Usuario:Severian79/Taller/Dualismo en cosmología

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El dualismo en cosmología o cosmología dualista se refiere a la creencia moral o espiritual de que existen dos conceptos fundamentales, que a menudo se oponen uno al otro. Es un término amplio que abarca una diversidad de perspectivas de varias religiones, incluyendo religiones tradicionales y religiones basadas en sagradas escrituras.

El dualismo como cosmología debe diferenciarse del dualismo moral. Este se refiere a la creencia de que existe un enorme complemento o conflicto entre lo benévolo y lo malévolo. Implica fundamentalmente que existen dos opuestos morales en juego, independientemente de cualquier interpretación sobre lo que podría considerarse «moral» e independientemente de cómo tales opuestos puedan representarse. Por ejemplo, podrían existir opuestos morales en una cosmovisión que tiene un dios, más de un dios o ningún dios en absoluto. En contraste, perspectivas dualistas cosmológicas como el duoteísmo, el biteísmo o el diteísmo implican (por lo menos) dos dioses. Estas perspectivas difieren en que el biteísmo implica armonía entre las deidades, en tanto que el diteísmo implica rivalidad y oposición (como aquella entre el bien y el mal, la luz y la oscuridad, o el verano y el invierno). Así, por ejemplo, un sistema diteísta podría ser uno en el que hay un dios creador y un dios destructor. En teología, el dualismo puede referirse asimismo a la relación entre la deidad y la creación o entre la deidad y el universo (véase dualismo teísta). Tal comprensión del dualismo es una creencia compartida en ciertas tradiciones en el cristianismo y el hinduismo.[1]​De manera alternativa, en el dualismo ontológico, el mundo es dividido en dos categorías globales. La oposición y combinación de los dos principios básicos del universo, yin y yang, es parte importante de la filosofía china así como una característica importante del taoísmo. También se le discute en el confucianismo.

Muchos mitos y motivos (temas) de creación que implican cosmologías dualistas han sido descritos en las literaturas etnográfica y antropológica. Tales motivos o temas conciben el mundo como creado, organizado o influenciado por dos demiurgos, héroes culturales u otros seres mitológicos, que compiten entre sí o que cumplen una función complementaria a la hora de crear, ordenar o influir en el mundo. Existe una enorme diversidad de cosmologías tales. En algunos casos, como ocurre entre los chukchi, estos dos seres colaboran en lugar de competir, y contribuyen a la creación a partes iguales. En muchos otros casos los dos seres no tienen la misma importancia o el mismo poder (en ocasiones, uno de ellos puede ser caracterizado incluso como crédulo o ingenuo). A veces se pueden contrastados como bueno y malo.[2]​Es común que se crea que son gemelos o al menos hermanos.[3][4]​Motivos o temas mitológicos dualistas pueden observarse en todos los continentes habitados. Zolotarjov concluye al respecto que no pueden explicarse por simple difusión o préstamo, sino que son más bien de origen convergente. Se relacionan con una organización dualista de la sociedad (las llamadas mitades, esto es, sociedades que se dividen en exactamente dos grupos de descendencia); en algunas culturas, es posible que la organización social haya dejado de existir, pero que la memoria persista, a través de la mitología, de formas cada vez más disfrazadas.[5]

Dualismo moral[editar]

El dualismo moral se refiere a la creencia en que existe un gran complemento o conflicto entre lo benévolo y lo malévolo. Al igual que el diteísmo y el biteísmo (ver más adelante), el dualismo moral no implica la ausencia de principios monistas o monoteístas. Dualismo moral implica simplemente que existen dos opuestos morales en funcionamiento, independientemente de cualquier interpretación sobre lo que podría ser «moral» y—a diferencia del diteísmo y el biteísmo—independientemente de cómo estos opuestos se puedan representar.

