Ir al contenido

Usuario:Nelly Rocabert/Taller/María de la Cruz Morínigo

De Wikipedia, la enciclopedia libre

María de la Cruz Morínigo

Laica Católica pobre de solemnidad dedicada a evangelizar y a servir al prójimo por amor a Dios. Catequista Oficial del Obispado de Posadas, fue apóstol por 45 años a tiempo completo desde sus 17 años a los 62 en que falleció.

A mi entender, hay que cambiar el tono y quitarle admiración, por ejemplo:
María de la Cruz Morínigo fue un laica católica dedicada a evangelizar como catequista oficial y apóstol del obispado de Posadas, desde los 17 hasta su fallecimiento a los 62 años.

En ese periodo, entre 1948 y 1993, rescató a miles de niños y jóvenes de la miseria y la ignorancia, y extendió su abrazo hacia las familias y el entorno social.

Fundó el “Club Social Cultural y Deportivo Infantil y Juvenil “Palomas del Espíritu Santo” y convocó a la integración de equipos de fútbol que formó personalmente: Palomas del Espíritu Santo, Cerro Porteño, Piedras Brillantes, Picaflor y Angeles de Cara Limpia, de gran actuación en toda la zona obteniendo el Primer Premio Provincial y 4° Nacional Argentino. Para acceder a los codiciados equipos debían catequizarse, tomar la Primera Comunión y Confirmación. También debían estudiar, evitar la promiscuidad en las casas y ya no debían pedir limosnas en las calles. Para eso ella proveía de mercaderías para cocinar en las casas, matrículas escolares, ropas, guardapolvos, zapatos, zapatillas, útiles, etc.

Estos elementos comenzó a pedirlos casa por casa en la ciudad, en los comercios, después en los despachos oficiales provinciales y municipales. Lo hacía diariamente a pie, acompañada de algunos niños; Rosario en mano predicaba palabras del Evangelio seguido de canciones religiosas y la explicación de la misión social emprendida. La comunidad escuchó el reclamo y los aportes colmaron la humilde casa de madera y zinc donde vivía María que contaba con un Altar y la Virgen que bendecía todo lo recibido.

A la primera presencia de varones siguió de inmediato la de las niñas y luego de toda la familia.

En las Iglesias posadeñas del Espíritu Santo y de la Inmaculada Concepción, como Catequista presentó 44 grupos anuales a la Primera Comunión y Confirmación; instruyó a las jóvenes en el cumplimiento de las virtudes cristianas y les festejó los 15 años con gran fiesta y vestidos largos que ella aportaba.

Ingresó a los barrios proponiendo la regularización de las parejas; obtenía sus documentos y concretaba los casamientos civiles y religiosos; hacía su aporte de toda la vestimenta; padrinos de la sociedad posadeña prestaban sus anillos; seguía una gran fiesta con la torta de bodas donada por panaderías locales.

En las ceremonias religiosas se bautizaba a los muchos hijos de la pareja.

Y así le rodeó la gran familia de humildes a la que proveyó de alimentos, muebles, enseres, etc. Los unió entorno al Pesebre Viviente cada Navidad y la siguieron con sus niños en algarabía detrás de los Reyes Magos que portando grandes bolsas de juguetes recorrían el centro de la ciudad. Se hizo tradición por 50 años.

Les festejó el Día del Niño, de las Madres, de los Padres, etc.

Todo ese conglomerado le siguió en cientos de Procesiones religiosas; cumplió peregrinaciones instructivas a casi todos los Santuarios argentinos y a los muy hermosos de la Ruta Jesuítica del Paraguay. Todo lo pagaba con donaciones.

María les guió en la práctica de la caridad visitando continuamente a ancianos en los asilos, a los niños enfermos en el Hospital, a los dementes y enfermos incurables en el Hospital especial y a los presos de las cárceles. Entregaban a todos oraciones y cantos; pero además obsequiaba una manzana a cada uno y en mano propia; para ello requería permiso de las respectivas Jefaturas.

El apoyo del pueblo en las ayudas le permitió extender la beneficencia a todo el territorio provincial, a la vecina región del Paraguay y a parte de la Provincia de Corrientes.

En su entorno buscó trabajo para el que lo necesitara; a los niños y jóvenes les exigió el estudio y les enseñó el trato social y los derechos del ciudadano; impidió que los chiperos y mesiteros fueran sacados de las veredas de la ciudad; defendió a familias numerosas ante las autoridades aduaneras que confundían comercio con familia numerosa por la cantidad de prendas adquiridas en Encarnación (Paraguay).

María, de nacionalidad paraguaya, indígena, rústica, que hablaba mejor el guaraní que el castellano, de escasas letras pero de mente clara y gran ímpetu, no decayó frente a los continuos ataques de asma. Pero finalmente ofrendó sus últimas fuerzas y falleció un 21 de Junio de 1993 en Posadas, provincia de Misiones, Argentina, donde ejerció su apostolado desde 1948 a 1993.

La comunidad, la prensa provincial, nacional y extranjera, los escritores, los poetas, la acompañaron sin descanso hasta su muerte y la siguen acompañando en la actualidad (2018).

Fue designada “Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Posadas” (1992) por la Municipalidad de Posadas; “La personalidad más destacada del año” (1992) por el Rotary Club Internacional conjunto de Encarnación y Posadas; “La Mensajera eterna” (2010) por el Diario EL Territorio en su elección de las 85 personalidades más importantes en 85 años; una de las “Grandes Mujeres de la Provincia de Misiones” (2013) por el Concejo Deliberante de Posadas –Claudina Deglisé-, etc., etc. Los homenajes son innumerables y continúan, y la jerarquía eclesiástica reconoció expresamente sus méritos.

Su vida y obra está documentada en los numerosos Tomos y fotografías que se exhiben en el Museo “Señorita María de la Cruz Morínigo” sito en Barrufaldi y España de la ciudad de Posadas, Provincia de Misiones, República Argentina.