenario europeo de principios de siglo. Guerras convencionales que dejaron paso aun nueva forma de hacer la guerra, más sofisticada y más contemporánea, como la guerra de guerrillas. La guerra y su implicación con las revoluciones industriosas y la industrialización unido al concepto de las relaciones entre las potencias tomó una gran fuerza a mediados de siglo y sobre todo a finales.

El siglo XIX, revolucionario y fundamental para el fortalecimiento y puesta en marcha de un nuevo concepto dentro de las relaciones internacionales contó con el factor de la guerra como un hilo conductor a lo largo de los años, si bien la guerra se fue haciendo cada vez más sofisticada y el peso de la revolución industriosa y la industrialización se fue notando cada vez más, el fin de siglo va a marcar una época en la que las grandes potencias, todas ellas afirmadas bajo un signo clave de industrialización se afirman como grandes potencias también en el ámbito militar.

La preponderancia en materia industrial y militar europea hizo que el mundo fuera dominado por Europa, el Reich alemán y el poderío naval británico serían los encargados de establecer el paso dominante más allá de del Viejo Continente. Estos países industrializados mantenían unas relaciones cada vez más centradas en la competencia y competición entre sí, las relaciones entre estas naciones se fueron haciendo cada vez más tensas, sobre todo empezaban existir problemas coloniales, fronterizos, aduaneros, etc.

El impacto de estas revoluciones industriosas y su materialización en la propia industrialización llevó a que se dieran grandes tensiones entre las potencias que habían logrado un mayor avance técnico en este sentido. Francia y Alemania mantenían un omnipresente antagonismo y tensión, la zona de los Balcanes será un punto caliente durante finales del XIX y todo el siglo XX.

El impacto económico de las revoluciones industriosas y su repercusión en las relaciones internacionales de fin de siglo hasta la IGM.[editar]

Las condiciones económicas en las que se desenvolvieron las relaciones internacionales que venían condicionadas en parte por las consecuencias y los atisbos de estas revoluciones industriosas se pueden ver perfectamente entre finales del siglo XIX y el marco de inicio de la Primera Guerra Mundial en 1914. La industrialización de grandes potencias supuso y puso en marcha nuevas vías de comunicación entre países, como las redes ferroviarias y marítimas que favorecían el comercio, un comercio libre que chocaba con los intereses de las potencias industriales que no podían comerciar con sus productos y entendían que la mejor manera seria cerrarse al exterior. Por otro lado, el fortalecimiento de una red ferroviaria y de unas buenas redes de conexión marítima fueron esenciales para que un Estado fuera considerados como una gran potencia.

El crecimiento demográfico propio de finales del XIX y principios del XX, hizo que los Estados extendieran su influencia más allá de sus dominios, entrando así en una nueva fase de imperialismo económico. Los Estados con un cierto grado de industrialización mayor accedieron a tratados de comercio con otros países incrementado así su presencia en el mundo y sus relaciones entre ellos. El desarrollo de los intercambios internacionales de productos y de capitales profundizó la interdependencia de los diferentes países y pareció anunciar el nacimiento de un mundo más solidario. Sin embargo, no todo fue de un modo altruista, sino que la apertura de nuevas rutas por parte de estos Estados más industriales hizo que el deseo por controlar esas rutas incrementase de manera notable los conflictos.

El periodo que abarca desde 1890 hasta 1914, coincidiendo con el estallido de la Primera Guerra Mundial, lo conocemos como el periodo de la Paz Armada. Este concepto guarda relación con las consecuencias de las propias revoluciones industriosas y también de la industrialización. A finales del siglo XIX con el desarrollo de la industria pesada y de la carrera de armamentos, las grandes potencias armaron sus ejércitos. La diplomacia Bismarckiana , logró tejer una seri de alianzas que mantuvo en orden el statu quo desde su primer sistema de alianzas en 1873 logró crear la llamada Liga de los tres Emperadores, uniendo así a Austria, Alemania y Rusia, que junto con los dos sistemas de alianzas posteriores, el segundo en 1879-1882, consiguió dos tres objetivos diplomáticos, restablecer la alianza de los Tres Emperadores, restablecer la alianza entre Alemania y Rusia y por otro lado, una doble alianza entre Austria – Alemania y una triple alianza uniendo a Italia a la anterior alianza con Austria. Como se puede resaltar gran parte de las potencias con las que se firman tratados son potencias industrializadas o en el caso de Rusia en auge de su industria sobre todo a fin de siglo. Sin embargo, todo este equilibrio se vería roto con el comienzo de las hostilidades en 1914 y el inicio de la Gran Guerra.

Conclusiones[editar]

Las conclusiones a las que se puede llegar examinando cuáles fueron las consecuencias de las revoluciones industriosas en el plano de las relaciones internacionales son las siguientes. Las revoluciones industriosas y su materialización en la Revolución Industrial trajo consigo un elevado número de tensiones y disputas que acabaron en guerras entre las potencias. Tejieron un mundo mucho más competitivo, feroz y despiadado en el que las potencias luchan por su hegemonía mundial. Armaron a las grandes potencias en un mundo cada vez más veloz y moderno. Trajeron consigo una aceleración del tiempo histórico, las comunicaciones se hicieron más rápidas y un mundo más interconectado. Las revoluciones industriosas y su materialización trajeron en el plano de lo internacional una especia de mundo mayormente más conectado y unido entre sí. Algunos factores claves como la guerra fueron el hilo conductor de las relaciones internacionales que surgieron como algunas de las consecuencias de las revoluciones industriosas en el periodo contemporáneo. 

El siglo XX traerá consigo un aumento de los conflictos bélicos que tomaron, sin duda, la herencia de las revoluciones industriosas precedidas en el siglo anterior, su materialización en el campo de la industria militar y la industria pesada, marcará el siglo XX como el más violento de toda la historia de la humanidad.

Referencias[editar]

  • Atlas histórico-mundial. Hermann Kinder, Werner Hilgemann. Tomo II.
  • Berg, M; La era de las manufacturas, 1700-1820; Critica, 1987, Barcelona
  • https://mihistoriauniversal.com/ consultado el 18/10/2022

Bibliografía[editar]

BARBE, E.: Relaciones Internacionales, Madrid, Tecnos, 1996.

BAYLY, C.A.: El nacimiento del mundo moderno. 1780-1914. Conexiones y comparaciones globales, Madrid, Alianza, 2010.

HOBSBAWM, E.: Historia del siglo XX (1914-1991), Barcelona, Crítica, 1995.

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PEREIRA, J.C. (coord.) Historia de las Relaciones Internacionales contemporáneas, Barcelona, Ariel, 2009.

STONE, N: La Europa Transformada, 1878-1919, Madrid, Siglo XXI, 1999.

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NEILA HERNÁNDEZ, J.L., MORENO JUSTE, A., ALIJA GARABITO, A.M., SÁENZ ROTKO, J.M., y SANZ DÍAZ, C., Historia de las relaciones internacionales, Madrid, Alianza, 2018.

CANALES. E, (1995) “A vueltas con la Revolución Industrial: Avatares de un viejo concepto”, Manuscrits: Revista d'història moderna, 13, pp. 309-331.