Por ejemplo, el mazdeísmo (o zoroastrismo mazdeísta) es a la vez dualista y monoteísta (si bien, por definición, no monista) puesto que en tal filosofía Dios (el Creador), es puramente bueno, y la antítesis (que también es «increada») es absoluta. Por su parte, el mandeísmo es monoteísta y gnóstico y en su cosmología, el Mundo de la Luz (alma d-nhūra) que es bueno, se contrasta con el Mundo de Tinieblas o inframundo (alma d-hšuka) que es malévolo.[6][7]​ El zurvanismo (o zoroastrismo zurvanita) y elmaniqueísmo son representativos de filosofías dualistas y monistas, en tanto cada religión tiene un Primer Principio supremo y trascendental del cual emanan las dos entidades iguales pero opuestas. Esto también es cierto para las menos conocidas religiones gnósticas cristianas, tales como los bogomilos o el catarismo, entre otras. Asimismo, existen formas más complejas de dualismo monista, por ejemplo, en el hermetismo, donde el Nous («pensamiento») —del que se dice que creó al hombre—suscita o da a lugar tanto al bien como al mal, dependiendo de la interpretación, al recibir impulso de Dios o del demonio. La dualidad con pluralismo es considerada una falacia lógica.

Historia[editar]

El dualismo moral tuvo su inicio como una creencia teológica. El dualismo apareció por primera vez de manera implícita en las creencias religiosas egipcias, en el contraste de los dioses Set (desorden, muerte) y Osiris (orden, vida).[8]​La primera concepción explícita del dualismo provino del zoroastrismo, la antigua religión persa, a mediados del siglo V a. C.. El zoroastrismo es una religión monoteísta en la que se cree que Ahura Mazda es el creador eterno de todas las cosas buenas. Cualquier violación del orden de Ahura Mazda surge del druj (engaño, falsedad, caso), que es todo lo no creado. De esto surge una decisión importante que deben tomar los seres humanos: O participan plenamente en la vida humana para Ahura Mazda o no lo hacen, y le dan poder al druj . El dualismo personal es más claro incluso en las creencias de religiones posteriores.

El dualismo religioso cristiano entre bien y mal no se considera un dualismo perfecto en tanto se cree que Dios (el bien) destruirá inevitablemente a Satanás (el mal). El dualismo cristiano primitivo está en gran medida basado en el dualismo platónico (véase: neoplatonismo y cristianismo). Hay asimismo un dualismo personal en el cristianismo apreciable en la distinción entre alma y cuerpo, basada en la idea de un alma cristiana inmaterial.[9]

Duoteísmo, biteísmo, diteísmo[editar]

Cuando se usa para referirse a (la creencia en) múltiples dioses, el dualismo puede referirse al duoteísmo, al biteísmo o al diteísmo. Si bien el diteísmo y el biteísmo implican un dualismo moral, no son equivalentes: el diteísmo y el biteísmo implican (por lo menos) dos dioses, en tanto que el dualismo moral no implica necesariamente el teísmo (theos = dios) en lo absoluto.

Tanto el biteísmo como el diteísmo implican la creencia en dos dioses igualmente poderosos con propiedades complementarias o antónimas; con todo, mientras que el biteísmo implica armonía entre los dioses, el diteísmo implica rivalidad y oposición (como aquella entre bien y mal, luz y oscuridad, o verano e invierno). Por ejemplo, un sistema diteísta sería uno en el que un dios es creativo y el otro es destructivo (cf. teodicea). Así, por ejemplo, en el zoroastrismo en su concepción original, Ahura Mazda era el espíritu del bien supremo o último, en tanto que Ahriman (Angra Mainyu) era el espíritu del mal supremo o último.

En contraste, en un sistema biteísta, en el que las dos deidades no están en conflicto u oposición, es posible que una sea masculina y la otra femenina. Un ejemplo bastante conocido de una teología biteísta o duoteísta basada en la tal polaridad de género aparece en la religión neopagana de la wicca. En ésta, el dualismo está representado en la creencia en un dios y una diosa como una asociación dual para gobernar el universo. Esto se centra en el culto a una pareja divina, la Diosa de la Luna y el Dios Astado o Cornudo, que son considerados amantes. Con todo, hay también un tema diteísta dentro de la wicca tradicional, en tanto que el Dios Astado tiene aspectos duales de luz y oscuridad (relacionados con el día y la noche, el verano y el invierno), expresados como el Rey del Roble y el Rey del Acebo, aspectos que según el mito y ritual de la wicca luchan dos veces al año por la mano de la Diosa, lo que produce el cambio de estaciones. (En la wicca, luz y oscuridad no se corresponden con las nociones de «bien» y «mal», sino que son aspectos del mundo natural, de manera muy similar al concepto de yin y yang en el taoísmo.

Dualismo radical y mitigado[editar]

  • Dualismo Radical – o Dualismo absoluto que postula dos fuerzas divinas co-iguales.[10]​El maniqueísmo concibe dos reinos de luz y oscuridad previamente coexistentes que se ven embrollados en conflicto, debido a las acciones caóticas de este último. En consecuencia, ciertos elementos de la luz quedaron atrapados en la oscuridad, de manera que el propósito de la creación material es representar el lento proceso de extracción de estos elementos individuales, al final de lo cual el reino de la luz prevalecerá sobre la oscuridad. El maniqueísmo probablemente heredó tal mitología dualista del zoroastrismo, en donde el espíritu eterno Ahura Mazda es opuesto a su antítesis, Angra Mainyu; los dos están enfrascados en una lucha cósmica, cuya conclusión también verá triunfante a Ahura Mazda. El 'Himno de la Perla' incluía la creencia de que el mundo material corresponde a algún tipo de embriaguez malévola provocada por los poderes de las tinieblas para mantener los elementos de la luz atrapados en su interior en un estado de distracción embotada.
  • Dualismo mitigado: aquel donde uno de los dos principios es de alguna manera inferior al otro. Movimientos gnósticos clásicos como los setianos concibían el mundo material como creado por una divinidad menor que el Dios verdadero, quien era el objeto de su devoción. El mundo espiritual es concebido como radicalmente diferente del mundo material, coextensivo con el verdadero Dios y verdadero hogar de ciertos miembros iluminados de la humanidad; así pues, estos sistemas expresaban un sentimiento de aguda alienación dentro del mundo, y su propósito resultante era permitir que el alma escapara de las limitaciones presentadas por el reino físico.[10]

Con todo, no siempre es posible contrastar con facilidad los principios biteístas y diteístas. Esto se ve, por ejemplo, en un sistema donde un dios representa el verano y la sequía y el otro representa el el invierno y la lluvia/fertilidad (cf. la mitología de Perséfone). El marcionismo, una secta cristiana primitiva, sostenía que el Antiguo y el Nuevo Testamento eran obra de dos dioses opuestos: ambos eran Primeros Principios, pero de religiones diferentes.[11]

Dualismo teísta[editar]

En teología, el dualismo generalmente hace referencia a la relación entre Dios y la creación, o entre Dios y el universo. Tal forma de dualismo es una creencia compartida en ciertas tradiciones del cristianismo y el hinduismo.[12][1]

Zoroastrismo[editar]

El zoroastrismo, a veces llamado «mazdayasna» es una de las religiones más antiguas practicadas continuamente del mundo, basada en las enseñanzas del profeta de habla irania Zoroastro (o Zaratrusta).[13][14]​El zoroastrismo tiene una cosmología dualista de lo bueno y malo, así como una escatología que predice que en últimas el mal será conquistado por el bien.[15]​ El zoroastrismo rinde culto a una deidad de sabiduría, increada y benévola, conocida como Ahura Mazda (literalmente 'Sabio Señor') como su ser supremo.[16]

Maniqueísmo[editar]

El maniqueísmo fue una gran religión[17]​ fundada en el siglo III d. C. por el profeta parto[18]Mani (c.

 216–274 d.C

), en el Imperio sasánida.[19]​El maniqueísmo predicaba una elaborada cosmología dualista según la cual hay una lucha entre un mundo bueno y espiritual de luz y un mundo malo y material de oscuridad.[20]​Por medio de un continuo proceso que tiene lugar en la historia humana, la luz se retira gradualmente del mundo material y retorna al mundo de la luz, de donde provino originalmente. Tales creencias se basaban en movimientos religiosos mesopotámicos locales así como en el gnosticismo.[21]

En el cristianismo y otras religiones abrahámicas[editar]

Los cátaros siendo expulsados de Carcasona en 1209. Este grupo fue denunciado como hereje por la Iglesia Católica por sus creencias dualistas.

El dualismo entre Dios y Creación ha aparecido como creencia central en múltiples sectas y tradiciones históricas cristianas, entre ellas el marcionismo, el catarismo, los paulicianos y otras formas de cristianismo gnóstico. El dualismo cristiano puede definirse como la creencia de que Dios y creación son distintos, si bien interrelacionados a través de un vínculo indivisible.[1]​Es importante señalar que el gnosticismo es un movimiento religioso diverso y sincretista que incluye varios sistemas de creencias que tienen generalmente en común una creencia en que existe una distinción entre un Dios supremo y trascendente y un demiurgo malévolo y ciego, quien es de hecho el responsable de crear el universo material, atrapando así la chispa divina dentro de la materia. Asimismo, el gnosticismo no se limita al cristianismo sino que también incorpora creencias de otras tradiciones abrahámicas, tales como sectas judías tempranas.[22]

En sectas como las de los cátaros o los paulicianos, aparece un dualismo entre el mundo material, creado por un dios malévolo, y un dios moral. El dualismo cristiano ha sido categorizado en dualismo absoluto, según el cual los dioses buenos y malos eran igualmente poderosos, y dualismo mitigado, según el cual el mal material está subordinado al bien espiritual.[23]​También ha sido caracterizada como una forma de dualismo la creencia (entre los teólogos cristianos que adhieren a perspectivas libertarias o compatibilistas del libre albedrío) de que el libre albedrío separa a la humanidad de Dios.[1]​ Según el teólogo Leroy Stephens Rouner el dualismo cristiano es comparable al dualismo que existe en el zoroastrismo y la tradición Samkhya del hinduismo. El uso teológico del término «dualismo» se remonta al siglo XVIII, en un libro que describe el dualismo entre el bien y el mal.[1]

La tolerancia hacia el dualismo varía ampliamente entre las distintas tradiciones cristianas. En tanto religión monoteísta, el conflicto entre dualismo y monismo ha existido en el cristianismo desde sus comienzos.[24]​Según la Enciclopedia Católica de 1912, en la Iglesia Católica, «la hipótesis dualista de un mundo eterno que existe al lado de Dios fue, desde luego, rechazada» en el siglo XIII, pero no ocurrió así con el dualismo mente-cuerpo.[25]​Es difícil conciliar el llamado problema del mal con un monismo absoluto (especialmente con la idea de un Dios justo, benévolo y todopoderoso), lo que ha llevado a que algunas sectas cristianas viren hacia el dualismo. Formas gnósticas del cristianismo eran más dualistas y algunas tradiciones gnósticas llegaron a postular que el Diablo estaba separado de Dios como una deidad independiente.[24]​Los paulicianos, dualistas cristianos del Imperio bizantino, eran vistos como herejes maniqueos por los teólogos bizantinos. Según esta tradición del dualismo cristiano, fundada por Constantino-Silvano, el universo habia sido creado a través del mal y separado de un Dios moral.[26]

Los cátaros[editar]

Los cátaros fueron una secta cristiana del sur de Francia, quienes creían que había un dualismo entre dos dioses, uno que representaba el bien y otro que representaba el mal. Aún es un tema de intenso debate si los cátaros recibieron o no una influencia histórica directa del gnosticismo antiguo, en tanto que las concepciones básicas de la cosmología gnóstica aparecen en las creencias cátaras (más claramente en su idea de un dios creador menor), aunque a diferencia de los gnósticos del siglo II los cátaros, no le daban aparentemente relevancia especial al conocimiento (gnosis) como una fuerza salvífica eficaz. Como fuere, la Iglesia Católica denunció a los cátaros como herejes y trató de erradicar el movimiento en el siglo XIII. La cruzada albigense fue iniciada por el Papa Inocencio III en 1208 con el objeto de expulsar a los cátaros de la región de Languedoc en Francia, donde eran conocidos como albigenses. La Inquisición, que tuvo inicio en 1233 con el Papa Gregorio IX, también persiguió a los cátaros.[27]

En el hinduismo[editar]

La escuela vedanta de filosofía india Dvaita adopta un dualismo entre Dios y universo al proponer la existencia de dos realidades separadas. La primera realidad (y la más importante) es la de Shiva o Sakti o Vishnu o Brahman. Shiva o Shakti o Vishnu es el Yo supremo, Dios, la verdad absoluta del universo, la realidad independiente. En contraste, la segunda realidad es aquella del universo dependiente pero igualmente real, que existe con su propia esencia separada. Todo lo que está compuesto de la segunda realidad, por ejemplo el alma individual (Yiva), la materia, etc., existe con su propia realidad separada. El factor distintivo de esta filosofía con respecto a la escuela Advaita Vedanta (conclusión monista de los Vedas) es que en ésta Dios asume un rol personal y es visto como una entidad eterna real que gobierna y controla el universo.[28]​ Puesto que la existencia de los individuos se encuentra basada en lo divino, estos se representan como reflejos, imágenes o incluso sombras de lo divino, pero nunca idénticos en manera alguna a lo divino. Por lo tanto, la salvación se entiende como alcanzar la comprensión de que toda realidad finita depende esencialmente de lo Supremo.[29]

Dualismo ontológico[editar]

El yin y el yang simbolizan la dualidad en la naturaleza y todas las cosas en la religión taoísta.

De manera alternativa, el dualismo puede referirse a la tendencia humana a percibir y comprender el mundo como dividido en dos categorías generales. En tal sentido, se es dualista cuando se percibe un árbol, por ejemplo, como algo separado de todo lo que lo rodea. Esta forma de dualismo ontológico aparece en el taoísmo y el confucianismo, creencias que categorizan el universo en las oposiciones complementarias del yin y yang.[30]​En tradiciones tales como el hinduismo clásico (Samkhya, Yoga, Vaisesika o las escuelas Vedanta posteriores, que aceptaron la teoría de las Gunas), el budismo zen o el sufismo islámico, una clave para la iluminación es «trascender» tal tipo de pensamiento dualista, sin simplemente sustituir el dualismo por monismo o por pluralismo.

En la filosofía china[editar]

La oposición y combinación de yin y yang—los dos principios básicos del universo—constituye una parte central de la filosofía china y es un rasgo importante del taoísmo, como filosofía y como religión, si bien el concepto se desarrolló con mucha anterioridad. Se ha argumentado que yin y yang eran originalmente dioses de la tierra y del cielo, respectivamente.[31]​En tanto es uno de los principios más antiguos de la filosofía china, yin y yang se discuten (en menor medida) también en el confucianismo.

Algunas de las asociaciones comunes con el yang y el yin son, respectivamente, las de masculino/ femenino, claro/oscuro, activo/pasivo, movimiento/quietud. Algunos académicos creen que las dos ideas pueden haberse referido originalmente a dos lados opuestos de una montaña, uno mirando hacia el sol y el otro hacia el otro lado.[31]​De hecho, el símbolo del yin y el yang tiene muy poco que ver con el dualismo occidental; en cambio, representa la filosofía del equilibrio o balance, en la que dos opuestos coexisten en armonía y pueden transmutarse mutuamente. En el símbolo del yin y yang hay un punto de yin en yang y un punto de yang en yin. En el taoísmo, esto simboliza la interconexión de las fuerzas opuestas como diferentes aspectos del Tao, el Primer Principio. Se requiere contraste para crear una realidad distinguible, sin la cual experimentaríamos la nada. En consecuencia, los principios independientes del yin y el yang son en realidad mutuamente dependientes para tener su respectiva existencia distinguible.

El concepto dualista complementario que puede verse en el yin y el yang representa la recíproca interacción en toda la naturaleza, relacionada con un bucle de retroalimentación, interacción en la cual fuerzas opuestas no se intercambian en oposición, sino que se intercambian de manera recíproca para promover una estabilización similar a la homeostasis. Un principio subyacente en el taoísmo enuncia que dentro de cada entidad independiente yace una porción o fragmento de su opuesto. Dentro de la enfermedad hay salud y a la inversa. Esto ocurre debido a que, en tanto todos los opuestos son manifestaciones del Tao único, no son independientes unos de otros, sino más bien una variación de la misma fuerza unificadora a lo largo de toda la naturaleza.

En otras religiones[editar]

Estudidos comparativos de pueblos siberianos[editar]

En un mito nénets, Num y Nga colaboran y compiten entre sí, creando tierra.[32]​Asimismo, hay otros mitos sobre demiurgos que compiten o colaboran.[33]

Mitos dualistas también se han investigado intentando comparar las mitologías de pueblos siberianos, con el intento de resolver el problema de sus orígenes. Vyacheslav Ivanov y Vladímir Toporov compararon la mitología de los ket con la de hablantes de lenguas urálicas, asumiendo la existencia de sistemas semióticos modeladores en las mitologías comparadas, además de hacer comparaciones tipológicas.[34]​Se mencionan entre otras, a partir posiblemente de analogías mitológicas urálicas, las de los pueblos obi-ugrios[35]​ y samoyedos.[36]​Algunas otras analogías discutidas (tópicos folclóricos similares o consideraciones puramente tipológicas, ciertos pares binarios en la simbólica) pueden estar relacionadas con una organización dualista de la sociedad, en tanto algunos de esos rasgos dualistas pueden hallarse en estos pueblos comparados.[37]​Es necesario admitir que, en el caso de los kets, ni la organización dualista de la sociedad[38]​ ni el dualismo cosmológico [39]​se han investigado a fondo, de manera que si tales características existieron, se debilitaron o permanecieron sin descubrir; en gran medida,[38]​si bien hay algunos reportes sobre la división en dos mitades patrilineales exógamas,[40]​ folclore alrededor de conflictos entre figuras mitológicas, y también sobre dos seres que cooperan en la creación de la tierra: [39]​ el buceo de aves acuáticas.[41]​ Si se incluyen cosmologías dualistas entendidas en sentido amplio, no restringidas a ciertos motivos o tópicos concretos, se encuentra entonces que están mucho más extendidas, que existen no solo entre algunos pueblos siberianos, sino que hay ejemplos en cada continente habitado.[42]

Según un mito chukchi y sus variaciones sobre la creación del mundo, ésta se logra en algunas variaciones mediante la colaboración de varios seres (aves, colaborando de igual manera, o el creador y el cuervo, colaborando de igual manera, o solo el creador, usando a las aves solo como asistentes). [43]

Entre los fuéguidos[editar]

Las tres tribus fuéguidas tenían mitos dualistas alrededor de héroes culturales.[44]​Los yaganes tienen mitos dualistas sobre los dos hermanos-yoalox, que actúan como héroes culturales y, en ocasiones, mantienen una relación antagónica uno hacia el otro, introduciendo leyes opuestas. Sus figuras pueden compararse con las de los hermanos-kwanyip de los selk'nam.[45]​En general, la presencia de mitos dualistas en dos culturas comparadas no implica necesariamente que estén relacionadas o que sean resultado de la difusión.[42]

Véase también[editar]

Notas al pie[editar]

  1. a b c d e Rouner, Leroy (1983). The Westminster Dictionary of Christian Theology. Westminster John Knox Press. p. 166. ISBN 978-0-664-22748-7.  Error en la cita: Etiqueta <ref> no válida; el nombre «Rouner» está definido varias veces con contenidos diferentes
  2. Zolotarjov, 1980, p. 42.
  3. Zolotarjov, 1980, p. 43.
  4. Gusinde, 1966, pp. 71, 181.
  5. Zolotarjov, 1980, p. 54.
  6. Buckley, Jorunn Jacobsen (2002). The Mandaeans: ancient texts and modern people. New York: Oxford University Press. ISBN 0-19-515385-5. OCLC 65198443. 
  7. Hanish, Shak (2019). «The Mandaeans In Iraq». En Rowe, Paul S., ed. Routledge Handbook of Minorities in the Middle East. London and New York: Routledge. p. 163. ISBN 9781317233794. 
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  9. «Soul». Catholic Encyclopedia. Consultado el 13 de diciembre de 2017. 
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  11. Riparelli, 2008.
  12. For dualism school of Hinduism, see: Clooney, Francis X. (2010). Hindu God, Christian God: How Reason Helps Break Down the Boundaries between Religions. Oxford University Press. pp. 51-58, 111-115. ISBN 978-0199738724. 
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  39. a b Zolotarjov, 1980, p. 48.
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  41. Ivanov, 1984b, p. 229.
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  • Zolotarjov, A. M. (1980). «Társadalomszervezet és dualisztikus teremtésmítoszok Szibériában» [Social structure and dualistic creation myths in Siberia]. En Hoppál, Mihály, ed. A Tejút fiai. Tanulmányok a finnugor népek hitvilágáról [The sons of Milky Way. Studies on the belief systems of Finno-Ugric peoples] (en húngaro). Budapest: Európa Könyvkiadó. pp. 29-58. ISBN 963-07-2187-2. 

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